Demetrio Boersner |
Este viejo libro sobrevivió por varias causas; el autor; la claridad de los conceptos utilizados; los recuerdos que despierta, y tal vez la promesa de leerlo otra vez. No subrayo ni marco libros, pero éste tiene el capítulo V (La URSS, la Internacional Comunista y el Nacionalismo) subrayado con cuidado, utilizando lápiz y regla; tal era el respeto que despertaba y aún despierta. Veamos lo que nos dice el Dr. Boersner:
Este libro, que representa el resultado de varios años de estudio y reflexión, tiene dos objetivos fundamentales. Por una parte, pretende constituir una modesta contribución a la Ciencia Política en su aspecto descriptivo o analítico, presentado una serie de hechos concretos, hasta ahora poco explorados, de la historia de las relaciones entre el socialismo y el nacionalismo en los siglos XIX y XX. Por otra parte, aspira a sugerir una interpretación o síntesis de los hechos descubiertos, sin abandonar el ámbito de la objetividad científica ni desviarse hacia la polémica o el juicio de índole moral. El trabajo analítico es el más fundamental, pero el autor comparte el criterio de Harold Lasky, en el sentido de que el Political scientist tiene el derecho de dar a conocer ciertas opiniones personales, con tal que no se aparte de los hechos concretos y no oculte ningún elemento que podría tender a invalidar su tesis.
El autor basa su estudio sobre la premisa de que el ascenso de los movimientos socialistas, por una parte, y de las corrientes nacionalistas por la otra, representa uno de los factores más decisivos de la historia contemporánea. Los nacionalismos de países oprimidos, que reaccionan contra la hegemonía de imperios tradicionales o modernos, han constituido la raíz de muchos de los acontecimientos mundiales más dramáticos y determinantes de los últimos dos siglos. Y a partir del desarrollo del capitalismo industrial, las luchas reivindicativas de las clases trabajadoras, reflejadas en doctrinas y movimientos socialistas de diversos tipos, han sido, a su vez un elemento de trascendental importancia en la formación de la política interna y externa de los Estados. Asimismo, es evidente que en varias ocasiones el socialismo y los nacionalismos rebeldes han coincidido en su lucha contra adversarios comunes: los grupos dominantes, capitalistas, feudales o burocráticos que se esfuerzan por frenar el ascenso de clases y naciones subyugadas.
Cuando dos fuerzas político-sociales tienen un adversario común, tienden a aliarse, por lo menos ocasionalmente. Los acuerdos de alianza táctica entre el socialismo y el nacionalismo rebelde son frecuentes, aunque también son grandes las contradicciones que existen entre los dos movimientos. En este libro se trata de describir en forma coherente las relaciones que han existido, desde la Revolución Francesa hasta el presente, entre los abanderados de las revoluciones nacional y social, tanto en el plano de la teoría como en el de la praxis.El libro ha viajado bien en el tiempo, a pesar de la dinámica política a raíz de la desaparición de la Unión Soviética, en particular por el surgimiento de nuevos socialismos que, en algunos casos, tienen más de Benito Mussolini que de Antonio Gramsci. Seguirá en la biblioteca luego de la limpieza que efectúo..
En uno de los seminarios que dictaba, o tal vez en clase -no recuerdo-, el Profesor Boersner nos recomendaba leer la prensa a diario, anotarla y llevar un diario del acontecer internacional. Hace unas semanas me encontré en una librería con su hijo Andrés y uno de sus nietos. Le pregunté por su padre y que si aún llevaba el diario (sí, lo lleva desde 1960). Y le conté cómo eran sus clases y la admiración que todos sus alumnos tenían por él. El librero intervino y nos contó que en una sitio web de un revolucionario de nuevo cuño, Boersner había sido calificado de "comemierda". Me volteé y le dije al nieto: ¡Coño, me gustaría comer tanta mierda de la buena como tu abuelo!
