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El samán de Güere en 1857, foto de Pál Rosti |
Poco tiempo antes de morir el Barón Alejandro de Humboldt recibió la visita del fotógrafo húngaro Pal Rosti, quien viajó a América siguiendo los pasos del sabrio. En esa ocasión le obsequió, entre otras, una foto del samán de Güere tomada en 1857. Humboldt, emocionado, al ver de nuevo el árbol que había descrito, y llevándose la mano a la frente, expresó:
"Este hermoso árbol está lo mismo ahora que hace sesenta años: ninguna de sus ramas se ha doblado; está exactamente tal y como lo contemplé con Bonpland". Otra versión asegura que el sabio Humboldt habría dicho:
"Así mismo lo vimos Bonpland y yo cuando jóvenes y llenos de vitalidad visitamos Venezuela. Hoy estoy viejo y cansado pero los años no parecen haber transcurriodo para este viejo árbol".
¿Cómo lucía el famoso samán en febrero de 1800? Alejandro Humboldt lo describió en su diario de viajes (
Maravillas y misterios de Venezuela. Libros de El Nacional, Caracas, 2006):
Al salir del pueblo de Turmero, a una legua de distancia, se descubre un objeto que se presenta en el horizonte como un terromentero, como un tumulus cubierto de vegetación. No es una colina ni un grupo de árboles muy juntos sino un solo árbol, el famoso Samán de Güere, conocido en toda la provincia por la enorme extensión de sus ramas, que forman una copa hemisférica de 576 pies de circunferencia. El samán es una vistosa especie de mimosa, cuyos brazos tortuosos se dividen por bifurcaciones. Su follaje tenue y delicado se destacaba agradablemente sobre el cielo. Largo tiempo nos detuvimos debajo de esta bóveda vegetal. Uno de los lados del árbol estaba por entero despojado de sus hojas a causa de la sequía, y en los otros quedaban a un mismo tiempo hojas y flores. Cubren los brazos y desgarran su cortesa tilandsias, loranteas, pitahayas y otras plantas parásitas. Los habitantes de estos valles, y sobre todo los indios, tienen veneración por el Samán de Güere, que parecen haber hallado los primeros conquistadores poco más o menos en el mismo estado que hoy lo vemos. Desde que se lo viene observando atentamente no se lo ha visto mudar de grosor ni de forma. El aspecto de los árboles vetustos es en cierto modo imponente y majestuoso. Así es que la violación de estos monumentos de la naturaleza se castiga severamente en los países que carecen de los monumentops de arte. Supimos con satisfacción que el actual propietario del samán había promovido un juicio contra un hacendado que había tenido la temeridad de cortarle una rama. La causa fue pleiteada y el tribunal condenó al hacendado. Cerca de Tuirmero y de la hacienda de Cura se hallan otros samanes con el tronco más grueso que el de Güere, pero su copa hemisférica no tiene igual amplitud.
El Samán de Güere fue decretado monumento histórico nacional en 1933. Ya había comenzado su decadencia, causada tal vez por la eliminación ("limpieza", dirían algunos) de las "tilandsias, loranteas, pitahayas y otras plantas parásitas" que alguna vez se le practicó. Ya para mediados del siglo XX estaba casi muerto; hoy lo que quedan son restos. No fue estéril este árbol, pues por su fama y renombre se procuró reproducirlo. Quizá el más famoso de sus hijos sea el Samán de la Trinidad, cerca del Panteón Nacional, en Caracas, que ha sobrevivido a pesar de los abusos y la incuria.
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Samán de la Trinidad. Imagen tomada de www.latierraprimero.blogspot.com |
No se cuantos años puede vivir un samàn y mucho menos cuantos años ya tenía cuando abrigò a su sombra todo el ejército libertador. Solo que, por supuesto, era un árbol enorme, mas que adulto. Pero siempre he creìdo que acelerò su final el homenaje que quiso rendirle el general Gòmez cuando ordenò que fuera rodeado por la carrretera Valencia-Caracas y construir la redoma en la cual se erguía, ornamentada por lanzas que se dice habían pertenecido a dicho ejército. Lo cierto es que sospecho que algún daño pueden haber causado a sus raíces ambas construcciones.
