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domingo, 9 de septiembre de 2012

Himno órfico a Asclepio


LXIII
PERFUME DE ASCLEPIO
El Maná
Curador de todos los hombres, Asclepio, que alejas de todos las enfermedades dolorosas, que haces dulces presentes, que vienes trayendo la salud, que auyentas lejos de los enfermos las Keres de la muerte; dichoso joven, ilustre y venerable hijo de Febo Apolo, enemigo de las enfermedades, que tienes por esposa a la santa irreprochable; ven ¡oh bienaventurado salvador! y da un dichoso fin a nuestra vida.


Fuente: Hesíodo. Himnos órficos (Editorial Porrúa, México, 1976)

jueves, 19 de julio de 2012

Himno órfico a Higia


LXV
PERFUME DE HIGIA
El Maná

¡Oh deseable, amable, reina de innumerables moradas y de todos los hombres! óyeme, bienaventurada Higia, madre universal, que traes las riquezas, porque ahuyentas las enfermedades de los hombres, y merced a ti se regocijan todas las moradas. El Cosmos te desea por reina, y sólo Edes te persigue con su odio, oh eterna que alimentas las almas, siempre floreciente, reposo deseable de los mortales, pues sin ti, en efecto, resultan inútiles todos sus trabajos, no hay para ellos riquezas ni dulces uniones, y el hombre laborioso no llega a la vejez. Tú sola gobiernas todas las cosas y andas en todo. Ven ¡oh diosa! sé siempre benévola con los que enseñan tus misterios y líbranos de los tristes dolores de la enfermedad.


Fuente: Hesíodo. Himnos órficos (Editorial Porrúa, México, 1976)

viernes, 29 de junio de 2012

Eros fugitivo


Cipris llamaba en alta voz a su hijo Eros: "Si alguien ha visto a Eros vagando por los caminos, sepa que el fugitivo es mío; tendrá una recomprensa quien me indique su paradero. Tu recompensa será un beso de Cipris. No disfrutarás un beso solamente, si me lo traes, sino que recibirás más aún, ¡oh, extranjero!
"Este niño está marcado con señales numerosas, y le reconocerás entre veinte más. No es blanco de cuerpo, sino semejante al fuego; sus ojos son agudos y llameantes; su espíritu es astuto, pero sus palabras son dulces. No piensa lo que dice, y su voz es como miel; pero cuando se irrita , su espíritu es cruel y está lleno de fraudes. No dice nada de verdad el niño astuto, y juega cruelmente. Su cabeza está cubierta de hermosos cabellos, pero tiene el rostro impúdico; sus manos son pequeñas; pero lanzan flechas muy lejos, hasta Akerón y el rey Edes. Está todo desnudo, pero su espíritu está escondido. Vuela como un pájaro hacia los unos y hacia los otros, hacia hombres y mujeres, y se asienta en sus corazones. Tiene un arco muy pequeño, y en el arco una flecha; esta flecha es pequeña, pero penetra hasta el Urano. Lleva a los hombros un carcaj de oro, en el que hay flechas amargas, con las cuales a menudo me hiere a mí. Todo lo que tiene es terrible; pero más que todo, su pequeña antorcha, que quema al propio Helios.
"Si le coges, tráemele tras de atarle, y no sientas ninguna lástima; si le ves llorando, cuida de que no te engañe; si se ríe, átale bien, y si quisiera besarte, huye. Su beso es malo y sus labios son veneno. Si dice:"¡Toma esto, te doy todas mis armas!", no toques a ellas; son dones pérfidos, y todo eso está saturado de fuego."


Fuente: Hesíodo. Idilios de Mosco (Editorial Porrúa, México, 1976)

jueves, 28 de junio de 2012

Himno órfico a Leucotea


LXXI
Perfume de Leucotea
Los Aromas


Invoco a la Cadmeida Leucotea, Demonio venerable y poderoso, nodriza de Dionisos el de las hermosas coronas. ¡Óyeme, oh diosa, que mandas en el seno  profundo del mar, que te regocijas con las aguas, magna protectora de los mortales! En ti es en quien confían las naves durante la tormenta de las olas, y vienes en ayuda de los marinos, y tú sola apartas lejos de ellos el destino lamentable. ¡Oh, diosa poderosa! sé nuestra salvación, sé propicia en el peligro a las naves sólidas, y otorga un viento favorable a las que llevan a tus sacrificadores por el mar.





