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sábado, 4 de enero de 2014

...Y se hizo el pan

Foto tomada de www.redcomiendo.com
Saúl Godoy Gómez es un viejo amigo a quien poco frecuento. Estudiamos juntos 4° y 5° año de bachillerato en el Colegio San Ignacio. La última vez que lo vi, fue hace como un mes, en una reunión informal con los compañeros de escuela en un restaurante y conversamos un rato para ponernos al día. Saúl siempre ha tenido inquietudes culturales, escribe y tiene un blog  (aquí). Hace unos días me informó que está en la preparación de un libro sobre emparedados, me envió un artículo que forma parte del mismo y me autorizó a publicarlo en esta bitácora. Le agradezco este abreboca y espero ver pronto ese libro y que tenga muchas recetas..

...y se hizo el pan, por Saúl Godoy Gómez
Uno de los inventos que marcó el inicio de la civilización humana es el pan; hay involucrado todo un proceso de alquimia, de física y mecánica que resulta en este sorprendente bocado, acompañante universal de cualquier comida y un riquísimo alimento por derecho propio.
No vamos a recapitular una de las tantas teorías de como el hombre primitivo logró con éxito el cultivo de los cereales. Partiremos de cuando ya dominaba en la agricultura ciertas semillas, como el mijo, la cebada, el trigo, el centeno y, en América, el maíz.
Podemos imaginar a la mujer golpeando los granos con una piedra hasta reducirlos a una harina gruesa, mezclándolos con agua o leche y haciendo con sus manos un rudimentario bollo o una delgada tortilla, para luego ponerla a cocer entre el fuego, sobre las piedras calientes, junto a la carne de cacería.
No se requiere de mucha imaginación para mesclar una cosa con la otra y el gusto que alguien sintió de probar un sándwich de carne de jabalí.
Un nutricionista amigo me hablaba, de la perfecta combinación que para el paladar humano resulta la mezcla de la harina cocida y la carne.  El pan es un acompañante formidable para los fiambres, estimula y absorbe la saliva, envuelve con su textura la desnudez del bocado de carne, balancea sus jugos y hace pasar el bolo alimenticio con dignidad en la deglutación.
Luego, con el perfeccionamiento de los molinos, las harinas se fueron haciendo más y más finas, siempre conservaron su característica de enteras, hasta que apareció la revolución industrial, cuando empezaron a refinar los alimentos, al punto en que le quitaban todo su valor nutritivo.  Fue sino hasta 1941, que vinieron los programas de enriquecimiento, para restablecer los valores nutritivos que el proceso de refinamiento les robaba a los alimentos como la harina.
Pero creo que me he adelantado, volvamos al amanecer de la panadería, cuando se inventaron los primeros hornos de piedra y se descubrió que las levaduras hacían “levantar” el pan, y con ella, la posibilidad de darles forma.  El amasar el pan ya era un arte, era sobado de diferentes maneras para darle la textura apropiada, para dejar que la masa conformara sus propias celdas de aire, para que descansara y la gravedad actuara sobre su tensión dinámica, mientras fermentaba.
Se hicieron panes largos, redondos, en forma de ladrillos, de roscas, de trenzas, se les añadió mantequilla, pedazos de frutas, azúcar...
Pero fue el pan  en forma plana y achatada el más popular hasta bien entrada la Edad Media, cuando gracias a aquellos magníficos monjes panaderos que madrugaban en los monasterios y abadías, los panes redondos colmaron los banquetes.
Fue en China donde por primera vez esa delgada hogaza de pan fue sujeta de las peripecias gastronómicas de los cocineros de palacio.  Sobre finas “galletas” de pan, utilizándolas como cama, se disponían finas hierbas, delicadas piezas de faisán, salsas con aroma a tamarindo y algunos vegetales crujientes, todo erigido en una precaria y elegante arquitectura.
Seguro que fue un cocinero chino a quien se le ocurrió enrollar el pan sobre su contenido, cuidando de que no se desparramara, y fue algún hijo del Emperador, un joven que no veía el momento de salir con sus amigos a cazar, que se le ocurrió llevarse en su bolsa algunos de estos enrollados, envueltos en un pañuelo de seda para el almuerzo.  He allí el milagro del sándwich, una comida completa, de manera compacta, y con todo el sabor de un plato preparado.
Ya en los mercados de Ur, en Mesopotamia, se vendían a los pasantes estos panecillos envueltos con carne condimentada que freían en sus calderos... sí, la empanada, la lejana prima del sándwich, una de las manifestaciones más primitivas del pan envolviendo comida, sumergidos en la manteca hirviente.
Y qué decir de aquellos nómadas árabes con su antiquísimo pan de pita que calentaban entre las gibas de sus camellos, mientras cruzaban el desierto y comían con el pedazo de carne salada, ¿Es que no los podemos imaginar enrollando la carne en el pan y, entre mordisco y mordisco, rociando el yogurt sobre el próximo bocado?
Pero es el pueblo de David, quienes documenta de manera definitiva la historia del sándwich, en las crónicas antiguas se repite aquel modesto manjar que les era permitido ingerir para el ayuno, una hogaza de pan doblada sobre sí misma y rellena de hierbas.  La humilde génesis de uno de los platos que florecería con fuerza en la comida Kosher.
Louis P. De Gouy asegura, que el inventor del sándwich fue el rabino Hillel, quien entre los años 70 A.C. y 70 D.C., preparó el primer bocadillo especialmente para las conmemoraciones de la salida de Egipto del pueblo hebreo, que consistía en dos pedazos de matzoh (pan sin levadura) rellenos de mohror (hierbas agrias) y haroseth (nueces y manzanas picadas).
Es por ello que siempre digo al empezar mis conferencias, que la historia del sándwich está irremediablemente ligada a la historia del pan. – saulgodoy@gmail.com
Plato con sándwiches.
Imagen tomada de www.directoalamesa.com


