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lunes, 16 de diciembre de 2013

Dulce de cabello de ángel

Dulce de cabello de ángel con una porción de manjar blanco

Uno de los postres que engalanan la mesa tradicional navideña en Venezuela es el Dulce de cabello de ángel que se prepara con zapallo o cabello de ángel (Curcubita ficifolia), cucurbitácea que se cosecha precisamente entre noviembre y diciembre. El jueves pasé por la frutería de Fátima y Manuel, cerca de casa, y tenían varios ejemplares de esta calabaza que se veían muy bien. Compré uno que pesaba unos 5 kg., lo corté en dos y regalé a mi sobrino Daniel una mitad. No puedo consumir solo tanto dulce (no soy dulcero).

Aunque parece intimidante, es muy fácil de preparar. Me puse a revisar varias recetas y decidí probar una en que se aromatiza con ralladura de limón y canela; la de Scannone lleva piña rallada que también le queda muy bien. La que seleccioné aparece en A degustar con Yiya, recetario de oriunda cocina andina (El Perro y la Rana, Caracas, 2007), de María Auxiliadora Morales. Me recordó un cabello de ángel que hizo mi hermana Chencha, hace tres años, al que agregó ralladura de limón francés.


DULCE DE CABELLO DE ÁNGEL

Ingredientes:

  • 2 kg. de zapallo
  • La misma cantidad de azúcar equivalente al peso de la pulpa ya sancochada y desmenuzada
  • 1 astilla de canela
  • 3 limones verdes.


Preparación:

  1. Se corta el zapallo en trozos grandes. Se pone a hervir hasta que ablande (según Armando Scannone unos 40 minutos). Se saca del agua y se deja enfriar. Se desprende la pulpa de la concha, se le echa agua fría, se sacan las semillas y se desmenuza.
  2. Se coloca la pulpa desmenuzada en un lienzo o pedazo de tela, se exprime bien para sacarle toda el agua. Se pesa, se calcula la cantidad de azúcar de acuerdo al peso.
  3. Se lleva la pulpa desmenuzada al fuego, se agrega el azúcar, la ralladura de 3 limones, el jugo de un limón y la raja de canela. Se deja cocinar por 40 minutos, siempre observándolo para que no se pegue.

NOTA: si se desea un almíbar más líquido se puede reducir el tiempo de cocción. Quedé satisfecho con el resultado de esta receta.

Sección de zapallo o cabello de ángel antes de la primera cocción. Se necesita una olla grande para hervir los trozos.
Foto de Daniel Quintero

sábado, 14 de diciembre de 2013

Hallaca de pescado



El amigo Humberto Quintero Bravo, compartió desde Florida una receta de hallaca de pescado que vio en la revista Estampas. Se titula HALLACA NEGRA y se puede leer por aquí. Lleva bacalao y la masa tiene un color oscuro, casi negro, que le imparte la tinta de calamar con la que se amasa. Le dije a Humberto que yo  tenía una receta que lleva hasta medallones de langosta. Mostró su interés y prometí compartirla con él.

El autor de la receta es el historiador Germán Carrera Damas y aparece publicada en su libro  Elogio de la gula -Glosas sobre apetitos y satisfacciones- (Grupo Editorial Norma, Caracas, 2005). Veamos qué nos dice don Germán:
Hallaca de pescado
Conviene advertir que no se trata de la elaboración de la hallaca en la cual la carne es sustituída por el pescado, sino de una hallaca concebida, diseñada y realizada en función del pescado, y de los mariscos y crustáceos que lo acompañan.
Pargo rojo
Ingredientes, para 24 hallacas: un pargo de unos 3 kg., muy fresco, como deben estarlo todos los demás ingredientes marinos. Se sacan los dos filetes y se reservan la cabeza, las aletas, el espinazo y la piel, escamada. 1 kg. de calamares pequeños o chipirones; 1 kg. de langostinos de mediano tamaño; cebolla; echalotes; céleri o apio España; aceite de oliva virgen, mantequilla, masa de maíz blanco pilado. Adornos: ruedas de cebolla; aceitunas, ligeramente desaladas; pimentón, sin piel, cortado en tiras de medio centímetro de ancho; ají dulce en rueditas, encurtido en mostaza; almendras peladas; alcaparras pequeñitas. Componentes: Los tres requieren una elaboración cuidadosa, velando siempre por la calidad de los ingredientes:
Caldo de pescado:
Ingredientes: Se hace con la cabeza. el espinazo, las aletas y la piel del pargo del cual se sacaron los filetes; 2 litros de agua fría; una cebolla grande, o dos medianas, hendidas parcialmente; verde de cebollín; hojas de céleri o apio España; una ramita de cilantro; una ramita de perejil; 4 ajiés dulces, de preferencia verdes; 4 dientes de ajo muy fresco; una hoja de laurel; sal. Procedimiento: Se deja hervir todo junto, a fuego lento, hasta que se reduzca a un volumen equivalente a un litro  (unas dos horas). e deja enfriar y se cuela. Se añade la carne sacada de la cabeza del pescado y del espinazo. Se coloca en la nevera para desgrasarlo. Forma una gelatina.
La masa:
Molino para maíz
Ingredientes: 1.5 kg de maíz blanco pilado; aceite de oliva virgen; mantequilla y 6 yemas. Procedimiento: Una vez cocido el maíz, de manera que los granos queden algo duros en el centro, se les muele una primera vez. A medida que se va pasando la masa por segunda vez, se añaden el aceite de oliva virgen, la mantequilla y las yemas. Se aprecia la textura de la masa, que no debe presentar gránulos, por pequeños que sean, y si es necesario se le pasa por tercera vez. Se procede a amasar vigorosamente, añadiendo agua con sal, y si es necesario, aceite de oliva y mantequilla. No debe añadirse caldo de pescado porque malograría el contraste de sabores que debe regir la hallaca. La masa debe quedar muy tenue pero firme.
El guiso:
Procedimiento: En una cacerola con aceite de oliva y un poco de aceite de maíz se sofríen ligeramente, sin dejar que tomen color, la cebolla y las echalotes, finamente picadas. Se añade un poco de céleri o apio España, cortado en laminillas muy delgadas y pasadas por agua hirviendo para rebajarles el sabor. Se sofríe todo levemente, sin dejarlo dorar. Se suma un vaso grande de buen vino blanco seco, se deja reducir todo a la mitad y se añaden dos tazas de caldo de pescado. Se agregan los calamares cortados en ruedas, de un dedo de ancho, y se dejan blanquear un poco. Se añaden los camarones pelados y se dejan colorear levemente. Se añaden los filetes de pargo cortados en trozos de dos a tres centímetros por lado, y preparados de la siguiente manera:
En una bolsa de plástico se pone harina de trigo, sal, pimienta blanca recién molida, se cierra la bolsa y se agita para que se mezclen bien lo sabores; se colocan los trocitos de pescado, se cierra la bolsa cuidando de que quede aire dentro, y se agita para que los trozos de pescado se enharinen uniformemente; luego se fríen en aceite, por todos lados, sin romperlos y se ponen a escurrir sobre papel absorbente. Una vez añadidos los trozos de pescado al guiso, se revuelven cuidadosamente para no romperlos. Se añaden los langostinos pelados y se dejan cocinar hasta que estén ligeramente rosados. Se añaden los calamares en ruedas, cuatro a seis guindillas españolas y un poco de pimienta blanca recién molida, y se deja a fuego suave durante unos minutos. Se apaga, se tapa la cacerola y una vez frío el guiso se guarda en la nevera por unas horas para desgrasarlo. El guiso debe quedar jugoso, pero no aguado. Variante: en una ocasión añadí vieiras y no incorporé al guiso los trocitos de pescado (mero, esta vez), sino que los utilicé como "presas". También adorné con un delgado medallón de langosta, ya cocida.
Elaboración:
Se tiende la masa, muy delgada, sobre hojas de plátano untadas con aceite de oliva. Se pone el guiso y se añaden los adornos. Se cierran las hallacas y se atan muy bien. Se cocinan en agua salada hirviendo, durante 30 minutos. Se dejan enfriar y se guardan en la nevera, donde pueden durar hasta cinco días.
Y agrega el Dr. Carrera Damas:
El resultado es una hallaca de sabor muy suave y delicado. En ello confluyen varios factores: la calidad de la masa, determinada por el molido y el amasado; el gusto del guiso, que debe quedar suave, pero creciente, y en el cual debe serb posible identificar los componentes; y la presentación del conjunto, determinada por la colocación de los ingredientes y por el amarrado (si muy estrecho, se compactará la hallaca; si muy flojo, permitirá que la hallaca se reblandezca). Cabe recordar que el consejo de no añadir caldo de pescado en el amasado tiene el propósito de marcar un "contraste armónico" entre el sabor de la masa, que sugiere el aceite de oliva, y el gusto del guiso.
Esta es la receta más interesante que he visto de hallaca de pescado. Cuando les comenté a Jesús el Librero y a su esposa Penélope sobre esta preparación, se horrorizaron ante la perspectiva de una intoxicación con bichos de mar. Creo que si se siguen al pie de la letra las instrucciones de don Germán, especialmente en lo que respecta a la frescura y calidad de los pescados y los otros ingredientes marinos, tendremos unas hallacas sanas y exquisitas. Las cosas buenas dan trabajo, sin duda. A ver quién me invita.


