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viernes, 12 de septiembre de 2014

Jesús histórico por J. A. Pagola



En estos días, la Librería Estudios me tenía un presente inesperado de parte del establecimiento y de su directiva. Al hacerme la entrega del presente, Jesús el Librero, me explicó el origen del mismo. Hace unos días escribí unas breves reflexiones sobre la actitud que debe tener el cristiano ante la proximidad de la muerte y agregué unos datos tomados del Catecismo de la Iglesia (leer por aquí) y el texto gustó. El Dr. Zapata consideró adecuado regalarme Jesús, una aproximación histórica (PPC, Buenos Aires, 2013) por José Antonio Pagona, para que esa aproximación histórica "le ayude a conocerlo más y, como dice San Ignacio, para así amarlo y seguirlo."

No es un libro para leerlo como unas biografía o una novela, sino para degustarlo. Está repleto de información arqueológica, de las investigaciones más recientes e historia, que nos trasladan a Galilea del siglo I. Nos muestra, pues, el contexto político, económico y social en que se desarrolló la vida de Jesús hombre. Apasiona y da gusto leerlo. A pesar del volumen de información manejada por el autor, la prosa es fresca y de agradable lectura.

El autor explica que a la hora de escribir el libro tenía en mente a cristianos.
José Antonio Pagola
Sé cómo se encenderá la fe y cómo disfrutarán de ser creyentes si conocen mejor a Jesús. Bastantes de ellos, hombres y mujeres buenos, viven en la "epidermis de la fe", alimentándose de un cristianismo convencional. Buscan seguridad religiosa en las creencias y prácticas que se encuentran a su alcance, pero no viven una relación gozosa con Jesucristo.
Además, pensó en los que ignoran casi todo sobre Jesús. "Jesús no es sólo de los cristianos. Su vida y su mensaje son patrimonio de la humanidad":
Hombres y mujeres para quienes su nombre no ha representado nunca nada serio o cuya memoria se ha borrado hace mucho de su conciencia. He recordado a jóvenes que no saben gran cosa de lña fe, pero que se sienten secretamente atraídos a Jesús. Sufro cuando lers oigo decir que han dejado la religión para vivir mejor.
También pensó en los decepcionados del cristianismo real que tienen ante sus ojos y se han alejado de la Iglesia y andan hoy buscando , por caminos diversos, luz y calor para sus vidas.

A mi juicio, si el público lector leer este libro, Pagola habrá cumplido su cometido. Lo que manifiesta en el texto, llama a acercarse a Jesús y dudo que quien lo lea, no se sienta movido.

Lo que no sabía el Dr. Zapata es que, desde hace un tiempo, venía rondando por ese libro y siempre salía de la librería con otra cosa y dejaba al Jesús de Pagola para otro día. Un millón de gracias. Espero agradecérselo en persona cuando vuelva a Caracas.

Para quien esté interesado en adquirirlo, quedan varios ejemplares en la Librería Estudios, en su sede de la Castellana. Parece que ha gustado.


lunes, 8 de septiembre de 2014

Lolomai



Hace uno días, Alexis el Librero me recomendó una novela de aventuras. Se trata de Lolomai; el río de los diamantes (Dahbar / Recuperaciones, Caracas, 2014) obra escrita hace ya unos 50 años por Sadio Garavini di Turno (1904-1991), a quien no hay que confundir con su hijo homónimo que fue Embajador de Venezuela.

La novela, me decía Alexis, está basada en hechos reales y describe la vida en la selva venezolana en los ya lejanos años 40: actividad minera según la antigua Ley de Minas (según la cual todo lo que se extrajera por métodos no industriales al sur del paralelo 5 eran propiedad de quien lo extrajera con muy pocos trámites) el aventurerismo que surgió en ese mundo rico y poco explorado, las "bullas diamantíferas, y el daño causado a las etnias y indígenas y sus culturas debido a la presencia de armas de fuego, vicio y el indispensable contacto con los "racionales". En efecto, esta novela ligera y de fácil lectura nos presenta ese mundo de manera personal e íntima. No es una gran obra literaria, pero da placer leerla y da buenas horas de sano entretenimiento.

No es la primera vez que Lolomai está en manos del público. Al momento de su primera edición estuvo en la lista de los best sellers del New York Times: Veamos la contraportada:
La publicación de esta novela en 2014 es el redescubrimiento de un tesoro, y un nuevo capítulo en una historia tan extraordinaria como los hechos que la novela relata. Cuando este aventurero y trotamundos que fue Sadio Garavini di Turno la publicó, esta historia de mineros, indígenas y seductoras nativas en medio de la selva venezolana llegó a la lista de best sellers del New York Times y fue traducida, en los años siguientes, a varios idiomas. Ahora, una editorial venezolana la devuelve a la luz, para que encuentre nuevos lectores esta pieza que no pertenece a ninguna tradición local y que tiene el sabor de los libros inolvidables.
La novela ha viajado bien en el tiempo y, a pesar de su edad, mantiene su frescura con pocas arrugas, que tal vez sean solo líneas de expresión.

Sitio de una de las más antiguas minas de diamante de la Gran Sabana. Aún sigue siendo lugar de difícil acceso
Fotro www.bbc.co.uk

viernes, 29 de agosto de 2014

La muerte del cristiano

El buen Pastor. Mausoleo de Gala Placidia, Rávena.
Hace días, cuando la gastroenteróloga me informó que los exámenes a unas muestras dieron positivo para cáncer, tuve mi primer encontronazo con la posibilidad real de morir. "El cáncer es curable, si se diagnostica a tiempo" era el slogan de la Sociedad Anticancerosa en los años 60 y 70, lo que sería cierto en un momento en que el Estado Venezolano se ocupaba de la salud de los ciudadanos. Hoy no hay remedios ni para la gripe; ya no basta con que te diagnostiquen a tiempo, requieres también el material para la radio y la quimio que se deba aplicar.

Al contrario de muchos venezolanos, no le tengo miedo a la muerte, que es el paso a una vida mejor, sino que siento curiosidad por saber de qué moriré. Debo confesar que la noticia me aguó el guarapo y hasta se me salieron las lágrimas. Lo peor es que esas lágrimas surgían de un apego a los bienes materiales y no por que dejara atrás una viuda pobre cargada de hijos, o a una madre viuda sin sostén alguno. Mi primer pensamiento fue (¡Qué vergüenza!), mis libros, mis pipas, mis teteras. Cuando uno muere nada es tuyo; te llevas lo que diste y entregaste al prójimo. La muerte para una persona sin problemas como yo no debe ser sino una oportunidad para tener una buena muerte: perdonar las ofensas de otros, pedir perdón a quienes hemos ofendido, enmendar entuertos, ser generosos...

Ya de vuelta en casa, un tanto preocupado, me puse a reflexionar. Un buen cristiano no debe apegarse a los bienes terrenales; al contrario, son un impedimento para entrar a la Patria Celestial. No es esto beatería como la de aquella vecina que me decía que no fuera a hacerme exámenes sino que fuera a una "misa de sanación" (eso es fanatismo y prefiero reservarme mis comentarios de católico serio con respecto tales actos). Dios no nos resuelve los problemas, ni hace lo que nos de la gana ni mucho menos es médico. Él nos da fuerza para llevar la cruz que nos ha asignado y nosotros debemos asumirla con humildad. Al final, y así lo escribí a un amigo sacerdote, "hágase la voluntad de Dios que es la misma mía".