ResponderEliminarEl exceso de cuidos puede matar a cualquier planta. Mejor hubiera sido dejarlo tranquilo y que la naturaleza siguiera su curso. Tus sospechas son fundadas.
EliminarYo no creo que aquel barandal con fusiles y el pórtico creo inaugurado para el Centenario de Carabobo o algo antes haya sido la causa y en realidad hacia la segunda década del siglo pasado el camino que tuvo acaso toda
ResponderEliminarla vida bien que por su envergadura haya sido punto de referencia para su decadencia. Acaso alguna antigua mala intervención o por la misma edad del vegetal alguna enfermedad ya actuaba en su tronco.
Hay un historiado ejemplo de la admiración del Benemérito hacia los árboles y es cuando el ensanche de la Carretera del Este a la altura de Mariperez saliendo de Quebrada Honda/Sta. Inés hacia Petare. Existió a los pies del Monumento "Colón en Golfo Triste" de Cova 1898 arruinado por fanáticos, un gran Caro-Caro hasta hace unos 20 años o más que por su edad y enfermedad y porque una rama caida había matado a un transeunte tuvo que ser definitivamente cortado, el Benemérito en sus tiempos dió la orden de no tocar aquel sagrado vegetal con el ensanche y capa de concreto de la Carretera del Este acaso hacia 1930.
Tal cual.
EliminarRecuerdo ese caro-caro. Mi tía me llevaba de paseo hasta "la matica" en Los Caobos. Creo que lo tumbaron cuando hicieron el viaducto frente a la sinagoga en tiempos de Caldera I, junto con el amochamiento del jardín botánico para ampliar la autopista.
Entre 1971 y 1973 fue sembrado en nuestra Plaza Bolívar de Caracas un hijo del Samán de Güere y colocada una placa conmemorativa hacia el lado Este de la estatua, en los jardines que no sé si todavía esté y cómo esté el arbolito el cual como que nunca encontró la mejor tierra para prosperar como su padre.
ResponderEliminarCuando pasé el Miércoles Santo por la Plaza Bolívar ese árbol parecía muerto. El estado de la jardinería de la plaza deja mucho que desear.
EliminarYo he pensado lo de la carretera porque el nivel de la misma corria por lo menos un metro mas abajo de donde se veía surgir el tronco del Samàn- Aunque puede que estuviera cercado con cemento y no, como infantilmente pensaba, que parte del tronco había quedado bajo tierra. En todo caso estoy segura que al aplanar el terreno para echar el pavimento se debieron llevar por delante algunas raíces de sustentación. Y si, había oído decir que Gomez era admirador de los àrboles y por lo mismo quizo resaltar su importancia y su belleza. Al samàn de La Trinidad lo he visto toda la vida, pero nunca vi al de Plaza Bolívar. Si sobrevivió debe ser hoy dia un señor àrbol
ResponderEliminarEl de la Plaza Bolívar la última vez que pasé lucía muerto. Habrá que pasar otra vez para ver si era una de esas "podas" con motosierra que tanto gusta a los venezolanos.
Eliminar"Al árbol debemos solícito amor, jamás olvidemos que es obra de Dios" así empieza el himno al árbol que no sé de que época es pero puedo decir que el Dia del Árbol se celebra en Venezuela acaso desde o antes de los tiempos de El Cabito y que creo es el 24 de Mayo. Aunque acaso pase desapercibido hoy dia es probable que esas campañas de arborización que se hacen desde hace años recordando por ejemplo las de Banco de Venezuela en los 1974-1976, ellas sean parte no del día de árbol en si sino parte del acto de desagravio que el venezolano le deberá toda su vida al vegetal bien porque es un ser vivo que siente y sufre como por lo que nos brinda y porque ellos no nos pertenecen sino a la naturaleza plena que les rodea : aire, aves e insectos que le brindan cobijo y vida. Nosotros casi como que atentamos y no reaccionamos, demasiados intereses mezquinos y vanales.
