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Algunos libros para ilustrarnos sobre cultura africana.
No soy bueno con el photoshop. |
Hace ya un tiempo anuncié que subiría a esta bitácora algo sobre arte africano (
ver por aquí), y así complacer a Jesús el librero que desea ver mi modesta colección de fetiches. Pensé dedicar un sólo artículo al tema y limitarme a poner las fotos de los objetos sin mucho comentario, mas ahora me parece más interesante incluir primero algo sobre los libros sobre el tema que reposan en mi biblioteca para luego ir colocando, en otras entregas, los fetiches con alguna base documental. Así, creo, tendrá algún valor agregado y no sólo una colección de fotos.
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Les demoiselles d'Avignon, por Pablo Picasso |
Primero lo primero: mi primer contacto con el arte africano fue en bachillerato, cuando en Educación Artística o Historia del arte se tocaba el tema del cubismo. estas eran materias eurocéntricas y en cierta manera exclusivistas. De América se veía poco, de Asia menos aún y África no existía, a excepción del Egipto faraónico. Nos decía el programa de estudios oficial que una exposición de objetos africanos inspiró a unos cuantos jóvenes artistas europeos a lanzarse por una nueva ruta que los llevó al cubismo y que esta ruptura con el academicismo imperante en las generaciones anteriores abrió las puertas al arte moderno. Era momento en que te mencionaban a Pablo Picasso y a
Les demoiselles d'Avignon, cuadro en el que dos de las muchachas tienen rostros que evidentemente parecen máscaras rituales africanas y las otras no iban a la zaga. Buena invitación a conocer el cubismo, aunque un tanto falla por el desconocimiento de los objetos que inspiraron ese cambio. De allí, tal vez, surgió mi gusto por el arte moderno y el deseo de conocer más sobre las expresiones culturales del África subsahariana; mas en Caracas, aún en aquella época de abundancia, era poco lo que había sobre Madre África (me niego a llamarla "el continente negro", porque no es negro, ni es oscuro, tal vez un poco misterioso, pero no negro).
Hay que tener paciencia en la vida. Pocos años después, mientras ejercía en Georgetown (Guyana, país con muy pocas librerías, ninguna bien surtida), al revisar la sección de libros de una tienda por departamentos, me encontré con un volumen que no era gran cosa, pero tenía un título que prometía saciar en algo mi curiosidad, adormecida pero aún viva, sobre el arte africano. Se trataba de
African Art, an Introduction (Hamlyn, Londres, 1974), por Dennis Duerden. Mientras lo leía, pensaba en todas las piezas de museo que lo ilustraban (máscaras, fetiches, objetos diversos) y en lo lejos que estaba de verlos de cerca, y mucho menos de tener alguna pieza como esas. Lo más próximo que estaba era viendo las obras de artistas afro-guyaneses, que si bien eran interesantes, respondían a la propaganda racista del PNC. Llegué a comprar una pequeña escultura en madera, obra de Philip Moore, pero ya eso no es África, sino América.
El libro de Duerden, en efecto, me aclaró muchas dudas y me confirmó muchas de mis sospechas:
Los no-africanos, por siglos, han menospreciado a los africanos como un pueblo "retrasado", con una organización social sin sofisticación, una primitiva manera de vivir y un arte burdo. Pero, a pesar de que las bien conocidas máscaras de madera tallada y pintada con frecuencia parecen inacabadas y sin atractivo para los ojos occidentales, también parecen tener un extraño y poderoso secreto suyo, lo cual turba porque estamos excluidos de ella. El arte africano, de hecho, no es arte en absoluto, en el sentido occidental de algo hecho por un artista para ser colgado de las paredes de la casa de un connoisseur, y admirado. Las máscaras en particular son una parte viviente de la vida diaria de gente del común que les ayuda durante las ceremonias de aldea para expresar sus sentimientos acerca de la sociedad en la cual viven, su lugar en la compleja estructura social, sus temores, ambiciones, frustraciones y alegrías. Su vida consiste en un extremadamente complejo juego de fuerzas religiosas, sociales y políticas, cuidadosamente balanceadas para producir un estable pero adaptable marco para que cada individuo dirija una existencia plena en armonía con la naturaleza y sus congéneres.
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Máscara africana y cabeza femenina picassiana
Tomada de www.ellapizdemontse.blogspot.com |
A pesar de que es sólo un texto introductorio a un mundo complejo, el autor desarrolla sabiamente su esquema de trabajo, iniciando desde la sociedad africana desde el punto de vista geográfico e histórico, la mitología, las artes y, muy importante, África en contacto con el mundo occidental, en particular con el arte. Muy bueno para ser un libro básico. Lejos estaba yo de saber que 20 años más tarde tendría el placer de ver muchos de estos objetos: máscaras, fetiches, instrumentos rituales, textiles, mobiliario y un sinfín de cosas interesantes.