Veamos qué nos dice sobre el particular el Catecismo de la Iglesia Católica ( Asociación de Editores del Catecismo, Madrid, 1992):
Frente a la muerte, el enigma de la condición humana alcanza su cumbre (GS 18). En un sentido; la muerte corporal es natural, pero por la fe sabemos que realmente es "salario del pecado" (Rm 6, 23 cf Gn 2, 17). Y para los que mueren en la gracia de Cristo, es una participación en la muerte del Señor para poder participar también en su Resurrección (cf Rm 6, 3-9; Flp 3, 10-11)
La muerte es el final de la vida terrestre. Nuestras vidas están medidas por el tiempo, en el curso del cual cambiamos, envejecemos y como todos los seres vivos de la tierra, al final aparece la muerte como terminación normal de la vida. Este aspecto de la muerte da urgencia a nuestras vidas: el recuerdo de nuestra mortalidad sirve también para hacernos pensar que no contamos más que con un tiempo limitado para llevar a término nuestra vida...
Con respecto al sentido de la muerte cristiana, agrega el Catecismo:
Gracias a Cristo, la muerte cristiana tiene un sentido positivo. "Para mi, la vida es Cristo y morir una ganancia (Flp 1, 21) "Es cierta esta afirmación: si hemos muerto con él, también viviremos con él" (2Tm2,11). La novedad esencial de la muerte cristiana está ahí: por el Bautismo, el cristiano está ya sacramentalmente "muerto en Cristo", para vivir una vida nueva; y si morimos en la gracia de Cristo, la muerte física consuma este "morir en Cristo" y perfecciona así nuestra incorporación a Él en su acto redentor
(...) En la muerte, Dios llama al hombre hacia sí. Por eso, el cristiano puede experimentar hacia la muerte un deseo semejante al de San Pablo; "Deseo partir y estar con Cristo" (Flp1, 23); y puede transformar su propia muerte en un acto de obediencia y de amor hacia el Padre, a ejemplo de Cristo.
(...) La muerte es el fin de la peregrinación terrestre del hombre, del tiempo de gracia y de misericordia que Dios le ofrece para realizar su vida terrena según el designio divino y para decidir su último destino. Cuando ha tenido fin "el único curso de nuestra vida terrena" (LG 48), ya no volveremos a otras vidas terrenas. "Está establecido que los hombres mueren una sola vez" (Hb 9, 27). No hay "reencarnación" después de la muerte.
Pues bien, al final los últimos exámenes salieron más promisorios y, si bien no hay tumores, se requiere quimioterapia para las células cancerígenas que andan sueltas por allí. Ven? Dios, en su infinita misericordia, siempre provee. Ahora sólo me queda ofrecer el malestar del tratamiento por la diócesis a la que pertenece mi amigo sacerdote.

Buena lección... gracias, Señor.

Pavo real, símbolo de la inmortalidad del alma 


lunes, 25 de agosto de 2014

Oficina N° 1


Hace unos tres años me acerqué a El Tigre, estado Anzoátegui, para asistir a la ordenación diaconal de un amigo, hoy párroco de María Auxiliadora en Lechería. Eduardo me llevó al club de PDVSA para que viera la Oficina N° 1, el primer pozo petrolero que se perforó en la zona y que dio el nombre a la tercera novela de la trilogía de Miguel Otero Silva. Para entonces, no la había leído aún y ya en Caracas me propuse subsanar esa deficiencia.

Pozo Oficina N° 1
Foto de www.guanipanoticias.com.ve
Oficina N° 1 es una novela fácil de conseguir pues es uno de los clasicos de la literatura venezolana del siglo XX. Encontré la edición reciente por Los Libros de El Nacional (Caracas, 2009) y me dispuse a leerla. ES una novela que describe el paso de la Venezuela agraria semifeudal a la petrolera y moderna. Leemos en la contraportada:
Ambientada en la región Oriental del país (El Tigre), esta novela cuenta la creación de una población que se levanta a partir de la explotación petrolera llevada a cabo por una compañía norteamericana; pueblo de errantes, rústico y precario, con sus casas de bahareque hechas por los indios "en solo un día"; con su bodega, su botiquín y el ávido perfume de sus prostitutas; un poblado de gente piadosa y cauta, desconfiada y tramposa, donde la avaricia, el oportunismo y el atraso social conviven con las formas de desarrollo industrial minero, la planificación económica, y la eficiencia laboral de la compañía extractora. Novela hecha de personajes ya memorables en nuestras letras como Mrs. Taylor y Carmen Rosa, Oficina N° 1 deja constancia, en el imaginario de nuestra nación, de los rigores de una realidad histórica, de "casas mal nacidas" como las llamó el propio autor, realidad que cambió y definió el destino de Venezuela para siempre.
Iglesia de la Virgen del Valle, El Tigre, estado Anzoátegui
Comentario de los editores aparte los personajes de la novela conforman un mundillo, a veces sórdido, otras de trabajo y dedicación. Están, por ejemplo los margariteños que se dedicaban con ímpetu al trabajo; los sindicalistas y activistas de izquierda que luchaban por la agremiación sindical con oposición de la compañía y del Jefe Civil, a pesar de estar autorizada por el gobierno; corruptelas de la compañía con las autoridades locales para hacer lo que les viniera en gana; el cura español que recogía plata para la construcción de una iglesia que nunca inició, sino su remplazo y un sacerdote merideño; los chinos de servicio, los americanos que se adaptan, casan con criolla y se quedan... De todo un poco.

Si hoy paseamos por las calles de El Tigre nos encontramos con la Iglesia de la Virgen del Valle, inaugurada en 1954 (tal vez remplazo de la choza de bahareque construida por los margariteños; en pleno centro la casa de la Asociación china, con los símbolos de la República China del Kuo Ming Tang, pero pintada gris ratón; el mercado, etc. Hay cierta prosperidad en El Tigre. Si se produce el desmembramiento de la Diócesis de Barcelona, será sede episcopal. Nadie podría sospechar en 1911 que un puesto telegráfico podría convertirse tan rápidamente en una ciudad.

El tema petrolero surge aquí y allá en la literatura venezolana. Hay dos novelas de Ramón Días Sácnhez que lo tratan: Mene (1936) y Casandra (1957), que considero de interés para profundizar en este aspecto.


viernes, 22 de agosto de 2014

Casas muertas

Edición príncipe de Casas muertas,
Editorial Losada, Buenos Aires.
Cursaba yo segundo año de bachillerato cuando Severino, el profesor de castellano, propuso una lista de lecturas de obras venezolanas para el año escolar 1967-68. Recuerdo los nombres de algunas de ellas: Casas muertas, Doña Bárbara, Campeones, Puros hombres.... Fue un año que auguraba un buen enriquecimiento cultural pues Severino sabía dictar sus clases. Ese fue mi primer encuentro con Miguel Otero Silva y su obra.

Ya viejo y jubilado se me ocurre releer Casas muertas al verla en los estantes de una librería (Los Libros de El Nacional, Caracas, 2009). Me traía buenos recuerdos y decidí dedicarle un rato. Esta edición tiene un interesante prólogo de Jesús Sanoja Hernández que nos ubica esta novela en la trilogía con Fiebre y Oficina N° 1 y en el contexto histórico en que de desarrolla.

Esta es, a mi juicio, la mejor lograda de las tres novelas. Se trata  del abandono del campo y de los campesinos que se ha prolongado desde las guerras civiles del siglo XIX y concluyen luego de la muerte del General Juan Vicente Gómez, cuando el Estado venezolano se dispone a traer salud y educación para todos. Malaria, fiebre amarilla, anquilostomiasis, sífilis, analfabetismo y resignación son algunos de los males que afectan al país, de los cuales, justo es decirlo, no todos son achacables a la dictadura de Gómez. Era un país volcado hacia París, Berlín y Nueva York, con poco interés en si mismo; y de eso no se puede culpar sólo al gobierno, sino también, en alguna medida, al caudillismo (aniquilado por Gómez) y a unas élites despreocupadas.