Germán Carrera Damas

lunes, 2 de diciembre de 2013

La cruz del Ávila


Llegó diciembre. Es el momento de prepararse para las fiestas de Navidad y Año Nuevo, y también guarecerse, al menos en Caracas, del frío que baja con "Pacheco" desde Galipán. Es el mes de las de las fiestas en las que "unos van alegres y otros van llorando" y de las tradiciones. Uno de éstas es el encendido de la cruz del Ávila el 1° de diciembre de cada año (desde 1963) y permanece encendida todas las noches hasta el 6 de enero, día de Reyes. Está en su cincuentenario.
Hace casi un año la amiga Mayra Xquenda, seguidora de esta bitácora, me preguntó desde México sobre la foto que encabeza este artículo. En su momento, le dije simplemente que era una cruz que se encendía en el Ávila todos los diciembre y que luego pondría un artículo por aquí. Hoy le cumplo.
Por iniciativa de la Electricidad de Caracas, el 1° de diciembre de 1963, se encendió por vez primera una cruz luminosa en la cumbre del Ávila, utilizando como base la fachada sur del Hotel Humboldt, corriendo las cortinas de treinta habitacione y mientras se mantenían abiertas las demás. La idea fue del ingeniero Ottomar Pfersdorff, ingeniero estadounidense radicado en Venezurla desde 1948 y empleado de la compañía. El costo de la electricidad fue tan alto, que a partir de 1966 se mudó a la antena de Venezolana de Televisión en el sector de Los Mecedores, a 1760 metros sobre el nivel del mar, con un ahorro considerable de energía.
Posteriormente, en 1982, se construye una estructura ad hoc (la actual) a 1530 msnm; esta vez cerca del hotel Humboldt. Su creador, Ottomar Pferdorff, murió el 1° de diciembre de 1998.
Recuerdo que para las celebraciones del cuatricentenario de Caracas, en julio de 1967, se encendió en Los Mecedores del Ávila un escudo de Caracas, siguiendo un diseño del período colonial.
Imagen tomada de www.mppee.gob.ve
Para entrar en calor, dejo aquí Cantares de Navidad por la Billo´s Caracas Boys.


viernes, 14 de diciembre de 2012

¡Fin de año!


Voy a darle dos o tres semanas de descanso a este blog
y dedicarme a urgentes asuntos domésticos y familiares.
 
A todos los lectores de este espacio:
 
FELIZ NAVIDAD
Y
PRÓSPERO 2013
 
 
Recuerden que es tiempo de compartir
y ser generosos con el prójimo.
 
 

