Dicen que Calisto, hija de Licaón, se convirtió en osa a causa de la ira de Juno, por haber yacido con Júpiter. Después Júpiter la incluyó entre el número de las estrellas y se llamó Septentrión. Esta constelación no se desplaza de su lugar ni se oculta. En efecto, Tetis, esposa de Océano y nodriza de Juno, no le permite ocultarse en el Océano.
Ésta es, por ello, la Osa Mayor, de la que se dice en versos créticos:
"Tú, simiente, de la transformada Ninfa, hija de Licaón, a quien, raptada de la gélida cima de Nonacris, prohíbe siempre Tetis en el Océano sumergirse por haber osado una vez ante su pupila sucumbir".
Así pues, los griegos llaman Hélice a esta osa.
Tiene siete débiles estrellas en la cabeza; dos en cada oreja; una en la espalda; una brillante en el pecho; una en la pata delantera; una brillante en el lomo; dos en el muslo posterior; dos en el extremo de la pata; tres en la cola. Veinte en total.
NOTA: Septentrión: "Siete bueyes", esto es, las siete estrellas que tiran del Carro.
Fuente:
Higinio. Fábulas mitológicas
Alianza Editorial, Madrid, 2009
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