sábado, 30 de junio de 2012

Leda y el cisne



LEDA

El cisne en la sombra parece de nieve;
su pico es de ámbar, del alba al trasluz,
el suave crepúsculo que pasa tan breve,
las cándidas alas sonrosa de luz.

Y luego, en las ondas del lago azulado,
después que la aurora perdió su arrebol,
las alas tendidas y el cuello enarcado,
el cisne es de plata, bañado de sol.

Tal es, cuando esponja las plumas de seda,
olímpico pájaro herido de amor,
y viola en las linfas sonoras a Leda,
buscando su pico los labios en flor.

Suspira la bella desnuda y vencida,
y en tanto que al aire sus quejas se van,
del fondo verdoso de fronda tupida
chispean turbados los ojos de Pan.






Fuente: Rubén Darío. Poesía Erótica (Hiperión, Madrid, 2006)

El mito de Inkarrí

Tupac Amaru I
Último Inca de Vilcabamba


Inkarrí, él, dicen, tuvo la potencia de hacer y de desear.

No sé de quién sería hijo. Quizá del Padre Sol.

Como era el Segundo Dios podía mandar.

En la pampa de Qellqata está hirviendo, aguardiente, vino, chicha. Obra de Inkarrí.

La pampa de Qellqata pudo haber sido el Cuzco. Desde el Osqonta, Inkarrí arrojó una barreta, hasta el Cuzco. Por encima de la pampa  pasó, ensombreciéndola. No se detuvo. Llegó hasta el Cuzco. ¿Dónde estará el Cuzco? No lo sé.

Inkarrí arrojaba las piedras, también. En las piedras también hundía los pies, como sobre barro, ciertamente. a las piedras, al viento, él les ordenaba. Tuvo poder sobre todas las cosas.

Fue un hombre excelente. Fue un joven excelente. No lo conozco. No es posible que ahora viva. Dicen que su cabeza está en Lima. ¡Cuánto, cuánto, cuánto habrá padecido! No sé nada de su muerte. Ya su ley no se cumple. Como ha muerto, ni su ley se cumple ni se conoce.

Debe haber sido nuestro Diosito quien lo hizo olvidar. ¡Qué será! Yo no lo sé. Pero, ahora, el agua, los naturales, y todas las cosas se hacen tal como Dios conviene que se hagan.

Está claro en Qellqata, la chicha hirviente, el vino hirviente, el aguardiente hirviente. Obra de Inkarrí.



Manco Capac, hijo del Sol
Fundador del imperio incaico

Este mito fue recogido en Puquio (Ayacucho) por José María Arguedas



Fuente: Ollantay, cantos y narraciones quechuas (Peisa, Lima, 1995)

viernes, 29 de junio de 2012

Otra de Rubén Darío


LA HEMBRA DEL PAVO REAL


En Ecbatana fue una vez...
O más bien creo que en Bagdad...
Era en una rara ciudad,
Bien Samarcanda, o quizá Fez.


La hembra del pavo real
estaba en el jardín desnuda;
mi alma amorosa estaba muda
y habló la fuente de cristal.


Habló con su trino y su alegro
y su stacatto y son sonoro,
y venían del bosque negro
voz de plata y llanto de oro.


La desnuda estaba divina,
solomónica y oriental:
era una joya diamantina
la hembra del pavo real.


Los brazos eran dos poemas
ilustrados de ricas gemas.
Y no hay un verso que concentre
el trigo y albor de palomas,
lirios y perlas y aromas
que había en los senos y el vientre.


Era una voluptuosidad
que sabía a almendra y a nuez
y a vinos que gustó Simbad...
En Ecbatana fue una vez,
o más bien creo que en Bagdad.


En las gemas resplandecientes
de las colas de los pavones
caían gotas de las fuentes
de los Orientes de ilusiones.


La divina estaba desnuda.
Rosa y nardo dieron su olor...
Mi alma estaba extasiada y muda
y en el sexo ardía una flor.


En las terrazas decoradas
con un gesto extraño y fatal
fue desnuda ante mis miradas.
La hembra del pavo real.



Pasta con sabor venezolano

Los venezolanos ocupamos el segundo lugar mundial en el consumo de pastas alimenticias. Nos precede sólo Italia con un consumo de 26 Kg por persona al año. Nosotros seguimos de lejos a los italianos con un 13 kilos por persona. Nos siguen Túnez (11.7), Grecia (10,4), Suiza (9,7), Suecia (9) y Estados Unidos (9). Argentina, que tiene una mayor influencia italiana en su cultura, ocupa el lugar N° 12 con 7,2 Kg de pasta per cápita al año.


Como si esto fuera poco, según la Asociación Venezolana de Fabricantes de Pastas Alimenticias (Avepastas): “…la pasta es el tercer producto terminado de mayor consumo en Venezuela, cuyo consumo per cápita es de 13 kilos al año, mientras que el primer puesto lo ocupa la harina de maíz precocida cuya ingestión es de 34 kilos por persona al año, y el segundo lugar corresponde al arroz con un consumo per cápita de 17 kilos al año”.