sábado, 30 de noviembre de 2013

Bratwurst u otra salchicha.

Mi versión del perro caliente, la compañía perfecta para una buena birra
Desde hace unos días tenía ganas de preparar este sándwich de salchicha con col agria y un aderezo de cebollas a la cerveza y mostaza que vi en el libro The Sandwich Encyclopedia. La receta se llama Bratwurst en nombre del tipo de salchicha que su usa, pero hoy en el supermercado no había de ese tipo, así que me lancé por la Alemana, que es muy sabrosa. Doy preferencia a los embutidos que hacen en la Colonia Tovar, estado Aragua, que tienen mejor gusto y consistencia. También la cerveza con la que lo acompañé es germano-aragüeña y, con el frío que hace en Caracas uno se siente transportado a la Selva Negra tropical.

Según el recetario, esta sándwich llamado familiarmente "brats" consiste en salchichas de cerdo asadas a la parrilla o grill y colocada en un pan de costra, untado de mantequilla y tostado, al que luego se le colocan varios tipos de condimentos tales como mostaza, encurtidos, col agria, pepinillos. Es una preparación muy popular en los Illinois, Ohio, Minnesota y Winsconsin, donde abundan los estadounidense de origen germano. La receta es simple y deliciosa. Creo que nunca he comido un perro caliente más sabroso.

BRATWURST
Dos porciones

Ingredientes:

  • 2 salchichas bratwurst (o la de su preferencia)
  • 1 botella + 2 onzas de buena cerveza (separados)
  • 1 cucharada de aceite de oliva, más un poco más para pintar los panes
  • 1 cebolla pequeña, en ruedas delgadas
  • 1/4 de cucharadita de azúcar
  • 1 cucharadita de mostaza especiosa (yo usé Dijon)
  • 2 panes oblongos
  • 1/4 de taza de sauerkraut, drenado del exceso de líquido


Preparación:

  1. Se precalienta el grill a temperatura media-alta.
  2. En una sartén amplia se colocan las salchichas y se bañan con una botella de cerveza.. Cuando alcanza el punto de ebullición, se baja del fuego. Se retiran las salchichas y se colocan en el grill. Se cocinan volteándolas ocasionalmente, hasta que doren y estén crujientes; aproximadamente 12 a 15 minutos.
  3. Se calienta el aceite de oliva en una sartén pequeña a fuego medio-bajo. Se agregan las cebollas y el azúcar y se cocinan, revolviendo ocasionalmente hasta que caramelicen; aproximadamente 10 a 12 minutos. En un bowl pequeño se mezcla la mostaza con las 2 onzas restantes de cerveza hasta que se disuelva. Se vierte sobre las cebollas y se cocinan a fuego medio hasta que la salsa esté ligeramente espesa; unos 5 minutos.
  4. Se cortan los panes a lo largo. Se pintan con aceite de oliva y se tuestan en el grill por 1 o 2 minutos, o hasta que doren. Se coloca una cama de sauerkraut. Luego se colocan las salchichas y se bañan con las cebollas.