Iglesia de Ortiz
Foto de José Jaime Araujo
La acción de Casas muertas comienza, por vía de la reminiscencia, hacia 1890, cuando Ortiz era capital del estado Guárico y concluye con el deterioro total del pueblo, ya venido a menos (aunque lo principal de la acción ocurre entre 1928 y 1932). Carmen Rosa, la protagonista es asertiva y firme, mientras que el pueblo vive resignado, entregados a su destino, resignados y sufridos. Su novio, Sebastián, hombre bregado y de pelo en pecho, muere de hematuria y con él se inicia y concluye el relato.

Veamos qué nos dice Jesús Sanoja Hernández:
Se ha catalogado a Casas muertas como la segunda parte de una trilogía que comenzó con Fiebre y concluye con Oficina N° 1. La sucesión de las etapas cronológicas o la reaparición de algunos personajes fundamentan tal apreciación. Fiebre cubre el período 1928, desde los sucesos preparativos de la Semana del Estudiante, en febrero, hasta el envío de estudiantes rebeldes a Palenque, en el Guárico, cerca de Ortiz, pasando por la montonera, 1929, en la cual el autor, en realidad participó. y Casas muertas, limitada a un pueblo-isla, según Fernando Aínsa, además de transcurrir en ese bienio, por la vía del recuerdo ocupa zonas del pasado, extendiéndose hasta 1890, y penetra en los primeros tiempos del petróleo en Anzoátegui, hacia donde emigraron personajes como Carmen Rosa, tan importante en el argumento de Oficina N° 1, cuyo término cronológico es 1940.
Casa orticeña
Foto de Alfredo Rojas (Flickr)
(...) Fiebre es una denuncia del sistema y del terror gomecistas. Casas muertas es la denuncia del mal morir de una ciudad aniquilada por el paludismo, el gamoralismo y las guerras civiles; Oficina N° 1 es la denuncia del mal nacer de una ciudad al rescoldo de la explotación minera imperialista.
De la contraportada de la edición de Libros de El Nacional:
A pesar de que son más de 5 décadas que separan aquella edición argentina de la que hoy presentamos, la novela mantiene su vigencia, lo mismo en punto a estilo: novedoso, vivo, dinámico, que en lo atinente a su temática. "Casas muertas -advirtió en su tiempo el autor- es la denuncia del mal morir de una ciudad aniquilada por el paludismo, el gamoralismo y las guerras civiles". Enfermedad, autoritarismo y violencia aparecen aquí como tres fantasmas que son uno solo, el que atestigua y propicia la lenta caída de Ortiz, el pueblo donde ha muerto Sebastián, el pueblo en el que Carmen Rosa tendrá que decidir si se queda o se va, ese pueblo donde como en ningún sitio se vivió del pasado, pero donde ahora lo que priva es la urgencia, la inmediatez, la crudísima realidad del presente.
Es una novela, a mi juicio que conviene leer y reflexionar. Por negligencia, han reaparecido enfermedades que se consideraban extirpadas de Venezuela, algunas de ellas las sufrimos hace un siglo y tenemos como muestra a Ortiz, ciudad glamorosa convertida en cascarón. Espero que no nos suceda.

Miguel Otero Silva

jueves, 21 de agosto de 2014

Fiebre

Muchachos de la Generación del 28

Entre la amplia obra de Miguel Otero Silva destaca una trilogía que ya es un clásico de la literatura venezolana del siglo XX. Las tres novelas a las que me refiero son Fiebre (1939), Casas Muertas (1955) y Oficina N° 1 (1961). Las tres, además de ser literatura de denuncia, describen a Venezuela en un momento crucial de su historia.  Hoy comentaremos Fiebre, la primera de ellas, que lanzó a la fama a su autor y se refiere a la rebelión estudiantil de febrero de 1928 frente a la dictadura de Juan Vicente Gómez. La versión actual corresponde a una revisión que hizo el autor, como él mismo nos refiere:
Miguel Otero Silva
Apañé las intentonas anteriores, logré apilar en la nueva coyuntura como 200 páginas y las publiqué con empaque de libro, saliera sapo o rana, sin detenerme a corregirlas, sin mostrárselas previamente a un consejero idóneo. Así vino al mundo la primera edición de Fiebre en Caracas, y la segunda en México y la tercera en lima, tal y como la teclearon mis inexpertas manos juveniles. Cuarenta años más tarde, time present, releí mi lejano relato, y decidí hacer lo que dejé de hacer a su debido tiempo: someterlo a un irremplazable procedimiento de cirugía, despojarlo hasta donde fuera posible de oratoria antinovelesca y de palabras farragosas: corregir es podar. Eso sí, he mantenido intocados los personajes y la trama, y también el estilo digamos"vanguardista" y la intención digamos "romántica" que eran instrumentos peculiares de la generación del 28. La generación del 28 para quienes todavía no lo saben, fuimos nosotros, los protagonistas de Fiebre, 252 estudiantes venezolanos que resolvieron un buen día declarase en desacuerdo con la (ponga usted el adjetivo más espeluznante que conozca) dictadura del general Juan Vicente Gómez.
Beatriz Peña, Reina de los estudiantes en el carnaval de 1928
La leí por primera vez en su edición limeña del Festival del Libro, en un ejemplar que estaba en la biblioteca de mis hermanos. Para entonces yo contaba con solo 11 años y descubría el placer de leer textos fuertes sin ilustraciones. Demás está decir que, debido a mi inmadurez, buena parte del mensaje estaba fuera de mi alcance. Para subsanar esa deficiencia, hace unos meses compré la trilogía completa editada por Los Libros de El Nacional (Caracas, 2009). La leí y quedé complacido. Además de ser una obra de calidad, su mensaje sigue vigente a pesar de que los hechos que narra ocurrieron hace casi 80 años. Debemos agregar también que esta nueva edición incluye, a manera de prólogo, un amplio texto de MOS sobre esta obra, la generación del 28, y entrevistas a los sobrevivientes para 1971. Es pues un verdadero tesoro testimonial.

De la contraportada:
Estructurada en tres partes, "La universidad","Montonera" y "Fiebre", esta historia recrea la aparición de la llamada Generación del 28, grupo de jóvenes universitarios que durante el carnaval de 1928 inició en Caracas un movimiento en contra del gobierno de Juan Vicente Gómez, y que pretendió cambiar los fundamentos de la sociedad y la cultura del país. Los discursos, los hechos armados, los castigos impuestos por la dictadura gomecista forman el núcleo de esta novela política, en un marco geográfico y social devastado por el atraso, la miseria y las enfermedades que asolaban a la Venezuela de entonces.
Transcurridos 70 años de su publicación, los hechos contados en esta obras se muestran más actuales que nunca. Cuando un régimen dictatorial intenta cerrar las puertas de la vida ciudadana, una nación dirigida por la energía, la fe y la fuerza de sus estudiantes lanza el desafío de oponerse y decir no....
En un país tan falto de memoria histórica como lo es Venezuela, donde la historia es vista con menosprecio, me parece interesante recomendar ampliamente a las nuevas generaciones la lectura de Fiebre y de complementarla investigando la época del gomezato, para que las cosas malas no se repitan y el buen ejemplo perdure.

