Una vez más, Inés Quintero regala al público lector y amante de la historia con un muevo libro. Me refiero a El hijo de la panadera (Editorial Alfa, Caracas, 2014), que no es otra cosa que la biografía, muy bien documentada por cierto, de Francisco de Miranda. Personaje tan biografiado que resulta muy escribir sobre él.
Tuve el acierto de acercarme a una presentación que hizo la autora junto con Edgardo Mondolfi Gudat en la Librería Alejandría del Paseo Las Mercedes, y disfrutar de una actividad ilustrativa. De antemano ya había resuelto adquirir un ejemplar que reservé en otra librería. Me lo leí de punta a punta, pues Miranda tuvo una vida apasionante llena de aventuras y de amor por la libertad de su patria. En esta oportunidad, la historiadora recurre no sólo al archivo del Precursor, sino que hace sabio uso de su diario.
Veamos lo que nos dice la contraportada:
La autora asume el desafío de ofrecer una nueva lectura de la vida y vicisitudes de Francisco de Miranda, desde el momento en que abandona Venezuela, con apenas 20 años, hasta el triste desenlace que representó para su vida el fin de la Primera República, su entrega a las autoridades españolas, la prisión y su posterior fallecimiento en La Carraca.
El libro comienza con el acontecimiento del cual deriva su título: un incómodo y escandaloso incidente promovido por los criollos principales de la capital contra su padre, Sebastián Miranda, tenido como individuo de inferior condición y -para mayor escarnio- casado con una panadera.
En sus páginas se busca trascender, sin soslayar, la biografía política para prestar atención a los detalles de la vida cotidiana del Generalísimo: sus sentimientos, dolencias y caprichos; su vida amorosa, su vastísima cultura, sus viajes, su inagotable curiosidad, sus prisiones, persecuciones y fracasos y muchos otros aspectos que formaron parte de su agitada existencia. "Todos ellos y seguramente muchos otros, son y seguirán siendo fuente fecunda de relatos, aproximaciones y acuciosos estudios sobre este personaje singular, cuya mayor cuialidad fue, sin lugar a dudas, su constancia y empecinamiento en propiciar , aun a costa de su propia vida, la independencia de todo un continente. No lo logró en vida, pero murió a causa de ella".Una breve entrevista con la autora, se puede leer por aquí.
Inés Quintero |
Oportuno y buen comentario, don Abraham.
ResponderEliminarManana lo subo a Libros. Un abrazo.
EliminarParece interesante. Tratarè de darle una ojeada. Ya no compro sin hacerlo, no despues de muchos fracasos y de unos cuantos libros que aún están sin leer.
ResponderEliminarGracias por avisar.
Es muy bueno y bien investigado. Inés Quintero es acuciosa.
EliminarLo intenté. Comprarlo, quiero decir. Menos mal que se me ocurrió preguntar cuanto costaba antes de pedir que le quitaran el envoltorio (¿son libros o son hallacas?) . Compadre, eso es mucho camisón pa' Petra. Asi que, hasta que no aparezca debajo del puente, me temo que tendré que prescindir de él.
ResponderEliminarEs lástima. Hubo una época en la que a un librero de una de las callecitas norte/sur de Sabana Grande, cerca de Suma, se le ocurrió la idea de alquilar libros. Yo estaba encantada y, semanalmente, me llevaba los tres permitidos. Pero el destripamiento de la Calle Real de Sabana Grande por la construcción del metro, acabó con ese y otros negocios de la zona. Y no se de nadie que lo haya vuelto a hacer.
Y sería tiempo porque, en estos momentos, no doy Bs. 840 por un libro aunque conozca al autor y sepa que su estilo me gusta como es el caso de Perez Reverte, a quien abandoné por tanta guerra y porque está muy creído
Coincido en tu opinión sobre I. Quintero.Pero de ese conjunto de novelas històricas aparecidas en los últimos 10/15 años, mi favorita es "Doña Inés contra el olvido"
Esos son los precios de las publicaciones venezolanas más recientes. Ahora hay que escoger entre comer y leer. Luego de pasar por una librería se te pone el corazón como una pepa de guácimo (arrugado y chiquitico). Triste realidad.
EliminarLo que nos queda es ser selectivos y estar 100000000% seguros de lo que compramos. Ya no se pueden correr aventuras librescas, a menos que sea bajo el puente, la librería Historia o el Buscón. También podemos correr el riesgo de intercambiar libros con los amigos, como si fuera una peña literaria.
Leí por primera vez a "Doña Inés contra el olvido", en una edición en inglés que conseguí en la única librería de Windhoek, Namibia. Me sorprendió ver una novela venezolana en entre la Costa del Esqueleto y el desierto de Kalahari. Ya de vuelta en Venezuela, lo compré en castellano. Ahora es una trilogía que me gustaría leer completa, pero a estos precios lo veo difícil.
Feliz fin de semana.
Cuales son las otras dos? Yo he mandado ese libro a todos los amigos que tengo fuera, pero no me había dado cuenta que habían salido otros. Debe ser como el caso de "El prisionero rojo" o "Estado delincuente" que, aunque bien caros, vuelan y nunca llegas a verlos en las vitrinas de las librerías
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