jueves, 31 de mayo de 2012

Ribas y la Inmaculada Concepción

Inmaculada Concepción
Juan Pedro López
Colección Museo de la Quinta de Anauco
Era febrero de 1814 y las hordas infernales del feroz astur José Tomás Boves amenazaban dar al traste con la precaria libertad de los venezolanos. Como siempre, los soldados patriotas, niños casi, reclutados del Seminario y la Unversidad de Caracas, se acogieron bajo la protección de la Inmaculada Concepción, quien inspiró episodios de fe y heroísmo sin par. Veamos lo que nos dice el padre Pedro Pablo Barnola SJ:
El año 1814, durante lo  más crudo de la guerra, un sector del ejército patriota se halla asediado dentro de la ciudad de La Victoria. El jefe de las tropas es el joven y valiente general José F. Ribas. Y atacando con irresistible ímpetu viene el feroz jefe realista Boves con sus escuadrones de llaneros medio salvajes. Ribas sólo cuenta con unas tropas juveniles, poco entrenadas y agotadas por el esfuerzo de la lucha desigual. Comprendiendo la gravedad del momento, Ribas, lleno de fe, pone sus tropas y la defensa de la ciudad bajo la protección de María Inmaculada, y hace promesa de, si obtiene el triunfo, mandar celebrar a perpetuidad una misa de acción de gracias en su honor. El 12 de febrero, tras duras horas de combate, el enemigo se sintió impotente par rendir la ciudad, y se retiró en franca derrota. Pocos días más tarde, el Ayuntamiento de Caracas recibió una nota oficial del Gral. Ribas, en la que se leen estas palabras: "La sangre generosa de los ilustres caraqueños derramada en La Victoria y la protección visible de María santísima de la Concepción, fueron los que salvaron la Patria en aquel memorable día; yo suplico encarecidamente a USS. que todo el premio que debía asignárseme recaiga en beneficio de tantas viudas y huérfanos que justamente merecen el recuerdo de la Patria; y espero de la Municipalidad marque este día para bendecir a la Madre de Dios con el título de la Concepción, jurándole una fiesta solemne anual en la santa Iglesia Metropolitana a que deben asistir todas las corporaciones, y exhortando a las demás ciudades y villas para que en gratitud ejecuten lo mismo. Yo protesto a USS. que estos son mis deseos y que llegándolos a conseguir, grabarán en mi pecho eterno reconocimiento, y aseguro de la mejor fe que no es la moderación la que me hace explicar en estos términos, sino la justicia."
José Félix Ribas
1775-1815
No era esta la primera vez que el Gral. Ribas, nos dice el padre Barnola, mostraba sus sinceros sentimientos marianos. Cuando el 22 de julio de 1813 obtuvo con un reducido ejército la importante batalla de Los Horcones, pasó luego a la cercana ciudad de Barquisimeto, y entrando en la iglesia se postró ante el altar de Nuestra Señora de la Paz y depositó a los pies de su imagen la espada victoriosa, mientras pronunciaba fervorosamente frases de acción de gracias por un triunfo que atribuía a la protección de aquella celestial patrona.

Triste fue el fin de este gran militar caraqueño. Ribas fue capturado por los realistas en los alrededores de Valle de la Pascua. El Justicia Mayor de Tucupido, Lorenzo Figueroa Barrajola, quien reclamó al prisionero como suyo, ordenó su muerte el 31 de enero de 1815. Con grandes vejaciones fue trasladado a la Plaza Mayor de Tucupido, donde fue fusilado. Al pie de un árbol a escasos metros de la mencionada plaza su cuerpo fue desmembrado, la cabeza frita en aceite fue enviada a Caracas, donde, cubierta con el gorro frigio que solía usar, la colocaron en la Puerta de Caracas dentro de una jaula en La Puerta de Caracas, en el camino a La Guaira, donde hay un monumento en su memoria. Sus brazos y piernas colocadas en los cuatro puntos cardinales del pueblo en represalia a los patriotas de la zona. Su viuda, Josefa Palacios, tía materna de Simón Bolívar, se negó a salir de su casa hasta que Caracas fue recuperada por los patriotas en 1821. Esa era gente de convicciones firmes, sin duda.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Los deseos de Andrés Bello

Valle de Caracas
Ferdinand Bellerman

Mis Deseos

                                                                               Hoc erat in votis


¿Sabes, rubia, qué gracia solicito
cuando de ofrendas cubro los altares?
No ricos muebles, no soberbios lares,
ni una mesa que adule el apetito.

De Aragua a las orillas un distrito
que me tribute fáciles manjares,
do vecino a mis rústicos hogares
entre peñascos corra un arroyito.

Para acogerme en el calor estivo,
que tenga una arboleda también quiero,
que crezca junto al sauce el coco altivo.

¡Felice yo si en este albergue muero;
y al exhalar mi aliento fugitivo,
selle en tus labios el adiós postrero!


Trapiche en San Esteban
Ferdinand Bellerman

martes, 29 de mayo de 2012

Nuestra Señora de Belén, devoción de la familia Bolívar

Nuestra Señora de Belén.
Aragua no es sólo un hermoso lugar, de tierra fértil y gente amable. Es también una región donde abundan lugares de interés histórico y de peregrinaje cívico. Entre los pueblos aragüeños destaca San Mateo, población que muestra con orgullo su contribución a la guerra de la independencia de Venezuela, cuyo testimonio más fehaciente lo representa las ruinas del Ingenio Bolívar (o de San Mateo), y el importante santuario de Nuestra Señora de Belén, patrona de la Diócesis de Maracay, situado en el centro del pueblo, cercano al río Aragua.

San Mateo fue un pueblo de doctrina fundado en la tercera década del siglo XVII en una fecha que, según don Tulio Chiossone (Diccionario Toponímico de Venezuela), no se ha precisado. Alfredo Armas Alfonzo nos amplía la información. Según él, la zona estaba poblada por integrantes de las naciones quiriquire y meregote, sometidos al régimen de encomiendas, pertenecientes hacia 1638 al Capitán Tomás de Aguilera y Grezala. Posteriormente se agregarían otros encomenderos como el Sargento Mayor Juan de Brizuela (1649) o Fabián de Aguirre, todos ellos dedicados a la explotación agrícola y pecuaria. Hacia fines del siglo XVII existían en San Mateo tres repartimientos de indios encomendados al Maestro Juan Liendo, Luis Arias Altamirano y el Capitán Luis de Bolívar y Rebolledo. Este no fue el primer Bolívar en tener tierras en la zona ya que un siglo antes don Simón de Bolívar "El Mozo" tenía concedida la encomienda que había pertenecido a Sancho del Villar. Menciono a los Bolívar porque Nuestra Señora de Belén fue devoción de esa ilustre familia, como veremos más adelante. No viene al caso el árbol genealógico del Libertador Simón Bolívar.