Antigua sede de la Universidad Central de Venezuela, hoy Palacio de las Academias
San Francisco a Bolsa, Caracas

lunes, 18 de agosto de 2014

Héroes y villanos


Luego de leer La cámara sangrienta (aquí), quedé con el gusanillo de explorar algo más de repertorio de la lamentablemente fallecida Angela Carter. Demás está decir que su prosa me dejó cautivado y se hacía necesario profundizar. Sin buscar mucho, apareció en una cadena de librerías el texto Héroes y Villanos (Minotauro, Barcelona, 1989). Es ésta una novela breve e interesante que se desarrolla en un mundo post-catastrófico. En la solapa leemos:
En un misterioso escenario de ruinas y bosques, los profesores son los últimos restos del orden humano. Cosechan, enseñan, leen. Pero más allá de los muros de las aldeas, hay Bárbaros pintarrajeados, vestidos con extraños atuendos, que asaltan y roban. Marianne pertenece al mundo de la civilización y la cordura; Joya, el joven bárbaro, a un mundo de virilidad animal, de salvaje esplendor.
"Una historia escrita de amor y odio, civilización y barbarie, orden y caos, héroes villanos... Una asombrosa claridad visionaria y un profundo y complejo erotismo."
Eso y más tiene Héroes y villanos. Me gustó la prosa fluida y ligera con la que Carter nos muestra la acción. Se lee sin sobresaltos ni pesadeces. Creo que fue una buena adquisición.

Angela Carter (1940-1992)
Profesora de literatura inglesa en las universidades de Bristol y Sheffield. Vivió en Japón, Estados
Unidos y Australia. Autora de numerosas obras premiadas: Shadow Dance (1965), La juguetería mágica (1967),
 y Varias percepciones (1968). Noches en el circo (1984 y La cámara sangrienta.

lunes, 4 de agosto de 2014

La muerte de Honorio

Miguel Otero Silva
En estos días he estado releyendo La muerte de Honorio (Seix Barral, Barcelona, 1975) novela de Miguel Otero Silva ambientada en las cárceles de la Venezuela de los años 50, con la presencia ubicua de los famosos esbirros de la dictadura.

Esta novela es ya un clásico de la narrativa venezolana, que se hizo popular desde su primera edición en 1968. La contraportada nos indica algo de su contenido:
La muerte de Honorio es el relato de las torturas padecidas por cinco hombres -el Médico, el Barbero, el Periodista, el Tenedor de Libros y el Capitán - que representan, en la ficción, a muchos otros luchadores de Venezuela de los años inmediatamente anteriores a 1958, que padecieron igual suerte siniestra, como el propio autor señalas. La primera parte del libro o primer cuaderno -"Cinco que no hablaron"- narra, juntamente con los maltratos, los diversos puntos de vista ideológicos y humanos de los protagonistas, su pasado y su presente, su familia y sus historias amorosas, en un montaje casi cinematográfico, de gran agilidad y extraordinaria eficacia. El segundo cuaderno, en forma de diario, es la expresión a nivel humano y literario, de una solidaridad emocionante entre los cinco presos, en torno a la figura ausente de un niño, Honorio, que llega a convertirse en el hijo mítico de todos ellos.
Las turbas enardecidas toman la sede de la Seguridad Nacional.
23 de enero de 1958
La novela tiene el lenguaje característico, rico y sentido de Otero Silva, lo que hace de su lectura un deleite. Como indican los editores, esos personajes simbólicos representan a hechos y personas de la vida real, o como lo pone MOS: Los personajes y el argumento de este libro son imaginarios. En cuanto a los maltratos que en él se narran son auténticos y fueron padecidos por venezolanos de carne y hueso en los años inmediatamente anteriores a 1958.

En efecto, cada uno de ellos representa una ideología y una parcialidad política, siendo el Tenedor de Libros un militante y activista de Acción Democrática; el Periodista es también militante y activista, pero de Unión Republicana Democrática, cuya victoria electoral de 1952 fue escamoteada por los militares y sus dirigentes perseguidos y expulsados; el Médico es comunista y se le sometió a torturas para que revelara el escondite de Santos Yorme (nombre de guerra de Pompeyo Márquez); el Militar era un militar pundonoroso asqueado por la corrupción del régimen, y, por último, el Barbero desconocía la causa de su tortura y encierro, simplemente que los esbirros le tendieron un peine y querían que confesara algo que él, inocentemente ignoraba. El Barbero es el padre de Honorio. La torturas al Tenedor de Libros recuerdan a las que fue sometido Salonm Meza Espinoza, luchador socialista quien, luego de varios días de tortura, salió con el cabello completamente cano. Los esbirros son fácilmente reconocidos, pues sus apodos son los mismos de los personajes de la vida real.

Marcos Përez Jiménez (a) Tarugo
Mucha gente justifica y añora la dictadura festiva y pachanguera de Tarugo, olvidándose de su feo récord de violaciones a los derechos humanos. Muchos dice: ¡¡la Dictadura hacía y sólo perseguían a los políticos!! Pues bien, la persecución de políticos no es sólo un acto vil, sino que también agrede a la ciudadanos de a pie que los siguen y creen en ellos. Esta novela es, pues, algo que todos los ciudadanos deben leer. La última edición que conozco es la de Libros de El Nacional, publicada en la colección Biblioteca de Miguel Otero Silva. Vale la pena buscarla y leerla.

Carátula de la edición de La muerte de Honorio por Libros de El Nacional.


miércoles, 30 de julio de 2014

En andar de una vida

El andar de una vida, portada
Antier, en mi visita mensual a la Librería Tecni-Ciencias del CCCT, tuve la grata sorpresa de un regalo que me hacían tres de mis libreros favoritos.  Son éstos unos jóvenes leídos y de conversar interesante, que hacen buenas recomendaciones sobre temas literarios e históricos, y quienes me han orientado a explorar nuevos repertorios.

En sus sentidas expresiones para la entrega del regalo, Alexis tomó la palabra y me anunció que él sabía que me iba a gustar; que cuando lo hojeó recordó algunas de nuestras conversaciones.

Se trata de El andar de una vida (Eloy Lares Bassa, Caracas, 1999), una biografía del ilustre cumanés Eloy Lares Martínez escrita por el amor y respeto filial de su nieto Eloy Lares Bassa. Si bien este hecho puede restarle objetividad a la obra, dice mucho sobre el viejo patriarca y su gestión en la vida pública de Venezuela y su honorabilidad como padre de familia y su vida de ciudadano honesto y honrado.

El libro está enriquecido con fotografías extraídas del álbum familiar y aparecen personajes muy conocidos y otros no tanto, pero casi todos emparentados entre si, como correspondía a una familia venezolana de principios del siglo XX. Así vemos a Andrés Eloy Blanco en una foto, acompañado de Julieta Lares Martínez y Mercedes Madrid Sucre (una de las primas adoradas de José Antonio Ramos Sucre); Fidelia y María de Lourdes Meaño, primas de Andrés Eloy Blanco, etc.  También vemos a importantes políticos, como Rafael Caldera, Raúl Leoni, Wolfgang Larrazábal, Edgar Sanabria, etc. Pero a lo que se refería Alexis cuando me entregó el libro es la vinculación de lazos de familia y de parentesco en la provincia venezolana, cuando se podía conocer la genealogía de una persona con sólo preguntarle sus apellidos.

Muy buen libro y mejor regalo sobre todo por ser : Un pequeño y sincero detalle de sus amigos de Tecniciencia Libros CCCT. A un cliente y amigo de esta casa. Disfrútelo. En verdad, me dejaron abrumados por ese detallazo.

Un millón de gracias jóvenes. Seguimos en contacto.

miércoles, 23 de julio de 2014

La cámara sangrienta


Hace un par de días pasé por mi librería favorita con la intención expresa de comprar algo nuevo que leer. Revisé varias opciones que me presentó Jesús el Librero, unas menos costosas que otras, y al final me lancé por La cámara sangrienta (Sexto Piso, Madrid, 2014), colección de relatos de Angela Cartes muy bien traducidos por Jesús Gómez Gutiérrez y con exquisitas ilustraciones de la artista chilena Alejandra Acosta. Ya lo había visto en mi última visita y no me decidía hasta que revisé con detenimiento.