jueves, 13 de diciembre de 2012

De patinatas y arepitas dulces

Patinadoras en el Parque Los Caobos, Caracas
LAS PATINADORAS
Tal vez porque el lago de su pueblo no se helaba en invierno, o porque quiso hacer del patinaje un placer de todas las latitudes, un joven artesano holandés tuvo un día la idea de poner ruedas a sus zapatos. Así nació el patín que rodando por parques y avenidas del mundo, vino a sumarse a los elementos característicos de la Navidad caraqueña. De todas las cosas que la gran industria extranjera vuelca sobre nuestro país, el patín es la única que no ha contribuido a desnaturalizar la tradición. Por el contrario, se les puede considerar ya algo nacional como las hallacas y el furruco.
Nuestro amable "Pacheco" -fabuloso rey criollo de los aires decembrinos- no llega a darnos hielo para trazar en él signos mágicos con los filos de los patines; pero gracias al modelo de ruedas el patinaje es entre nosotros deporte de invierno, e invernal es la alegría que nos comunica. Tampoco tenemos laderas cubiertas de mansa nieve, pero el genio del niño criollo creó su versión caraqueña del trineo -un cajón y cuatro ruedas de patín- y se lanzo a volar por las cuestas de la ciudad.
Aquí están los patinadores, primer anuncio de la Navidad en Caracas. Algunos llevan flamantes "Kingston" bien ajustados al calzado de marca indescifrable; otros míseras "planchas" reconstruidas que se sujetan a las alpargatas con increíbles enredijos de guaral. Todos sin embargo, dicen lo mismo: sus risas, sus canciones, el estruendo de sus ruedas son el indicio más cierto de que faltan muy pocos días para que el Niño Jesús nazca en su Belén de cartón y paja teñida.
Y el vecino de sueño liviano que se queja por la bulla que hacen los patinadores, al saberlo será un poquito más indulgente con ellos, y los envidiará al pensar que acaso son los únicos caraqueños que conocen el gusto de quitarse el frío navideño conversando en torno a un fuego, aunque ésto sólo sea el de un criollo anafe de arepitas, pariente pobre de la legendaria chimenea septentrional.
Aquiles Nazoa
Ya esa bella tradición murió. Los muchachos caraqueños tenían sus lugares favoritos donde patinar. El más clásico era el Parque Los Caobos, como vemos en la foto que encabeza este artículo. Cuando se hicieron los trabajos de caminerías de este parque con motivo del cuatricentenario de Caracas, el Gobierno Nacional tuvo el cuidado de destinar un área al patinaje; una pista amplia, lisa, segura y con largos bancos de concreto para que los patinadores pudieran sentarse a ajustarse lo patines o comerse las arepitas dulces de rigor. Otros lugares para el ejercicio de esta afición era la Avenida la Paz y en las aceras circundantes a las iglesias parroquiales. Lamentablemente, una generación de "caraqueños" no participó con sus hijos en esta actividad. Tal vez estaban preocupados por comprar patines en línea, que nunca fueron populares, pero no se ocuparon en enseñar a sus hijos a patinar.

Esta tradición estaba vinculada a la celebración de las Misas de Aguinaldo, que es un privilegio de las diócesis venezolanas desde tiempo inmemorial (tal vez logrado por la diócesis de Caracas y Venezuela en el período colonial). Estas misas festivas, por excepción, se celebran temprano en la mañana entre el 16 y 24 de diciembre, amenizadas con el canto de aguinaldos tradicionales. Quién sabe cuál fue la razón alegada, pero el canto de los aguinaldos es una tradición de veneración al nacimiento del Niño Jesús arraigada por mucho tiempo. Según tengo entendido la única condición fue que las misas de aguinaldo fse celebrasen de madrugada. ¿A qué hora? Antes de la salida del sol, a golpe de 5:30 o 6:00 am.

Fuera del templo las vecinas de la parroquia ofrecían a la venta el desayuno a los asistentes (a provecho propio o con un fin social). La estrella era la arepita dulce de anís. Me imagino que en parroquias como Candelaria, con mayoría española, se ofrecerían churros con chocolate. Había señoras que se financiaban sus hallacas de diciembre haciendo estas deliciosas arepitas, que acompañadas con queso de mano son deliciosas.


Doy la receta de las arepitas dulces. Tal vez mientras las preparamos nos pondremos a cantar algún aguinaldo, como este, De Contento, que nos ofrecen Los Tucusitos, que debieron ser grandes patinadores.

 
AREPITAS DE ANÍS
 
Arepitas dulces con anís
Foto tomada de http://www.bearskitchen.com
Scannone las llama Arepitas fritas de papelón y anís, y nos da las cantidades para hacer 20 unidades

Ingredientes:
  • 1/2 Kg. de masa de maíz
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 cucharadita de semillas de anís
  • 2 cucharadas de queso blanco duro, tipo llanero, rallado fino
  • 10 cucharadas de melado espeso de papelón
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
  • Aceite para freír

Preparación:
  1. Se trabaja bien la masa con la sal, el anís, el queso rallado, el melado de papelón a temperatura ambiente y el bicarbonato de sodio. Se envuelve la masa en un paño húmedo y se deja reposar por 20 a 30 minutos. Posteriormente se vuelve a amasar bien.
  2. Se divide la masa en bolitas de unos 5 minutos de diámetro y con las manos se hacen arepitas o tortitas muy delgadas y de espesor uniforme, de unos 7 a 8 centímetros de diámetro y 1/2 centímetro de espesor. Pueden hacerse también extendiendo una tela húmeda sobre una superficie plana o sobre un plato llano volteado al revés. Sobre la tela se deposita una bolita de masa y doblado la tela sobre la bolita se golpea con los dedos hasta formar una arepita del tamaño deseado. La tela debe enjuagarse antes de hacer cada arepita.
  3. En un caldero pequeño se pone suficiente aceite como para que floten las arepitas. En el aceite no demasiado caliente se van depositando una a una y moviendo el aceite, o empujando las arepitas lateralmente para que se abomben más fácilmente, se fríen hasta dorar por ambos lados. Las arepitas se abomban repentinamente después de 1 minuto de cocimiento y están listas en 2 minutos aproximadamente. Se sacan del aceite y se colocan en un colador forrado con papel absorbente para eliminarles el exceso de grasa.

Para el melado de papelón:
  • En una olla más bien grande para que no se derrame al hervir, se ponen el papelón (250 gr.) en pedacitos y el agua (3/4 de taza). Se lleva a un hervor y se cocina a fuego fuerte por 5 o 6 minutos. Se retira del fuego y se deja aparte a enfriar.
Variaciones:

Juana Berroterán (La cocina venezolana) No le agrega queso rallado, pero dice que se le puede poner blanco o amarillo, y en vez de melado de papelón le adiciona papelón rallado. No le pone bicarbonato, ni hace reposar la masa.

