Ángel Rosenblat |
El primer artículo se titula Vamos a pegarnos unos palos (Tomo II, pág.112-118):
Estamos ante uno de los temas de mayor seducción, desde el punto de vista filológico. El palo es el trago alcohólico o la copa de licor: "Chico, vamos a pegarnos unos palos", "Se echaron unos palos y se rascaron enseguida". Este uso tiene por lo menos un siglo...
Pegarse un palo parece lo más antiguo, aunque ahora es más frecuente echarse un palo o tomarse un palo...
Un palo |
Para el bebedor, copa y trago suelen ser una sola y misma cosa. Por eso palo designa una cantidad habitual que se sirve en una copa: "Sírvame un palo de brandy". Y se llama "palo de músico" (por el que se acostumbra a brindar a los músicos en fiestas y reuniones, para estimularlos), el "palo abundante", un whisky con mucho whisky, una copa bien llena (en la época de Lisandro Alvarado eran diez centímetros cúbicos de ron). Y se dice: "Se está echando un palo de músico". O bien: un "palo de cochero", "un palo de pantalón largo". Y es tan general ese valor de palo, que los ingredientes o tapas que acompañan a la bebida se llaman pasapalos, hasta en las recepciones de la Casa Amarilla.
¿De dónde viene ese uso de palo por trago o copa? Creemos haber resuelto el problema. Esta expresión se siente hoy en Venezuela como derivada del valor venezolano de palo. Pero es al revés. Estar a medio palo por estar medio bebido. Por lo menos tiene, como hemos visto una extensión geográfica mucho mayor (Colombia, Guatemala, El Salvador, Yucatán, las Antillas, el habla de los marinos españoles y hasta Portugal). Y hemos visto también que es la transformación, producida en el habla marítima, de otra del castellano general: estar a medios pelos.
Muchos palos |
Estar a medio palo ha sido una expresión productiva. De ella ha surgido estar "a palo entero", "estar a palo seco", y en Lara "estar a medio jebe". En Canarias se bebe a palo seco cuando el tanganazo o el trancazo es grande y no se le pone su armadero, que es nuestro pasapalo. En España se puede decir del semiborracho: "Tiene media copa". De estar a medio palo ha salido sin duda palo con el valor de copa o trago. Pero el paso se ha producido a favor de una vieja equivalencia entre trago de alcohol y golpe. Una equivalencia que encontramos en una serie impresionante de expresiones venezolanas... (Don Ángel nos cita las expresiones tarrayazo, trancazo y lepe, y unas quince más).
La asociación entre trago, golpe, latigazo, garrotazo, se siente muy viva, y no es puro juego verbal. Palo, dentro de ese conjunto, tiene la ventaja, y eso explica sin duda su fijación y su fecundidad, de significar a la vez recibir el garrote y el garrotazo: "tener un palo", "recibir palos", dar palos. Cuando uno bebe un trago fuerte y "lo acusa", es frecuente que diga: "Me pegó el palo", "Me castigó el palo", "Me regañó el palo", "Me golpeó", "Me pegó duro". De ahí simplemente pegarse, cuyo valor específico lo dan las circunstancias o el contexto. (...)
Palazón en potencia |
Resumanos, pues. Estar a medios pelos del castellano dio en el habla marítima estar a medio palo, en que palo es el mástil del barco. Ése es el punto de partida. Al extenderse la expresión en tierra firme, salió de ella, probablemente en Venezuela, porque es donde tiene más vitalidad, el uso de palo con el valor de trago o copa, porque se encontró con una serie de equivalentes: trancazo, guamazo, lepe, tarrayazo, chinchorrazo, tequichazo, lamparazo, etc.Ésta es la amplia estación de llegada. Y el uso pudo fijarse y extenderse, sobre todo, porque los efectos del alcohol no suelen ser los de una suave caricia femenina. Del que se encuentra bajo los efectos de los palos, se dice habitualmente que está golpeado, pelado, apaleado o paloteado, o que ha recibido una tremenda paliza. La culpa -ha dicho alguien- es de Colón, que para descubrir América salió del Puerto de Palos.
Muy buena explicación, con tu inigualable ironía y sarcasmo...
ResponderEliminarLa explicación te la pedí para mí, segura de que me complacerías, como siempre!
Los mallorquines, isleños y gente acostumbrada a ver pasar infinidad de culturas por sus tierras, son permisivos, pero no hacen suyas esas costumbres y luchas por preservar lo poco que les queda de la suya. Sin embargo, conozco a algunos, personas muy cultas y viajadas, que si utilizan ciertas palabras del léxico venezolano cuando hablan conmigo. Tengo una anécdota muy graciosa, de un día que iba por la universidad y oí que llamaban a "Margarita", pero no me giré por la cantidad de Margaritas que hay aquí; entonces escuché un potente: "Coromotoooooo", me giré sorprendida y me dijo: estaba seguro de que sabrías que era contigo. Este amigo me invita a tomar un "guayoyo" en lugar de café...
Esperando la siguiente entrega, me voy a echar un palito.
Muchas gracias!
Claro, no todos son caníbales. Debe haber de todo. A quien tuve en mente es a esa amiga tuya (se me olvidó el nombre) la que se molestó porque dejé de ser su "amigo" en facebook. Ella no sabía lo que era un cochino y tuve que explicarle lo de los sinónimos en castellano. El de mañana es simpático. Ya lo verás.
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