sábado, 23 de marzo de 2013

El Nazareno de San Pablo, entre mito e historia

Nazareno de San Pablo, talla sevillana del siglo XVII

El año pasado, por estas fechas, colocamos en esta bitácora el artículo Miércoles Santo en Caracas que no fue más una excusa para colocar el poema El limonero del Señor, de Andrés Eloy Blanco y comentar algo sobre la devoción caraqueña por el Nazareno de San Pablo. En esta oportunidad nos aproximaremos a él de la mano de la historia y no de la tradición.

En la revista Desafío de la Historia (Año 5, N° 32) salió publicado un artículo de Tarim Gois titulado El Nazareno de San Pablo, mito e historia, que revela muchas incógnitas sobre esta antigua imagen, venerada por los caraqueños en la Basílica Menor de Santa Ana y Santa Teresa. De ese artículo entresacamos algunos párrafos para ilustrarnos mejor:
(...) En el estudio La Cofradía del Nombre de Dios en San Jacinto y la devoción a Jesús Nazareno en Caracas, realizado por el historiador dominico fray Antonio Bueno Espinar, éste afirma haber encontrado que la tradición del Nazareno de San Pablo carece de fundamentos históricos. Para probar esta aseveración señala que durante la visita del Obispo Mariano Martí al Templo de San Pablo en 1772, el prelado no hace mención de alguna devoción especial a la nombrada imagen. A su vez, cita otros textos escritos durante la época que tampoco hacen referencia a esta devoción y al milagroso suceso, como la Historia de la conquista y población de la provincia de Venezuela de José de Oviedo y Baños, de 1723, o el Teatro de Venezuela y Caracas, de Blas José Terrero, escrito entre 1787 y 1800. Por el contrario, en ambos libros se afirma que fue gracias a la intercesión de Santa Rosalía de Palermo que la peste desapareció después de dieciséis meses y, en gratitud a esto, el Obispo Diego de Baños y Sotomayor mandó a erigir una ermita en 1696 (la actual Iglesia de Santa Rosalía).
Ermita de San Pablo Ermitaño pocos años antes de su demolición, por Ramón Bolet
A estos datos agrega Bueno Espinar una carta del presidente de la Audiencia de Caracas a don Eugenio de Llaguno, con fecha 31 de agosto de 1794, escrita durante una nueva epidemia de vómito negro, en la cual se narra que "toda la capital pide ante la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración que se venera en la parroquia de San Pablo (imagen que se conserva actualmente en la Basílica de Santa Ana y Santa Teresa) y Santa Rosalía de Palermo en la viceparroquia de su título, especial abogada de la peste". (...) Continúa el historiador dominico explicando que cualquier rogativa debía contar con la autorización del obispo, "máxime cuando San Pablo Ermitaño era ayuda de la parroquia de Catedral". Sin embargo, en las actas capitulares no se consigna ninguna rogativa protagonizada por el Nazareno de San Pablo y menos una narración del famoso prodigio. En la tabla de fiestas elaborada en 1710, a las cuales debía asistir el cabildo civil como cuerpo, tampoco menciona ninguna fiesta concerniente al Nazareno para agradecer la salvación de la ciudad.
Tampoco, hasta donde se sepa, el padre Juan Antonio Navarrete en su Arca de Letras menciona esta imagen. ¿Cuál es, pues, el origen de la tradición?
Antonio Guzmán Blanco
..."en el entorno de Guzmán Blanco para lavar sus felonías en relación con los templos demolidos de la ciudad", ya que las primeras narraciones de la supuesta leyenda se remontan a la obra Tradiciones populares, escrita por Teófilo Rodríguez en 1885. A su vez Rodríguez citaba la información del Almanaque Anuario-Directorio del Comercio, de la Industria y de la Administración Pública, impreso por Teodoro de Aldrey y Esteban Ponte desde 1866 y del cual sólo se llevaron a la imprenta tres números. En estos textos se refiere que el Nazareno habría sido sacado en procesión después de que se había construido en vano la ermita de Santa Rosalía y la peste no había cedido.
Para Bueno Espinar, "el desconocimiento de las fuentes, la manipulación de los datos si acaso los tuvo en cuenta, y (...) un velado afán de servicio al régimen de turno (por parte de Teófilo Rodríguez) sirve para propagar una tradición sin fondo". Para concluir sus esclarecedoras pruebas, Bueno Espinar revisa la devoción a las imágenes del Nazareno en Caracas. Para ello consultó los inventarios del obispo Mariano Martí, en las cuales se reseña la presencia de dos tallas de esa iconografía en la ciudad: en la Iglesia de San Pablo y en la capilla de los terceros de la Iglesia Conventual de San Jacinto (esta última se halla actualmente en un depósito de la parroquia San Felipe Neri, El Guapo, estado Miranda)...Posiblemente a raíz del traslado de la imagen dominica, muy estimada por los caraqueños, la devoción se encauzó entonces hacia el Nazareno de San Pablo, aderezada con la leyenda que años después inmortalizaría el poema de Andrés Eloy Blanco, que apareció en el poemario Poda, de 1934.
Nos topamos otra vez con el Ilustre Americano Antonio Guzmán Blanco, el nieto de La Tiñosa, el hijo de Antonio Leocadio ( Padre de la Mentira); es decir, la mentira misma. Los guzmancistas inventaron muchas patrañas para justificar su permanencia mesiánica en el poder. ¿Cómo creerle? Por una lado cerraba conventos y demolía templos y por otro trataba de crear una Iglesia cismática venezolana. Fueron ellos quienes inventaron que la Santa Capilla era copia de su homónima de París; que la Iglesia de Santa Teresa lo era de la de St. Sulpice; que Caracas se parecía a París; que en la Capilla Sixtina se interpretaba el Popule Meus de José Ángel Lamas en los Oficios de Viernes Santo, y tantas otras fantasías que los costumbristas del siglo XX continuaron repitiendo como loros.