Graciela Schael (La cocina de Casilda) Se parece mucho a la de Scannone. Le pone papelón rallado, no melado de papelón. Lo más interesante es su explicación de cómo se fríen, que se parece más a la que me contaba mamá que había visto hacer en los años 20:
Se pone a calentar mucho aceite -el caldero debe quedar lleno hasta la mitad y las arepitas deben flotar y navegar en él- y, cuando hierva, se echan las arepitas con mucho cuidado para que el aceite no salte. Cuando estén a medio cocer, se empujan por una orilla con una púa especial, de madera o metal, para que giren y las arepitas levanten (hay que tener cuidado de no pincharlas, solamente hay que empujarlas). Se repite la operación 2 o 3 veces más si fuera necesario. Después que las arepitas hayan levantado, se dejan dorar un poquito y luego se voltean para que doren por el otro lado. Al estar listas, se pinchan con la púa, se sacan del caldero y se ponen sobre un colador para que escurra la grasa, que puede ser aceite en vez de manteca.
Agrega la Sra. Schael...
En el mes de diciembre, en los días de misas de aguinaldo, solían reaparecer las arepitas. A la salida de misa, acabadas de elaborar y acompañadas de la clásica tacita de café negro y bien caliente, eran un estupendo regalo al paladar.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Torta de dátiles y nueces

Torta de dátiles y nueces recién salida del horno


Esta torta de dátiles y nueces es uno de los clásicos que preparaba mi tía Trina para las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Desconozco el origen de la receta, pero me imagino que era parte del repertorio de recetas del curso de repostería que siguió. Ella, generosamente, la compartió con el resto de la familia. Recuerdo que mi función era abrir las nueces y despepitar los dátiles. Hace un par de años pedía la receta a mi tía Beatriz, que es la que presento ahora. Forma parte de la mesa de dulces de fin de años, en remplazo de la Torta negra o de frutas, especialmente para quienes no han preparado la maceración de frutas.

 
TORTA DE DÁTILES Y NUECES
 

Ingredientes:
  • 1/2 litro de leche
  • 1/2 Kg de mantequilla
  • 1/2 Kg de azúcar moreno
  • 400 gr. de harina
  • Ralladura de una naranja
  • 1 cucharadita de polvo de hornear
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 450 gr. de dátiles sin semilla
  • 1 taza de nueces cortadas menudito y enharinadas + 5 o 6 mitades que se usarán para decorar
  • 5 o 6 guindas confitadas para decorar.

 
Preparación:
  1. Comenzamos precalentando el horno a 350°F. Seguidamente organizamos los ingredientes: se aplastan los dátiles con un tenedor para que queden como un puré (mejor si se eliminan las pieles); se cortan nueces, se miden y se enharinan, y se saca la ralladura de la naranja. Se enmantequilla y enharina el molde. 
  2. En una olla amplia se coloca la mantequilla, leche y azúcar y se lleva todo al fuego hasta que la mantequilla esté derretida. Una vez fundida la mantequilla, se retira la mezcla del fuego y se deja reposar. Cuando se ha refrescado, pero no esté fría, se comienza a batir con los dátiles. Todo se irá emulsionando y espesando.
  3. Se agrega la ralladura de naranja y poco a poco se incorpora la harina previamente cernida con la sal, el polvo de hornear y el bicarbonato de sodio, con un movimiento envolvente.  Por último se agregan las nueces enharinadas, que se incorporan a la mezcla revolviendo suavemente.
  4. Seguidamente, se vierte la mezcla en el molde enharinado.  Se adorna con las cerezas confitadas y las mitades de nueces enharinadas. Se lleva al horno precalentado a 350º F por hora y media, o hasta que al introducirle una aguja de repostería, ésta salga limpia.  
  5. Se saca del horno, se deja reposar unos minutos en una rejilla y se desmolda.

 
Un buen trozo de la torta
Buen provecho

martes, 4 de diciembre de 2012

El Niño de Belén, de Venecia a Venezuela


El Niño de Belén, talla veneciana del siglo XVII.
Colección Iglesia de San Francisco, Caracas
Foto de Francisco Perdomo Terrero, 2010

El Niño Jesús que encabeza este artículo ocupa un lugar destacado en la Iglesia de San Francisco en Caracas y en el corazón de los caraqueños con sangre en las venas. Tiene capilla propia con un exquisito retablo del siglo XVIII. Cada vez que paso por el centro lo visito y no deja de echarme esa mirada que lo caracteriza. Se acerca la Navidad y los padres jesuitas lo bajan y lo exponen para la veneración de los fieles. Poca gente conoce su historia.

El padre Juan Antonio Navarrete, interesante franciscano venezolano nacido en Guama y muerto en plena Guerra de Independencia, de la que era partidario, le dedicó una entrada en su Arca de Letras y Teatro Universal. Veamos qué nos dice, respetando por supuesto la ortografía y acentuación de la época:
(Niño Jesús) ...El de Belén que con mucha estimación y fama debida se guarda en este nuestro Convento Franciscano de Caracas en su capilla llamada con el nombre de la Capilla del Niño de los Forasteros, para noticia curiosa de los lectores que no sabrán su orígen, su traída, su entrega a este Convento y otras cosas semejantes dignas de saberse, se dan las noticias siguientes.
1° Que este Niño o Simulacro, por los instrumentos que después diré, consta que real y físicamente estuvo sirviendo veinte años en la Santa Gruta y Pesebre de Belén donde nació el mismo Verbo Gerno hecho carne de las entrañas purísimas y virginales de su Madre Santísima María Virgen y Madre de Dios.

2° Que el oficial que lo hizo en la República de Venecia ayunó antes de ponerle la mano tres días a pan y agua, suplicando al Santo Niño le diese acierto.

3° Que el Religioso que lo trajo a este Convento fué un Religioso Lego llamado Fray Luis de Arangúren hijo de esta Santa Provincia de Caracas y Procurador de los Santos Lugares de Jerusalén, con cuyo oficio fué por orden superior a la misma Casa Santa y Lugares de Jerusalén y allí hizo renuncia de dicho oficio de Procurador General. 
4° Que dicho Religioso fué quien partiéndose para España por orden de sus superiores, dejó aquí el Santo Niño a cuidado de los Forasteros nacidos y naturales de los reinos de España e Islas Canarias: palabras del instrumento que ya diré: con condición de que le fabricasen Capilla y le conservasen con gran culto y devoción.

