sábado, 18 de enero de 2014

Estoy por las feas

La duquesa fea, por Quentin Massys (1513)
Uno de nuestros lectores, que se ha presentado como Anónimo, dejó un comentario en una fábula criolla de Jesús María Sistiaga (aquí), que no sé si interpretar como una sugerencia a un equipo editorial, o si solicita se publique algo de este poeta decimonónico en esta bitácora. Así que, para complacerlo, transcribo hoy un largo poema de este autor tal y como aparece en la Biblioteca de escritores venezolanos contemporáneos publicada por el Marqués de Rojas en 1877. Sistiaga nació en Caracas en 1823 y murió en mayo de 1889.  En otra oportunidad colocaré una de las fábulas sugeridas.


ESTOY POR LAS FEAS


Hai un hecho, señores, bien probado,
Un hecho por demas particular,
Hecho sobre que pocos han hablado
Y que a mí me provoca á disertar.

Es el caso que nunca hubo poeta
Desde el más inspirado al mas ramplon,
que al retratar su Filis ó su Cleta
No pinte una celeste aparicion.

Y á tanto llega esta pueril manía
Que apellidan Nereida á una mujer...
El cambio á un pez de espada agradaría,
Pero á un hombre señor, no puede ser;

Que no hai vate más zurdo y tan belitre
Que quiera contemplar á su Asunción
Con el rostro bronceado del salitre
Y comiéndose crudo un tiburón.

Hai necios que en su furia rutinera
Á una Vénus comparan á su amor,
Sin pensar que la tal fué una bolera
Sin vergüenza ni pizca de pudor.

Ello es desde tiempos mui remotos
Llenos están los fastos de carmin
Y los vaporosos alborotos
De tanta Estrella y tanto Querubin.

Pero hoi ¡gran Dios! cien mil vates pichones
Nos asfixian con gasas y con tul,
Con turpiales, palmeras y visiones
Y blancos cabezales y Bulbul.

Yo, pues que, por la fuerza de mi sino
Ó por cierta maligna tentacion,
Me siento inclinado de continuo
Á hacer á los demas la oposición, 

Voi á probar que es una tontería
Aquello de albo seno, breve pié,
De aliento embalsamado de ambrosía
Y de cosas que todo el mundo vé;

Que el descosido que á una tuerta adora,
En lo tuerto encontró la inspiracion,
que la jiba que á algunos encocora,
Á otros muchos aumenta la pasion.

He conocido un sabio consumado
Destilando á torrentes el amor
Poir Dorila... de rostro acartonado
Y con un narizon que era un primor.

Pero es esta la lei de los caprichos,
Que en gustos nadie puede decidir,
Pes por mujeres que unos llaman bichos,
Mil otros se apresuran á morir.

Mas permito que exista esa hermosura
Que llaman los amantes dulce iman.
Y que a mozos de seso y de cordura
Los transforme en un blando mazapan.

Aun así, mi lector, fuerza es que creas
Que prefiero por mas de una razon
Sobre todas las bellas á las feas,
Aunque brame la célica region.

Que es cierto que fué linda doña Elena,
Pero caro, por Dios, costó á Ilïon,
Y mas tarde la bella Ana Bolena
Anegó en sangre la feliz Albion;

Y aunque algunos en trovas de melaza
Me citen bellas y hermosuras mil,
No les he de entregar, por Dios, la plaza,
Ni han de lograr ponerme en fuga vil;

Que para contestarles tengo quorum,
Sin maldito el trabajo, vive Dios!
No tengo mas que abrir el Flos Sanctorum,
Do para cada linda hai feas dos.

Ahora bien ¿hubo nunca una bonita
tan llena de dulzura y de pasion
Como una bizca, y mas si es cascadita
Y ha pasado viruela y sarampion?

¿Dónde hallarse podrá tanta constancia
Como en una menguada de nariz,
que viaja sola hasta la misma Francia,
Sin cometer jamas ningun desliz?

Y en cuanto a ventajas reales
Hablad, casados, por mi,
Puesto que sufría los males
Y caprichos infernales
De la desposada hurí!

Para mí tengo por cierto
que la esposa de linda faz
Hace dormido á un despierto,
Y solo cuando está muerto
Tiene su cónyuge paz.

Y si es fea rematada,
Es hacendosa hasta el fin,
Siempre amante, reservada
Y mui poco codiciada
Del vecino figurin.

Y si es bella, como el vino
Tiene un picante vapor
Que pone al cuyo mohino
Y le hace perder el tino
Con su diabólico ardor.

Que la fea es cuidadosa,
Religiosa sin igual,
Mui aseada y oficiosa
Y la joya mas preciosa
De la vida connubial.

Y la linda es veleidosa
Mariposa en el pensil,
Siempre altiva y desdeñosa
Y cuando ella es mas hermosa.
es mas carga concejil.

Y la fea con la aguja,
Siempre empleada en su labor,
Á su cónyuge no empuja,
Ni lo acosa, ni lo estruja
Con suares y tocador.

Y la linda gasta en trajes
Hasta el último doblon
Y os adeuda con encajes,
Gorras, cintas y otros gajes,
¡Oh Dios! ¡Qué revolucion!

¿Y la felicidad? ¡Oh dos eterno,
Líbranos por piedad de todo mal!
Quiero por novia un trasgo del infierno
Ántes que una escrecencia capital.

Quiero cargar con una mujer roma
Que tenga la figura de una col,
Ántes que la las pupilas me carcoma
Una damita linda como un sol.

Yo quiero al retirarme por la noche
Encontrar quien endulce mi pesar,
No una Peri que sin piedad me boche
Y, cuando he de dormir me haga velar.

Quiero mujer que, cuando esté yo enfermo,
No ande con ascos al basilicon;
Que me consuela, si me ataca el muermo,
Y me meta por fin en el cajon.


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