Ni nuevo encuentro con el arte africano fue en Namibia, donde fui acreditado. La embajada estaba ubicada en pleno centro histórico de Windhoek, donde estaban las mejores tiendas, restaurantes y la única librería de la ciudad que se podía llamar como tal. Entre las tiendas, recuerdo una en particular ubicada en Independence Ave., en una de las casas más antiguas: B
ushman Art Gallery (sigue allí). Allí no sólo vendían recuerdos,
"tourist art", artesanías y cosas curiosas, sino que, al fondo de la tienda tenían un verdadero tesoro de objetos de toda África subsahariana, en particular del Congo, Angola y Zambia. recuerdo como si fuera hoy mi primera visita a la trastienda. No lejos de allí, detrás de la Embajada quedaba Gutemberg Platz, un pequeño centro comercial donde estaba, entre otros establecimientos, la librería, atendida por una culta dama germano-namibia.
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Independence Ave. en Windhoek. En una de esas casas alemanas queda Bushman Art Gallery, en el edificio azul y blanco del fondo funcionaba la Embajada de Venezuela y en el edificio marrón (atrás) el Hotel Kalahari Sands. En
la calle paralela, detrás de la Embajada queda un pequeño centro comercial: Gutemberg Platz |
También habían buhoneros que no sólo vendían artesanías sino también viejos fetiches africanos, algunos verdaderos y otros falsos. Lo que más me llamaba la atención de estos "vendedores informales" era la formalidad de su trabajo y la limpieza de los lugares una vez que se habían retirado. Me hacían recordar la patria lejana y comparaba... Pues bien, las comparaciones son siempre odiosas. Namibia es un país bien organizado, limpio y eficiente, y hasta los buhoneros son respetuosos del orden. Windhoek, es una ciudad extremadamente limpia. ¡Dios los guarde!
Así, en Bushman Art compré la mayoría de mis fetiches y en la librería los textos para educarme. El primer libro fue una verdadera trouvaille:
Africa, the art of a Continent (Prestel, Munich, 1999) editado por Tim Phillips en ocasión de la exhibición del mismo nombre celebrada en la Royal Academy of Arts, Londres, octubre de 1996 - enero de 1996. Es un grueso volumen profusamente y bellamente ilustrado (620 páginas con 854 ilustraciones, de las cuales 801 son a todo colo), en cuya tapa aparece una escultura de bronce del reino de Benin, que me recordaba mi primera compra en la galería. De inmediato lo compré y aún lo atesoro; me ha aportado muy buena información y me entretengo hojeándolo de cuando en cuando. Son piezas de calidad de museo, nada que uno pueda adquirir con un sueldo de empleado público, pero allí están las imágenes y la información. La solapa nos indica:
Los contenidos están arreglados geográfgicamente en un gran tour que divide el continente en siete áreas. Comenzando con Egipto Antiguo y Nubia, el tour procede a través de Etiopía, y Sudán hacia la costa oriental y austral de África; luego se mueve a través de África central a las áreas costeras de áfrica Occidental y los países de la región sub-sahariana. El sondeo concluye en el norte de África, concluyendo con una disertación sobre Egipto y sus períodos cristiano e islámico.
En cada una de estas siete secciones los objetos están organizados en un orden cronológico amplio. Ellos demuestran el amplio rango de estilos del arte africano, inspirado por diferentes religiones y culturas, y la igualmente sorprendente variedad de materiales, desde estiércol hasta oro, incluyendo bronce, marfil y terracotta, así como también magníficas tallas de madera de todo el continente. Obras de arte de las más importantes colecciones públicas y privadas de Europa y los Estados Unidos están yuxtapuestas con lo mejor de África misma.
Después compré otros libros, más por curiosidad intelectual que por necesidad de identificar las piezas de museo que no tengo, sino para ver un África diferente a la de las tiranías, guerras, tragedias y explotaciones. He aquí otros de la colección:
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Africa Art and Culture (Prestel, Munich, s/f). Presenta la colección africana del Museo Etnológico de Berlín, que "contiene grupos únicos de objetos, tales como las esculturas de terracotta (excavadas por Leo Frobenius), bronces raros de Benín, obras maestras de Camerún, Gabón y Togo y esculturas y máscaras de África Oriental. La edición estuvo a cargo de Hans-Joachim Koloss. 240 páginas, con 162 ilustraciones a color y 42 en blanco y negro. Muy ilustrativo este libro. |
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African Forms, Art and Rituals (Assouline, Nueva York, 2001), por Laure Meyer. "...ilustra un aspecto del arte africano que ha sido largamente descuidado por otros libros. La escultura africana y arte son difíciles de descifrar por ellos son almo más que una muestra del ?arte por el arte'. El arte africano está basado en valores religiosos y filosóficos.
Las piezas son creadas no sólo para el patrón, sino para la comunidad entera, usando
un lenguaje de forma para que la sociedad entiendo lo que no se puede poner en palabras".
El volumen contiene 70 láminas a color, 7 en blanco y negro y 200 páginas. |
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Early Art and Architecture of Africa (Oxford University Press, 2002). Pertenece a la colección de historia del arte de esa editorial universitaria. "Esta nueva historia de más de 5000 años de arte africano revela por primera vez su verdadera diversidad. retando siglos de errores que han oscurecido la naturaleza sofisticada del arte africano, Peter Garlake usa las últimas investigaciones y hallazgos arqueológicos para ofrecer nuevas y excitantes miradas al período entre 20.000 a C. y 1500 d C. Todas las regiones están cubiertas: África austral, Nubia, Aksum, el río Níger, África occidental, Gran Zimbabue y la costa oriental africana". Contiene 112 ilustraciones, de las cuales 64 a todo color. |