Colonia Tovar, estado Aragua


sábado, 2 de noviembre de 2013

El submarino vietnamita

Báhn mi preparado en casa

Recuerdo que mi amigo Leo Cañizales (qepd) me hablaba maravillas de la cocina vietnamita y remarcaba que entre las cocinas asiáticas era la única que había adoptado la baguette en su gastronomía. Nunca le pregunté sobre el uso que le daban e imaginaba que se lo comían al desayuno. Años después compré el libro de Jeffrey Alford y Naomi Duguid Hot sour salty sweet; a culinary journey through Southeast Asia (Artisan, Nueva York, 2000), un recetario que parece un libro de viajes, bellamente ilustrado y con muy buena información sobre la cocina y productos regionales. Allí hay un extenso artículo sobre esta delicia del sudeste asiático que se llama Báhn Mi. Vi la receta un poco complicada y me quedé con las ganas.

Hace unos días volví a ver la receta en The Encyclopedia of sandwiches que da la versión que se consume en los Estados Unidos, que es básicamente la misma, con la diferencia de que en este recetario no mencionan a la terrine de campagne a la vietnamita, que se ve exquisita y un día de estos me animo y la preparo con todas las de la ley.

Báhn Mi es el nombre genérico para el sándwich que puede llevar cualquier cosa, al gusto del consumidor. Consiste en un pan baguette corto, ligeramente tostado relleno con encurtido de zanahoria y daikon (esto es el nabo blanco largo), vegetales en juliana, cilantro fresco, salsa picante, mayonesa vietnamita y la carne de su preferencia (pollo, cerdo, frutos de mar o tofú -si se prefiere vegetariano). Esto me animó a hacerlo con cerdo asado (Char siu) que preparan en un restaurante chino cerca de casa, siguiendo la receta de la Enciclopedia de Sándwiches, ajustándola a mi gusto Ese fue mi almuerzo de ayer y quedó muy bueno La próxima lo preparo con Paté vietnamita.

BÁHN MI
4 porciones

Ingredientes

  • 1/4 de taza de zanahorias cortadas en juliana
  • 1/4 de taza de daikon cortado en juliana
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 4 cucharadas de vinagre de arroz
  • 1 baguette larga (luego se cortarán. En una panadería cerca de casa las preparan cortas como en Vietnam)
  • 1 cucharada de salsa de pescado
  • 1 cucharadita de salsa soya
  • 1/4 de taza de mayonesa
  • 2 a 4 cucharadas de pasta de hígado de pollo o cerdo o leberwust
  • 1/2 taza de pepino cortado en ruedas delgadas o en tiras, sin semilla
  • 1/2 taza de cebolla roja, en ruedas delgadas
  • 1 jalapeño, en rueditas (en Vietnam no se usa jalapeño, sino chirel)
  • 2 pechugas de pollo cocidas, en ruedas delgadas (le puse char siu, que me gusta más que el pollo cocido)
  • 10 a 12 ramitas de cilantro.


Para preparar el encurtido (esta es la manera del libro Hot sour salty sweet, que me gustó más):

  1. Se colocan en un colador la juliana de daikon y zanahorias, con una cucharadita de sal gruesa y se le deja sudar por unos 30 minutos.
  2. Mientras tanto, se pone en una olla pequeña el azúcar, vinagre de arroz y 1 taza de agua. Se lleva a un hervor, se retira del fuego y se deja enfriar.
  3. Se lavan ligeramente, se exprime y seca la juliana y se agregan al líquido temperatura ambiente y se deja encurtir por lo menos por una hora. En la nevera puede reposar por unos días.


Para el sándwich:

  1. Se abre el pan a lo largo y se tuesta en el horno precalentado a 400°F por 10 minutos, o hasta que esté tibio y crujiente (yo lo hice en un grill de hierro colado)
  2. En un bowl pequeño se combina las salsas de pescado y de soya.
  3. Se pinta el interior con la mezcla de salsas, mayonesa y paté (eliminé la mayonesa; no me gusta)
  4. Se colocan por capas pepino, cebolla, jalapeño, encurtido de zanahoria y nabo (no le puse cebolla y sustituí el ají jalapeño por una salsa picante que compré en el mercado chino -tiene un toque entre dulce y picante).
  5. Se termina con una capa de pollo (o la carne preferida, en mi caso cerdo asado) y las ramitas de cilantro.
  6. Se cierra el pan y se aplasta ligeramente antes de cortarlo (esto no es necesario si se usan baguettes pequeñas).