Fuente: Hesíodo. Himnos órficos (Editorial Porrúa, México, 1976)

miércoles, 13 de junio de 2012

Himno órfico a Adonis


Muerte de Adonis, Pedro Pablo Rubens

LIII
PERFUME DE ADONIS
Los aromas

Oye mi plegaria, excelentísimo Demonio de mil nombres, adornado de hermosos cabellos, que amas la soledad; celebrado con cantos deseabilísimos, alimento universal, hombre joven y virgen. Adomis siempre floreciente, que estás muerto y resplandeces de nuevo a la vuelta de las buenas estaciones;  siempre joven, bicorne, deseable y llorado, hermoso, que gustas de la caza, que tienes una abundante cabellera; caro al corazón de Cipris, dulce flor, germen de amor, nacido del lecho de Perséfone, la de cabellos encantadores; tú, que habitas ahora las tinieblas tartáricas, regresa de nuevo al Olimpo y madura los frutos. Ven ¡oh Bienaventurado! y trae los frutos de la tierra a los que inician en tus misterios.


Venus, Adonis y Cupido, Annibale Caracci



Texto tomado de Himnos órficos (Hesíodo, Teogonía. Editorial Porrúa, Ciudad de México, 1976)

domingo, 3 de junio de 2012

Himno órfico a Nix

Nix

II
PERFUME DE NIX

Celebraré con mis cantos a Nix, generadora de los dioses y de los hombres, manantial de todas las cosas, aquella que llamamos Cipris.

Óyeme, diosa bienaventurada, que tienes un negro esplendor, brillante de los astros; que te alegras del reposo y del profundo sueño, jocunda, encantadora; que gustas de las largas vigilias, madre de los sueños, olvido de las penas, propicia; que descansas de los trabajos, inspiradora de himnos, amiga de todos, arrastrada por caballos; que luces en la oscuridad, conseguida a medias, terrestre y uránica alternativamente; deslizándote por los efluvios del aire; que empujas la luz hacia Edes o vuelves hacia él, donde la abrumadora necesidad vence a todas las cosas.

¡Ahora, bienaventurada Nix, riquísima y deseable para todos, está presente y oye la voz suplicante de los que te ruegan! Ven, llena de benevolencia, y disipa los terrores luciendo en las tinieblas.



Nyx



Tomado del libro Teogonía (Editorial Porrúa, Ciudad de México, 1976)

domingo, 27 de mayo de 2012

El rapto de Europa

Texto tomado de Hesíodo. Idilios de Mosco (II Europa; del libro Teogonía, Editorial Porrúa, Ciudad de México, 1976)
Sólo un fragmento para pasar el rato.
Los griegos sabían decir las cosas.


Me gusta la mirada romanticona de este
divino toro y su lengua lasciva.



Sentada sobre el lomo del toro Zeus, la virgen se cogía con una mano a uno de los largos cuernos, y con la otra sujetaba los pliegues flotantes de su traje purpúreo; y la onda abundante del blanco mar mojaba el borde de la ropa. Flotaba el amplio peplo de Europa sobre sus hombros, cual la vela de una nave, y transportaba a la virgen. Pero, como estaba lejos de su patria, no veía ya ella la orilla,  ni las altas montañas, sino abajo el inmenso mar. Entonces, mirando a su alrededor habló así:
- ¿Adónde me llevas, divino toro? ¿Quién eres? ¿Cómo puedes hacer esta caminata con tus pesadas pezuñas, y no temes al mar? El mar es el camino de las naves rápidas; pero a los toros les asusta el camino de las olas. ¿Qué dulce brebaje, qué alimento vas a encontrar en el mar? ¿Acaso eres algún Dios? Pues ¿por qué haces lo que no es propio de los Dioses? Los delfines no andan por la tierra, ni los toros por el mar; pero tú te lanzas por tierra y por mar, y tus patas sirven de remos. ¡Si te elevaras por la altura del aire, quizá también volarías, semejante a los pájaros ligeros! ¡Ay, desdichada de mí! ¡He abandonado las moradas de mi padre, y he seguido a este toro, y voy errante y solitaria en tan extraña navegación! ¡Oh tú que conmocionas la tierra y mandas en el blanco mar, ven en mi ayuda! Deseo ver quién guía mi carrera y me lleva.  Porque no sin ayuda de un Dios atravieso las rutas húmedas.