Mariana de Austria
5° Que dicho Niño fué pedido por dicho Religioso a los Santos Lugares y al mismo tiempo hizo la misma petición la Soberana Reina de España, Doña Mariana de Austria, enviando uno de la corte para que le enviasen alguno que hubiese servido para los oficios de la Noche de Navidad en la misma Santa Gruta.
6° Que los años en que sucedió fueron estos. Los 20 que sirvió dicho Niño en la Santa Gruta para las fiestas y funciones del Natal fueron desde 1677 hasta 1697. En este último de 1697, salió dicho Religioso de la Santa Ciudad de Jerusalén, siendo Guardián de allí y Procurador General el Padre Fray Baltazar Caldera de Milán. El año antecedente de 1696, llegó la petición de dicha Reina de España. El año de 1707 volvió dicho Religioso de aquí de Caracas para España llamado de los Superiores: y en este año fué que hizo la entrega a los Forasteros de la Divina Prenda el día 21 de julio entregándolo todo con su Capilla, era otra de la que hoy le han fabricado los Forasteros. Año de 1710, se partió dicho Religioso para la Custodia de Jerusalén por Orden Superior. Estuvo allí dos años hasta 1712, en que hecha renuncia del oficio de Procurador, volvió aquí y el año 1719 escribió a los Padres de los Santos Lugares pidiendo una Certificación de la entrega del Niño y del tiempo de su servicio en la Santa Gruta: por que la primera que él había traído se había perdido. La respuesta del Custodio de la Tierra Santa y Guardián actual del Sacro Monte Sion fue firmada con los Discretos en 6 de marzo de 1722, diciendo en élla que preguntados algunos Religiosos de Belén en orden al Santo Niño, respondieron haber servido allí mucho tiempo hasta que pusieron el que donó la precitada Reina Mariana. Qué quien lo trajo? y quién lo mandó a aquella Gruta Santa? lo ignoraban. Era el dicho Custodio nombrado Fray Juan Felipe de Milán Padre de la Provincia de Milán. Pero haciendo dicho custodio más eficaces diligencias con los Religiosos más antiguos de la Tierra Santa, certificaron estos lo mismo en orden a haber servido dicho Niño para las funciones del Santo Natal en la Gruta y que se lo habían dado o entregado a dicho Religioso Lego: y que algunos decían sin mayor certidumbre que el dicho Niño había sido traído de Nápoles, todo lo firmaron dicho día 6 de marzo de 1722.
Mas en orden a su verdadero origen, fue del modo siguiente: El año 1677, el Señorío y Senado de Venecia pidió a los Prelados del Convento de Belén y Santos Lugares para su devoción y piadoso culto, un Niño que hubiese servido en la Noche de Navidad en el pesebre donde nació el Salvador del mundo y en retorno mandaron ellos otra imagen o simulacro que se hizo allí mismo en Venecia en esta forma: Juntaron tres Oficiales Escultores entalladores de los mejores de la ciudad que hacían imágenes. Les dieron orden para que cada uno hiciese un Niño con el fin de ir a servir a la Santa Gruta de Belén para cuyo efecto les encargaron se esmerase cada uno en los primores de su arte, ofreciéndoles su satisfacción correspondiente. Había entre los tres uno que siendo el más ínfimo y menos primoroso en el arte, por lo mismo se encomendó más de veras a Dios para que le diese acierto en las manos. Ayunó a devoción del Santo Niño Jesús por tres días a pan y agua, conociendo iba a hacer una prenda tan estimable como para ir a servir al mismo pesebre donde nació Jesucristo. No puso mano a la obra hasta que cumplió sus ayunos. En fin la comenzó y la acabó con tanto acierto que entre las tres que se presentaron al Senado, ésta fué la que más les agradó a todos y la mandaron a los Religiosos de Belén en retorno de las que les habían de mandar. Esta es la que estuvo sirviendo en Belén los 20 años que ya dijimos, desde el año 1677 hasta el de 1697. Y esta es la misma que hoy se conserva en nuestro Convento Observante de la Ciudad de Caracas en la capilla que está a cuidado de los Forasteros llamada Capilla del Niño (...)
Y finalmente para mayor claridad y obviar confusiones al que leyere, advierta que luego que la Reina de España Doña Mariana envió su Niño para que le enviasen alguno que hubiese servido en el Pesebre de Belén, lo pusieron allí y quitaron del Pesebre éste que era el que 20 años había estado sirviendo, como queda dicho.
Así con la claridad, que en esto es posible, quedan desatadas la dificultades que pueden ocurrir en la confusión que se encuentra en la Relación del citado (Libro) Becerro. Esto escribo año de 1794....
Nuestro recuerdo para Fray Luis de Aranguren, el venezolano que sirvió toda su vida entere las misiones de Caracas y los Santos Lugares, y para el Padre Fray Juan Antonio Navarrete, que escribió una rica enciclopedia desde la Biblioteca del Convento de San Francisco y murió anciano apoyando la causa de la independencia.

El honor al Niño de Belén, amor de los caraqueños de pura cepa, cantemos cuatro aguinaldos venezolanos. En unos días bajarán al Niño de su retablo, será ocasión para visitarlo, entregarle nuestros corazones y pedirle nos otorgue su gracia.


viernes, 30 de noviembre de 2012

El pan de jamón de Claudio Nazoa


Claudio Nazoa
Médico, humorista y escritor

El 3 de diciembre de 1997, Claudio Nazoa publicó en El Nacional su receta para Pan de jamón, que goza de buena fama en Caracas. La tituló UN JAMÓN DE PAN, nombre que tiene connotaciones caraqueñas. Digo esto porque la palabra "jamón" tiene en Caracas y otras ciudades venezolanas un significado adicional a la pierna de cerdo curada o ahumada.

Nos dice Ángel Rosenblat en su libro Buenas y malas palabras que "nuestro jamón es la ganga, o el pan grande, como también se dice".
...En el castellano general, para decir que algo es una ganga se dice, efectivamente: "Es un buen bocado", "Es carne sin hueso", "Es bocado sin hueso". Es decir, sin desperdicio. Es evidente que nuestro jamón ha venido a sustituir a esas expresiones.
Aunque esa expresión ha ido desapareciendo  del vocabulario caraqueño, que cada día es más pobre e ininteligible, aún se puede calificar al pan de jamón de Claudio Nazoa como un "jamón de pan" o "un pan grande", porque eso es lo que es.

El año pasado, hacia estas fechas publiqué en ese blog  un artículo sobre el pan de jamón que incluye otra receta de este pan tradicional venezolano, desarrollada por Armando Scannone. Los invito a meter las manos en la masa y disfrutar su preparación y degustación con sus familiares y amigos.


Un jamón de pan

por Claudio Nazoa


Complaciendo las innumerables peticiones que me hacen todos los años por esta misma fecha, hoy les voy a ofrecer mi receta del Pan de Jamón. Esta vez se la voy a dedicar muy especialmente a la señora Antonia Gracia de De Los Santos, que en días pasados me envió una gentil carta a través de esta misma página. Asimismo, la dedico a todos los amargados que detestan la Navidad a ver si haciendo esta receta se les endulza un poquito la vida.