 Y agrega: “En cuanto a los hábitos del consumidor venezolano, 80% consume pasta como plato principal, mientras que 19% lo sirve como acompañante, y 1% en sopa. Los venezolanos suelen degustar este alimento con salsas casera (76%), queso (45%), mayonesa (26%), salsas comerciales (22%), mantequilla (21%) y ketchup (15%)”.


Cuando veo los nombres kétchup, mayonesa y salsas comerciales, se me revuelve el estómago. Me recuerdan los almuerzos de los viernes en el IAEDEN; allí te ponían un plato de “espaguetes” cocidos más allá de donde debieran, con tres salsas, una de ellas mayonesa comercial, otra de carne molida, y la tercera una cosa verde que hacía las veces de pesto. Menos mal que las tardes del viernes eran ALODIR (a la orden de la Dirección) y uno podía largarse sin almorzar, con alguno de los amigos.

Dr. Luis Razetti, médico y gastrónomo
La pasta no es nueva en Venezuela. En el período colonial se consumía en forma de fideos, como lo atestigua el menú ofrecido al Capitán General Manuel de Guevara y Vasconcelos, a su llegada a Caracas, en el que le ofrecieron, entre otras cosas, un cocido multitudinario (los fideos eran para la sopa de cocido). Su presencia en las mesas venezolanas comenzó a crecer en el período republicano, con la llegada de los migrantes italianos en el siglo XIX. Tal vez no serían muy variadas las formas que consumían nuestros abuelos a finales del siglo XIX y principios del XX: espaguetis, macarrones, cinticas, tallarines (cuyo nombre en dialecto napolitano es tajarin y en el resto de Italia se le conoce como mafalde), fideos y güergüeros (gargüeros en Occidente y güeregüeres en Oriente). El Dr. Luis Razetti, quien gustaba de la buena mesa, era partidario de aprovechar la salsa del asado con unos buenos macarrones ¿Por qué no?


A la llegada de la migración italiana de mediados del siglo XX, ya la pasta estaba bien instalada en los hogares venezolanos. Sin embargo, en influjo italiano popularizó aún más su consumo, se introdujeron nuevas formas como los lacitos (farfalle), tornillos (elicoidali), radiadores, etc. Y nuevas salsas que se han ido adaptando al gusto nacional.


La forma tradicional de consumirlos en los hogares venezolanos, antes de la influencia masiva italiana, era con una salsa de tomate criolla, bien espolvoreado con queso llanero o de año. Esto es apropiado tanto para la pasta larga, como la corta. Otra forma, y esa es regional es mezclarla con caraotas guisadas y rociarlo por encima suero… Me dicen que la receta es larense, ¡Ah, mundo!  Eso es mejor que abrir una lata de sardinas pica-pica y revolcarlas con la pasta cocida en exceso.


Aquí comparto mi receta de Rigatoni con salsa de tomate criolla:


Macarrones con salsa de tomate y queso de año

Rigatoni con gusto criollo


Cocinamos la pasta al dente y la aderezamos con una salsa de tomate criolla (ajo, cebolla, ají dulce, alcaparras, encurtidos, perejil y cilantro y si lo deseamos unas pasitas o aceitunas picaditas) Al servirlos los espolvoreamos con cilantro picadito y queso de año rallado.



PASTA AL FORNO


Otra forma tradicional de servirlos es al horno, en forma de macarronada. Este es uno de los platos emblemáticos de Maracaibo que se sirve en fechas importantes como el día de la Chiquinquirá, Año Nuevo, cumpleaños, etc. Se hace con macarrones o “gargüeros”; mucho queso de año; salsa de tomate criolla, enriquecida con pasitas, alcaparras y aceitunas picadas;  jamón, tajadas de un buen queso que se funda, ruedas de papa y de huevo cocido. Todo se va colocando por capas y se termina con queso de año. Otro día daré la receta completa.


Buscando en un recetario manuscrito de una tía, encontré esta otra macarronada, también zuliana, aunque no es la clásica. Muy fácil de hacer y de buen gusto. Quien le dio la receta a mi tía fue la Sra. Luisa Elvira Matheus, nacida en La Cañada en 1900, por eso aparece en el recetario con su nombre (como receta de autor). No aparecen las medidas, es al gusto.

Macarronada Luisa Elvira


Macarronada Luisa Elvira



Ingredientes

  • Gargüeros (macarrones)
  • Leche
  • Celery (unas dos ramas)
  • Pimentón
  • Cebolla
  • Ajíes misteriosos (ají dulce)
  • Cilantro
  • Mantequilla (suficiente para engrasar el molde)
  • Queso guayanés
  • Queso de año duro para rallar
  • Guiso de lo que se quiera (puede ser una salsa de carne, de cerdo o un guiso de pollo sin huesos)



Preparación

  1. Los macarrones se cocinan en leche, luego se les ponen las verduras picadas y se dejan cocinar con ellas, que le quede un poco de leche. Se pone por capas de la siguiente manera: mantequilla con un poco de queso rallado, después los macarrones, queso guayanés y el guiso y así se sigue formando por capas. Se termina con queso rallado y al horno".