ResponderEliminarHe pensado precisamente en un artículo sobre los árboles. Parece que, a pesar de más de un siglo celebrando el día del árbol, la gente los odia. Malo, malo.
Eliminar100% de acuerdo contigo.
Gracias amigo, cuando uno era pequeño se pecaba de no ser tan sensible con los vegetales, no solo los árboles y arbustos pues fíjate que yo puedo ser tan sensible con una mata de cayenas o de rosas como con una enredadera de bellísimas, glorias de la mañana o tango. Ellas nos regalan el colorido de sus flores, retoñan si uno las poda y te alegran en cualquier momento. Cuando estuve en el CEL o en el San Ignacio era El Samán, los Mangos de Villa Loyola (e inclusive la gran mata de tapara que estaba al lado de "la ventanita ) o los jabillos con su explosión de cachitos, convivíamos con ellos pero con el tiempo a muchos nos creció el amor hacia ellos. Si hubiese sido arquitecto hubiese escogido el paisajismo, si hubiese sido constructor mi especialidad hubiesen sido las plazas. Cacarean en estos dias de las intervenciones a nuestras plazas caraqueñas y el traslado de los árboles a otros sitios. Mencionan la Plaza de La Concordia. En 1935-36 los sentimientos de entonces acabaron con un viejo edificio que bien o mal tenía una historia de 100 años. Acabando con el edificio llegó un atractivo proyecto de Carlos Raúl Villanueva y así nació la Plaza de La Concordia que estuvo hasta hace 40 años probablemente inalterada en 40 años de historia hasta que llegó alguno más inteligente o vivo que para sacarle doble provecho acabó convirtiendo despues de otros 40 años en un esperpéntico y ruinoso espacio y los árboles que bien o mal se dieron y sobrevivieron los mueven y trasplantan sin darles la más elemental atención, evidencia de ello son una serie de caobos y jabillos que intercalaron hace acaso unos 10 años al lado de la Comandancia General de la Aviación y que fueron abandonados a su suerte muriendo todos.
ResponderEliminarNo sólo los árboles nos regalen con muchas cosas buenas. La naturaleza hay que verla como un todo, o como tú indicas, ser sensible al reino vegetal. ¿Sipiste que el Samán del colegio desapareció? Allí se levanta el edificio Javier.
EliminarSí hace 40 años y parece mentira, uno recuerda aquellos olvidados espacios como el campo de El Samán o el campo tal, el tierrero para jugar futbol allí sería intolerable para nosotros hoy dia pero entonces eran remotos espacios para "excursionar". Hacia 1972 hacían verbenas en aquellos terraplenes con escuálidas Acacias de Siam y bordeados hacia la calle con jabillos de los que algunos aun existen. En esos terreplenes vi restos dentales de los antiguos habitantes de vaqueras en años remotos. Me conmociona pensar cuando estoy en el CC San Ignacio en el Campo de la Tribuna y la vieja y larga entrada al colegio bordeada de Acacias de Siam que era acaso un árbol muy popular pero que hoy es muy escaso. Ayer le hice una visita a Estudios y el otro dia al Colegio, trabajando en Locatel cercano son parte de mis predios para estirar las patas y ver de paso un centenario bucare con unos impresionantes nidos colgantes como reales obras de arte.
ResponderEliminarEspero sigas bien y que tu salud y resultados te hagan pasar buenos dias.
Buen Provecho, cercano, amigo AMGD
Buenos recuerdos.
