Hércules y la hidra lernea, por Antonio del Pollaiolo (1475) |
Un día que Hércules marchaba por un estrecho camino vio un animal extraño que se acercaba a él en son de amenaza. Sin intimidarse, pues a Hércules nada lo intimida, descargóle el héroe algunos mazazos y prosiguió su marcha. Pero, ¡cuál no sería su sorpresa al ver que el monstruo se le aparecía nuevamente, mucho mayor, y con aspecto más terrible! Furioso, Hércules redobló los golpes con su maza, observando admirado que mientras más le pegaba, mayores dimensiones tomaba el monstruo hasta el punto de cerrarle con su gran volumen el camino.
En aquel momento, aparecióse Palas Atenea, diosa de la sabiduría, y le dijo:
- Escucha, hermano Hércules, y suspende tus golpes. Ese monstruo es el espíritu de la Lucha, de la Disputa, de la Violencia y de la Discordia. Déjalo tranquilo y verás que pronto recobra el tamaño que tenía al principio.
Las luchas y las discordias causan males irreparables, pues la violencia llama a la violencia.
Esopo
Emperador Lucio Aurelio Cómodo Antonino (161-192 d.C:), disfrazado de Hércules. Colección Museo Capitolino, Roma |
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