Consejos:

  1. Cuando la hice me vi en el problema de hervir la pasta en leche con los vegetales picados. Herví la pasta en la leche (1 litro más un poco de agua), revolviendo de vez en cuando para que no se pegasen. Los saqué del líquido un minuto antes de que estuvieran al dente. Agregué los vegetales a la leche y la hice reducir. Luego mezclé todo al fuego hasta que la pasta estuviera lista (1 minuto).
  2. Para un paquete de pasta de 500 gr. la cantidad de queso guayanés sería más o menos 800 gr. Queso de año al gusto.
  3. En cuanto a los vegetales, para la misma cantidad de pasta: 1 ajoporro, 2 ramas de célery, 1 cebolla, 4 ajíes dulces, 1/2 pimentón, cilantro al gusto.


UN POCO DE FUSIÓN ITALO-VENEZOLANA


Nada nos impide variar recetas italianas y darles un toque criollo o hacer un intercambio de productos. Hace unos días probé en un restaurant unos ravioli cuya masa era de ají dulce, estaban rellenos de asado y la salsa era una reducción de la salsa del asado. Era un plato verdaderamente refinado y una buena muestra de fusión culinaria. Les propongo dos variantes de recetas italianas con ingredientes criollos:


Casarecce  alla botarga criolla


La botarga es una hueva seca de pescado que se usa, por ejemplo, para aderezar pastas. Se parece mucho a las huevas de lisa, tan frecuentes en la costa nororiental de Venezuela. Los casarecce son pasta corta típica del sur de Italia. Combinamos entonces una pasta muy italiana con las huevas de lisa traídas de Cumaná.



Casarecce con huevas de lisa secas (botarga criolla)

Mientras cocinamos la pasta "al dente", preparamos el aceite de oliva con ajo, peperoncino y uno o dos filetes de anchoas, que se disolverán en el aceite, fuera del fuego; no queremos que se nos quemen. Colamos la pasta, reservando una o dos cucharadas del agua de cocción. Salteamos la pasta en el aceite y si es necesario agregamos el agua de cocción reservada para que no se pegue y absorba mejor el aceite aromatizado). Retiramos del fuego y rallamos la hueva de lisa por encima -al gusto, pero no en exceso, porque puede ser salobre. Se emplata y se adorna con más hueva de lisa rallada..


Casarecce alla Norma (versión criolla)


La salsa Norma es de origen siciliano, como lo fue Gioachino Bellini, el compositor de la ópera Norma; de hecho la receta es un homenaje al Maestro. Adapté la receta de Alberto Rizzo, del restaurant "Osteria dei Vespri" en  Palerno, y le hice variaciones criollas: agregué ají dulce picadito (para horror de los puristas) y sustituí la ricotta al forno por queso de cabra caroreño de buena calidad. No me atreví a remplazar la albahaca por cilantro. Ya era demasiado.

Casarecce alla Norma, con queso de cabra caroreño

Ahora la receta.

Para un paquete de 500 gr. de pasta corta:


  1. Se cortan en cubitos 2 berenjenas no muy grandes, se salan. Aparte, en un colador, se dejan los cubitos de berenjena para que lloren su amargura, por media hora. Luego se exprimen bien, se lavan en agua corriente, se escurren, se exprimen de nuevo y secan con una toalla de cocina.
  2. Mientras tanto hacemos una salsa de tomate; picamos cebolla y tomate en cubitos, sin piel ni semillas, ají dulce picadito, ajo, y albahaca al gusto en trozos
  3. Se pone a calentar aceite de oliva. Se agrega la cebolla, que comenzará a marchitar. Después el ají dulce. Se continúa cocinando para que todo se cocine. ahora el tomate, que soltará sus jugos de vegetación. Antes de que seque, se agrega ajo picadito, albahaca cortada con las manos, sal y pimienta. Se sigue cocinando hasta que espese.
  4. En una sartén, se fríen los cubitos de berenjena en aceite de oliva muy caliente hasta que doren. Se escurren en papel de cocina.
  5. Cuando la pasta está cocida al dente, se escurre y se saltea con la salsa y las berenjenas fritas. Se sirve y se espolvorea con más albahaca fresca y abundante queso de cabra. Listo para servir.



Una nona italiana nos diría:

Mangia che ti fa bene!