Los ingredientes(en dirección a las agujas del reloj): cerdo asado a la china (char siu), encurtidos de zanahoria y nabo a la manera de Vietnam, pepino y cilantro, salsa de soya, salsa de pescado, salsa picante y pasta de hígado.

sábado, 26 de octubre de 2013

Sándwich de frittata

Sándwich de frittata

Hoy presentamos un sándwich económico y fácil de hacer. Es evidente si origen italiano y su sabor doméstico: en los Estados Unidos es bastante popular en los comederos y delis de la Costa Este y Chicago. Hay variantes, como servirlo en focaccia, agregando queso mozzarella o provolone, con un poco de salsa marinara.

El que vemos en la foto sigue la receta básica que nos da el recetario The Encyclopedia of Sandwiches, con muy pocos cambios:

SANDWICH DE FRITTATA

Ingredientes:

  • 1 pan italiano de unos 30 cm, o dos "torpedo rolls", cortados a lo largo, pero sin separar las mitades;
  • 3 cucharaditas de aceite de oliva
  • 1 papa pequeña, cortada en cubos
  • 1 cebolla pequeña, cortada en ruedas finas
  • 1 pimentón rojo pequeño, cortado en cubos
  • 5 huevos
  • 1 cucharada de albahaca picadita
  • 1 cucharada de perejil picadito
  • 1/4 de cucharadita de peperoncino en hojuelas
  • 1/2 taza de queso parmesano rallado


Preparación:

  1. Pintamos el pan con una cucharadita de aceite de oliva y lo tostamos por 2 a 3 minutos hasta que dora (esto, a mi juicio, debe dejarse para el final, a la hora de ensamblar el sándwich)
  2. En una olla con agua hirviendo, cocinamos las papas por 3 minutos, drenamos y las ponemos aparte.
  3. En una sartén antiadherente (yo uso para estas tortillas las sartenes dobles españolas, que son fáciles de usar y permiten voltearlas sin mucho esfuerzo), a fuego medio-bajo, agregamos las otras dos cucharaditas de aceite de oliva. Salteamos la cebolla, pimentón y papas por 5 minutos, o hasta que doren.
  4. En un bowl, se batimos los huevos y agregamos las hierbas, el peperoncino y el queso y se bate para que se mezcle bien. Se vierte la mezcla sobre la  sartén y, con la ayuda de un un tenedor, se extiende bien. Se cocina por unos 5 a 8 minutos, volteando a mitad de cocción para que dore por ambas cara.
  5. Dejamos enfriar la tortilla por unos 3 minutos, cortamos en cuñas y las colocamos dentro del pan. Se sirve caliente o a temperatura ambiente, con una ración de salsa de tomate para ir mojándolo (preferí ponerles un poco de salsa sobre la tortilla porque me pareció que así sería más fácil de comer).


miércoles, 16 de octubre de 2013

La enciclopedia de los sándwiches

Portada del libro.  a foto represente una versión del Dagwood Sandwich


Un buen sándwich puede ser una comida completa, satisfactoria y balanceada, a la par que, bien preparado puede convertirse en un platillo gourmet. Desde hace un tiempo, cuando lo vi en una librería, estuve tentado de comprar The Encyclopedia of Sandwiches (Quirk Books, Filadelfia, 2010), pues quería ampliar mi repertorio. No siempre está uno dispuesto a cocinar y la solución puede ser una de estas preparaciones, así que me decidí a comprarlo.

El libro contiene las recetas de numerosos sándwiches, algunos muy clásicos otros no tanto, que se han hecho famosos, así como algo de su origen y plantea las diversas variantes, así como la preparación de aderezos y complementos. El repertorio incluye desde los all American como el Dagwood, la hamburguesa o el Elvis, hasta especialidades como el Báhn Mi vietnamita, el de bresaola con arugula o falafel en pan pita. Los hay para todos los gustos: dulces, salados, helados, calientes, fritos o tostados.

Espero compartir próximamente algunas de estas recetas


Contraportada

viernes, 11 de octubre de 2013

El Reuben Sandwich

Mi Sándwich Reuben, con papas fritas, pepinillos y una rica cerveza Pilsen. La foto no es muy buena.