He aquí, me dije, un bello libro. Muy bien diagramado, sin errores tipográficos, con traducción impecable e ilustraciones provocadoramente inquietantes. Una verdadera joya que va a pasar a la Sección Libros Bellos de mi biblioteca.

¿De qué trata La cámara sangrienta?
La cámara sangrienta, publicada originalmente en 1979, es una colección de diez relatos explícitamente basados en cuentos de hadas, en especial de Charles Perrault, pero tambiénde Jeanne Marie Leprince de Beaumont, del folclore europeo, e incluso de la radionovela con claras influencias de la narrativa del Marqués de Sade.
Su autora, Angela Carter, afirmó que se sentía impelida a escribir "cuentos góticos, cuentos crueles, cuentos de terror, narrativas fabulosas que tratan directamente del imaginario del inconsciente". Pero Carter no se limitó a versionar cuentos de hadas desde una nueva perspectiva, sino que recreó por completo "al extraer el contenido latente de los cuentos tradicionales como punto de partida de nuevas historias (...) y el contenido latente es violentamente sexual".
Así, estos relatos ahondan en temas de feminismo y metamorfosis, en los aspectos inmorales y perversos del matrimonio y el sexo, y en el equilibrio de poder en esas relaciones. La ilustradora chilena Alejandra Acosta ha puesto sus lápices al servicio de estas historias sorprendentes y necesarias, convirtiendo este clásico en una obra, si cabe, infinitamente más bella.
Esta mañana llevé el libro a la consulta médica para leerlo mientras esperaba que me atendieran. Al despedirme, la médico lo revisa y comenta de lo bello y amistoso a la lectura de ese libro. En verdad valió la pena la inversión.


martes, 22 de julio de 2014

La Odisea

Ulises y las sirenas
En lengua castellana cuando alguien se refiere a una proeza de logro difícil y laborioso, se le denomina odisea. Se dice entonces: "Fulano realizó una verdadera odisea". El nombre procede de una de las piezas literarias más antiguas y venerables de la civilización occidental, La Odisea, obra del gran bardo Homero, autor también de la famosa Ilíada.

La Odisea corresponde al ciclo del regreso de los aqueos a su tierra luego de la destrucción de Troya. Fueron tantos los horrores cometidos que, indignados, los dioses dificultaron el viaje llevando a muchos héroes al fondo del mar, de aguas color de vino. Otros fueron asesinados, como Agamenón, rey de Micenas, por esposas infieles y vengativas.

El protagonista, Odiseo/Ulises, fue uno de esos héroes pues fue él quien, con su astucia logró penetrar en la ciudad dentro del famoso caballo de su invención. Su regreso a su patria Ítaca tomo unos diez años en los que enfrentó innúmeras dificultades y trabajos, mientras su fiel esposa, Penélope, tejía y destejía un sudario para la mortaja de su suegro Laertes, asediada por una banda de pretendientes que dilapidaban la herencia del heredero Telémaco. Penélope es sinónimo de mujer virtuosa, en contraposición a su prima lejana Clitemnestra, asesina de Agamenón.

Las aventuras de Ulises/Odiseo lo llevaron por toda la cuenca del Mediterráneo, cuya sección occidental era poco conocida para los helenos. Se ha tratado de identificar algunos de esos lugares: la ninfa Calipso retuvo al héroe en la islas Perejil entre España y Marruecos; las vacas del sol estaban en Sicilia; el cíclope Polifemo en el sur de Italia; Scila y Caribdis es el paso entre Sicilia y tierra firme en el canal de Mesina con sus fuertes remolinos; Circe que residía en la isla Eea es de más difícil ubicación, pues hay una tradición romana que ubica el Circeo en las costas de Campania, cerca de Cumas, una de las entradas al Hades, otros dicen que quedaba frente a Istria al norte del mar Adriático, o hasta que quedaba frente a las costas del Levante; el país de los feacios, su última parada, quedaba en la actual Corfú, cerca de Ítaca. Pero es inútil buscarle un sentido geográfico a los lugares, cuando el mensaje es otro.

Ulises parece estar buscando las dificultades al desafiar a los dioses y enemistarse con Poseidón/Neptuno al cegar sin piedad a Polifemo, su hijo. Alberto Bernabé, en el estudio preliminar a la edición que tengo de La Odisea (Biblioteca Edaf, Madrid, 2007), nos dice:
Como contrapunto a las increíbles y variadísimas aventuras que corre, algunas a causa de su insaciable curiosidad, otras provocadas por su desafiante orgullo, hay siempre en él un constante deseo de recuperar las cosas sencillas. Frente a la búsqueda de la inmortalidad de un Gilgamés, en tantas cosas similar a Ulises, lo que el héroe de la Odisea trata de hallar es algo mucho más simple: el humo del hogar, la esposa lejana o el trabajo del campo en el que, pese a su rango real, es tan hábil como cualquier labriego. Esa continua tensión entre la aventura presente y la paz añorada, entre la nostalgia del hogar y el peregrinar por tierras extrañas es el contrapunto constante de nuestro héroe. No es extraño que se vea auxiliado por Atenea, especie de correlato divino de Ulises por su elocuencia y sagacidad, diosa artesana e inteligente que prefiere, como él, el uso de la astucia antes que el de la fuerza. En un poema como este, narración de un regreso erizado de riesgos por los países más extraordinarios, Ulises, con su curiosidad inagotable y su variada astucia, con su enorme capacidad de sufrimiento y de lucha, y su constante deseo de hallar la paz al final del camino, constituye el protagonista ideal.
Ulises es, pues, un humano como cualquiera, con deseos muy normales. Nada de gloria e inmortalidad, sino llegar al calor de su hogar, comer de su propio pan, abrazar a su familia, disfrutar del esfuerzo del trabajo. He allí el por qué su figura siempre ha sido atractiva.

Ahora, existen múltiples ediciones de la Odisea, unas más felices que otras. Desde las versiones infantiles, mutiladas y censuradas, hasta las malas traducciones que se consiguen por todos lados. Recomendaría buscar una buena edición, precedida de un buen estudio preliminar. En cuanto a libros de la antigüedad helena y latina, las mejores editoriales son Gredos, Cátedra y Alianza Editorial, seguidos de muy lejos por otros de menos prestigio. Debe leerse con detenimiento, no como una novelita de aventuras, y nos explicaremos en parte el por qué ha sobrevivido desde que fue compuesta en el siglo VIII aC, cuando Grecia salía de su edad oscura, luego de la desaparición de la cultura cretense-micénica y la llegada de los dorios que portaban armas de hierro. Allí hasta se les olvidó cómo escribir.

Ulises y las sirenas. Mosaico romano.

viernes, 18 de julio de 2014

Mapa del desalojo


Ayer en la tarde, atendiendo una invitación de mi cuñada Luis Helena Calcaño, me acerqué a la librería El Buscón donde será bautizado el poemario Mapa del desalojo (Común Presencia Editores, Bogotá, 2014) de uno de los príncipes de la poesía venezolana actual, Armando Rojas Guardia. Así, a pesar de los diréticos, asistí porque era una actividad que valía la pena el esfuerzo. No quedé defraudado.

Luis Helena presentó a los participantes, ambos poetas de primera línea, Rafael Cadenas y Armando Rojas Guardia. Me gustaron las palabras de Cadenas sobre el autor y su obra. Fue una aproximación culta como solo un poeta puede hacerlo. Seguidamente, Rojas Guardia hizo los agradecimientos pertinentes, entre ellos los editores que se esmeraron en la publicación, y leyó algunos poemas. No es lo mismo leer del papel para uno mismo que escuchar al poeta declamar con su propia cadencia, ritmo y entonación. Lo disfruté en grande.