 Pan de Jamón
 (Receta para tres panes medianos o dos grandes, dependiendo del tamaño del horno)

 Ingredientes:
1 kilo y medio de harina de trigo.
1 cucharada de levadura fresca (en granos o en pasta).
200 gramos de mantequilla o margarina.
200 gramos de azúcar.
3 huevos de gallina.
150 gramos de papelón o azúcar morena.
1/2 litro de leche (de vaca).
400 gramos de tocineta ahumada.
1 kilo de jamón de pierna, espalda o ahumado.
200 gramos de pasas.
200 gramos de aceitunas sin semillas.
2 cucharaditas de sal.

Preparación:

 1.- En una taza de agua eche una cucharada grande de levadura fresca. Déjela reposar por cuatro minutos.

 2- Entibie la leche, agréguele el azúcar y la sal.

 3- Coloque sobre la mesa 1 kilo de harina en forma de volcán, agregue la levadura crecida y mezcle con la mano. Agregue dos huevos enteros, la mantequilla y poco a poco la leche, hasta que la masa se vaya homogeneizando. en caso de que esté aguado utilice el otro medio kilo de harina que le dije al principio que se reservara. Si no lo reservó no es culpa mía. Deje reposar la pelota de masa por 35 minutos en sitio tibio.

 4.- Mientras tanto, aproveche usted también para reposar y con la ayuda de alguna persona que esté en su casa prepárese algo para refrescarse.

 5- Corte las aceitunas en rueditas, ponga a remojar las pasas.

 6- Ponga el jamón y la tocineta en un platico para que se vaya viendo bonito.

 7- Supongamos que ya pasaron los treinta y cinco minutos y procedamos a hacer el pan propiamente dicho, después de darnos cuenta de que no hay en la casa un rodillo y hay que salir corriendo a buscarlo por todo el vecindario. Divida la masa en dos partes y estírela con el rodillo hasta formar un rectángulo, esparza las aceitunas y luego invada todo el espacio de la masa con el jamón, y sobre ese jamón agregue las tiritas de las tocinetas. Inmediatamente enrolle el rectángulo de allá para acá hasta formar un rollo que más tarde será el pan. Guarde un pedazo de masa sobrante para decorar. Deje reposar el pan crudo durante 30 minutos antes de meterlo al horno, el cual hemos calentado ya a 250 grados. Cuando lleve en el horno 20 minutos, sáquelo y proceda a pintarlo con papelón rallado al cual hemos agregado un huevo entero.

 8.- El pan estará listo en una hora y pico aproximadamente, pero recuerde el tiempo se lo da la lógica (no dejarlo quemar).
NOTA: Para la receta de Pan de Jamón de Armando Scannone, ingresar por aquí.




jueves, 22 de noviembre de 2012

Hallacas maracaiberas

Como he observado que el artículo más leído de este Blog es el relativo a la hallaca (La multisápida hallaca) y que no he colocado ninguna receta de este plato indispensable en la mesa navideña venezolana, voy a transcribir una breve receta que encontré en un manuscrito de mi madre.  Las indicaciones son muy sucintas; como para recordar el procedimiento a quien las sabe hacer.
Hojas de bijao, son las que se usan
en el Zulia
Cualquiera que lea las instrucciones y no conozca una hallaca no sabrá, por ejemplo, cuándo cortar las carnes, qué tipo de picante se le pone, ni dónde está el onoto ("achote" en Maracaibo). ¿Y las alcaparras? Tampoco explica la limpieza, corte y selección de las "hojas" (de plátano o banano en Caracas, aunque en el Zulia se usa el bijao), ni el ensamblaje de la hallaca. Queda pues esta receta, si se la puede llamar así, para recordar las proporciones y algo del procedimiento para preparar un plato que se hace sólo una vez al año. También observamos que se ha sustituido un ingrediente tradicional, el maíz pilado, por harina precocida de maíz (la textura y sabor de la masa de maíz pilado no es la misma que la que da el producto industrial).
Llevan el nombre de Hallacas Titá para distinguirlas de otras recetas. Titá era el apodo familiar de María Trinidad Virginia, hermana de mamá, a quien también conocían como Trina.

Hallacas Titá

Ingredientes
  • 1 kg. de manteca de cochino
  • 2 paquetes de Harina PAN
  • 2 paquetes de hojas
  • 1 rollo de pabilo
  • 1 y 1/2 kg de cochino
  • 1/4 de kg de carne (pulpa negra)
  • 1/4 kg de tocino
  • 6 pimentones rojos
  • 5 cebollas grandes
  • 2 cajas de pasitas
  • Encurtidos, aceitunas, vino, picante, sal al gusto.
Procedimiento

Hallaca extendida, con su relleno
y adornos. Lista para doblar
  • Se prepara el guiso a la víspera. se cocinan el cochino y la carne en poca agua hasta que estén blandos, luego se les hecha la mitad del tocino, la cebolla y el pimentón picaditos, los encurtidos, y las aceitunas, la carne picadita y el picante. Se deja cocinar todo y cuando se baje se le echan las pasitas y el vino. Se deja parte de la manteca para freír el onoto y echarle al guiso y a la masa cuando se amase.
  • La masa se amasa con agua tibia y luego se le añade la manteca con color.
  • Salen 52 hallacas. Se le dan 10 minutos de cocimiento.
  • Los bollos salen 40. Se cocinan por espacio de 3/4 de hora.
En una de las páginas finales de la agenda donde está la receta, aparece una lista con los gastos efectuados para hacer las hallacas de 1985:

  • 1 pabilo Bs. 6,00
  • 2 aceite, Bs. 23 c/u  Bs.46,00
  • 3 cabezas de ajo Bs. 3,50
  • 255 gr. de pasitas Bs. 17,85
  • ¡ojo! 6 paq. de Harina PAN Bs. 36,00
  • 1/2 kg. de aceitunas rellenas Bs. 27,50
  • 9 kg hojas Bs. 72,00
  • Carnes Bs. 303,00
  • Pimentones Bs. 26,00
  • Cebollas Bs. 65,00
  • Onoto Bs. 10,00
  • 2 paq. de H. PAN Bs. 12,00
Un par de observaciones con esta lista de compras:
  • Para finales de los años 60, ya la familia había sustituido la manteca de cochino por aceite de maíz (primero Mazola y luego Maceite) porque "tiene menos colesterol";
  • Doña Lola compró dos veces la harina de maíz precocida. Lo más probable es que le faltaba masa para los bollos.
  • Veo baratos los pimentones y caras las cebollas... Cosas de la inflación y la improductividad en el campo.
 