Eros fugitivo


Cipris llamaba en alta voz a su hijo Eros: "Si alguien ha visto a Eros vagando por los caminos, sepa que el fugitivo es mío; tendrá una recomprensa quien me indique su paradero. Tu recompensa será un beso de Cipris. No disfrutarás un beso solamente, si me lo traes, sino que recibirás más aún, ¡oh, extranjero!
"Este niño está marcado con señales numerosas, y le reconocerás entre veinte más. No es blanco de cuerpo, sino semejante al fuego; sus ojos son agudos y llameantes; su espíritu es astuto, pero sus palabras son dulces. No piensa lo que dice, y su voz es como miel; pero cuando se irrita , su espíritu es cruel y está lleno de fraudes. No dice nada de verdad el niño astuto, y juega cruelmente. Su cabeza está cubierta de hermosos cabellos, pero tiene el rostro impúdico; sus manos son pequeñas; pero lanzan flechas muy lejos, hasta Akerón y el rey Edes. Está todo desnudo, pero su espíritu está escondido. Vuela como un pájaro hacia los unos y hacia los otros, hacia hombres y mujeres, y se asienta en sus corazones. Tiene un arco muy pequeño, y en el arco una flecha; esta flecha es pequeña, pero penetra hasta el Urano. Lleva a los hombros un carcaj de oro, en el que hay flechas amargas, con las cuales a menudo me hiere a mí. Todo lo que tiene es terrible; pero más que todo, su pequeña antorcha, que quema al propio Helios.
"Si le coges, tráemele tras de atarle, y no sientas ninguna lástima; si le ves llorando, cuida de que no te engañe; si se ríe, átale bien, y si quisiera besarte, huye. Su beso es malo y sus labios son veneno. Si dice:"¡Toma esto, te doy todas mis armas!", no toques a ellas; son dones pérfidos, y todo eso está saturado de fuego."


Fuente: Hesíodo. Idilios de Mosco (Editorial Porrúa, México, 1976)

jueves, 28 de junio de 2012

Un poema erótico

Hoy, en una actividad incumplida, terminé comprando un poemario de Rubén Darío (1867-1916). Se titula Poesía Erótica (Hiperión, Madrid, 2006). Ahora comparto uno de los más breves. Otro día leeremos otros poemas de este gran autor nicaragüense y comentaremos el libro, que promete.





EN EL PAÍS DE LAS ALEGORIAS...

En el país de las Alegorías
Salomé siempre danza,
ante el tiarado Herodes,
eternamente,
y la cabeza de Juan el Bautista,
ante quien tiemblan los leones,
cae al hachazo. Sangre llueve.
Pues la rosa sexual
al entreabrirse
conmueve todo lo que existe,
con un efluvio carnal
y con un enigma espiritual.



Himno órfico a Leucotea


LXXI
Perfume de Leucotea
Los Aromas


Invoco a la Cadmeida Leucotea, Demonio venerable y poderoso, nodriza de Dionisos el de las hermosas coronas. ¡Óyeme, oh diosa, que mandas en el seno  profundo del mar, que te regocijas con las aguas, magna protectora de los mortales! En ti es en quien confían las naves durante la tormenta de las olas, y vienes en ayuda de los marinos, y tú sola apartas lejos de ellos el destino lamentable. ¡Oh, diosa poderosa! sé nuestra salvación, sé propicia en el peligro a las naves sólidas, y otorga un viento favorable a las que llevan a tus sacrificadores por el mar.





Fuente: Hesíodo. Himnos órficos (Editorial Porrúa, México, 1976)

martes, 26 de junio de 2012

El lobo y el cordero


Georges Sylvain y su familia
Georges Sylvain fue un poeta, abogado y diplomático haitiano, nacido en Puerto Plata, República Dominicana en 1866 y fallecido en Puerto Príncipe, Haití en 1924. Tuvo familia numerosa y entre sus hijos estuvieron la primera mujer médico de su país y una reconocida etnóloga. Estudió en las mejores escuelas haitianas y obtuvo el título de abogado en París, donde fue Ministro Plenipotenciario entre 1909 y 1911. Fundó dos periódicos: La Patrie y L'Union Patriotique. Pero es en el campo literario donde más resaltó, formando parte del grupo de intelectuales Ronde (escritores haitianos que se oponían a la ocupación estadounidense) y en particular por su obra Cric ? Crac ! Fables de La Fontaine racontées par un montagnard haïtien et transcrites en vers créoles (1901), en la cual traduce las famosas fábulas de La Fontaine al créole haitiano, adaptándolas no sólo a la lengua del país, sino al medio rural de Haití.

Es de aclarar que el esfuerzo por convertir las fábulas a la lengua criolla fue verdaderamente encomiable y representó un logro importante en la cultura nacionalista haitiana. En Cric ? Crac !, no sólo aparecen las fábulas traducidas, sino que va precedido de un interesante estudio sobre la lengua vernácula, con anotaciones para su correcta pronunciación; de tal manera que no se perdiesen su origen latino (derivado del francés), ni la etimología de las palabras. La escritura actual del "Kreyol", se basa en consideraciones antropológicas adaptadas para lenguas ágrafas, lo que dificulta al haitiano la comprensión de sus dos idiomas oficiales.

A continuación la fábula del Lobo y el Cordero en Créole:



Loup ac Mouton

Douvant poul' ravett pas janmain
G'ain raison. Grann moin té connin
Dit ça souvent : eh ! ben gadé
Si mots longtemps pas vérité.