Está demasiado gorda esta Europa de Rubens.
Tal vez la confundieron con una vaca


Habló así, y el Toro de grandes cuernos le respondió:
-Tranquilízate, virgen, y no temas a las olas marinas. Soy el propio Zeus, aunque parezca un toro, pues puedo tomar la forma que me plazca. El amor que por ti siento me ha impulsado a surcar un mar tan largo, bajo la forma de un toro, y pronto va a recibirte la Creta. De mí concebirás ilustres hijos que entre los hombres han de ser reyes portadores de cetros.
Habló así y fue cumpliéndose lo que dijo. Y apareció Creta, y recobrando Zeus su forma, desató el cinturón de Europa, y las Horas le erigieron lecho. Y la virgen se tornó al punto esposa del Cronida, y concibió hijos de él y fue madre.



Ya estos deben estar llegando a Creta.


viernes, 25 de mayo de 2012

Himno órfico a Némesis

Némesis

LVIII
PERFUME DE NÉMESIS

¡Oh Némesis! Te invoco, diosa, magna reina, que lo ves todo, que miras la vida de los mortales animados de diversos pensamientos. Eterna y venerable, que te regocijas con los justos, mudas con arreglo a tu voluntad las resoluciones de los hombres, todos los cuales temen al yugo que haces pesar sobre su cuello; porque conoces el pensamiento de todos, y nada hay oculto para ti del alma que desprecia audazmente tus palabras. Lo ves todo, lo oyes todo y dispones de todo. En ti residen los derechos de los hombres ¡oh potentísimo Demonio! ¡Ven, oh Bienaventurada, casta, y sé siempre favorable a los que celebran tus misterios, danos buenas inspiraciones y ahuyenta los pensamientos malos, injustos y orgullosos!


Las Furias y Némesis


Bello himno, considerando que está dedicado a la diosa de la venganza

domingo, 20 de mayo de 2012

Un himno órfico para Hipnos



LXXXII
PERFUME DE HIPNOS
LA AMAPOLA


Hipnos, rey de todos los Bienaventurados y de los hombres mortales y de todos los vivos que alimenta la tierra anchurosa, tú solo mandas en todos y rodeas los cuerpos con dulces ligaduras. Disipas las inquietudes, descansas de los trabajos felizmente, consuelas de todos los dolores, alejas el temor a la muerte y apaciguas las almas, porque eres hermano de Leteo y de Tanatos. ¡Ven, Bienaventurado! Te suplico que vengas, dulce, profundo, y que seas propicio a los que te ofrecen piadosos sacrificios.


Hipnos y Tanatos
Bronce etrusco

Bueno, eso es para los literatos insomnes, no para los aficionados a otras cosas.

Un himno órfico para las Moiras

Esta tarde, luego del almuerzo, cometí la estupidez de poner un DVD con la abominable película TROY ¿A quién se le ocurre? Eso hace daño. Ahora, como un antídoto ante el mal intelectual que me puede causar y en desagravio a Homero y a Hesíodo, padres de la literatura universal, copio un himno órfico. Lo he tomado de un libro con obras de Hesíodo (Editorial Porrúa, Ciudad de México, 1976); contiene, entre otros, la Teogonía, Los trabajos y los días y El escudo de Heracles. Grato leerlo poco a poco.


Moiras, hijas de la Noche

LVI
PERFUME DE LAS MOIRAS
LOS AROMAS

¡Moiras infinitas, caras hijas de la negra Nix, oid mi plegaria! ¡Oh Moiras de mil nombres, que en torno al pantano uránico, allí donde el agua clara fluye de las rocas bajo una espesa nube, frecuentáis el inmenso abismo donde están las almas de los muertos! las que vais hacia la raza de los vivos, acompañadas de la dulce Esperanza y ocultas bajo velos de púrpura, a través de la pradera fatídica, allí donde la Sabiduría dirige vuestro carro que lo abarca todo en su carrera, en los límites de la Justicia, de la Espera y de las inquietudes, y de la ley antigua, y del imperio regido por leyes poderosas, porque sólo la Necesidad sabe lo que reserva la vida, y no lo sabe ningún otro de los Inmortales que están en la cumbre nevada del Olimpo, a no ser Zeus; y la Necesidad y el espíritu de Zeus son los únicos que saben todo lo que nos acaecerá. Pero ¡oh nocturnas! sedme benévolas, Atropos, Lacesis, Cloto. ¡Venid, oh ilustres, aéreas, invisibles, inexorables, siempre indomadas, dispensadoras universales, Diosas rapaces, infligidas necesariamente a los mortales! ¡Oh Moiras acoged mis libaciones sagradas y mis plegarias, sed propicias a vuestros sacrificadores y al canto supremo que Orfeo ha compuesto para vosotras!


El triunfo de la Muerte o las tres Parcas