domingo, 10 de marzo de 2013

Nuestra Señora de Atocha, la Virgen negra de Montalbán

El rostro moreno de la Virgen de Atocha en Montalbán
Foto clortesía de Mayte Navarro

Ayer conversaba con Mayte, amiga de toda la vida, sobre lugares de Venezuela que valía la pena visitar. Me mencionó los Altos de Carabobo y en particular el pueblo de Montalbán, donde se venera desde el siglo XIX una imagen de la Virgen de Atocha. Agregó que tenía unas fotos que había tomado en un viaje a la zona y que me las enviaría por correo electrónico, como de hecho lo hizo mientras conversábamos por teléfono. Se lo agradezco porque esta es una de las advocaciones marianas de la lista del Padre Barnola.

En Venezuela, al contrario que las advocaciones del Rosario, el Carmen, la Inmaculada Concepción, Candelaria o Altagracia, la devoción por la Virgen de Atocha es fundamentalmente doméstica, por tradición familiar. Alfredo Armas Alfonzo, en su libro La tierra de Venezuela y el cielo de sus santos (Armitano, Caracas, 1977), nos habla de esta devoción:

La Virgen negra de Atocha nunca ha estado ausente en las oraciones del pueblo cristiano de Venezuela a la hora de enfrentar las calamidades que les proporcionaron terremotos, inundaciones, pestes, sequías, plagas, incendios  guerras, saqueos, alzamientos, disturbios políticos, dictaduras, hambrazones cíclicas, carestías, todo cuanto fenómeno ha adversado en un momento dado la paz social y la tranquilidad colectivas. La invocación no ha pasado de tener un carácter atribuible más bien a una circunstancia folklórica más que religiosa. El culto a la virgen negra no prevaleció y se propagó como otras tantas advocaciones marianas, a pesar de que, por el color de la piel de la santa, su patronazgo conviniera más adecuadamente al interés solidario de masas de población de un tipo étnico determinado...

Imagen de la Virgen de Atocha en su nicho
La imagen que se venera en Montalbán, estado Carabobo, no tiene historia de milagros ni portentos, sino una pura fe, vinculada a las vicisitudes políticas y guerras de la Venezuela del siglo XIX. Se la puede admirar en la Iglesia parroquial de ese pueblo, de la cual ni siquiera es la titular, y sin embargo atrae a numerosos fieles. Tiene una historia interesante que nos narra Armas Alfonzo:
El culto de la Virgen de Atocha tiene su sitio en Montalbán, tierras de café que son todavía en jurisdicción del Estado Carabobo, y fue devoción de la familia del Comandante Andrés Pérez, con presillas ganadas en el Campo de Carabobo bajo las banderas patriotas (...) A la siembra y beneficio del grano se ocupaba el guerrero cuando se produce el estallido de la Guerra Federal, y arriba a Montalbán el mismo General Juan Crisóstomo Falcón para reclutar entre el campesinado de las haciendas los quinientos hombres que habrían de componer los primeros batallones del ejército liberal. El hijo del Comandante Andrés Pérez, Andrés Pérez Ortega, tomó partido entre las tropas conservadoras y salió en defensa del gobierno constitucional del Presidente Designado doctor Pedro Gual, en la Vicepresidencia Don Manuel Felipe Tovar, más tarde, en ese violento tiempo de inestable paz social de los cruciales cinco años de 1859 a 1864, el General José Antonio Páez...
Imagen de la Inmaculada Concepción,
titular de la Iglesia de Montalbán.
(...) Y al llamado de las armas abandona Aragüita (su hacienda cafetalera) el conservador de la familia, pues antiliberales eran Andrés, la madre y sus hermanos Nicomedes, Carmelita y María de la Paz, que ante un altar del cuarto, de rodillas ante un cuadrito de la Virgen negra, encomiendan a Dios la suerte del hijo y hermano. Con tal que lo salve la Virgen de Atocha, hacen promesa de darle a la Iglesia de Moltalbán una imagen suya, tamaño del natural que harían traer desde España. Se obligan también a propalar su devoción.
Las oraciones fueron escuchadas, pues en 1874 la familia Pérez Ortega cumple la promesa y dona la imagen a la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Montalbán.
Era tradición de las mujeres de la familia de los donantes ofrendarle -agrega Armas Alfonzo-, para vestirla , sus trajes de novia. La primera en hacerlo fue María Qüenza Pérez de Qüenza (...) La última la esposa del hacendado cafetalero, poeta y cronista Torcuato Manzo Núñez, cuya información sustantiva sobre la tradición de la Virgen de Atocha de su pueblo nutre este relato.
La advocación de la Virgen de Atocha es madrileña y tiene una larga historia sobre su origen y el color moruno de su piel:
Imagen original de Nuestra Señora de Atocha, Madrid
El color oscuro de la piel de la Madre y el Niño, tiene que ver en la tradición con un fenómeno por demás sobrenatural. Se la veneraba en el pueblo de Las Vegas, cercano a Madrid, cuando se sucede la invasión de los moros. Entonces se la conocía como Nuestra Señora de Antioquía, por darla como oriunda de esa ciudad de Siria, de donde la llevó a Madrid uno de los Apóstoles. Tuvo ermita en un arrabal de la capital española, cuyas tierras  se usaban para el cultivo del esparto o atocha (...) Vienen las hordas y la gente antes de huir piensa en salvar la imagen, y lo que hacen es emparedarla en su mismo nicho, frisando luego con la misma argamasa del resto de la pared de la capilla la señal exterior del nuevo ladrillo piedra o barro. a los tres siglos, expulsados los infieles, volvieron a la luz a Nuestra Señora de Atocha. Ante ella ardía, como el primer día en que se la encendió tres siglos antes, previo al emparedamiento, la lámpara de aceite con que quiso agradecerle un favor, una devota. El tizne del humo había ennegrecido la piel de madre e hijo, no así el corazón en llamas que porta ella en su mano derecha ni el mundo que sostiene éste en su izquierda.
Esta mañana, cuando investigaba en Internet para ampliar en algo esta información me topé con la página de la basílica de Nuestra Señora de Atocha en Madrid (aquí). Allí encontré la imagen sedente original. Por muchos años los fieles la creyeron pedestre (como la imagen de Montalbán) por la costumbre de revestirla con ropajes, entre ellos los trajes de boda de varias reinas de España,  que la hacían ver más alta y voluminosa de lo que en realidad es.

Detalle de la Virgen y el Niño.
Nótese que las coronas se parecen a la que porta la imagen madrileña

3 comentarios:

  1. Fascinante, tengo pasión por las Virgenes negras, no conocía a esta. Tienes página de FaceBook, para estar pendiente de tus escritos? Yo soy alicia torres en FB( Caracas), búscame si publicas por allí, porfa.

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    1. Gracias. Puedes chequear las entradas bajo la etiqueta "Advocaciones marianas".

      Tengo mi perfil en FB, donde coloco todo lo que publico por aquí. El nombre es el mismo: Abraham Quintero.

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  2. Excelente historia. Primera vez que la escucho. Muchas gracias. Me considero Mariano. Bendiciones a tod@s.

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