El libro en si es una verdadera joya tipográfica: una edición bien cuidada, con una diagración de calidad e ilustraciones de Jim Amaral. Bello libro con poemas muy escogidos de la larga carrera de Armando, donde podemos encontrar de los poemarios El mismo amor ardiendo (1979); Poemas de Quebrada de la Virgen (1985); Yo que supe de la vieja herida (1985); Hacia la noche vida (1989); La nada vigilante (1994); El esplendor y la espera (2000), y Patria y otros poemas (2008). Entre los poemas leídos por Rojas Guardia escogí Patria, que transcribo a continuación:

PATRIA

Alguna vez amamos, o dijimos amar,
la terquedad sombría de tu fuerza.
La voz del padre enronquecía
al evocar calabozos, muchedumbres,
hombres desnudos vadeando el pantano,
llanto de mujer, un hijo
y más arriba (¿dónde arriba?)
el trapo contumaz de una bandera.
Supimos, lenta y vagamente,
que lo imposible te buscaba
extraviándote los pies
-aquellos pies de Hilda obsesionaron
a mis ojos de niño: su corteza
terrosa, vegetal, desconcertada
sobre la pulitura del granito.

Tal vez una tarde, entre los campos,
la música te deletreó de pronto
al lado de algún bosque, una colina,
un lago triste que se te parece:
la misma terquedad al revelarte
ávida no precisamente de nosotros
(los efímeros, los quizá, los transeúntes)
sino de tu pátina absurda de grandeza
-esos sueños opulentos de la historia
que son más bien su horror, su pesadilla.

Ahora que te conoces vil, prostibularia,
porque tanta voluntas ecuestre
se apeó bajo el sol a regatear
y el héroe mercadeó con su bronce
y el oro solemne del sacófago
adornó dentaduras, fijó réditos,
y no hay toga ni charretera ni sotana
que te oculten cuadrúpeda, obsequiosa
por treinta monedas ancestrales,
yo me atrevo a cubrir tu desnudez.
No es verdad que te vendiste. Tú anhelabas
dilapidarte brusca, totalmente:
un lujoso imposible.

Lo sabías,
siempre lo has sabido y como siempre
aras en el mar. Te concibieron
con voluntad precisa de fracaso.

Cómo afirmar, pasito, que hoy te quedas
en la dificultad de sonreírte
levantando los hombros, desganado,
y diciéndote con sorna, con ternura,
mañana sí tal vez. Quizá mañana... 



miércoles, 9 de julio de 2014

Tres rusos muy rusos


Estoy actualizando y enriqueciendo la sección de historia contemporánea de mi biblioteca. Por eso, cual Jesús el Librero me presentó "algo que te va a gustar", me interesé por el libro Tres rusos muy rusos (Melusina, Barcelona, 2008) obra del historiador español Enrique López Viejo. La principal razón para la compra, además del interesante título, reside en que no tenía nada acerca del anarquismo, excepción hecha de La lucha por el pan, del Príncipe Kropotkin, pensé que sería una buena adquisición; y así fue.

Enrique López Viejo
Tres rusos muy rusos contiene la recreación vida y obra de los padres del anarquismo: Herzen, Bakunin y Kropotkin. El texto está escrito con rigor científico, bien redactado, y es a la vez ameno y de fácil lectura. En tales condiciones, consideré que serviría para educarme y enriquecer mis conocimiento. Lo compré y no me arrepiento.

De la contraportada:
La historia de estos tres hombres, tres rusos hasta la médula, a pesar de haberse visto forzados al exilio, tiene todos los ingredientes de la mejor película de acción con jugosas aventuras de alcoba; fugas rocambolescas, grandes dosis de dinamita y subversión, manifiestos incendiarios, amores imposibles, hijos ilegítimos, príncipes convertidos en proscritos, revoluciones traicionadas en el último momento, y una sed sin límites de alcanzar la inmortalidad en la Tierra. Todo tiene cabida en el singularísimo universo de los anarquistas Herzen, Bakunin y Kropotkin.
Desde la desoladora estepa rusa, pasando por la ilustrada París, hasta los paraísos mediterráneos, estos tres dandis visionarios libérrimos y disparatados en ocasiones juiciosos y taciturnos en otras, encarnan ekl paradigma de la vida del hombre de acción mil veces soñada por el común de los mortales. Aunque no sean verosímiles, sus vidas son muy reales y el lector dispone ahora de la posibilidad de explorar a gusto las entretelas de estas tres existencias extraordinarias.


martes, 1 de julio de 2014

Cándido o el optimismo

Llegó a la Librería Estudios el pedido que desde hace tiempo esperábamos los asiduos a ese local. Ya comenzamos a pasar para ver las novedades editoriales que encargó Jesús el Librero, y, de ser posible, adquirir alguno de esos ejemplares.

Al llegar, Jesús me informa que la llegó el cargamento y que me iba a mostrar tres títulos "que llevan tu nombre". En efecto, los tres se parecían a mi, pero llegó el momento en que hay que escoger entre alimentarse y leer. ¡Qué triste! En otras ocasiones le hubiera dicho: Dámelos todos.

Me costó seleccionar y al final me decidí por Cándido o el optimismo (Blackie Books, Barcelona, 2014), cuento filosófico escrito por Voltaire, y traducida por Carlos Pujol. Es esta una pieza fundamental de la Era de la Ilustración que no ha perdido actualidad.

Es unas bella y cuidada edición, bien diagramada y con magníficas ilustraciones de Quentin Blake. Creo que aunque no se vaya a leer, la biblioteca merece un ejemplar de esta edición de Cándido. Pero ya comencé a leerla y la he disfrutado en grande. Buena adquisición, sin duda.

La contraportada nos adelanta algo de esta obra voltairiana:
"Si este es el mejor de los mundos posibles, ¿cómo serán los otros?"
Cándido creía en todo lo que le decía su tutor, hasta que intentó comprobarlo: se puso a buscar novia y acabó en la guerra; fió en la caridad de los cristianos y casi lo matan de hambre; sobrevivió a un naufragio para poder disfrutar de un terremoto; fue azotado, robado, escarnecido... en fin, nada extraño, si, como le habían advertido:
"Todo va lo mejor posible: los males particulares forman el bien general."
Muchos hemos sido cándidos sin saberlo. Muchos seguimos creyendo que vivimos en el mejor de los mundos posibles. Aunque cada vez tengamos menos razones para pensarlo.
Voltaire dispara en Cándido contra el orden establecido, el fanatismo religioso y la codicia con una furia alegre y tierna, sublevada, venenosa y sutil:
"El optimismo es la manía de sostener que todo va bien cuando todo va mal."
Lo escribió en 1759 pero deberíamos leerlo ahora. Al fin y al cabo, el mundo sigue siendo "algo bien loco y bien abominable". Y la mejor manera de entenderlo es con este cuento filosófico divertidísimo, terrible, clásico y, por tanto, moderno.
Seríamos menos sabios sin Cándido. Reiríamos menos sin Cándido. Lloraríamos menos sin Cándido. Pero seríamos aún más cándidos sin Cándido, y eso convertiría "el mejor de los mundos posibles" en un lugar todavía más injusto, inhabitable y cínico.

Francois-Marie Arouet - Voltaire
(1694-1778)

miércoles, 25 de junio de 2014

El hijo de la panadera


Una vez más, Inés Quintero regala al público lector y amante de la historia con un muevo libro. Me refiero a El hijo de la panadera (Editorial Alfa, Caracas, 2014), que no es otra cosa que la biografía, muy bien documentada por cierto, de Francisco de Miranda. Personaje tan biografiado que resulta muy escribir sobre él.