Como la mayoría de los pueblos del período colonial, San Mateo fue mudado alguna vez de "la punta de Los Caobos" (su ubicación original) a su posición actual. Cuando el Obispo Mariano Martí lo visita en 1781 ya se había mudado y la población estaba formada principalmente por españoles y criollos, a pesar de seguir siendo, desde el punto de vista jurídico, un pueblo de indios. Para esa fecha la devoción y fama de milagros de Nuestra Señora estaba bien afianzada.
Nuestra Señora de Belén en su
custodia y la corona canónica.
Regresemos a 1709, año del hallazgo, y que nos narre Armas Alfonzo, que cito textual:
Era el año 1709 y gobernaba la comunidad indígena de San Mateo su cacique Mateo de Oroguaypuro u Oreguaypur, muy considerado entre su pueblo por haber obtenido de las autoridades españolas el reconocimiento del derecho a la legua de tierra que les fue adjudicada por Ley de Indias de 1642 y de la que habían sido despojados. En estos suelos se dilataban los cultivos de añil, caña de azúcar y maíz. La iglesia se centraba entre el rancherío pajizo, y Fray Nicolás de la Torre daba todos los días sus clases de catecismo.
A una cuadra de la iglesia tenía casa el indio Tomás José Purino, cristiano converso de conducta muy recta, por lo que se le nombró fiscal de la Doctrina. Se había casado con todas las de la ley española con Inés Heredia, india también, de vida decente y moral.
En horas de la mañana del 26 de noviembre de 1709, el indio Purino se puso a cortar una leña en el patio de su casa. El hacha hendía un tronco de árbol. A medida que trabajaba notó que la tierra se movía cerca de él y se levantaba. Inés Heredia lo atribuyó a los golpes del palo sobre la tierra. No. Mientras Purino rajaba el tronco, se formó una prominencia y en el centro de ella una como fisura o agujero. Purino llamó a gritos a su mujer.
Vieron entonces que de la oquedad emergía hasta quedar parada sobre la tierra una imagencita no más grande de una moneda de dos bolívares. La crónica describe un vellón. (Nota para aclarar lo del tamaño: una moneda de Bs. 2 tiene un diámetro de 2,6 cm)
Detalle de la custodia.
Se acercaron los esposos y hallaron que era una Virgen sobre una media luna, con el Niño de pie sobre su rodilla derecha, una mano de ella sobre el vientre del pequeño, la otra tocando su pie izquierdo. Inés Heredia trajo un trapito que le mandó a buscar Purino y el indio recoge la medalla aparecida y la lleva adentro. Se pusieron a rezarle el Rosario, Purino, su mujer, María Micaela, la madre de Purino, y los indios y los vecinos que acudieron a la casa atraidos por el milagro.
Trece días estuvo la imagen en la casa del milagro hasta que Fray Nicolás la hizo trasladar a la iglesia, no sin oposición de Purino, que aceptó por fin la mudanza con la condición de que se le dejase a él la atención del altar donde se colocaría. La procesión fue una fiesta popular. Fray Nicolás depositó la imagen en un tabernáculo de la Inmaculada Concepción.
La mañana siguiente el Padre Nicolás le organizó una misa a la Virgen, y vestido para el oficio subió al altar y le mandó al monaguillo Manuel Fiscal que abriera la cortinita del tabernáculo. Todos pudieron ver entonces que la reliquia ya no tenía el color oscuro, de plomo, con que se halló. Se la empezó a llamar desde entonces Nuestra Señora de Belén. El proceso que le abrió la curia en 1765 reveló muchos misterios. Al principio la imagen apenas medía dedo y medio y desde que se la llevó a la iglesia creció dos tercios más. Cuando se le aparece a Purino carece de nubes y los dos querubines de entrambos lados de los cuernos de la luna.
Hubo milagros, sobre todo en casos de viruela, sarampión o accesos de tos. También se la invocaba en casos de sequías severas. Su fama se extendió rápido, no solo entre el pueblo sencillo, sino entre familias principales de la región. Ante tales noticias, el obispo de Caracas, Antonio Diez Madroñero, ordenó abrir, en marzo de 1765, un proceso informativo a cargo del padre Julián de Ángel y García. Cuando el Obispo Mariano Martí visita San Mateo en 1781 ya el oratorio de la hacienda El Palmar estaba dedicado a la Virgen de Belén y el coronel Juan Vicente de Bolívar y Ponte, padre del futuro Libertador había dotado a la iglesia del pueblo con una campana, una imagen de bulto de la Santísima Trinidad, una lámpara de plata (las tres piezas aún se encuentran en uso) y una dotación pecuniaria de 300 pesos para el aceite de la lámpara. El banco que usaba la familia Bolívar en la Iglesia de San Mateo forma parte hoy de la colección del Museo Bolivariano, en Caracas.

Retablo del altar mayor de
la iglesia de San Mateo.
Originalmente perteneció al
Convento e Iglesia de San Jacinto
en Caracas
El 23 de junio de 1781, el obispo Martí y su comitiva sale de Turmero hacia San Mateo, pasando por el trapiche de don Miguel de Aristeguieta, "y visitamos el Oratorio que allí tiene baxo la invocación de Nuestra Señora de Belén", en el sitio del Palmar, a media legua del pueblo.  El buen obispo nos describe la iglesia:
...es baxo la invocación de San Matheo, que también es el nombre de este pueblo. Es de una sola nave, sus paredes de tapias y rafas, cubiertas de texa y obra limpia. Está medianamente ornamentada. Está de continuo colocado su Divina Magestad. Está aseada y tiene algunos retablos. (...) A la banda del evangelio hay una Capilla que haze como una nave colateral, en donde está el altar y imagen de Nuestra Señora de Belén, de bronze, de medio relieve, de un cuarto y medio a un palmo de vara, poco más o menos. En tiempo de mi antecesor, el año de 1765, se amoldaron algunas imágenes por ésta, y comúnmente se dize que esta imagen original crece o se aumenta;...
El Señor Obispo quiso entonces comprobar lo que se decía entre el común, y no salió muy convencido:
... pero yo he hecho la experiencia de cotejarla con un exemplar amoldado que se sacó en dicho año, y esta imagen original no ha crecido, ni ha aumentado sino muy poco, y es lo mismo casi que el exemplar amoldado, y en la cabesa o sobre la cabeza tiene la original una cosa pequeña, del canto de una peseta, que no tiene la amoldada; en lo demás, casi lo mismo es una que la otra.
Virgen de Belén en la cajita donde
se muestra para el beso de los fieles
Agrega monseñor que la capilla tiene una puerta que da a la plaza y es tan aseada como la iglesia. Nota también la presencia del relicario donde estaba expuesta la pieza de Nuestra Señora de Belén, "que está como una custodia grande y hermosa", dádiva de don Miguel de Aristeguieta.

Más adelante el obispo nos agrega detalles, más conciso que Armas Alfonzo, sobre el hallazgo:
En el año de 1709 se apareció o fue hallada la milagrosa imagen de Nuestra Señora de Belén por Thomás Joseph Purino, de nación indio, en la casa de éste, a distancia a una quadra de la plaza, ahora señalada por quatro paredes, con el ámbito o espacio de unas dos o tres varas en quadro por dentro, cerrada por una puerta, adonde estuvo para sacar tierra de aquel suelo y la echan a los campos por devoción para que fructifiquen.
Tengo entendido que aún los fieles recogen suelo del lugar del hallazgo a modo de reliquia, tal vez con el mismo fin que en el siglo XVIII.
El dicho Thomás José Purino rajava leña y reparava que se movía la tierra baxo del tronco que estava rajado, y llamó a su muger y continuava el mismo movimiento, y como una intumescencia de aquella tierra, es donde se abrió una boquita y salió esta milagrosa imagen, paradita en el suelo como imagen de Concepción de Nuestra Señora con el Niño Jesús en sus brazos y la luna en los pies. En la misma casa de este dicho(so) indio concurrieron las gentes, y allí resaron el Rosario delante de esta Santa Imagen, hasta que después de algunos días fue trasladada a la Iglesia parroquial y en esta misma le hizieron después una Capilla grande. El señor (Antonio Diez) Madroñero, por auto de 21 de marzo de 1765 cometió la información de varios milagros de esta Nuestra Señora de Belén al presbítero don Pablo Julián del Angel y García, y después en Valencia, a 23 de enero de 1768 aprobó estos milagros y dio licencia para que se publicasen y se pudiesen imprimir, precediendo antes al parecer y dictámenes de hombres doctos y virtuosos.
Sacrificio de Ricaurte
por Antonio Herrera Toro
En el Libro de Inventarios de la visita del obispo Mariano Martí se hace una descripción completa de la capilla de Nuestra Señora de Belén y del relicario en forma de "Custodia de sol, de unas tres cuartas de alto, toda de plata sobredorada con varios serafines con labores de plata sin dorar", que había donado don Miguel de Aristeguieta. En el curso de los años la decoración de la capilla ha cambiado. El altar de es mármol italiano y la custodia-relicario donde se exhibe la imagen es obra de ofebrería británica del siglo XIX, elaborada a instancias de María Antonio Bolívar de Clemente, hermana del Libertador, quien deseaba que la obra fuera digna de la Virgen.