Desde hace días me estaba rondando el antojo de comerme un "Reuben Sandwich", pero sabía que aquí sería difícil de hacer porque el principal ingrediente, corned beef (no el enlatado, que es otra cosa), jamás se ha conseguido en Caracas. Sin embargo, me propuse invertir un poco de mi tiempo para matar las ganas. ¿Qué lleva? sauerkraut (col agria), corned beef (eso es pecho de res o brisket curado con sales y especias y luego cocinado), queso suizo (Gruyére o Emmetal) y Thousand Island sauce (salsa mil islas, que algunos sustituyen por salsa rusa) y pan de centeno. Generalmente se acompaña con papas fritas y, si se desea, un pepinillo encurtido. De cualquier manera, este emparedado tiene sus variantes y me animé a preparar la mía.

Ya decidido, me dediqué a buscar ingredientes en Caracas, donde todo escasea menos las bebidas alcohólicas.

Ingredientes:

  • Comencemos por el pan. Hay una panadería alemana que hace pan de centeno por encargo, pero no vale la pena el esfuerzo para hacer sólo un sándwich. Me encaminé al supermercado y me decidí por un pan integral de cuatro cereales. Esos son buenos. Usé dos ruedas que enmantequillé por los dos lados;
  • No hay Corned beef, ya lo dijimos. El Pastrami  (Pastrón en castellano es el sustituto más válido) Compré unos 150 gr. Ya venían en lonchas del grosor adecuado.
  • Tampoco hay queso suizo, pero el charcutero de la panadería me sugirió un queso holandés delicioso. 100 gr. eran suficientes. Con anterioridad pasé por el supermercado a buscar un sucedáneo brasileño que era igual de costoso, pero falso al fin. Lo peor era la cola de parroquianos comprando harina PAN, aceite de maíz y margarina. Colas interminables. Menos mal que por mi casa hay buenas panaderías.
  • Ya tenía los pepinillos encurtidos y la col agria. Ahora a prepararlo.

Preparación:

  1. Para la salsa Thousand Island mezclé mayonesa con ketchup, un punto de salsa Worcertershire, unas gotas de Tabasco, pepinillo encurtido cortado muy fino, una cucharada de cebolla picadita y pimienta.
  2. Lavé y exprimí bien el sauerkraut, en una cantidad necesaria como para cubrir una tajada de pan.
  3. En una plancha, puse las tajadas de pan a dorar por ambos lados. Las mantuve al calor.
  4. En la mantequilla residual doré un poco el Pastrami y el Sauerkraut, ambos por separado. 
  5. Para ensamblar el sándwich, unté las caras interiores del pan con la salsa mil islas. Terminé de preparar el relleno colocando el sauerkraut sobre el pastrami y las lonchas de queso por encima. Las tapé por unos minutos para que el queso se derritiera. Monté el todo sobre una rueda de pan y cerré con la otra. Coloqué dos palillos y corté por la mitad.


Las papas fritas estaban cortadas a la Pont neuf, es decir gruesas.


Lápida sepulcral de Reuben Kulakofsky, creador del Reuben Sandwich
Dejo aquí un video interesante sobre la preparación de esta delicia de sabor fuerte.

¡BUEN PROVECHO!



lunes, 9 de septiembre de 2013

Pan bagnat, un sándwich provenzal


Desde hace unos días tenía el antojo de comerme uno de mis sándwiches favoritos. Es una preparación sencilla que encierra en sí los sabores y olores del Mediterráneo, fácil de preparar, sabroso y nutritivo. Lo vemos en la foto; es el Pan bagnat, o pan bañado, originario de Niza. No es otra cosa que una Salade Niçoise dentro de un buen pan rústico.

Lo conocí a través de un recetario que aún conservo: Bistro Cooking (Workman Publishing, Nueva York, 1989) de Patricia Wells, quien lo describe:
Es, básicamente, el tipo de sándwich que puede hacerse con cualesquiera ingredientes estilo provenzal que se tenga a mano. Se pueden agregar vainitas cocidas, pepino, pimentón, calabacín, aceitunas negras o verdes, lechuga, rábano, huevos cocidos o hierbas (...) Cualquiera que sea la combinación el sándwich debería ser húmedo y un poco difícil de comer. ¡No hay nada peor que un pan bagna seco!
Voy a dar la receta de Wells, como guía básica, y unas variantes de relleno que conseguí en otro recetario. 