Tuve el acierto de acercarme a una presentación que hizo la autora junto con Edgardo Mondolfi Gudat en la Librería Alejandría del Paseo Las Mercedes, y disfrutar de una actividad ilustrativa. De antemano ya había resuelto adquirir un ejemplar que reservé en otra librería. Me lo leí de punta a punta, pues Miranda tuvo una vida apasionante llena de aventuras y de amor por la libertad de su patria. En esta oportunidad, la historiadora recurre no sólo al archivo del Precursor, sino que hace sabio uso de su diario.

Veamos lo que nos dice la contraportada:
La autora asume el desafío de ofrecer una nueva lectura de la vida y vicisitudes de Francisco de Miranda, desde el momento en que abandona Venezuela, con apenas 20 años, hasta el triste desenlace que representó para su vida el fin de la Primera República, su entrega a las autoridades españolas, la prisión y su posterior fallecimiento en La Carraca.
El libro comienza con el acontecimiento del cual deriva su título: un incómodo y escandaloso incidente promovido por los criollos principales de la capital contra su padre, Sebastián Miranda, tenido como individuo de inferior condición y -para mayor escarnio- casado con una panadera.
En sus páginas se busca trascender, sin soslayar, la biografía política para prestar atención a los detalles de la vida cotidiana del Generalísimo: sus sentimientos, dolencias y caprichos; su vida amorosa, su vastísima cultura, sus viajes, su inagotable curiosidad, sus prisiones, persecuciones y fracasos y muchos otros aspectos que formaron parte de su agitada existencia. "Todos ellos y seguramente muchos otros, son y seguirán siendo fuente fecunda de relatos, aproximaciones y acuciosos estudios sobre este personaje singular, cuya mayor cuialidad fue, sin lugar a dudas, su constancia y empecinamiento en propiciar , aun a costa de su propia vida, la independencia de todo un continente. No lo logró en vida, pero murió a causa de ella".
Una breve entrevista con la autora, se puede leer por aquí.

Inés Quintero

lunes, 16 de junio de 2014

Vivir hoy con Sócrates, Epicuro, Séneca y todos los demás


Tenía unos meses en la biblioteca el libro de Roger-Paul Doit titulado Vivir hoy con Sócrastes, Epicuro, Séneca y todos los demás  (Paidós, Barceloca, 2012), un texto que nos lleva de la mano de los autores clásicos para sacar lecciones de vida, en una coyuntura histórica cuando el saber humanístico es desdeñado y evitado. Como estaba mal ubicado en los anaqueles, no lo había abierto desde su adquisición; aproveché el fin de semana para leer algo de su contenido.

La contraportada profundiza:
Este libro es un paseo por la Antigüedad siguiendo un itinerario personal y libre de cualquier atadura. El objetivo de este paseo es buscar en los maestros antiguos una reglas de vida y pensamiento de las que carecemos hoy en día.
No se trata de preguntarle a Sócrates de qué lado debemos dormir, ni a Epicuro qué es lo qué hay que comer por la mañana, ni a Séneca cómo gestionar nuestros ahorros. Se trata más bien de abordar de otra forma algunas experiencias de vida y de pensamiento, centrales para los griegos y los romanos, en las que todos podamos inspirarnos.
En un momento en que los cambios que estamos viviendo tienden a hacer olvidar las humanidades, los encuentros con la sabiduría antigua deben multiplicarse ya que estos periplos por el pasado condicionan, en gran parte, nuestro porvenir.
El libro de lectura fácil y amena, es un tesoro de datos y filosofía de vida en temas tales como nuestra relación con la muerte; la verdad; la desgracia (tragedia) o reírse de sí mismo (comedia); el precio del tiempo, y, en fin leer con otros ojos a Sócrates, Diógenes, Plató o Aristóteles. A tal fin, está dividido en cinco partes: vivir, pensar, emocionarse, gobernar y morir en paz.

Cada uno de los artículos sobre los diversos autores va acompañado de lecturas recomendadas. Creo que para leerlo correctamente deberé hacerlo con calma, buscando a la vez los textos que me permitan una mayor comprensión y deleitarme un su lectura.

El libro, como toda obra humana, tiene un defecto: una encuadernación deficiente. A medida que se va leyendo, las hojas se desprenden confiriéndole el mal aspecto del descuido.


Roger-Pol Droit

lunes, 9 de junio de 2014

La cocina cubana

Niños envueltos y arroz blanco
En una oportunidad el Ministerio me incluyó como miembro en la delegación venezolana para una reunión de la Comisión Mixta sobre Drogas que se celebraría en La Habana. Nada de particular en ello pues ese era uno de los escritorios que llevaba en la Dirección General de Política Internacional. Pasajes y viáticos en mano, me monté en el avión y a pocos de llegar comenzaron las reuniones.

Una noche la delegación cubana nos invitó a una cena en un buen restaurante donde servían platos de la cocina clásica de ese país. Ya sabía yo que la cocina cubana antigua era muy sabrosa (de hecho, muy parecida a la nuestra) y algunos de sus platos eran verdaderamente refinados. Antes de 1959, demás está decirlo, Cuba ocupaba el tercer lugar en el consumo de proteínas animales en América Latina, sólo precedida por Argentina y Uruguay. Pedí un Tamal en cazuela que es una preparación ciertamente deliciosa. A mi lado en la mesa conversé sobre el tema con un funcionario del Ministerio del Interior, a quien pregunté sobre la existencia de algún recetario de la comida clásica cuba y, sin dudarlo, me habló de Nitza Villapol y sus libros de cocina.

A mi regreso a Venezuela encontré en la librería del el Aeropuerto José Martí uno de los famosos libros de la señora Villapol, el cual compré de inmediato. Se trata de Cocina cubana (Editorial Científico-Técnica, La Habana, 1999). En él la autora hace una buena revisión del repertorio gastronómico de su país y tiene hasta las recetas del Tamal en cazuela y de la Ayaca cubana (es como un bollo de hallaca, en una masa como la de cachapa de hoja, envuelta en las hojas del maíz. Otro día pongo la receta). El librito se ve pre-revolucionario y hasta cincuentoso en su presentación. Dudo que en La Habana se consigan ingredientes como puntas de espárragos en conserva, otros productos del Imperio, almendras en abundancia o cantidades generosas de azafrán, o si se consiguen, no bastarán todas las libretas de racionamiento de un CDR para adquirirlo.  Pero el recetario es bueno y para presentarlo daré la receta que preparé este fin de semana.

NIÑOS ENVUELTOS
La mezcla de pasas, aceitunas -por lo general con semillas- y alcaparras, recibía en la cocina tradicional cubana el nombre de "alcaparrado", aunque no fueran precisamente las alcaparras lo más abundante en la trilogía. El nombre de esta receta, cuando la conocí por primera vez, me impresionaba de tal modo que prefería llamarlo "bistec relleno". Se puede modificar empleando otras carnes y también diversidad de rellenos a base de vegetales, pepinillos encurtidos, etc.
Ingredientes:

  • 3/4 kilogramo de carne de res o cerdo magra, cortada en lascas (en Venezuela se llaman "milanesas")
  • 3 dientes de ajo}
  • 1 limón, naranja agria o la mitad de una toronja
  • 1/4 kilogramo de jamón, cortado en lascas finas
  • 3/4 de taza de alcaparrado (pasas, aceitunas y alcaparras)
  • 1 cebolla
  • 1 pimiento, no picante
  • 4 cucharadas de aceite
  • 1 taza de salsa de tomate (casera)
  • 1/2 taza de vino seco
  • 1 cucharadita de sal
  • 1/4 cucharadita de pimienta molida
  • 1 hoja de laurel


Preparación:

  1. Machaque la carne sin romperla y adóbela con los ajos machacados y pelados, la naranja agria, etc.
  2. Después de 2 horas en ese adobo, extienda sobre cada lasca de carne 1 de jamón y 2 cucharadas de alcaparrado. Enrolle la carne dolando las puntas hacia adentro para que no se salga el relleno. Amárrela con un hilo o cordel fino. 
  3. Dore estos rollitos de carne en la grasa caliente; añádales la cebolla y los pimientos picaditos, y cuando se hayan dorado un poco, eche los demás ingredientes.
  4. Déjelos cocinar, tapados, aproximadamente 10 minutos en olla de presión o 30 minutos en cazuela tradicional.
  5. Antes de servirlos corte el cordel o hilo y vuelva a poner los "niños envueltos" en la salsa. Sírvalos calientes o fríos. Da 6 raciones.