La tradición asegura que durante el asedio a San Mateo (abril-mayo de 1814) por el monstruo asturiano José Tomás Boves y sus hordas enemigas de la libertad, Simón Bolívar detuvo un asalto realista al parque cuya defensa había confiado  al valiente neogranadino Antonio Ricaurte, invocando a la Virgen de Belén, devoción de su familia. Nos dice Armas Alfonzo: "En un momento en que todo parecía perdido, Bolívar tomó entre sus manos la custodia y la puso frente a la Legión Infernal que irrumpía aquel día  por abras y colinas hacia la casa del alto, donde ya se libraba encarnizada batalla. La explosión sorprende al enemigo y Boves mismo ordena la retirada y abandona el campo. Los cadáveres esteran los caminos de la huida sorpresiva". Corrían y huían porque todo malo es cobarde, como dicen en mi pueblo.

Monumento Histórico Nacional
Ingenio Bolívar, San Mateo
Hay una ciudad del oriente de Venezuela, fundada el 20 de febrero de 1734 por órdenes de don Carlos de Sucre, Gobernador de la provincia de Nueva Andalucía y bisabuelo del Gran Mariscal de Ayacucho José Antonio Sucre,con el nombre de Nuestra Señora de Belén de Aragua, conocida en todo el país como Aragua de Barcelona. Me pregunto si habrá sido la fama de este hallazgo inspiró el nombre del nuevo pueblo.

El 18 de agosto de 1814 Aragua de Barcelona fue escenario de una de las más cruentas batallas libradas en todo el conflicto. Alrededor de 2.000 defensores republicanos comandados por el Coronel José Francisco Bermúdez enfrentaron el ataque, realizado por cerca de 5.000 realistas liderados por el General español Francisco Tomás Morales. Según el historiador Francisco Alejandro Vargas, durante la refriega, llevada a cabo casa por casa, perecieron alrededor de 1.700 defensores o pobladores de la ciudad y resultaron heridos unos 2.000, además de que otros fueron posteriormente ejecutados sin conmiseración alguna por las tropas de Morales, según instrucciones emitidas por el Comandante General del ejército realista José Tomás Boves, el mismo asturiano que atacó San Mateo en abril-mayo. Feas tropelías cometieron los vándalos realistas, no respetando ni los altares en su afán de robar, matar y violar. A Boves le quedaban pocos meses de vida, pues murió en la batalla de Urica el 5 de diciembre de ese mismo año.

Para ampliar la información sobre la Patrona del estado Aragua, ingresar por aquí.



domingo, 27 de mayo de 2012

El rapto de Europa

Texto tomado de Hesíodo. Idilios de Mosco (II Europa; del libro Teogonía, Editorial Porrúa, Ciudad de México, 1976)
Sólo un fragmento para pasar el rato.
Los griegos sabían decir las cosas.


Me gusta la mirada romanticona de este
divino toro y su lengua lasciva.



Sentada sobre el lomo del toro Zeus, la virgen se cogía con una mano a uno de los largos cuernos, y con la otra sujetaba los pliegues flotantes de su traje purpúreo; y la onda abundante del blanco mar mojaba el borde de la ropa. Flotaba el amplio peplo de Europa sobre sus hombros, cual la vela de una nave, y transportaba a la virgen. Pero, como estaba lejos de su patria, no veía ya ella la orilla,  ni las altas montañas, sino abajo el inmenso mar. Entonces, mirando a su alrededor habló así:
- ¿Adónde me llevas, divino toro? ¿Quién eres? ¿Cómo puedes hacer esta caminata con tus pesadas pezuñas, y no temes al mar? El mar es el camino de las naves rápidas; pero a los toros les asusta el camino de las olas. ¿Qué dulce brebaje, qué alimento vas a encontrar en el mar? ¿Acaso eres algún Dios? Pues ¿por qué haces lo que no es propio de los Dioses? Los delfines no andan por la tierra, ni los toros por el mar; pero tú te lanzas por tierra y por mar, y tus patas sirven de remos. ¡Si te elevaras por la altura del aire, quizá también volarías, semejante a los pájaros ligeros! ¡Ay, desdichada de mí! ¡He abandonado las moradas de mi padre, y he seguido a este toro, y voy errante y solitaria en tan extraña navegación! ¡Oh tú que conmocionas la tierra y mandas en el blanco mar, ven en mi ayuda! Deseo ver quién guía mi carrera y me lleva.  Porque no sin ayuda de un Dios atravieso las rutas húmedas.


Está demasiado gorda esta Europa de Rubens.
Tal vez la confundieron con una vaca


Habló así, y el Toro de grandes cuernos le respondió:
-Tranquilízate, virgen, y no temas a las olas marinas. Soy el propio Zeus, aunque parezca un toro, pues puedo tomar la forma que me plazca. El amor que por ti siento me ha impulsado a surcar un mar tan largo, bajo la forma de un toro, y pronto va a recibirte la Creta. De mí concebirás ilustres hijos que entre los hombres han de ser reyes portadores de cetros.
Habló así y fue cumpliéndose lo que dijo. Y apareció Creta, y recobrando Zeus su forma, desató el cinturón de Europa, y las Horas le erigieron lecho. Y la virgen se tornó al punto esposa del Cronida, y concibió hijos de él y fue madre.



Ya estos deben estar llegando a Creta.


viernes, 25 de mayo de 2012

Himno órfico a Némesis

Némesis

LVIII
PERFUME DE NÉMESIS

¡Oh Némesis! Te invoco, diosa, magna reina, que lo ves todo, que miras la vida de los mortales animados de diversos pensamientos. Eterna y venerable, que te regocijas con los justos, mudas con arreglo a tu voluntad las resoluciones de los hombres, todos los cuales temen al yugo que haces pesar sobre su cuello; porque conoces el pensamiento de todos, y nada hay oculto para ti del alma que desprecia audazmente tus palabras. Lo ves todo, lo oyes todo y dispones de todo. En ti residen los derechos de los hombres ¡oh potentísimo Demonio! ¡Ven, oh Bienaventurada, casta, y sé siempre favorable a los que celebran tus misterios, danos buenas inspiraciones y ahuyenta los pensamientos malos, injustos y orgullosos!


Las Furias y Némesis


Bello himno, considerando que está dedicado a la diosa de la venganza

Un postre de la Edad Media en América


Lápida de la tumba de Taillevent
Lo que más me gusta es el escudo
con cacerolas en el cuartel central.

Pocos platos de la cocina medieval europea han sobrevivido y de éstos muy contados cruzaron el Atlántico y se incorporaron a la cocina latinoamericana. Con el correr del tiempo, los que no han desaparecido, han variado de gusto y aspecto. Revisando el libro “Great cooks and their recipes, from Taillevent to Escoffier” (Anne Wilan, Pavilion, Londres, 1992) y leer la entrada relativa a Taillevent,  cuyo nombre de pila era Guillaume de Tirel y vivió entre 1312 y 1395, me encontré con dos platos cuyos nombres son conocidos en Venezuela.