Iglesia de Santa Ana y Santa Teresa en el siglo XIX. Álbum de Caracas y Venezuela de Neum
Tomada de http://mariafsigillo.blogspot.com/2011/05/basilica-de-santa-teresa.html

Para ampliar el repertorio de las leyendas en torno a esta bella y venerada imagen, transcribo otra leyenda, también a todas luces guzmancista, que esta vez involucra a la familia de Simón Bolívar, otra de las fijaciones del régimen. La tomo del libro Santiago de León de Caracas en sus leyendas históricas, de Luis Beltrán Reyes:
Don Feliciano Palacios y Gil de Arratia,
abuelo materno de Simón Bolívar.
1730-1793
Colección del Museo Bolivariano
Fue ésta un leyenda que estuvo muy en boga después de algunos años de la muerte de doña Concepción de Bolívar, madre del Libertador, pues según antiguas crónicas, ella había ofrecido a la bellísima imagen del Nazareno de San Pablo bordarle con el mayor esmero de su vida, una nueva túnica como acción de gracias por la salud de su anciano padre que había estado durante muchos meses enfermo, y además, para restituir la vieja túnica con que el escultor la había vestido una vez terminada.
... después del fallecimiento de su marido en 1786, doña Concepción de Bolívar emprendió la hermosa tarea de confeccionar la susodicha túnica, y por la cual la milagrosa imagen le traería nuevos favores. Para esa época la distinguida dama dejó de asistir algún tiempo a sus ricas procesiones, para consagrarse de lleno a su promesa. Y fue de allí precisamente de su casa solariega, frente al templo de San Jacinto, de donde salió tan preciado regalo y por el cual al decir de numerosísimos feligreses, aquella nueva túnica había traído sobre la ciudad abundantísimas bendiciones y gracias sin cuento...
Curioso el caso; don Juan Vicente de Bolívar y Ponte enferma y muere de tuberculosis en 1786 y sin embargo su esposa pide por la salud de su anciano padre, don Feliciano Palacios y Gil de Arratia, a quien quedan 7 años de vida. Ella está también tuberculosa y de hecho muere un año antes que don Feliciano, quien será el tutor de sus menores hijos. Tampoco pide por su propia salud. Su casa quedaba a poca distancia del Convento de San Jacinto donde se veneraba un Nazareno famoso -el que salía en procesión-, y ella va y le ofrece una túnica al de la ermita de San Pablo, en las afueras de la ciudad. Sigamos:
Como habíamos dicho, de la lujosa mansión de doña Concepción de Bolívar, salió la segunda túnica que en muchos años debía remplazar la muy vieja y desteñida que llevaba el dolorido ícono, desde que había salido de las manos del escultor. (...) estaba confeccionada con el mayor esmero, de costosísimo paño oscuro, con bellas aplicaciones moradas y en oro, además recamada de fascinantes piedras preciosas, las cuales completaban tan rico y artístico presente. Con esta túnica se asegura que se produjo un "verdadero milagro", y que durante muchos años conmovió a la ciudad entera.
