Alhambra de Granada |
ABINDARRÁEZ Y JARIFA CONVERTIDOS
EN CORTESANOS
DEL REY CHICO DE GRANANA
Abindarráez y Muza
y el rey Chico de Granada,
gallardos entran vestidos
para bailar una zambra.
Un lunes a media noche
fue de los tres concertada,
porque los tres son cautivos
de Jarifa, Zaida y Zara.
En descomponerse el rey
(cosa entre reyes no usada,
y darle Muza su ayuda,
poco galán sin las armas,
que es hombre de noche y día
tiene ceñida la espada,
y para dormir se arrima
en un pedazo de lanza),
halo causado un desdén
que tiene en los ojos Zaida,
y amores de un Bencerraje
que adora a los suyos Zara.
Abindarráez es mozo
y siempre de amores trata:
Fátima muere por él
y a Jarifa rinde el alma.
Al fin ordena la fiesta
la desorden que amor causa,
que el más cuerdo hará más loco
celo y gusto de su dama.
Para cumplir con la gente
echaron fama en Granada
que ha venido cierta nueva
que Antequera era ganada.
Es la fiesta por agosto
y entra el rey, toda bordada
una marlota amarilla
de copos de nieve y plata
con una letra que dice:
"Sobre mi fuego no basta".
Gallardo le sigue Muza,
de azul viste cuerpo y alma,
labradas en campo de oro
unas pequeñas mordazas,
cuya empresa de ellas dice:
"Acabaré de acaballas".
Abindarráez se viste
el color de su esperanza,
unas yedras sobrepuestas
con unas rocas doradas,
un cielo sobre los hombros
con unas nubes bordadas,
y en las yedras esta letra:
"Más verde cuanto más alta".
Sacaron a las tres moras
que eran la flor de la sala,
eran el adorno de ella
y lo mejor de sus armas.
Abindarráez, brioso,
con una vuelta gallarda,
pisó a Fátima en el pie
y a su Jarifa en el alma.
La mano le suelta al moro
la blanca mano demanda:
- ¿Para qué entraste encubierta,
traidor, la engañosa cara?
Arroja el fingido rostro
que el propio tuyo te basta
pues le conocen todos
por mi daño y su venganza.
Con mil caricias el moro
la blanca mano demanda.
Ella replica: - No quieras
mano en la tuya agraviada;
baste que Fátima diga
en conversación de damas
que estimas en más su pie
que mi mano desdichada.
Abindarráez, turbado,
sale huyendo del Alhambra.
Si de verde salió el moro,
de negro salió a la sala.
Entre tanto el rey y Muza
estaban con Zaida y Zara,
cansados de tantas vueltas
y son de amor las mudanzas.
Como estaban disfrazados,
recostáronse en sus faldas;
cuando hablan, enmudecen,
y cuando es están mudos, hablan.
Y también se cansaron ellas,
que el cuerpo muerto no cansa
como el vivo aborrecido
que quiere forzar el alma.
Levantóse un alboroto,
que la reina se desmaya;
la fiesta se acabó en celos,
que el amor sin ellos no acaba.
Jardines del Alhambra tomada de www.geojes.blogspot.com |
En estos día compré el libro El Abencerraje (Cátedra, Madrid, 2000), edición a cargo de Francoisco López Estrada que contiene la novela y "flor de romances escogida entre los de Abindarréz, Jarifa y Rodrigo de Narváez", con apéndices y notas críticas. Es, ciertamente, un tesoro de contentos que nos remonta al siglo XV en la frontera andaluza y la lucha entre moros y cristianos. Los editores nos amplían:
El libro titulado El Abencerraje y la hermosa Jarifa narra un hecho (...) atribuido a Rodrigo de Narváez, alcaide de Antequera; la narración es una novela corta en la que se cuenta la generosidad del alcaide cristiano para con un caballero moro, de la familia de los Abencerrajes, al que vence por las armas y luego deja libre para que pueda ir a sus bodas con Jarifa. Impreso en varias ocasiones, se recoge aquí la mejor versión literaria de la novela, publicada en el Inventario de Antonio de Villegas (1565), junto con los romances que fueron apareciendo sobre los protagonistas del suceso contado. En su conjunto, la novela y los romances representan una obra literaria que el lector percibe como una lección de generosidad (...) esta lección también puede interpretarse como un signo de tolerancia entre las "leyes" (religiones, situaciones culturales) que se habían enfrentado en la edad media en España y, en este caso, en Andalucía. El Abencerraje puede considerarse como uno de los orígenes de la figura del moro noble que habría de proyectarse sobre la literatura europea.
Se me ocurre que para amenizar esta sabrosa lectura, queda bien un poco de música andalusí. Aquí tenemos una pieza para oud y guitarra, interpretada por Juan Martín (guitarra) y Abdelsalam Khair (oud), titulada De Damasco a Córdoba.
Sublime y hermoso....
ResponderEliminarY el librito no tiene desperdicio. Que tengan un grato domingo.
EliminarQué preciosidad. No conocía el título, pero me ha encantado lo que nos cuentas
ResponderEliminarBesos, me lo llevaré apuntado
100% recomendado. El libro no tiene desperdicio. Besos.
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