Seguro que ese "revolucionario" que lanzó el epíteto en la IV República era adeco o copeyano militante de base y que lo que leía era la Gaceta Hípica, como le correspondía. Ahora, converso, es socialista. Tal vez no conozca a Marx o a Engels, pero si un incensario para la adoración perpetua.
Carátula de Socialismo y Nacionalismo. La foto está tomada de Mercado Libre - Argentina |
Querido abraham comparto contigo tan agradables recuerdos de nuestras aulas con tan brillantes profesores... fuimos muy orientados por tan plecaros pensadores, en un momento en que nuestro pais dormia o vegetaba, no se hacia q lado se inclina la balanza. Los claros y variados cursos de pensamientos de profesores tales como Demetrio Boesner (gran amigo al correr de los años) , Carlos Gueron ( lamentablemente fallecido tempranamente), Luis Brito Garcia , JM Casals y tantos como ellos, nos permitio formarno solidas posiciones y capacidad de vision del todo holistico de las relaciones mundiales y su vinculacion con las realidades locales, mas alla de fanatismos y bipartidismo. El amor y respeto de Demetrio a la historia no fue comprendido por mi en su tiempo y genero largos debates con el sobre tanta formalidad y apego a las fechas, que para mi y mi dislexia, no valian el esfuerzo necesario para fijarlas; solo era importante el saber lo acontecido y buscar aspectos coyunturales que condujeron a los mismos... Seria ahora mismo interesante conocer la opinion de nuestro emerito profesor sobre los alcances y pertinencia del Socialismo del Siglo XXI, frente a su vision tradicional de esocialismo y nacionalismo. a mi criterio la realidad descrita por el en su libro aqui solo cambia de nombre de los imperios, las clases opresoras y los oprimidos. Nuevos actores pero la misma historia.
ResponderEliminarGracias, bella Ofelia:
EliminarA los venezolanos nos gusta vivir en un sueño, "y los sueños sueños son". Lo malo es que te despiertes y vivas una pesadilla. Tal vez si soñaramos menos y nos ocupáramos de lo sustantivo no nos pasaría. Estoy de acuerdo contigo en que fuimos bien formados y tuvimos profesores de primera como los que mencionas y otros que se quedaron en el tintero, por ejemplo Ramón Melinkoff y Cheíto Herrera. Tuvimos suerte porque ahora la escuela no es igual y las caras de los profesores dan tristeza.
En efecto, es la misma historia. La opinión de Demetrio no debe ser buena porque lo calificaron de coprófago.
Un besotote.
Hoy tu blog me ha deparado cuatro sorpresas: Creìa que no escribìas los fines de semana; que preferìas mantener la política fuera del blog y que no decías malas palabras en público. La última fue ver mezclado a Britto Garcìa con personas que evidentemente tenìan su pensamiento lejano al socialismo a ultranza.
ResponderEliminarYo no era tan cuidadosa con los libros de estudio. Sobre todo porque mi método de estudio solìa ser leer a toda velocidad para enterarme de que iba, frenando nada mas que para subrayar lo que creìa mas importante. Y luego leer nuevamente, para asimilar, las partes subrayadas. Lo tercero era hacer un esquema de la tesis, estilo cuadro sinòptico de 6º grado. Comprenderàs que no había tiempo para subrayados usando una regla y aùn no existìan los marcadores.
Evito escribir de política para no herir susceptibilidades, aunque a veces artículos tomados de la antigüedad clásica tienen que ver con la situación actual.
EliminarNo estoy escribiendo los fines de semana porque el cyber cierra. Este lo monté el viernes. Todos esos profesores que menciona Ofelia, y otros más que debieron habérsele pasado, eran gente seria (y digo eran porque hay varios muertos). Muchos eran de izquierda democrática. El caso de Britto García es particular; nunca me pareció de izquierda y disfrutaba sus clases de Historia del Pensamiento Político. La sorpresa fue verlo con el proceso. ¿Qué tal?
Muchas veces se me escapan expresiones vulgares en público, producto tal vez de haber estudiado en colegio de varones. Rara vez abuso de ellas porque mucha gente las rechaza.