El primero de ellos es la Galantina, que en la época se refería a cualquier plato savorizado con la raíz del galingale, muy usada en la cocina thai y que siguió su evolución hasta convertirse en esa gallina trufada con su áspic introducida por la pasión eurocéntrica y francófila de Antonio Guzmán Blanco en el menú festivo de los venezolanos con mucha plata y que en el curso de más de un siglo también se ha adaptado al gusto nacional y a nuestros bolsillos.

La segunda preparación es el manjar blanco o blanc menger, que originalmente era un puré, generalmente de pollo o pescado, espesado con almendras y arroz molidos de tal manera que pudiera mantener una forma. En esa época la conservación de los alimentos era en extremo deficiente y había que disfrazar el aspecto y el mal olor con especias y colorantes naturales para hacerlos más apetitosos. En el libro al que me refiero aparece una receta de Taillevent de un Blanc Menger Party, adaptada a la cocina moderna,  que no lleva pescado, ni pollo. El “Party” se refiere a las capas de diversos colores que conformaban este plato: el verde se lograba con espinacas o perejil; el amarillo con azafrán, el morado con moras… a gusto del cocinero. Lleva leche, almendras molidas, crema de arroz azúcar, sal, grasa, canela, jengibre y clavos de especia. No es un plato dulce ni salado, ya que lleva 1 cucharadita de sal para 100 gramos de azúcar. Si a alguien le interesa la receta, estoy dispuesto a compartirla.
Menjar blanc
Foto tomada del sitio www.llepadits.com
Con el tiempo, el Blanc Menger se extendió por toda Europa, donde se convirtió en un postre, conservando la identidad del nombre: biancomangiare en italiano, blanc-manger en francés, blancmanger en inglés, o menjar blanc en catalán. En España se le atribuye un origen árabe. Cruzó el Atlántico y en América hispana lo llamamos manjar blanco. Cada versión tiene su manera de hacerla y cuenta con el ingrediente espesante. En Europa se sigue espesando con fécula de arroz y almendras molidas, aunque en Provenza también lo espesan con gelatina sin sabor, o en Venezuela donde usamos fécula de maíz (maicena). Para ver una versión catalana entrar por aquí.


BLANC-MANGER (MANJAR BLANCO A LA HAITIANA)

Blanc - manger a la haitiana
La versión haitiana que lleva, entre otros ingredientes, leche de coco y se le hace cuajar con gelatina sin sabor. Me recuerda un poco a la versión provenzal que ofrece el recetario del pintor Paul Cézanne, con diferencia que el manjar blanco del artista francés lleva frutas confitadas, crema de leche y miel de lavanda, en lugar de coctel de frutas, leche de coco y azúcar.  

Ingredientes:
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 2 latas de 12 oz de leche evaporada
  • 1 lata de 12 oz de leche de coco (en Venezuela se la consigue en frascos de vidrio. Sería aún mejor si se le extrae fresca)
  • 1 lata de 12 oz de coctel de frutas
  • 3 paquetes de gelatina sin sabor (aquí hay un problema porque cada fabricante tiene un envase diferente y la calidad de la gelatina varía. Si se usan sobres de gelatina  sin sabor,  hay que calcular el equivalente a hoja y media de "colapís"... Seguir las indicaciones del fabricante)
  • 1/2 cucharadita de canela en polvo (mejor usar una raja de canela)
  • 1 tirita de piel de limón de unos 3 cm
  • Azúcar al gusto (esto es importante. Los haitianos adoran el azúcar. Aconsejo cautela)

  1. Disolvemos la gelatina en 1/2 taza de agua hirviendo. Que quede bien disuelta.
  2. Ponemos la leche evaporada a hervir. Le agregamos azúcar al gusto. No demasiada.
  3. Mientas tanto, escurrimos el coctel de frutas. Desechamos el almibar ( o lo reservamos para otro uso).
  4. Al hervir la leche, se le agrega la piel de limón, canela y vainilla. Luego la gelatina disuelta. Se revuelve bien.
  5. Luego le agregamos la leche de coco y la llevamos a otro hervor. Se prueba el gusto de azúcar. Si se considera necesario, se ajusta el sabor.
  6. Distribuimos la fruta en el fondo del molde, o la pieza donde se va a servir.
  7. Con la ayuda de un colador, se vierte la mezcla caliente en el molde. Se deja enfriar antes de llevar a la nevera. Permanecerá refrigerado por varias horas hasta que esté firme.

MANJAR BLANCO VENEZOLANO


Manjar blanco acompañando un dulce de ciruelas pasas
Foto tomada de www.comedia-zone.com
Tal vez sea lo primero que aprende a hacer una niña venezolana que aspira a complacer a su mamá. Cada familia prepara este postre más o menos de la misma manera y con variantes como el manjar de piña o el de naranja. Muchas veces se sirve acompañado de dulces en almíbar para balancear con su insipidez el exceso de azúcar de los dulces de cabello de ángel, lechosa, orejones, etc. Esta receta está tomada de La Cocina de Casilda (Los Libros de El Nacional, Caracas, 2005)

Ingredientes
  • 1 litro de leche
  • 1 rajita de canela
  • 4 cucharadas de maicena
  • ½ kg de azúcar
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
Procedimiento:
  1. Se hierve la leche junto con la canela.
  2. Se disuelve la maicena en poca cantidad de agua o leche fría, y se añade a la leche junto con el azúcar, removiendo continuamente hasta que espese y se vea el fondo de la paila.
  3. Se baja del fuego, se le echa la esencia de vainilla y se vierte en un molde o platón.

NOTA: A esta receta de manjar blanco se le puede reducir la cantidad de azúcar y sustituir la vainilla por un trozo de cáscara de limón, que se adicionaría junto a la canela.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Colaboración entre La Fontaine y Chagall

FÁBULAS
La Fontaine/Chagall
Carátula
Hace una semanas, en una feria del libro efectuada en Caracas, compré, entre otros un ejemplar de la Fábulas de Jean de la Fontaine ilustradas ni más ni menos que por Marc Chagall (Libros del Zorro Rojo, Barcelona, 2011). Es un libro bello que, además de contener esas fábulas cartesianas ilustradas por el gran Chagall, está muy bien diagramado ¿Dónde lo ponemos en la biblioteca? No será en la sección de literatura francesa, sino en un sitio entre los libros de arte y los de leer; allí -Sección libros bellos- donde están obras con grabados de Gustave Doré, por ejemplo.

El libro contiene 43 gouaches firmados por Chagall para las fábulas de La Fontaine, en una iniciativa de 1930. Las ilustraciones, en su momento, se vendieron entre coleccionistas dispersos y ahora han sido puestas en contexto. La escogencia del ilustrados, me parece, fue avanzada para su época. Tal vez los lectores de La Fontaine preferirían  grabados románticos o cualquier ilustración de un artista francés, aunque fuera mediocre. Completa el libro dos artículos sobre Chagall como ilustrador de Las Fábulas, y sobre las críticas que las ilustraciones recibieron en su momento, por Didier Schulmann.