Gnou mouton tout piti, gnou jou,

T'apé bouè d'leau nan la-riviè.
Nan mainm moment, gnou gros bitt loup
Soti nan bois tou, pou li bouè.
- Zott pas janmain ouè bett ça-là ?
Cé con gnou chien marron, qui t'a
Grossè gnou jeinn ti mâl-bourriq :
Cé nom li yo baill loup-garou. -
Alò, loup-là, dépi trois jou
T'apé grangou.
S'ou connin moun' qui g'ain coliq,
Cé con ça figu li té blainm ;
Guiol li té chèch', tancou café
Qui nan soleil ; dents li yo mainm...
Longuè ça !... gé li, rouj' passé
Boucan di fé !
Et pi, dévorant passé ça,
Nan point ! - Lò li ouè ti bett-là
Tout tranquil, tout nocent, nocent.
Penché sou d'l'eau-là, pou li boué,
Nèg'-là trouvé li si content
Qué li fait gnou : Au nom di Pè...
Li dit : "Gré méci, Boun'-Gué !"
(Bandit pi mauvé qualité,
Cé ça qui, tancou moun' honnett,
Prend nom Bon-Gué pou yo fait jouett.)
- Anvant ti mouton-là senti
Vent li selment, loup-là bondi
Sou roch'-galett yo. - "Tonnè ! foutt !..."
(Padon, oui ! chefs, la-société !
Zott connin : moun' qui quimbé boutt
!Autorité
Pas janmain chich' mots cila yo ;
Et loup, nan raç' lé zannimaux,
Pou pi piti, doué ad'jidant.)
Atò , li dit malhoré-là :
- "Moin ouè-toué, rhadi, insolent,
Scélérat !
"To craché nan d'leau m'a pé bouè ?
"Cé gnou comptt to vini chaché ?"
Mouton-là dit : - "Agué, Mouché,
"Craché là ? Qui gen moin t'a fait ?
"Cé ou qu'en rhaut, mon-mainm en bas..."
- "pé ! là, foinc ! Et pi, cé pas ça,
"Pouqui, lott anné, to pèmett
"To palé moin mal ?" - "Moin, Mouché ?
"Lanné passé, moins pas té faitt !"
- "Ca vlé dit moin menti ? Si cé
"Pas toué, cé papa toué, ossnon
"Manman toué, espèç' vacabon ?"
- "Chef, moin sans manman, sans papa.
- "Coument ?" - "Moin cé pititt bata."
- "Ah ! to vlé fait métié guiol-fò !
"Gadé lè ça, non ! ca p'encò
"Fait dent, et pi, ç'a pé mété
"Grand-moun' nan faç' !" - "Alà la-peinn
"Qui pou moin jodi-là, Bon gué !
"Moin pas dit ou angnin, Mouché ?"
- "Nan point Mouché icitt ?" - "Padon,
"Général" - "To vini capon
"Atò ; tann moin ! "Là-mainm, li ; Gnan !
Gnou coup-d'dent
Pou ti mouton-là, - dèyè tett,
Sou côté, là chè pi grassett ! -
Pò ti bett-là fait selment : Bèê !
Tout-suitt, li tombé raid' à tè.
Zott couè loup-là laissé moceau ?
Li prend toutt, et pi, viann con zo,
Valé li : Floup ! con gnou gombo.


Y ahora la traducción al francés:






Devant une poule, ravet jamais

N'eut raison." Ma grand'mère avait coutume
De dire souvent cela : eh ! bien, voyez
Si les propos d'autrefois ne sont pas vérité !



