lunes, 30 de abril de 2012

Nuestra Señora de Coromoto I

Reliquia de Nuestra Señora de Coromoto
Patrona de Venezuela

Los católicos dedicamos el mes de mayo a honrar a la Santísima Virgen María, Madre de Dios. Con tal motivo voy a subir en los próximos días varios artículos sobre las diversas advocaciones marianas que tienen especial significación para los venezolano. Dedico esta primera entrega a la reliquia que dejó la "bella Señora"en manos del cacique Coromoto el 8 de septiembre de 1652. Dejemos que sea el padre Pedro Pablo Barnola SJ, quien nos refiera algo sobre esta santa reliquia, tomada de su obra LA SANTÍSIMA VIRGEN Y VENEZUELA, en su edición de 1980

Esta imagencita es muy pequeña; tiene forma ovalada, del tamaño aproximado de la moneda de un bolívar. Su medida exacta es de 27 milímetros de alto por 22 de ancho. Es de material muy tenue, como de "un papel de seda", dice un viejo documento. El Obispo Martí dice: "Parece de impresión, a la manera de las imágenes impresas en papel". Un examen directo y minucioso parece indicar que se trata de un como pergamino con rayitas y puntos, al estilo como de un trazado a tinta china.
La Virgen aparece sentada debajo de un camarín rústico, coronado por un arco cañizo en forma de portal y sostenido por finos soportes, que luego los pintores inexactamente transformaron en columnas enlazadas con un arco.
Una hermosa corona engrandece la figura de la Virgen, y un velo blanco le cae con gracia sobre los hombros. El manto es de color carmesí oscuro. Ese color con el tiempo se ha desvaído mucho.
En su origen la Virgen mostraba en su regazo el Niño Jesús. Pero hay testimonios escritos del año 1746, cuando se observó que por efecto de algún insecto que entró al relicario se dañó la imagen y la figura del Niño desapareció casi del todo. Posteriormente, en un desacertado manejo en que se rompió el vidrio de dicho relicario, toda la santa imagen sufrió nuevo y lamentable deterioro, dejándola tan borrosa como hoy la observamos, si bien la cara, las manos y la corona de la Virgen y algún otro pormenor se distinguen con alguna claridad.
Las actuales imágenes y reproducciones, pintadas o en escultura, generalmente divulgadas entre los fieles, no se han ajustado del todo al sagrado original. Pero dan alguna idea que ayuda para conservar y aumentar la piedad.

El padre Barnola murió murió en 1986 y no llegó a ver los resultados de una investigación más profunda de la Reliquia de la Coromoto y, a pesar de que sus observaciones se hicieron a través del vidrio del relicario, eran muy acertadas. En la próxima entrega publicaré los resultados de la restauración completada hace dos años.

Estampa con la representación
tradicional de
Nuestra Señora de Coromoto

Transcribo de un catecismo de 1757, el Ave María en lengua cumanagota:

ApocataK Santa María *
auya tutche mana * gracia
temere * Dios ayaker mana, *
amuere poKmano * temere
huaricham yopoy, * amner Jesus
pokmanone.
* Santa María * Dios chan, *
amna timaztazam pueke *
enepecatKe * chahuaná, amna
vaKpuir pueke * amna vechriau
yaker * Enneca nehi Jesus.

Y otro en lengua achagua, de 1762:

Dios salve vyuji Maria
casiamuta vyuji gracia yaca,
guacaresi ia giagieha bendita
vyuji naiberre ginarrucabenay
maqueni bendito vyuni taba
gibabei giabai ita Jesus.
Santojo maia Dios yatua yemau
guabicaucha Cagiennabenicabi
chabacajade guataricanata taba.
Amen Jesus

viernes, 27 de abril de 2012

VELORIO DE CRUZ DE MAYO II

Cruz de Mayo
Dirección de Cultura de la UCV
Tomada de la página de la Escuela de Trabajo Social
La celebración de la Cruz de Mayo no es exclusiva de Venezuela, sino que también se observa, de maneras diversas, en el sur de España, Canarias y otros países de la América hispana. En Venezuela donde no se celebra es en una región comprendida por los estados Zulia, Mérida y Táchira que, coincidencialmente, durante el período colonial formaban parte del Obispado de Mérida de Maracaibo.

Las actividades comienzan los días previos a la celebración de la fiesta; es decir, a finales de abril, con la preparación del altar donde se colocará la cruz por parte de las cofradías o particulares encargados de la fiesta. La cruz se adorna con papeles de colores, frutas y cirios encendidos.

A partir del 3 de mayo hasta fin de mes se efectúan los Velorios de Cruz, desde tempranas horas de la noche hasta el amanecer, ocasión en las que los fieles participan y muestran su devoción de diversa manera, de acuerdo a las usanzas regionales. Generalmente estos velorios se realizan en los salones principales o en el patio de las viviendas, o en un sitio público si existe una cruz comunal.