De la contraportada cito:
Presentadas por primera vez en París en 1930, las ilustraciones de Marc Chagall para las Fábulas provocaron virulentas reacciones, tintadas de abierto antisemitismo, por otra parte de algunos críticos de la época: "¿Cómo un judío eslavo osaba acercarse al alma latina?" -se llegó a sugerir-. Mientras, otras voces descubrían un nuevo lenguaje, onírico y colorista, que recogía gran parte de los avances de las vanguardias y mostraba la necesidad de revitalización de la cultura francesa del período.
En la presente edición Libros del Zorro Rojo recupera cuarenta y tres gouaches firmados por Chagall para las Fábulas de La Fontaine, un conjunto que constituye un tramo vital del artista en el que reafirma su genio a medida que crece su notoriedad, en el que consolida su inserción social como migrante al tiempo que su arte se distingue y marca una época.
Transcribo una de las fábulas:


LA RATA METAMORFOSEADA EN DONCELLA

Una rata cayó del pico de un cárabo;
yo no la hubiera salvado,
pero un brahmán lo hizo, bien lo creo:
cada país tiene su pensamiento.
La rata estaba muy mal.
De esta suerte de prójimo
nos preocupamos poco. Pero el pueblo brahmán
lo trata como hermano; según su creencia,
nuestra alma, al provenir de un rey,
entra en una cresa, o en cualquier otro animal
que la Suerte quiera. Es un punto de su ley.
Tomó de ellos Pitágoras quizá este misterio.
Desde este fundamento, el brahmán creyó sensato
rogar a un hechicero que alojase a la rata
en un cuerpo donde ya hubiera vivido antaño.
El hechicero la transformó en muchacha
tan hermosa y tan gentil, de apenas quince años,
que el hijo de Príamo se hubiera prendado de ella
más intensamente que de la griega belleza.
Se sorprendió el brahmán de algo tan novedoso.
Dijo así a este dulce objeto:
-No tiene más que elegir; pues todos están celosos
del honor de ser su esposo.
- En este caso -dijo ella-, doy mi voto
al más poderoso de todos.
-Sol -gritó entonces el brahmán postrado-,
tú serás nuestro yerno.
-No -respondió el Sol-, ese nubarrón negro
puede más que yo, pues oculta mis rasgos.
Te aconsejo que lo elijas.
- Bien -dijo el brahmán a la nube efímera-,
¿has nacido para mi hija? -No, lo siento; pues el viento
me empuja a su voluntad de una parte a otra;
Nada puedo hacer contra los derechos de Bóreas.
El brahmán exclamó enfadado:
-¡Oh!, viento, dado que viento sopla,
ven a los brazos de nuestra hermosa.
Acude el viento: en el camino un monte lo detiene.
La pelota pasa a éste,
que la devuelve diciendo: -Tendría una disputa
con el ratón; y ofenderle,
a él, que puede perforarme, sería locura.
Al oír la palabra ratón, la doncella
aguzó el oído; él fue el esposo elegido.
¡Un ratón! ¡Un ratón! Es de esas sorpresas
que tiene el amor, como vemos en ésta y aquélla.
Mas quede esto inter nos.

Tendemos al lugar de donde venimos. Esta fábula prueba
bastante bien este principio; pero, al verla de cerca,
hay algo de sofisma en ella:
¿pues qué esposo no es al sol preferible,
comportándose así? ¿Cabe decir que un cíclope
es menos fuerte que una pulga, aunque ella le pique?
El ratón debía entregar, por el mismo concepto,
la bella al gato, el gato al perro,
el perro al lobo. Y por medio
de aquel circular argumento,
Pilpay hasta el sol remontando se hubiera;
el sol hubiese gozado de la joven belleza.

martes, 22 de mayo de 2012

En Quíbor aman a su Caimana

Nuestra Señora de Altagracia de Higüey,
Patrona de República Dominicana
La advocación de Nuestra Señora de Altagracia es una devoción muy antigua en América Latina. En Santo Domingo se le venera desde temprano en el siglo XVI, heredada de colonizadores originarios de Garrovillas de Alconétar (cerca de donde era Nicolás de Ovando) o de Siruela, ambas en España. Es la Patrona de República Dominicana. Originalmente su fiesta se celebraba el 15 de agosto (Asunción de María), hasta 1692, cuando un hecho político de importancia afianzó su fama como protectora de los dominicanos. La nueva fecha, 21 de enero, conmemora la victoria de los pobladores hispanos sobre los invasores franceses de la parte occidental en la Isla en la batalla de Limonade (hoy en Haití), que se atribuye a su intercesión.

En Venezuela hay varios pueblos cuya patrona es Nuestra señora de Altagracia y son frecuentes las iglesias dedicadas a esta advocación. Hoy hablaremos de Nuestra Señora de Altagracia de Quíbor, llamada cariñosamente por los lugareños La Caimana. Es un cuadro pintado en 1606 por un imaginero de apellido Tovar, según consta en una inscripción del cuadro (según Alfredo Armas Alfonzo, quien cita al Dr. Cecilio Sarmiento). La imagen se parece a la que se venera en Higüey: es una escena del nacimiento de Jesús con el Niño sobre un paño extendido en un pesebre, la Virgen ocupa un lugar destacado al centro, San José inmediatamente detrás de María, mucho más cerca que el de la imagen dominicana.

Hay versiones de cómo llegó este cuadro a las inmediaciones de Quíbor. La primera de ellas se asemeja a la historia de la de Santo Domingo. Nos dice Alfredo Armas Alfonzo:
Altagracia de Quíbor adornada
con motivo de su fiesta
Foto de www.lasquibureñas.blospot.com 
Un quiboreño muy principal, en vísperas de un viaje suyo a Caracas, recibió el encargo de sus hijas de una imagen de Altagracia. En vano la solicitó en los negocios del ramo conocidos. En otra salida suya del año siguiente, con el mismo destino, las hijas insistieron en el pedido, pero tampoco esta vez tuvo suerte a pesar de su empeño. Pensó, entonces, mandarla a pintar con artista de oficio y con la decisión tomada volvió a la posada. Allí, sobre la mesa, encontró un rollo de lo que parecía pergamino. Curioso lo extendió y no le quedó duda: era un cuadro de la Virgen de Altagracia. Lo había dejado, con el encargo de su venta, un desconocido que no apareció más por la posada. El quiboreño pagó el valor, una suma grande, pero de Tovar, o quien fuese, su desconocido agente, jamás se tuvo noticia alguna. El relato de la advocación quiboreña coincide exactamente con la dominicana aún en sus más mínimos detalles.
Retablo de la Ermita de
Nuestra Señora de Altagracia, Quíbor
foto tomada de www.lapatilla.com
Además de coincidir, esta versión falla por ciertos aspectos: en primer lugar para 1606 El Tocuyo y Barquisimeto eran ciudades con vida cultural más activa que Caracas que tenía poco tiempo de fundada; en Caracas, para la fecha y hasta el siglo XVIII, no había tiendas que vendieran santos, sino que éstos se encargaban a un imaginero (pintor o tallista), quien luego los entregaba; Quíbor fue fundada en 1620, 15 años después de la presencia del cuadro en la región. Me parece más lógica la otra versión, aunque sea menos misteriosa: a requerimiento de los hermanos Gómez de Alvarado, quienes deseaban una imagen para su capilla, el cuadro fue pintado en 1605 por Tomás de Cózar, un pintor malagueño. Es una de las pinturas más antiguas de Venezuela. Esta segunda versión también tiene su leyenda, según la cual, a pesar de tener una iglesia más grande en la parroquia, la Virgen permaneció en la Capilla, pues se hacía muy pesada cuando se proponían trasladarla. Soy más prosaico. La Capilla y su cuadro eran privados y sus propietarios ejercían la mayordomía, por lo menos hasta 1810.
La capilla o ermita donde se venera queda a unos dos kilómetros del centro de Quíbor y tuvo su origen en la piedad cristiana de un terrateniente de la localidad. El 29 de agosto de 1776, el Obispo Mariano Martí le hizo la visita pastoral:
Ermita de Altagracia, Quíbor
foto de www.pueblosdevenezuela.com
A distancia de un quarto de legua de esta Iglesia parroquial (se refiere a la de Quíbor, también dedicada a Nuestra Señora de Altagracia), hazia el norte, hay una Capilla bastante capaz baxo la invocación de Nuestra Señora de Altagracia, baxo la qual invicación está también la dicha Iglesia parroquial. Esta Capilla era ayuda de Parroquia de la Parroquial del Tocuyo, y allí se bautisava, enterrava y se hazían las demás funciones parroquiales, hasta que por el señor (obispo de Caracas José Félix) Valverde o su Comissionado en Caracas, a 13 de enero de 1743, se agregó esta Capilla a esta Iglesia de Quíbor, y ahora está como una pura Ermita o Capilla, sin hazerse allí función alguna parroquial; pero como aquella sagrada imagen de Nuestra Señora es muy milagrosa, no dexan de cantarse allí cada año unas doze Missas, y de toda esta provincia vienen a visitar esta imagen, que es de pintura y tendrá el quadro poco más de una vara de alto y lo ancho correspondiente. Tiene esta Capilla una casa pata hospedar a los que vienen de romería, allí cerca de la misma Capilla, qual capilla es bastante capaz y esta casa está muy deteriorada; y he dispuesto, para evitar concursos de hombres y de mujeres en ella de noche,, que no se repare, sino que de ella se aproveche lo que se pudiere, a beneficio de la Virgen misma, y que si algún devoto quiere edificarla, sea con la circunstancia de hazer en ella dos divisiones totalmente separadas, una para hombres y otra para mujeres. (Sigue luego describiendo los trabajos de ampliación de la Ermita que se hacían en ese momento).
Procesión de Altagracia de Quíbor
Los trabajos que observó el Obispo Martí en 1776, no habían concluido para 1810; Don José Atanasio Lucena y Goyo, quien ejercía la mayordomía de la Capilla, deja en su testamento otorgado el 26 de abril, su voluntad de dar término a la fábrica que encarga al maestro constructor Blas Vizcaya, quien concluyó el trabajo. El paso del tiempo, las guerras y temblores fueron deteriorando. Durante la gestión parroquial del presbítero Águedo Felipe Alvarado (1845-1926, luego fue Obispo de Barquisimeto, de feliz memoria) se hicieron los trabajos de rescate, que concluyeron en diciembre de 1881 y en enero de 1882, el  párroco mencionado, solicitó el traslado en procesión de la patrona. Así, el 23 de enero de 1882 monseñor José Díaz, obispo de Barquisimeto, presidió la misa para bendecir el templo y se realizó la primera procesión entre Ermita y la Parroquia, evento al que cada vez se suman más de feligreses y devotos de Altagracia. Esta procesión se efectúa todos los años ininterrumpidamente desde 1882.