PAN BAGNAT
para 4 porciones

Ingredientes: 

  • 1 baguette grande, o varios bollos de pan de costra gruesa
  • 6 dientes de ajo, finamente cortados (yo los machaco en un mortero)
  • 1/4 de taza de aceite de oliva extra-virgen
  • 1 lata de filetes de anchoa (57 gr.)
  • 1 lata (195 gr.) de atún albacora empacado en agua
  • 2 cuacharadas de alcaparras
  • 1 cebolla mediana, cortada en ruedas (uso la cebolla morada, que tiene mejor gusto)
  • 1 pimentón rojo, descorazonado y cortado en tiras delgadas
  • 1/2 taza de pimientos asados en aceite.

Procedimiento:

  1. Rebane el pan o los bollos a lo largo por la mitad. Combine el ajo y el aceite de oliva y, usando una brocha de cocina, úntese en ambas paredes interiores del pan, aprisionándola fírmemente.
  2. Drene las anchoas y remójelas en agua que las cubra por varios minutos. Drene de nuevo y séquelas.
  3. Combine el atún, con su agua, con las alcaparras y coloque la mezcla sobre la tapa inferior del pan con la ayuda de una cuchara, presionándola firmemente. Entonces, se cubre la mezcla de atún con cebolla, pimentones, tomates, anchoas y los pimientos en aceite (se quiere un sándwich muy húmedo).
  4. Se cubre el sándwich con la porción superior del pan. Si se usa una baguette, córtela en cuatro porciones iguales. Presiones firmemente el sándwich. No se preocupe si la costra se raja. Envuelva firme y seguramente con envoltura plástica (o papel de aluminio), colóqueles un peso encima para aplanarlos aún más. Refrigere con el peso (la autora usa dos tablas de cortar) por varias horas o desde la víspera. Se sirve ligeramente frío.

NOTA: 
  • Yo no me tomo tanto trabajo con la presión del sándwich. La costra de la baguette es más suave que la del pan campesino que se consigue en Caracas, por lo que busco uno que tenga una costra intermedia, como el de la foto. Le extraigo buena parte de la miga para que quepa el relleno. Una vez que los he envuelto en papel de aluminio, los aplasto con la ayuda de un plato llano y los llevo al refrigerador. Una vez allí, le doy vuelta cada media hora y los aplasto de nuevo.
  • Como el atún empacado en agua que se consigue en Caracas parece comida para gatos, busco un buen atún en aceite de oliva, desecho ese aceite y a la hora de mezclar el atún con las alcaparras, agrego un poco de vinagre de vino al aceite con ajo que sobró que que la mezcla quede bien húmeda.
Receta oficial del Pan Bagnat


Los otros rellenos están tomados del recetario Feats of Provence (Weindenfeld and Nicholson, Londres, 1992) de Robert Carrier:


  • 4 bollos de pan o un pan redondo grande
  • aceite de oliva
  • 2 dientes de ajo
  • 8 hojas de lechuga
  • 4 tomates grandes maduros, en ruedas
  • 1 lata pequeña de pimientos, drenados
  • 2 huevos cocidos
  • 2 pimentones verdes, despepitados y cortados en ruedas
  • sal y pimienta
  • jugo de limón
  • 4 cucharadas rasas de perejil picadito
  • 16 aceitunas negras
  • 16 filetes de anchoa.

El procedimiento es muy similar. Se machacan los ajos con el aceite y con esa mezcla se untan generosamente las paredes interiores del pan. Se coloca una hoja de lechuga en la parte inferior y se va cubriendo, por capas, con los diversos ingredientes. Se salpimentan. Se agrega jugo de limón, perejil, sal y pimienta al aceite que queda y se rocía el interior con esta vinagreta. se adorna con las aceitunas y las anchoas. Se coloca otra hoja de lechuga y se tapa con la parte superior del pan. Se envuelven los bollos en papel de aluminio, se aplastan con un plato y se refrigeran por una hora antes de servir.

La otra receta o Pan bagnat simple, no lleva atún:

  • 1 pan redondo grande
  • Aceite de oliva extra-virgen
  • Pimienta negra recién molida
  • 4 tomates grandes, en ruedas
  • 1 cebolla roja pequeña, en ruedas
  • 12 aceitunas negras
  • 2 costillas de célery
  • 6 hojas de albahaca, cortadas en tiritas o chiffonade
  • 12 filetes de anchoa.

Como vemos en una receta versátil. Lo importante es que el pan quede húmedo y que nos guste el relleno. Tengo  que probarla con alcachofas en aceite.


Niza, la patria del Pan bagnat