Antiguo Mercado de Maracaibo, cerca de la Plaza Baralt, a pocas cuadras de la casa familiar.
Hoy es un centro cultural
Tomada de http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=575004&page=6
 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La torta negra de Navidad

Torta de frutas preparada con mi maceración y la receta de Armando Scannone
Foto de 2011

La fecha se aproxima ¿Ya hicieron la maceración de frutas para la torta de Navidad? La mía está en reposo desde diciembre de 2010. ¡...dos años de añejamiento!. Aún están a tiempo de preparar una buena mezcla en cantidades suficientes que quede una cantidad para el año próximo. Hay miles de recetas y cada quien la prepara a su gusto. Comencemos por la maceración que hacía mi tía Trina; la encontré en un recetario manuscrito de mamá y, por los ingredientes, debe ser de los años 50 o 60. No requiere refrigeración.

Ingredientes:

1/2 Kg. de fruta confitada surtida, picadita
1/2 Kg. de guindas confitadas
1/2 Kg. de ciruelas pasas sin semilla
1/4 Kg. de higos pasados
1/4 Kg. de pasas de Málaga
1/4 Kg. de Pasas de Corinto
1/4 Kg. de pasas rubias
1/4 Kg. de dátiles sin semilla, pelados
1/4 Kg. de nueces peladas
1/4 Kg. de avellanas peladas
1/4 Kg. de almendras peladas
4 almendras amargas, piladas o pulverizadas
1 vaso de licores entre Brandy, Curacao, Marsala, Crema de cacao, Cherry, Marrasquino, etc.
1/2 litro de almíbar de caramelo (3 tazas de azúcar).

Procedimiento:
Nueces y frutas secas para la maceración, listas para
agregar los ingredientes líquidos
  1. Ponga al fuego tres tazas de azúcar y dos de agua. Deje que hierva la mezcla hasta que se haga un caramelo. Una vez que el mismo toma color, añádale dos tazas de agua hirviendo (con cuidado, eso quema). Lleve al fuego. Cuando haya disuelto el caramelo y tenga punto de almíbar mediano, retire del fuego.
  2. Corte en trocitos los higos, dátiles y ciruelas. Pele y corte finamente las almendras, avellanas y nueces. Mezcle la fruta picada con las guindas, pasas, licores y el almíbar de caramelo.
  3. Pase la preparación a un frasco de boca ancha. Ponga una tapa de papel parafinado y enrosque luego la de metal que traen los frascos. Conserve la maceración en un lugar fresco y seco, por espacio de unos dos meses. Tome medio kilo de la misma para cada torta de medio kilo. 
Para la torta:

Ingredientes:

1/2 Kg. de mantequilla
1/2 Kg. de  azúcar
1/2 Kg. de harina de trigo
10 huevos
1 cuchadara de esencia de vainilla
1/2 cucharada de polvo para hornear
1/4 cucharadita de bicarbonato de soda
4 barras de chocolate rallado o fundido
1/2 Kg. de la maceración
1/2 taza del líquido de maceración
1 cucharada de especias en polvo surtidas: canela, clavo, pimienta dulce, nuez moscada, etc.
1 hoja de papel parafinado

Procedimiento:
  1. Bata la mantequilla junto con el azúcar hasta que resulta una crema lisa. Agregue la esencia de vainilla y las yemas, una a una, sin dejar de batir. A continuación añada las claras batidas a punto de nieve, alternando con la harina cernida junto con los polvos para hornear y el bicarbonato de soda, con movimiento envolvente y muy suave.
  2. Incorpore al batido el chocolate rallado o fundido, medio kilo de la maceración y media taza del jugo de la misma. Si la pasta resulta floja, agregue harina cernida hasta dejarla de consistencia mediana.
  3. Hornée la preparación en una tortera engrasada, forrada de papel parafinado, también engrasado y enharinado, a 350°F los primeros 20 minutos. Luego reduzca la temperatura a 320°F, hasta su completa cocción; aproximadamente una hora en total. Desmolde la torta una vez que se haya enfriado. Consérvela envuelta en papel celofán hasta el momento de servirla. Espolvoréela  con azúcar velo. Decórela con motivos navideños.

 
En 2010, como no tenía la receta de familia, desarrollé la mía propia, que resultó muy satisfactoria, a pesar de que no se consiguen las pasas de Corinto y de Málaga, y que las frutas confitadas de frasco no son la mejor opción. Ya en los años 70 mi tía se quejaba de la baja calidad de los materiales disponibles en el mercado. En vez de ponerle el almíbar de caramelo uso un buen vino dulce (la tía usaba Marsala al uovo Florio, bien puede ser un oporto), miel, etc. Cada quien puede desarrollar su propia receta y no forzosamente deben esperarse varios meses para poder disfrutar de una torta de calidad.
Mi torta combina una maceración preparada como la de la tía, pero con el procedimiento de elaboración de la torta según Armando Scannone, que es menos complicado e igualmente efectivo.


Veamos la receta de Armando Scannone para la Torta negra, tomada del libro Mi cocina a la manera de Caracas (Caracas, 1986)

 Maceración de frutas

Ingredientes: (para 1/2 Kg. de maceración)

1/4 de taza de almendras, peladas y picaditas
1/4 de taza de avellanas, picaditas
1/2 taza de nueces, picaditas
1/4 de taza de naranjas abrillantadas, picaditas,
1/2 taza de ciruelas pasas sin semillas, picaditas
1/3 de taza de ron
2/3 de taza de cerveza negra
1/2 cucharadita de clavos de especia, molidos
1/2 cucharadita de canela, molida
1/4 de cucharadita de nuez moscada, rallada
1/4 de cucharadita de jengibre fresco rallado

Preparación:

Con mucha anticipación, 1 o 2 semanas al menos, se prepara una maceración básica mezclando bien en un envase todos sus ingredientes. Se tapa y se conserva en la nevera. Las cantidades indicadas son suficientes para hacer la maceración de 1 torta.

Para la torta:

Ingredientes (todo a temperatura ambiente):

500 gr. o 2 tazas de la maceración preparada con anticipación
175 gr. de mantequilla con sal, de los que se toma una cucharada para engrasar el molde
1/2 cucharadita de sal
1y 2/3 de taza de azúcar
5 huevos
2 tazas de harina
1 cucharadita de polvo de hornear


Torta en el molde, recién salida del horno.
No hubo necesidad de cubrirla con papel parafinado
Preparación:

  1. Unas tres horas antes de comenzar la preparación de la torta, se saca de la nevera la maceración y se deja tapada hasta adquirir la temperatura ambiente.
  2. Se precalienta el horno a 375°F
  3. Se enmantequilla y enharina un molde anular de 25 centímetros de diámetro exterior y 8 centímetros de alto. Se pone aparte.
  4. En el recipiente de una batidora se ponen la mantequilla y la sal y se baten hasta tener consistencia de crema. Siempre batiendo se agrega el azúcar y se continúa batiendo unos 5 minutos. Se agregan los huevos uno a uno y se baten unos 5 minutos más. Por último, con movimiento envolvente, se agrega la harina cernida con el polvo de hornear, alternándola con partes de la maceración, terminando con la harina. Se mezcla bien y se vierte en el molde
  5. Se mete en el horno y se hornea por 50 minutos o hasta que al introducirle una aguja ésta salga seca. Puede ser necesario cubrirla al final con papel encerado para que no se dore demasiado por encima.
  6. Se saca el molde del horno, se deja reposar unos minutos y todavía caliente se saca la torta del molde sobre una bandeja.