¿Cuál es el milagro? Cerca de Catedral vivía un canario de profesión zapatero muy devoto del Nazareno. Carmelo Piñera era su nombre, que tenía un hijo tremendo llamado casualmente Simón. Este muchacho cae en un aljibe y sufre numerosas fracturas en la columna vertebral; es decir, quedaría inválido...
Antonio Leocadio Guzmán, el Padre de la Mentira.
Hijo de Antonio Guzmán y la Tiñosa; esposo de
Carlota Blanco y padre del Ilustre Americano. 
No obstante  este fatal pronóstico de los médicos, no desanimaron al lloroso padre, y, sin decir nada a nadie, corrió al altar donde se hallaba el Nazareno para implorar por la salud de su hijo. Pero he aquí que estando en oración, vio de súbito que los labios de la imagen se movían y le mandaba a tocar tres veces la túnica que tan primorosamente y llena de fe, había bordado doña Concepción de Bolívar (...) ordenándole además "que sin tocar cosa alguna" fuera primero a la cama de su hijo y lo tocara también tres veces en nombre de la Santísima Trinidad.
Así lo hizo el buen hombre, y sin dudar un instante de que algo grande iba a suceder (...) En efecto, pasados tres días de su ida al templo, Caracas entera supo con asombro que el terrible Simoncito había vuelto a sus habituales travesuras como si nada hubiera sucedido...
Ahora no es el Nazareno el que hace los milagros sino la túnica bordada por María Concepción Palacios Blanco, parienta del Ilustre Americano por parte de su madre Carlota Blanco y Jerez de Aristeguieta, quien a pesar de su abolengo no cejó en casarse con el hijo del sargentón realista y La Tiñosa, el joven trepador social que preadolescente, entre 1812 y 1813, sacaba las papeletas de la rifa de patriotas que serían fusilados en Puerto Cabello.


Procesión del Nazareno de San Pablo en 2011, bajando de Santa Teresa a Cipreses. Le siguen la Dolorosa y la Verónica.
Foto tomada de www.lapatilla.com 
Como un extra en ocasión de esta Semana Santa, incluyo una interpretación tradicional del Popule Meus de José Ángel Lamas, a cargo de la Orquesta Sinfónica Venezuela, el Orfeón Lamas y Carmen Liendo (soprano). Arreglos y dirección de Vicente Emilio Sojo. Es una versión modernizada, al gusto de mediados del siglo XX. Destaca la bella voz de Carmen Liendo.


NOTA: El Miércoles Santo se celebrarán 18 misas en la Basílica de Santa Teresa; una a cada hora a partir de la medianoche, hasta que salga la imagen en procesión a las 5 p.m.. A las 12 del mediodía estará presidida por S. E. R. Cardenal Jorge Urosa Sabino, Arzobispo de Caracas y Primado de toda Venezuela. Las autoridades hacen una serie de recomendaciones que parten del sentido común: no llevar niños pequeños a pagar promesas, estar bien hidratados, no encender velas dentro ni fuera del templo para evitar la generación de incendios, etc. Habrá vigilancia policial y primeros auxilios.