10 minutos en olla de presión me parece poco. Preferí hacerlos un una cacerola y guisarlos hasta que estuvieran listos. Muy sabrosos, acompañado de abundante arroz que acompañará la salsa.

Otro día hablaremos de la Sra. Villapol y daremos alguna de sus recetas.

viernes, 6 de junio de 2014

Socialismo y Nacionalismo

Demetrio Boersner
Un libro que ha sobrevivido los avatares de mi biblioteca -lo tengo desde hace unos 40 años-, es Socialismo y Nacionalismo (Instituto de Estudios Políticos, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1965), obra del insigne Demetrio Boersner, quien para entonces dirigía la cátedra de Historia de la Relaciones Internacionales de la EEI de la FACES-UCV, entre muchas otras actividades académicas. Recuerdo sus clases como si fuera hoy; eran tan buenas e ilustrativas que no provocaba tomar apuntes, sino sentarse a escuchar con atención. Pero volvamos a Socialismo y Nacionalismo.

Este viejo libro sobrevivió por varias causas; el autor; la claridad de los conceptos utilizados; los recuerdos que despierta, y tal vez la promesa de leerlo otra vez. No subrayo ni marco libros, pero éste tiene el capítulo V (La URSS, la Internacional Comunista y el Nacionalismo) subrayado con cuidado, utilizando lápiz y regla; tal era el respeto que despertaba y aún despierta. Veamos lo que nos dice el Dr. Boersner:
Este libro, que representa el resultado de varios años de estudio y reflexión, tiene dos objetivos fundamentales. Por una parte, pretende constituir una modesta contribución a la Ciencia Política en su aspecto descriptivo o analítico, presentado una serie de hechos concretos, hasta ahora poco explorados, de la historia de las relaciones entre el socialismo y el nacionalismo en los siglos XIX y XX. Por otra parte, aspira a sugerir una interpretación o síntesis de los hechos descubiertos, sin abandonar el ámbito de la objetividad científica ni desviarse hacia la polémica o el juicio de índole moral. El trabajo analítico es el más fundamental, pero el autor comparte el criterio de Harold Lasky, en el sentido de que el Political scientist tiene el derecho de dar a conocer ciertas opiniones personales, con tal que no se aparte de los hechos concretos y no oculte ningún elemento que podría tender a invalidar su tesis.
 El autor basa su estudio sobre la premisa de que el ascenso de los movimientos socialistas, por una parte, y de las corrientes nacionalistas por la otra,  representa uno de los factores más decisivos de la historia contemporánea. Los nacionalismos de países oprimidos, que reaccionan contra la hegemonía de imperios tradicionales o modernos, han constituido  la raíz de muchos de los acontecimientos mundiales más dramáticos y determinantes de los últimos dos siglos. Y a partir del desarrollo del capitalismo industrial, las luchas reivindicativas de las clases trabajadoras, reflejadas en doctrinas y movimientos socialistas de diversos tipos, han sido, a su vez un elemento de trascendental importancia en la formación de la política interna y externa de los Estados. Asimismo, es evidente que en varias ocasiones el socialismo y los nacionalismos rebeldes han coincidido en su lucha contra adversarios comunes: los grupos dominantes, capitalistas, feudales o burocráticos que se esfuerzan por frenar el ascenso de clases y naciones subyugadas.
Cuando dos fuerzas político-sociales tienen un adversario común, tienden a aliarse, por lo menos ocasionalmente. Los acuerdos de alianza táctica entre el socialismo y el nacionalismo rebelde son frecuentes, aunque también son grandes las contradicciones que existen entre los dos movimientos. En este libro se trata de describir en forma coherente las relaciones que han existido, desde la Revolución Francesa hasta el presente, entre los abanderados de las revoluciones nacional y social, tanto en el plano de la teoría como en el de la praxis.
El libro ha viajado bien en el tiempo, a pesar de la dinámica política a raíz de la desaparición de la Unión Soviética, en particular por el surgimiento de nuevos socialismos que, en algunos casos, tienen más de Benito Mussolini que de Antonio Gramsci. Seguirá en la biblioteca luego de la limpieza que efectúo..

En uno de los seminarios que dictaba, o tal vez en clase -no recuerdo-, el Profesor Boersner nos recomendaba leer la prensa a diario, anotarla y llevar un diario del acontecer internacional. Hace unas semanas me encontré en una librería con su hijo Andrés y uno de sus nietos. Le pregunté por su padre y que si aún llevaba el diario (sí, lo lleva desde 1960). Y le conté cómo eran sus clases y la admiración que todos sus alumnos tenían por él. El librero intervino y nos contó que en una sitio web de un revolucionario de nuevo cuño, Boersner había sido calificado de "comemierda". Me volteé y le dije al nieto: ¡Coño, me gustaría comer tanta mierda de la buena como tu abuelo!

Seguro que ese "revolucionario" que lanzó el epíteto en la IV República era adeco o copeyano militante de base y que lo que leía era la Gaceta Hípica, como le correspondía. Ahora, converso, es socialista. Tal vez no conozca a Marx o a Engels, pero si un incensario para la adoración perpetua.

Carátula de Socialismo y Nacionalismo.
La foto está tomada de Mercado Libre - Argentina

martes, 3 de junio de 2014

Desnudo en la selva



Desnudo en la selva (Caracas, 2013) es la más reciente obra del Dr. Charles Brewer-Carías. Es un libro destinado los exploradores y excursionistas en la Orinoquia, su supervivencia y subsistencia con los elementos que se consiguen en el medio ambiente. Es, pues, un manual. Yo no soy excursionista pero me llamó la atención el carácter científico y a la vez de fácil acceso del material presentado por el autor; plantas, descripción y taxonomía, usos, etc.  Sin duda será de utilidad para quienes se aventuren en la selva venezolana.

Lo compré porque soy aficionado a la botánica y este libro completa del alguna manera los textos que ya tengo en la biblioteca sobre árboles y plantas venezolanas. Brewer-Carías nos amplía:
...Por la diversidad de especies de insectos, animales y plantas que están continuamente evolucionando en ese lugar, esta selva distribuida entre las cuencas del río Amazonas y del río Orinoco es considerada como el centro más importante de la evolución de todos los organismos que hay en la tierra y por ende el sitio donde el hombre tiene a sus disposición la mayor diversidad de recursos alimenticios y artesanales, gracias a lo cual durante milenios ha podido vivir allí sin necesidad de abrigo o calzado.
(...) También como resultado de haber vivido con los indígenas Ye'kwana y Yanomamö que durante miles de generaciones han estado empleando los recursos que ofrece ese medio, me dispuse a documentar con fotografías lo que pudiera servir para cualquiera, que de manera accidental quedara aislado en esta selva y tuviese la necesidad de sobrevivir o de subsistir de manera indefinida en ese medio aún estando desnudo y, ese es el propósito de este libro.
El libro, profusamente ilustrado con buenas fotos, puede ser también la delicia de quienes tengan interés por la etnobotánica y el medio ambiente. Lo disfruté en grande y ahora está junto a los libros sobre árboles, palmas, bromelias y orquídeas.

Charles Brewer-Carías