Un tout petit mouton, un jour,

Buvait de l'eau dans la rivière.
Au même moment, un énorme loup
Sortit du bois, pour boire aussi.
- Vous n'avez jamais vu cette bête-là, vous autres ?
Figurez-vous un chien sauvage, qui serait
De la grosseur d'un jeune bourriquot !
C'est son nom qu'on a donné aux loups-garous. - 
Et donc ce loup, depuis trois jours,
Etait en fringale.
- Connaissez-vous du monde en proie à la colique ?
Aussi blême était son visage ;
Sa gueule était sèche, comme du café
Qui est au soleil ; quant à ses dents,
Elles avaient cette longueur ! Ses yeux étaient plus rouges
Qu'un brasier de feu.
Enfin, de plus avide que celui-là,
Il n'y en a point. - Quand il vit le petit animal,
Si tranquille, si candide.
Penché sur l'eau, pour y boire,
Le gaillard se trouva content, au point
De faire le signe de la Croix.
Il dit : "Merci, mon Dieu !"
(Les bandits de la pire espèce
Sont ceux qui, comme les gens de bien,
Invoquent le nom de Dieu, pour s'en jouer.)
Avant que l'agnelet n'eût flairé
Seulement son haleine, le loup bondit
Sur les galets. - "Tonnerre ! F... !"
(Faites excuse, mes maîtres et la compagnie !
Vous savez : les gens qui détiennent un bout
D'autorité,
Ne sont jamais chiches de ces termes-là,
Et le loup, dans la gent animale,
Doit être pour le moins adjudant).
Adonc il dit au malheureux :
- "Je -'ai vu, effronté ! Insolent !
"Scélérat !
"Tu as craché dans l'eau que je bois ?
C'est une affaire que tu es venu chercher ?"
Le mouton de dire : - "hélas ! Monsieur,
"Cracher là ? Comment l'aurais-je fait ?
"Vous êtes en haut, et moi en bas."
- "Silence ! Scrongnieu ! Puis, ce n'est pas ça.
"Pourquoi, l'année dernière, t'es-tu permis
"De dire du mal de moi ?" - "Moi ? Monsieur,
"L'année passée, je n'étais pas né !"
- "Cela veut dire que j'ai menti ? Si ce n'est
"Toi, c'est ton père, ou bien
"Ta mère, espèce de vagabond !"
- "Chef, je suis sans mère, ni père..."
- "Comment ?" - "Je suis enfant bâtard."
- "Ah ! tu veux faire le fort-en-gueule ?
"Voyez-moi donc cette tête ! Ca n'a pas encore
"Fait ses dents, et ça tourne
"En dérision les gens d'âge !" - "Quel tourment
"Est aujourd'hui le mien, ô mon Dieu !...
"Je ne vous ai rien dit, Monsieur..."
- "Il n'y a pas de Monsieur ici !" "Pardon,
"Général !" - "Te voilà devenu couard
"A présent ; attends-moi !" Aussitôt : (gnan !)
Un coup de dent
A l'agnelet, derrière la tête,
Sur le côté, là où la chair est le plus tendre !
La pauvre petite bête fit seulement : Bèê !
Tout de suite elle tomba raide morte.
Vous croyez que le loup en laissa un morceau ?
Il prit tout, chair et os.
Et (Floup !) l'avala, comme un gombo !


Lo más gracioso es ver cómo el lobo se tragó al cordero como si fuera un quimbombó.
Cric? Crac! 
Si se desea leer o bajar el libro de Sylvain, ingresar por aquí.



Con un poco de retardo...


Cuando uno ha crecido y se ha desarrollado en el mundo mecánico y analógico, cuesta un poco adaptarse a las nuevas tecnologías, que, en principio, fueron diseñadas para hacer las cosas más fáciles. Como regalo de cumpleaños me compré una cámara Canon EOS Rebel T3, la instalé en mi PC y comencé a tomar fotos. ¡Muy bien, bravo! Las fotos salían mejor que con mi Olympus FE-350 Wide.... Se veían mejor, había menos distorsión de la imagen, se enfocaba más fácilmente, etc... En fin, hay un mejor control sobre la calidad de la imagen.


El problema surgió a la hora de descargar las fotos. La primera vez, descargó de inmediato y a una velocidad vertiginosa... Me gustó el resultado y pensé hasta regalar la Olympus a alguien que la necesitase. Pero al final decidí dejarla para tomar fotos en la cocina. Hice bien pues pronto surgieron inconvenientes, que no atribuyo ahora a la Canon, sino a mi impericia.



El 28 de abril fui a la III Exposición de la Fundación de Cultivadores de Orquídeas (FUNCOR), celebrada en los espacios abiertos de CorpBanca, Plaza de La Castellana. Es esta una exposición de carácter profesional, como corresponde a una asociación de productores y, en verdad, vale la pena asistir. Recuerdo que ese fue un fin de semana interesante con muchas actividades culturales de donde escoger. Tomé mi cámara y muy contento me acerqué a la exposición. No quedé defraudado. Los especímenes que mostraban estaban sanos, con una floración abundante y, como siempre, con muchos orquideófilos dispuestos a conversar y compartir opiniones.



Estaba "como chino en tranvía"... No hallaba por dónde empezar, ya que la oferta visual era como para causar al espectador un Síndrome de Stendhal. Me dispuse a tomar fotos desde el principio, siguiendo la ruta que me indicaba la razón y comencé mi sesión fotográfica. Me imaginaba ver el resultado esa tarde al llegar a casa. ...NOT YET! me dijo el destino. Pero al momento mi preocupación no era la descarga de las fotos al PC, sino cuáles tomar, el encuadre,  los colores, etc. Al poco rato, uno de los presentes se me acercó y me mostró una planta que parecía venida del espacio exterior; lucía como adecuada para la serie televisiva Perdidos en el Espacio (años 60... jajaja). Me dijo: ¡Huélela! Olía a carne podrida.

Aunque no lo parezca, es una orquídea asiática.
Tiene un aroma a carne en descomposición.

Había muchas plantas que ver y disfrutar; muchas especies e híbridos que eran la delicia de los orquideófilos y aficionados presentes. También era interesante pasar por los puntos de venta, donde se podrían adquirir ejemplares de buena calidad.  No compré nada porque luego de la exposición pasaría por la feria del libro que se celebraba en la Plaza de Altamira y más tarde iría a almorzar con mi sobrino Daniel. Me bastaba con el placer de la visita y las fotos que esa misma tarde colgaría en un álbum de mi cuenta en Facebook. NOT YET!