¿Por qué Caimana?

Hay dos versiones también: una increíble y la otra jocosa. La increíble es que un quiboreño se bañaba en un río cercano cuando, de repente, se le presenta un feroz caimán dispuesto a almorzar, el pobre señor, en su desesperación invoca la protección de la Virgen, pero del susto no le sale el nombre, sino que repite una otra vez: ¡Socórreme, Caimana! ¿Será posible?

Quiboreño en oración devota ante
la imagen de Altagracia
foto de www.lapauta.com
La otra versión la contaba Monseñor Alvarado: el señor Marcos Ortiz, nativo de Cuara (población cercana a Quíbor), personaje popular famoso por su gracejo, en peligro de ser asesinado en Cabudare, invocó a gritos a la Virgen, pero se olvidó el nombre y... ¡Caimana!, gritaba en el azoro. Escapó de la muerte, aunque mal herido, y ya no la nombró de otro modo. Este señor en 1854 también habría recibido ayuda de su Caimana cuando el Comandante Vásquez lo encañonó con un trabuco para obligarlo a gritar vivas a Páez, quien se había alzado contra el régimen de los Monagas, y Ortiz, pensando en su patrona, se evadiría diciendo: ¡Pues que viva ese chavelón!, evitando nombrar al héroe nacional, ahora en aventuras políticas. He buscado el significado de "chavelón" en el Diccionario de Venezolanismos y no aparece.

domingo, 20 de mayo de 2012

Un himno órfico para Hipnos



LXXXII
PERFUME DE HIPNOS
LA AMAPOLA


Hipnos, rey de todos los Bienaventurados y de los hombres mortales y de todos los vivos que alimenta la tierra anchurosa, tú solo mandas en todos y rodeas los cuerpos con dulces ligaduras. Disipas las inquietudes, descansas de los trabajos felizmente, consuelas de todos los dolores, alejas el temor a la muerte y apaciguas las almas, porque eres hermano de Leteo y de Tanatos. ¡Ven, Bienaventurado! Te suplico que vengas, dulce, profundo, y que seas propicio a los que te ofrecen piadosos sacrificios.


Hipnos y Tanatos
Bronce etrusco

Bueno, eso es para los literatos insomnes, no para los aficionados a otras cosas.

Un himno órfico para las Moiras

Esta tarde, luego del almuerzo, cometí la estupidez de poner un DVD con la abominable película TROY ¿A quién se le ocurre? Eso hace daño. Ahora, como un antídoto ante el mal intelectual que me puede causar y en desagravio a Homero y a Hesíodo, padres de la literatura universal, copio un himno órfico. Lo he tomado de un libro con obras de Hesíodo (Editorial Porrúa, Ciudad de México, 1976); contiene, entre otros, la Teogonía, Los trabajos y los días y El escudo de Heracles. Grato leerlo poco a poco.


Moiras, hijas de la Noche

LVI
PERFUME DE LAS MOIRAS
LOS AROMAS

¡Moiras infinitas, caras hijas de la negra Nix, oid mi plegaria! ¡Oh Moiras de mil nombres, que en torno al pantano uránico, allí donde el agua clara fluye de las rocas bajo una espesa nube, frecuentáis el inmenso abismo donde están las almas de los muertos! las que vais hacia la raza de los vivos, acompañadas de la dulce Esperanza y ocultas bajo velos de púrpura, a través de la pradera fatídica, allí donde la Sabiduría dirige vuestro carro que lo abarca todo en su carrera, en los límites de la Justicia, de la Espera y de las inquietudes, y de la ley antigua, y del imperio regido por leyes poderosas, porque sólo la Necesidad sabe lo que reserva la vida, y no lo sabe ningún otro de los Inmortales que están en la cumbre nevada del Olimpo, a no ser Zeus; y la Necesidad y el espíritu de Zeus son los únicos que saben todo lo que nos acaecerá. Pero ¡oh nocturnas! sedme benévolas, Atropos, Lacesis, Cloto. ¡Venid, oh ilustres, aéreas, invisibles, inexorables, siempre indomadas, dispensadoras universales, Diosas rapaces, infligidas necesariamente a los mortales! ¡Oh Moiras acoged mis libaciones sagradas y mis plegarias, sed propicias a vuestros sacrificadores y al canto supremo que Orfeo ha compuesto para vosotras!


El triunfo de la Muerte o las tres Parcas

sábado, 19 de mayo de 2012

Nuestra Señora de Guadalupe cubre de flores el desierto venezolano

Lienzo que representa a la Virgen de Guadalupe
y la Basílica Menor de El Carrizal
Colección de la Basílica
Hace poco más de un año aproveché una visita a Coro para conocer los alrededores, incluyendo una breve peregrinación a Santuario Nacional (Basílica Menor) de Nuestra Señora de Guadalupe en El Carrizal.

La historia que voy a relatar no incluye hechos portentosos, sino que refleja la fe y sobriedad del pueblo falconiano. Si se tiene fe ¿Quién necesita que sucedan cosas raras?  Los milagros de la Virgen de Guadalupe de El Carrizal no son aparatosos, sino pequeños y cotidianos;  en la forma de voluntad para el  trabajo, fortaleza en la adversidad  y mucha confianza en Dios.