EliminarEstoy bien, me hice el examen de electrolitos y nutrientes. Todo salió bien. El lunes me veo con el médico.
Un abrazo y feliz tarde.
Colega , buenas tardes:
ResponderEliminarBue..., los avatares de la vida del vegetal llegaron a su fin esta mañana y mientras le ponía al gran bucare con nidos colgantes que en época de floración su rojo anaranjado de gallitos se percibía desde la esquina de la iglesia de Chacao, mi último gesto de quererle ver con los mismo ojos de admiración, los propietarios de un moderno edificio en construcción en la Av. Ppal de La Castellana esquina con calle El Bosque se daban a la triste tarea de coordinar su desguace. Fin del noble e impresionante vegetal, solo pocos podrán apelar al histórico recuerdo en la mente y recordarle como le recordaré , desde el Banco de Venezuela en la cuadra del frente la vista con El Avila al fondo era de fotografía solo que yo jamás he llegado a la foto digital y con las ganas me quedé.
Pobre papel del arquitecto terrófago no haber aprendido de botánica, conservación y vida.
La gente está cada vez más estúpida. También es falta de las autoridades (nacionales y municipales) que no ponen orden. En Chacao, desde la época de Irene, se han hecho desastres. Pobre árbol.
EliminarPD: Anímate a la fotografía digital, que es muy entretenida y económica.
EliminarNos alegramos todos que haya Abraham para rato, que así sea.-
ResponderEliminarAMGD
Gracias. Ya pasó lo peor.
EliminarLo más probable es que la muerte definitiva del Samán de Güere se deba al descenso del nivel freático del agua subterránea, general en toda Aragua, por la multitud de pozos de regadío que se han excavado para las plantaciones de caña durante todo el siglo XX, la caña de azucar por esa zona se fomentó mucho. El nombre del árbol se debe a la hacienda donde se ubicaba: Güere, de los Tovar desde el s. XVII.
ResponderEliminarSí, también puede ser eso, o una combinación de factores. Lástima que murió.
EliminarEstimado Abraham Quintero:
ResponderEliminarPor una noticia aparecida hoy sábado 21 de septiembre de 2019 con el título de "Un árbol para la eternidad", la curiosidad me llevó a una búsqueda rápida en la red sobre este impresionante ejemplar de la naturaleza. Gracias a ello llegué a este blog. Y aquí me encuentro casi la misma información que viene en el artículo citado y publicado en el diario español El País.
Cómo no va uno a asombrarse con ejemplares como el Samán de Güere. Y fue doble la admiración por este monumento vegetal que, ahora sé, ha muerto, porque por ahí paso el naturalista alemán Alexander Von Humboldt durante su viaje por la América Equinoccial (1799-1804).
Quiero comentarle, estimado señor Quintero, que en mi país, México, tenemos al árbol más viejo del mundo: el indescriptible Árbol del Tule, que se encuentra muy cerca de la ciudad de Oaxaca. Se le calcula una edad de 2,000 años, así como se oye.
Hoy día es un tesoro nacional, continental y mundial. Tengo entendido que la Universidad Nacional Autónoma de México lo tiene a su resguardo. En una visita que hice al pueblo y al árbol de Santa María del Tule hace algunos años, escuché decir que le nació un retoño a dos kilómetros de donde está el árbol, y que está siendo cuidado por un equipo multidisciplinario.
Hoy que la juventud ha desplegado una campaña mundial contra el cambio climático, debemos todos sumarnos con energía a la defensa de la maravillosa biodiversidad de la América Latina, tal vez la más rica del mundo. Y, por supuesto, a velar y cuidar por estos ejemplares que forman parte de la herencia vegetal de los que nos han de seguir.
Le mando un abrazo y sepa usted que soy un admirador de Don José Simón Bólivar quien soñó como una sola a la Gran Patria Latinoamericana.
Juan Carlos Rangel Cárdenas (mi blog se llama El Barrio de Tultenco).