NOTA:
Este año, para que me quede más oscura, le agregaré chocolate de buena calidad al procedimiento esbozado por Armando Scannone. Luego renovaré el contenido de la maceración con ingredientes nuevos y la guardaré para la próxima torta de frutas.
 
Torta Negra desmoldada sobre una bandeja, lista para ser decorada

NOTA:
Si no se ha hecho una maceración, una buena opción alternativa puede ser la Torta de dátiles y nueces, cuya receta se puede encontrar por aquí. Es muy sabrosa y fácil de hacer.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Navidad en crisis


Mi prima Margarita, la que vive en Mallorca, me sugiere para este blog el tema la celebración de las fiestas navideñas con menos recursos. Como todo el mundo sabe, los españoles no recibirán este año lo que en Venezuela llamamos Aguinaldos o Bonificación Especial de Fin de Año. De hecho, muchos se encontrarán sin empleo y hasta "desahuciados", como me dijo mi tía Beatriz cuando la llamé para saludarla por su cumpleaños. Triste y fea Navidad, si no se asume correctamente.

La prima colocó hace unos días en su perfil  de Facebook el siguiente mensaje, que no es de ella, sino  que ha sido muy popular entre los españoles que circulan por las redes sociales:
Buena idea, sin duda. La festividad de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo no tiene por qué convertirse en un ejercicio de consumismo. Compartir es lo importante. Así tengamos dinero de sobra, el espíritu cristiano nos llama a la solidaridad, no al consumo desmedido. ¿Regalos? Sí, por supuesto, pero a la hora de adquirirlos pensemos en quienes no tendrán con qué celebrar y seamos discretos en el gasto.

Hallacas especiales para regalo
En nuestro chateo de ayer, le recordaba a la prima cómo eran las navidades venezolanas antes de que la falsa riqueza petrolera nos hiciera improductivos, rentistas y consumistas.  Nuestros abuelos se esmeraban en los regalos que iban a hacer en diciembre: hallacas especiales, dulces típicos, ponche crema doméstico, muñecas de trapo para las niñas, trompos, perinolas, yoyos y zarandas artesanales para los varones... Nada de dispendio. Los amigos y allegados se sentían honrados de recibir una cesta con hallacas de las especiales de Misia Mengana, o un buen trozo de torta negra de las Señoritas de Tal, o el dulce de cabello de ángel tan sabroso que preparan para la venta las hermanas De los Palotes; nadie comparaba precios y todos quedaban bien.

También le recordé a la prima que aún estamos pagando política, económica y socialmente las cajas de champaña Dom Perignon y de güisqui Royal Salute que nos tomamos como agua en los años 70. Es buena la idea que sugiere, porque el dinero debe salir de algún lado y una sociedad poco productiva no lo tiene. A menos que lo saque de donde no se debe: los recursos destinados a la vivienda, la alimentación, la educación de los hijos, y la recreación sana en familia. No nos quejemos en enero del alto costo de vida, si en diciembre dilapidamos los churupos.

Claro, tampoco podemos dar marcha atrás al reloj, o tomar el túnel del tiempo, y regresar a épocas más austeras. Lo que sí podemos hacer es racionalizar el gasto. ¿Qué regalar? Tal vez alguna artesanía de buen gusto, o productos gourmet no industriales que a todos agradan (allí hay gran variedad), o quizá algo hecho por nosotros. Estas cosas siempre tienen el valor agregado de ser originales y no producto de la industrialización masiva. Quien reciba este tipo de regalos sentirá que se pensó en sus gustos y que no fue una compra "para salir del paso". ¿Que no les gustan? Pues mejor, ahora sabremos si nos aprecian por lo que valemos o por los reales que gastamos. Para los niños lo mejor serían los juguetes tradicionales o los juegos educativos. Ellos siempre agradecen un regalo.

Creo que con esto la prima se sentirá satisfecha

miércoles, 4 de enero de 2012

Los Magos de Oriente



Los tres Reyes Magos
vienen del Oriente
con su taparita
bebiendo aguardiente.


Al contrario de la mayoría de los países de habla hispana, en Venezuela quien trae regalos no son los Reyes Magos sino el Niño Jesús. Salvo en algunas zonas de los estados andinos y orientales, donde los Magos continúan teniendo cierta importancia, la fiesta de la Epifanía sólo marca el fin del asueto escolar de Navidad. Algunas familias se limitan a dejar al pie de la cama de los niños alguna golosina o una pequeña cantidad de dinero para que, al levantarse el 6 de enero, encuentren lo que les dejaron los Reyes.

Quién sabe cuándo y por qué los venezolanos cambiamos la vieja costumbre española. Tal vez sea reflejo de nuestra conducta política y de nuestro presidencialismo a ultranza. Así como el Niño Jesús nos trae los regalos (cosa que es teológicamente correcta), el Presidente de Venezuela es como un Pantocrator que todo lo debe resolver; desde la alta política hasta un grifo dañado. Así ha sido desde tiempos del Centauro de los Llanos (Páez), pasando por el Ilustre Americano (Guzmán), el Siempre Invicto (Castro) y el Benemérito (Gómez), hasta ahora. Los políticos lo saben y por eso se muestran como Mesías y los venezolanos contentos, en devota Adoración Perpetua. Si el Presidente lo puede resolver todo y es un simple mortal... ¿Por qué esperar a los Magos de Caldea o a San Nicolás de Myra, si el Niño Dios nos "resuelve" más y mejor?

Por mi parte, celebraré Epifanía comiendo un Roscón de Reyes de alguna de las pocas pastelerías españolas que quedan en Caracas. Espero que no me traigan carbones, que me he portado bien.




FELIZ EPIFANÍA

NOTA: Para una receta de Roscón de Reyes, ingresar por aquí.