El origen de este poblado se remonta a 1723, cuando un grupo de indios caquetíos, huyendo del maltrato holandés en Aruba, llegaron a las costas corianas en busca de protección de la Corona española. Las autoridades en Coro les asignaron tierras en la zona, donadas por la familia Colina Peredo,  y se establecieron en el lugar, siendo su primer Cura Doctrinero el presbítero coriano don Pedro de Sangronis.  En esos días, algunos de los pobladores de El Carrizal encontraron en la cercana playa de Muaco una caja procedente, tal vez, de un naufragio. Al abrirla encontraron dentro un lienzo con la imagen de la Virgen de Guadalupe. Llenos de alegría, le construyeron una casita para albergarla. Posteriormente hicieron una imagen de bulto de la Guadalupe con Juan Diego.
Imagen de bulto de la Virgen y Juan Diego,
está incluida en el inventario de 1734
Foto tomada del grupo
Santuario Nacional de Carrizal (facebook)
Indudablemente, la devoción guadalupana precedió a los hechos descritos, no sólo en la provincia de Coro, sino en todas las posesiones españolas, incluyendo Filipinas. Lo que sí logró el hallazgo fue vigorizar el culto en la región. La fama creció tanto que a los pocos años de fundado el pueblo,   en ocasión de la Visita pastoral del Obispo de Caracas y Venezuela, José Félix Valverde,  en 1734, registró un buen inventario de las piezas y alhajas de la Iglesia de El Carrizal. En lo atinente a las imágenes de la Virgen de Guadalupe nos dice:
...y en dicho altar la Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, titular de este pueblo, de tres cuartas en su trono de madera dorado y otra de un indio hincado de rodilla y otra imagen de pintura de la misma Señora con su marco dorado y tendrá dos varas, la pintura es mexicana...
Ambas piezas aún existen y están expuestas a la devoción de los fieles.
En mayo de 1773, unos 50 años después de la fundación de El Carrizal, el Obispo Mariano Martí, visitó el pueblo y realizó un inventario de su iglesia, y nos dice:
...Esta Iglesia es baxo la invocación de la Virgen de Guadalupe.  No es muy grande, pero es muy aseada y blanqueada por dentro y fuera. Sus paredes de mampostería; su techo de texa, enladrillada. No está colocado su Divina Magestad.  Buena pieza donde está colocada la pila bautismal al lado del Evangelio. El campanario al lado de la Epístola. Buen cementerio cerrado con pared que coge todo el lado de la Epístola de toda la Iglesia. Está cubierta toda de obra limpia, y en medio, desde el Presbyterio hasta el coro, tienen las tablas alguna labor...
Más adelante nos dice:
Este territorio del Carrisal estava antes ocupado de indios caquetíos, de cuya nación hay algunos pueblos en esta provincia. Después la dexaron y se fueron a Guayvacoa, y en este sitio del Carrisal vinieron los indios de Aruba. Esto me lo dize este Cura. En la primera foxa del libro parroquial más antiguo de esta Parroquia, después de expresarse el número de foxas, se expresa lo siguiente:"Hézelo yo, don Pedro de Sangróniz, Presbytero, asistiendo a la fundación de dicho pueblo por disposición del Illmo. señor doctor don Juan Joseph de Escalona y Calatayud, dignísimo obispo de Venezuela, el año de 1723. Fundóse dicho pueblo de los indios caquetíos que voluntariamente vinieron de la isla de Aruba a esta tierra firme de la jurisdicción de Coro".

Lienzo original de N. S de Guadalupe, El Carrizal
A la Guadalupe de Falcón le sucedió algo parecido que a la Coromoto en Guanare;  las sucesivas guerras que asolaron el país en el siglo XIX  y la falta de sacerdotes que por diversas razones sufrió la Diócesis de Coro, hizo casi imposible atender continuamente a la iglesia del Carrizal y el culto decayó; de ahí que la Casita de la Virgen terminara en manos de particulares. Después de muchos esfuerzos, durante el episcopado de Monseñor Ramón Ovidio Pérez Morales (1980-1992), se logró que volviese a la administración diocesana. 
La recuperación del culto guadalupano en Falcón comenzó a retomar su lugar a partir de 1928, cuando se celebró  en Coro el II Congreso Mariano Nacional, con la asistencia de los obispos de Venezuela convocado con motivo del cuatricentenario de la fundación de la ciudad, primer obispado de Venezuela. En esa oportunidad se recibió el Decreto Pontificio de Pio XI, mediante el cual se designa a Santa María de Guadalupe, celestial patrona de Diócesis de Coro. 

Nuestra Señora de Guadalupe de El Carrizal
Durante su gestión episcopal, Mons. Ovidio Pérez Morales comenzó un movimiento de rescate y restauración de la devoción guadalupana y del templo del Carrizal, que tuvo entre sus logros más significativos la Coronación Canónica de Nuestra Señora de Guadalupe por decreto de Su Santidad Juan Pablo II, el 12 de diciembre de 1992. El 06 de noviembre de 2008, Benedicto XVI, distingue con el título de Basílica Menor a la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe de El Carrizal, efectuándose la ceremonia respectiva el 27 de febrero de 2009.
El lugar es hoy un importante centro de peregrinaje mariano. El 12 de diciembre de cada año se efectúa una peregrinación a pie que sale de madrugada desde el Parque Ferial de Coro hasta el Santuario de El Carrizal.





Juan Diego con facciones falconianas
en los Médanos de Coro.
Colección de la Basílica.

viernes, 18 de mayo de 2012

¡A cuidar esa lengua se ha dicho!

Arturo Uslar Pietri
1906-2001
La palabrota que ensucia la lengua termina por ensuciar el espíritu. Quien habla como un patán, terminará por pensar como un patán y por obrar como un patán. Hay una estrecha e indisoluble relación entre la palabra, el pensamiento y la acción. No se puede pensar limpiamente, ni ejecutar con honradez, lo que se expresa en los peores términos soeces. Es la palabra lo que crea el clima del pensamiento y las condiciones de la acción.
Arturo Uslar Pietri



A propósito de una conversación inteligente sostenida hoy
con unos parroquianos en un restaurant.

La primera taza de café con don Arístides

Arístides Rojas
1826-1894
Desde que publiqué en este blog una ensoñación de Andrés Bello ante una taza de café, he querido transcribir algo del texto de don Arístides Rojas, titulado LA PRIMERA TAZA DE CAFÉ EN EL VALLE DE CARACAS; un clásico del género de crónica histórica en la literatura venezolana, que ha sido lectura obligatoria en educación básica por muchas generaciones.

No voy a transcribir completa las historia que nos presenta Arístides Rojas (es muy larga y lo más probable es que esté digitalizada), mas voy a tomar algunas citas para entretenernos hoy. El autor fue anticuario e historiador con un estilo particular. Anticuario no porque vendiera "chécheres" viejos, sino porque coleccionaba hechos y objetos antiguos. En el Museo de la Fundación John Boulton, en Caracas, se exhibe una colección que lleva su nombre, presidida por "El desván del anticuario", obra del pintor valenciano Arturo Michelena.