9 comentarios:

  1. Me confieso no tan devoto como para hacer la cola del Miércoles Santo y saludar la antiquísima imágen de El Nazareno de San Pablo El Ermitaño pero sí me quedó como costumbre y recuerdo de mis años en el Centro tratar al menos echarle un vistazo al templo que la acoge ese dia, visitar los alrededores y quedarme un rato entre el gentío y vendedores de sahumerios y estampas. No obstante alguna vez sí estuve en una Procesión y de visita a la imágen y al templo un Jueves Santo u otro día pasando por alto la costumbre del Miércoles.
    Entre los impresos en mi colección tengo lo que supongo es un grabado, montado, salido de una antigua revista de la época de Guzmán y /o Crespo con el rótulo preciso de "El Nazareno de San Pablo"

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    1. Cuando paso por la zona lo visito; nunca en Semana Santa, aunque antes lo hacía. Bella iglesia que cada vez parece más una quincalla, a excepción de la capilla del Santísimo. Recuerdo haber visto los restos de San Justino, soldado mártir, vestido a la usanza del siglo XVIII, en una urna de cristal. Desapareció por mucho tiempo y ahora lo tienen en una urnita de bronce. Me pregunto qué habrá pasado.

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    2. Muy interesante lo que dices de San Justino, me hago la misma pregunta.........buen blog, Felicidades

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    3. Muchas gracias, Juan Carlos. Lamentablemente en Santa Teresa no se ha respetado su aspecto original. No quiero ser mal pensado, pero lo de San Justino no me gusta; tal vez se lo repartieron entre los panas.

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  2. Se dice que el Nazareno habría increpado a Guzmán ¿Que has hecho con mi templo? y también que le habría preguntado a su tallista ¿Donde me has visto que tan bien me has hecho? Parece que el autor de la imagen fué un discípulo de Gregorio Hernández, de la escuela sevillana. De ser cierta esta última, ojala que el maestro Hernández supiera valorar a tan destacado alumno, que mereció un elogio nada menos que del propio Hijo de Dios

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    1. Sí, esa es la tradición, aunque no hay pruebas. En Semana Santa del 2012 publiqué aquí un artículo titulado Miércoles Santo en Caracas, donde se acogen ambas leyendas y agrego el poema de Andrés Eloy Blanco: El limonero del Señor.

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    2. El verdadero autor fue Felipe de Ribas, que era al principio un alumno de Juan de Mesa, este último hizo el también famoso Señor del Gran Poder de Sevilla (un equivalente de mucha devoción a nuestro Nazareno en esa ciudad andalo - española). Ahora, lo del "donde me haz visto?" puede ser cierto, porque Felipe murió prematura y casualmente por la fecha en que hizo al "Residente de Santa Teresa" (El Nazareno), allá por el siglo XVII. Dios es Omnipotente y Omnipresente y si es de presentarse en forma de una escultura de madera innerte, nadie dice que no.

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    3. El verdadero autor fue Felipe de Ribas, que era al principio un alumno de Juan de Mesa, este último hizo el también famoso Señor del Gran Poder de Sevilla (un equivalente de mucha devoción a nuestro Nazareno en esa ciudad andalo - española). Ahora, lo del "donde me haz visto?" puede ser cierto, porque Felipe murió prematura y casualmente por la fecha en que hizo al "Residente de Santa Teresa" (El Nazareno), allá por el siglo XVII. Dios es Omnipotente y Omnipresente y si es de presentarse en forma de una escultura de madera innerte, nadie dice que no.

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  3. Buena e interesante información sobre la talla y el autor. Felipe de Ribas, lo demás sin restarle la importancia histórica hace mucho enfásis en un juicio político sobre Guzmán y Bolívar.

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