El libro de mi abuelo y el rosario que me regaló Benedicto XVI |
A raíz del anuncio de S. S. Benedicto XVI de renunciar al pontificado y dejar el camino abierto para la convocatoria de un cónclave para elegir al sucesor, han surgido las típicas especulaciones y cábalas de vaticanistas, periodistas y hasta "hijos de vecina" que opinan sin saber. También vuelven a aflorar, junto con listas de "papabili" (siempre entran al Cónclave varios papas que salen como cardenales), la famosa Profecía de San Malaquías, con su cuenta casi exhausta de sucesores de Pedro. Siempre me gustó Benedicto XVI, además de un gran teólogo fue un buen Papa para la circunstancias en que le tocó llevar el timón de la nave de Pedro. No es una figura simpática, pero el papado no es un concurso de Mr. Simpatía. Todos los días pido por él con el rosario que me regaló en 2005.
Mi abuelo materno tenía un libro sobre el tema. Ahora está en mi biblioteca, muy desgastado por el paso del tiempo y el manoseo milenarista de la tía que me lo regaló. Cada vez que moría un Papa, o se enfermaba, salía el libro a relucir. Lo recuerdo muy remotamente desde cuando murieron Pio XII y Juan XIII, y también en 1978, cuando hubo dos cónclaves con escasa diferencia de tiempo. Se trata de El siglo XX y el fin del mundo, según la profecía de San Malaquías (Editorial la Hormiga de Oro, Barcelona, 1932) por Don Rafael Pijoan, Doctor en Sagrada Teología y Arcipreste de la Catedral de Menorca. Es la cuarta edición del libro publicado originalmente durante el papado de Pio X; debió ser muy popular según deduzco por las diversas ediciones que he visto en venta por Internet; su precio varía entre 6 y 60 euros, dependiendo del estado de conservación y antigüedad del ejemplar. Lo guardo entre los libros curiosos, junto con el Maleus Maleficarum.
Al igual que yo, el padre Pijoan conoció la profecía durante una elección papal. Veamos qué nos dice en el prólogo:
La primera vez que oí hablar de ella, con motivo de la elección de León XIII, siendo yo muy joven aún, me llené de sorpresa y entusiasmo.
Desde entonces el recuerdo de la citada profecía, las divisas con que señala a los futuros Soberanos Pontífices, la verificación de las mismas durante tantos siglos, el corto número de Papas que, según ella, falta hasta la consumación de los siglos y, por consiguiente, la proximidad del juicio final para la raza de Adán, que habita nuestro miserable planeta, tuvieron gran influencia sobre mis estudios e inclinaciones.
San Malaquías O'Mongoir 1094-1148 |
... según se deduce de la Profecía de San Malaquías, y estos hechos (se refiere al largo Pontificado de Pío IX) y los sucesos todos se acelerarán y pasarán con rapidez, no solamente porque estamos en el siglo del vapor y de la electricidad y de los voladores y los grandes inventos, sino también por aquel principio filosófico de que: motus in fine velocior.
4° El final cataclismo, del cual varios de los que viven hoy serán ciertamente testigos y víctimas, y ante el que toda carne se secará de terror y espanto, es un asunto interesantísimo. Si en otro tiempo, de todas las cuestiones que podría proponer un mortal, la más inútil era la época del fin de los siglos, hoy, por hallarse tan próximo este término terrible, es una cuestión verdaderamente de actualidad (....)
5° Es necesario no olvidar que la fecha de 1953 que yo fijo para el fin del mundo, no puede decirse terminante: Yo no la doy sino como aproximada. Decir: el mundo finirá en 1953 equivale a decir: el fin del mundo está próximo. Por consiguiente, ya que esta cifra 1953 la deduzco de datos numéricos, de fechas relacionadas con el asunto que nos ocupa, de autoridades fehacientes y sobretodo del valor imponderable de la Profecía de San Malaquías, puede decirse que ella representa la verdad matemática, no la verdad verdadera, la verdad divina. No soy yo el apoderado del que tiene el derecho para revelar el año real de la ejecución de la sentencia de muerte pronunciada contra el mundo por el Juez Supremo, que da la vida cuando quiere, y la quita cuando le place. Sea, pues, la siguiente, la última y legítima conclusión: Esta generación no pasará sin que se cumplan estas cosas; porque el fin del mundo llegará al terminar la lista de los Papas, de la Profecía de San Malaquías. Por consiguiente, un poco más de tiempo, y el martillo del reloj eterno va a dar la última campanada para la descendencia de Adán.Habíamos mencionado que el Padre Pijoan llegó en su cuenta hasta Pío X, entonces felizmente reinante. Falta entonces un siglo de Papas hasta Benedicto XVI:
Distinguiremos -nos dice el P. Pijoan- tres grupos en las leyendas que siguen a los sucesores de León XIII.
Primer grupo: Ignis Ardens -Religio depopulata - Fides Intrepida
Segundo grupo: Pastor angelicus -Pastor et nauta - Flos florum
Tercer grupo: De medietate lunae - De labore solis - De gloria olivae.
Después de la divisa : de gloria olivae, concluye la profecía del modo siguiente: "In persequutione extrema sacrae Romanae Ecclesiae, sedebit Petrus Romanus, qui pascet oves in multis tribulationibus; quibus transactis, civitas septicollis diruetur, et Judex tremendus judicabit populum".
¿Quienes fueron los Papas del siglo XX y sus divisas según San Malaquías?
León XIII, (1878 - 1902) Lumen in coelo
Pío X, (1903 -1914) Ignis ardens
Benedicto XV (1914 - 1922) Religio depopulata
Pio XI (1922 - 1939) Fides intrepida
Pío XII (1939 - 1958) Pastor angelicus
Juan XXIII (1958- 1963) Pastor et nauta
Pablo VI (1963 - 1978) Flos florum
Juan Pablo I (1978) De medietate lunae
Juan Pablo II (1978 -2005) De labore solis
Benedicto XVI (2005- 2013) De gloria olivae
Pío X, (1903 -1914) Ignis ardens
Benedicto XV (1914 - 1922) Religio depopulata
Pio XI (1922 - 1939) Fides intrepida
Pío XII (1939 - 1958) Pastor angelicus
Juan XXIII (1958- 1963) Pastor et nauta
Pablo VI (1963 - 1978) Flos florum
Juan Pablo I (1978) De medietate lunae
Juan Pablo II (1978 -2005) De labore solis
Benedicto XVI (2005- 2013) De gloria olivae
Se acabó la lista. Sólo falta Pedro Romano. La viejas de la familia me decían que en la Basílica Mayor de San Pablo Extramuros estaban los medallones con las efigies de todos los Papas, desde Pedro el Apóstol, hasta el presente y que quedaban pocos. La primera vez que visité la Basílica busqué los medallones. En efecto, los de la nave central estaban llenos, así como en las naves laterales, pero había muchos vacíos; me dijeron que Juan Pablo II los había mandado a colocar para los próximos Papas ¿Se acabará el mundo? Sólo Dios lo sabe. Los justos nada deben temer al juicio divino. ...Velad, porque no sabéis ni el día ni la hora.
Nuestras oraciones con Joseph Ratzinger y con quien resulte electo en el próximo cónclave.
Que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales que en él participen.
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