Pero no sólo era coleccionista de antigüedades y de hechos históricos, sino que (cito)
...fue uno de los primeros escritores venezolanos que se ocupan seriamente del estudio de la culturas aborígenes y del folklore. Además nos dejó trabajos extensos acerca de algunos aspectos de la historia de Venezuela. Fue quizás el primer historiador venezolano que propuso un tratamiento crítico de los materiales suministrados por la investigación documental: "hemos llegado ya -dice- a la época en que deben aglomerarse todos los datos, aclararse los puntos dudosos, rechazarse las fábulas, estudiarse los pormenores a la luz de la filosofía, cotejarse, restablecerse las épocas y descubrir el verdadero carácter, tendencia, influjo de cada uno".
Tal vez pueda alegarse que no se sujetó a su propia recomendación, pues la mayor parte se su obra se aparta del rigor que él pide para el análisis de los documentos. También podrá decirse que fue uno de los que más han contribuido a hacer de la Historia de Venezuela un género fundamentalmente literario...(del prólogo a Leyendas Históricas de Venezuela, OCI, Caracas, 1972).
El estilo de Arístides Rojas es muy particular. Supo hacer su trabajo. Ha sido imitado, pero nunca igualado. En sus textos mezcla la buena escritura con la leyenda, la historia y mucho de pasión. Tiene su atractivo decimonónico. No puede creerse todo lo que dice, pero a la vez todo es verdad vista con ojos románticos, sentida con un corazón apasionado y pensada con un cerebro cultivado. Ahora, que conocemos a don Aristides, que nos cuente algo sobre el café caraqueño.
En la época en que el Conde de Segur visitó esta ciudad, el vecino y pintoresco pueblo de Chacao, en la región oriental de la Silla del Ávila, era sitio de recreo de algunas familias de la capital, que, dueñas de estancias frutales y de fértiles terrenos cultivados, pasaban en el campo cierta temporada del año. Podemos llamar a tal época, época primaveral, porque fue durante ella, cuando se despertó el amor a la agricultura y al comercio, visitaron la capital los herborizadores alemanes que debían preceder a Humboldt, y se ejecutaron bajo las arboledas, al pie del Avila, los primeros cuartetos de música clásica que iban a dar ensanche al arte musical a la ciudad de Lozada.
Más adelante agrega algo de historia:

... el monte sombreado por los bucares revestido
La introducción y cultivo del árbol del café en el valle de Caracas, remonta a los años 1783 a 1784. En las estancias de Chacao, llamadas "Blandín", "San Felipe" y "La Floresta", que pertenecieron a Don Bartolomé Blandín y a los Presbíteros Sojo y Mohedano, cura este último del pueblo de Chacao, crecía el célebre arbusto, más como planta de adorno exótica que como planta productiva. Los granos y arbustos recibidos de las Antillas francesas, habían sido distribuidos entre estos agricultores, quienes se apresuraron a cuidarlos. Pero andando el tiempo, el padre Mohedano concibe en 1784 el proyecto de fundar un establecimiento formal, recoge los pies que puede, de las diversas huertas de Chacao, planta seis mil arbolillos, los cuales sucumben casi en totalidad. Reunidos entonces los tres agricultores mencionados, forman semilleros, según el método practicado en las Antillas, y lograron cincuenta mil arbustos, que rindieron copiosa cosecha.
En el siguiente párrafo hay prosa literaria. Veamos:

... es la diosa Flora, que tiende sobre los cafetales
encajes de armiño, nuncios de buena cosecha
Al hablar de la introducción del café en el valle de Caracas, viene a la memoria la del arte musical, durante una época en la cual los señores Blandín y Sojo desempeñaban importante papel en la filarmonía de la capital. Los recuerdos del arte musical y del cultivo del café son para el campo de Chacao, lo que para los viejos castillos feudales las leyendas de los trovadores cada boscaje, cada roca, la choza derruida, el árbol secular, por dondequiera, la memoria evoca recuerdos placenteros de generaciones que desaparecieron...
Pero más adelante se hace más poético:
...El europeo que por la primera vez contempla una arboleda de café en flor, recibe una impresión que le acompaña para siempre. le parece que sobre todos los árboles ha caído prolongada nevada, aunque el ambiente que lo rodea es tibio y agradable. Al instante, siente el aroma de las flores que lo invita a penetrar en el boscaje, tocar con sus manos los jazmines, llevarlos al olfato, para enseguida contemplarlos con emoción.
...como macetitas de corales rojos que tachonan
el monte sombreado
No es nevada, no es escarcha: es la diosa Flora, que tiende sobre los cafetales encajes de armiño, nuncios de la buena cosecha que va a dar vida a los campos y pan a la familia. Pero todavía es más profunda la emoción, cuando al caer las flores, asoman los frutos, que al madurarse aparecen como macetitas de corales rojos que tachonan el monte sombreado por los bucares revestidos.
 También don Arístides nos cuenta la fiesta campestre ofrecida por los tres presbíteros, a finales de 1786, para celebrar la primera cosecha del producto que le dio sustento a Venezuela hasta el establecimiento de la industria petrolera... damas elegantes, distinguidos caballeros, fogozos corceles, calezas, carretas de bueyes, porcelanas europeas, chinas y japonesas y música. Sí, se hicieron acompañar por Mozart y Beethoven (en partitura, por supuesto). Eso sucedió, pero no es lo más importante.  Cada uno de los sacerdotes agricultores, a la hora de servir el café dijo unas palabras pertinentes a la concurrencia. En mi humilde opinión esto es lo importante de la historia.


Padre Mohedano
1741-1804
El primero en hablar fue el padre Mohedano. Su nombre completo era José Antonio García Mohedano, quien en unos años sería obispo de Guayana, con sede en Angostura. Aún es recordado con agradecimiento por los venezolanos:
Bendiga Dios al hombre de los campos sostenido por la constancia y por la fe. Bendiga Dios el fruto fecundo, don de la sabia Naturaleza a los hombres de buena voluntad. Dice San agustín que cuando el agricultor, al conducir el arado, confía la semilla al campo, no teme ni la lluvia que cae, ni el cierzo que sopla, porque los rigores de la estación desaparecen ante loas esperanzas de la cosecha. Así nosotros, a pesar del invierno de esta vida mortal, debemos sembrar, acompañada de lágrimas la semilla que Dios ama: la de nuestra voluntad y de nuestras obras, y pensar en las dichas que nos proporcionará abundante cosecha.
Padre Sojo
1739-1799
Seguidamente habló el padre Sojo (ese era su nombre de guerra) fundador del Oratorio de San Felipe Neri y tío abuelo de Simón Bolívar, hermano de Feliciano Palacios. Su verdadero nombre era Pedro Ramón Palacios Gil Arratia y era conocido también como Pedro Palacios y Sojo. Un señor de la más rancia aristocracia criolla que podía darse el lujo de usar cualquiera de sus múltiples apellidos. Se le considera el padre de la música clásica en Venezuela... Un mecenas, pues.
Bendiga Dios el arte, rico don de la Providencia, siempre generosa y propicia al amor de los seres, cuando está sostenido por la fe, embellecido por la esperanza y fortalecido por la caridad.... (nos dice don Arístides que en las frases pronunciadas por el Padre Sojo falta el último párrafo "que no hemos podido descifrar en el apagado manuscrito con que fuimos favorecidos...")
El Avila desde Blandín
Manuel Cabré
El padre Domingo Blandín dijo:
Bendiga Dios la familia que sabe conducir a sus hijos por las vías del deber y del amor a lo grande y a lo justo. Es así como el noble ejemplo se transmite de padres a hijos y continúa como legado inagotable. Bendiga Dios esta concurrencia que ha venido a festejar con las armonías del arte musical y las gracias y virtudes del hogar, esta fiesta campestre, comienzo de una época que se inaugura bajos los auspicios de la fraternidad social.
De los tres sacerdotes, sólo Domingo Blandín llegó a ver la independencia y desde el principio adoptó la causa republicana. Las palabras de los tres anfitriones, de generaciones diferentes, están llenas de fe cristiana y virtudes republicanas. Creo que es un llamado a establecer la Ciudad de Dios.