Pues bien, salí de la exposición y caminé unas cuantas cuadras hasta la Plaza de Altamira donde me esperaba la feria de libros. Compré tres; uno de ellos casi una obra de arte, y llamé a mi sobrino para ir a almorzar, como convenido.



La paella que nos comimos estaba deliciosa y Daniel, como buen hijo, llevó un poco a su madre, mi hermana y comadre. La sorpresa fue cuando al llegar a casa me puse a descargar las fotos... nada que salían. Las dos máquinas de burlaban de mi. Lo atribuí al cansancio y lo dejé para más tarde.... Nada de nada.


Seguí insistiendo por varios días sin ningún resultado y pensé desinstalar el programa y comenzar desde el principio. Al final, la flojera prevaleció y lo dejé así (con cierto escrúpulo de conciencia porque la cámara es buena; el malo soy yo).


Ayer, sin mucho esfuerzo, la cámara soltó su tesoro, pero abrió los álbumes en el Escritorio, no en Imágenes. Fue una sorpresa grata. Por eso, con dos meses de retraso, pongo algunas fotos de la Exposición de FUNCOR. Espero que les gusten.


lunes, 25 de junio de 2012

De un teatro haitiano


Presento ahora un fragmento del Tercer Cuadro del poema lírico Cléopâtre, del escritor haitiano Henry Durand. Fue representado en el Parisiana Théâtre de Puerto Príncipe a inicios de los años 20. El autor pinta la pasión ardiente de la reina de Egipto a través de versos exquisitos. Haití fue un país con una gran cultura literaria hasta el advenimiento del duvalierismo al poder, que acabó con todo.
En el Primer Cuadro, Cleopatra piensa en Marco Antonio, a quien ella no ha vuelto a ver en tres años; sufre de esa indiferencia y cree que la engaña con otra. Prepara una gran fiesta en honor de Calcidas, un encantador de serpientes venido desde Roma, cuya misión secreta es envenenarla. Como, por su estatura, el agente romano le recuerda a Antonio, ella busca olvidar en sus brazos al general triunfador. Será por ese medio que sorprenderá el secreto de este hombre taciturno.
En el Segundo Cuadro, una alegre flautista, Mirlitza, que ama a Calcidas, ha podido penetrar el misterio de la presencia en Alejandría del encantador de serpientes: el envenenamiento de Cleopatra. Si Mirlitza denuncia a Calcidas, éste será condenado a morir; si ella no lo denuncia, Cleopatra será envenenada.
En el Tercer Cuadro, Cleopatra llega a descubrir por ella misma la cruel verdad. Ordena la decapitación de Calcidas. Pero, de repente, llega un mensajero que informa a la reina de la próxima llegada de Antonio a Alejandría. Es tan grande la alegría de Cleopatra que firma, a instancias de Mirlitza, la gracia a Calcidas...

Cléopâtre (s’adressant à Chalcidas)
Si tu n’as point connu la douceur des caresses,
Si nulle âme jamais n’hébergea ta détresse,
Ne pansa ta blessure et calma tes douleurs ;
Si tes yeux n'ont jamais versé des divins pleurs ;
Si le front las, meurtri de doutes et de rêves,
Tu n’as sur ton chemin trouvé la douce trêve,
Un sein pour t’endormir, une voix pour bercer,
Ainsi qu’un frêle enfant, ton pauvre cœur blessé,
Tu n’as su jamais implorer un sourire ;
Si tes yeux au tréfonds d’une âme n’ont su lire,
Si tu n’as point connu la beauté d’un pardon ;
Si tu n’as murmuré, seul, à la brise un nom,
Si de l’oubli mortel tu n’as connu la angoisse,
Le long baiser de vie et le baiser qui froisse,
Si tu ne tremblas point au son cher d’une voix,
Si tu n’as renié tes croyances, ta foi,
Et porté pour toi seul une idole en ton âme,
Comment peux-tu juger de l’amour d’une femme ?
Comment peux-tu jurer de ne jamais aimer ?

Chalcidas (fortement ébranlé et essayant de la repousser)
Ah ! Tais-toi !

domingo, 24 de junio de 2012

Las brujas del cementerio

Amanecer en el Cementerio
de los Hijos de Dios
N. Ferdinandov
Tengo en casa un libro de leyendas históricas de Caracas, cuyo autor no mencionaré, ni el título completo de la obra, porque está pésimamente escrito, plagado de errores gramaticales y tipográficos y no guarda orden ni concierto. Al menos tiene un índice. Se preguntarán por qué no lo desecho, si es tan malo. Alguna virtud tendrá y está en la cantidad de historias de muertos y aparecidos en la vieja Caracas, anterior al servicio de luz eléctrica. Ese solo motivo me impide botarlo.

Por otro lado, la información que contiene, luego de desentrañar esa rara gramática de su autor, puede servir para entretener un poco a los amigos que leen esta bitácora, que no es sino una especie de diario compartido de cosas que me gustan. Desde niño disfruté las historias fantásticas que contaban los viejos a los niños a golpe de las 9 de la noche (¡hora del toque de ánimas, por favor!), que era el momento de irse a dormir; y dormía plácido, como duermen los inocentes, tal vez lamentando que ya no se aparecieran esos espantos....

La historia que voy a relatar, corrigiendo un tanto al autor, se desarrolla en el desaparecido cementerio de "Los Hijos de Dios", que estuvo ubicado en una planicie al norte de Caracas, parroquia La Pastora, y que tuvo corta duración. Fue establecido por suscripción  de acciones en 1856 para ser clausurado 20 años más tarde cuando se hizo un camposanto más amplio en Tierra de Jugo (Cementerio General del Sur). Sin embargo, los columbarios y fosas se mantuvieron en pie hasta los años 50 del siglo XX, cuando fue demolido por la dictadura de Pérez Jiménez para construir viviendas populares (Urb. Los Hijos de Dios). Una verdadera lástima, porque allí se encontraban los restos de muchos venezolanos ilustres, entre ellos algún prócer de la independencia.

Juan Vicente González
(1810-1866)
Sus rivales lo llamaban Tragalibros
Pero volvamos al libro. El autor nos refiere dos de las muchas historias que se tejieron alrededor de este cementerio. La primera tiene que ver con el gran polemista e intelectual conservador Juan Vicente González (1810-1866), cuyos restos, a su muerte, reposaron en Los Hijos de Dios y no fueron rescatados durante la demolición. Nos dice:
...Allí donde justamente aseguraban las crónicas, que nuestro famoso periodista y escritor, Juan Vicente González, le gustaba visitar.
Y fue allí, donde se dice que tan insigne vate, exclamó en una de sus muchas visitas, las siguientes frases: ¡Oh, lugar dichoso, lejos del mundanal ruido de los vivos, yo te saludo! Paz y sosiego hay aquí para la hora en que el cielo quiera que vengan mis huesos a descansar entre los muchos amigos que ya me precedieron. Más tarde, y con profundo respeto, pregunta el mismo Juan Vicente González en su revista literaria: ¡Cuál es mi sorpresa! ¿Con que hay en Venezuela honor y respeto por los que no son? ¿Con que si la vida es afanada y dolorosa, hay por lo menos tumbas para descansar?
No hay que olvidar que J. V. González vivió en pleno romanticismo, lo que se refleja en sus escritos y en su manera de pensar. Triste sino el de Juan Vicente, que fue un intelectual de primera línea, que estando en prisión escribió de memoria un manual de Historia Universal, y que vio con tristeza llegar al final de sus días; perseguido por sus enemigos políticos, ahora en el poder. Al menos pudo descansar entre los muchos amigos que lo precedieron, hasta que el cementerio fuera demolido, sin rescatar sus restos.

Pero esa no es la historia que nos quiere narrar el libro. En la zona vivían siete brujas que causaban pavor a los caraqueños y el autor nos facilita los nombres de 4 de ellas: Agustina, Micaela, Bárbara y Rafaela. Estas señoras ejercían su oficio sin ser molestadas y hacían y deshacían a su antojo.... filtros amorosos, pócimas, menjurjes, todo ello a satisfacción de la clientela caraqueña que siempre ha sentido atracción por ese tipo de cosas...
Y así fue -nos dice el libro- como una noche en que la ciudad avileña se bañaba con uno de los aguaceros más tormentosos que en aquella época se hubiera visto, Agustina y Micaela, se dieron a la tarea de despertar a la población entera, para insinuarle que salieran a las calles y observaran con toda comodidad el espectáculo más grande que pudiera verse mientras existiera la tierra. Se trataba entonces de probar a los caraqueños su poder para detener la tormenta (...) Fue entonces cuando, se dice que en poquísimo tiempo, muchos muertos enterrados en el cementerio de "Los Hijos de Dios" salieron de sus tumbas para no volver más a ellas, e irse a vivir con sus familiares; mientras que por otra parte, la tempestad tan amenazadora, y de no querer por nada cesar, se terminó en segundos, y como si realmente no hubiera llovido esa noche. Mas qué sucedió después de lo narrado, lo ignoramos, pero las brujas se dieron el gusto de demostrar sus poderes en el mundo capitalino. Cierto o no todo lo dicho, ha de saberse que las crónicas no volvieron a hablar de las siete brujas que causaban pavor a la población caraqueña.
Por algún lado, en otro libro, leí sobre esta ocasión en que los muertos bajaron del cementerio a reunirse con sus familiares en una noche de tormenta. Nadie nos da la fecha en que sucedió, pero debió ser en un deslave en la parte alta de la ciudad, que tal vez desenterró cadáveres que estaban en fosas superficiales. Me gusta creer en la conciencia cívica de Agustina y Micaela, que advirtieron el peligro a sus clientes y vecinos.

Cipreses del Cementerio de los Hijos de Dios
N. Ferdinandov