En líneas generales los fieles se reunen en torno al altar, donde invocarán a la Santa Cruz, se rezará o cantará un rosario y luego versos que anunciarán cantos. Es una ceremonia entre religiosa y profana que se convierte en fiesta comunitaria. No se acostumbra el baile, pero cuando se baila (en los llanos y oriente, el joropo y en la zona central el tambor), previamentese retira la cruz, se le da vuelta o cubre con una sábana. Corresponde a las familias que organizan el velorio preparar las comidas y bebidas típicas para ofrecer a los invitados y garantizar la animación de la fiesta hasta el amanecer.
José Julián Villafranca y el Quinteto Montes
Velorio efectuado en Cumaná, estado Sucre
Tomada del Atlas de Tradiciones Venezolanas
Fundación Bigott

Cada región tiene sus propios cantos y manifestaciones. En la región central se cantan fulías y se recitan décimas a la Cruz; en Oriente, además de las décimas se cantan jotas, galerones, malagueñas y puntos, mientras que en el llano se cantan tonos de velorio. Cada región también tiene sus instrumentos musicales favoritos para la ocasión. Por ejemplo, en la región central, donde hay un predominio de cultura afrovenezolana, generalmente se toca la tambora de velorio o tamborita, acompañada de una charrasca y las palmadas de los presentes; en el llano se prefiere el cuatro para acompañar los tonos, mientras que en el oriente se musicaliza al son del cuatro, la guitarra, la bandola oriental y el tambor cuadrado.

Indudablemente las décimas son parte importante en los Velorios de Cruz y son muestra del origen antiguo de esta celebración. Son composiciones poéticas formadas por diez versos octosílabos agrupados en A B B A A C C D D C. Si el tema es religioso, como por ejemplo una invocación a Cristo, la Virgen o los santos se les llama a lo divino, mientras que si el tema es histórico, mitológico, o sentimental es a lo humano. A continuación transcribo unas décimas de contrapunteo, muy antiguas, recopiladas por el Prof. Efraín Subero y publicadas en su libro La décima popular venezolana. Se cantaron en un Velorio de Cruz celebrado en Marigüitar, Margarita, a principios del siglo XX:


Primero Pablo Marcial Rivera

Llegó Sandalio a este hogar,
¿de dónde vino este hombre
que llegó con tanto nombre
a cantar en este altar?
dime, Sandalio, ¿qué tal,
tu familia quedó buena?
traes tú la cabeza llena
de versos inteligentes
podemos cantar, decentes,
donde el instrumento suena.

Responde Sandalio

Yo no lo conozco a usted
y usted me conoce a mí,
quiero que me diga aquí
cuando me cante después,
para saber de una vez
diga quién fueron sus padres
a quién pusieron compadre,
diga quién fue su padrino
que le enseñó a hacer el signo
de la Iglesia, Santa Madre.

Pablo Marcial Rivera

Me llamo Pablo Marcial,
Rivero por apellido
y Valderrama, mi amigo,
ese es mi nombre total.
También voy a explicar
de mis padres quiénes fueron,
fueron Benito Rivero
y Basilia Valderrama
y me bautizó en Santa Ana
mi padrino José Coello.

Sandalio

Ya que me dijo su nombre
con apellido completo,
le pregunto con respeto
y quiero que no se asombre
Si no recuerda el pronombre
quiénes fueron sus abuelos,
los que pasaron desvelos
cuando lo solían mecer
y así verlo crecer
con la bendición del cielo.

Pablo Marcial Rivera

Francisca Javiela Brito
y Juanico Valderrama
era como se llamaban
mis queridos abuelitos,
y Rosa Jacinto Brito
y Pedro José Rivero
fueron mis otros abuelos
por la parte de mi padre
y por parte de mi madre
son los que dije primero.

Para ver la primera parte de este artículo entrar por aquí.

jueves, 26 de abril de 2012

VELORIO DE CRUZ DE MAYO I

En casi toda Venezuela se celebra el Velorio de Cruz de Mayo, que es una fiesta tradicional de origen muy antiguo, en la que se conjugan  la veneración a la Cruz de Cristo y celebración de la llegada de la estación lluviosa, o "entrada de aguas". Lo más probable es que nuestro Velorio proceda de la cristianización, por obra de los misioneros, de una fiesta indígena de la fertilidad.

Primero revisaremos la celebración religiosa de la Santa Cruz. Actualmente el calendario católico contempla la celebración de la Exaltación de la Cruz o Exaltatio Sanctae Crucis  (14 de septiembre), mientras que, con los cambios litúrgicos, ha caído en desuso la fiesta de la Inventio Sanctae Crucis  o Invención de la Santa Cruz (Invención no de "inventar", sino en en sentido latino de Invenire -hallar- por lo que también se le conoce como Hallazgo de la Santa Cruz, que se celebra el 3 de mayo). Las iglesias ortodoxas siguen observando ambas fiestas con gran solemnidad.

Documentándome sobre el tema, encontré en la página CATHOLIC.NET lo relativo a la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre) aparece lo siguiente, que no es del todo exacto:
Santa Elena,
madre del Emperador Constantino
Hacia el año 320 la Emperatriz Elena de Constantinopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo, La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubrimiento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia. 
Años después, el rey Cosroes II de Persia, en el 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo. Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo y recuperó la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año. Para ello se realizó una ceremonia en la que la Cruz fue llevada en persona por el emperador a través de la ciudad. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz.
La inexactitud es frecuente entre las páginas católicas. Según ACIPRENSA, que le cambia el nombre al Emperador Heraclio:

Santos Constantino y Elena
Icono ortodoxo
La Iglesia en este día celebra la veneración a las reliquias de la cruz de Cristo en Jerusalén, tras ser recuperada de manos de los persas por el emperador Heráclito. Según manifiesta la historia, al recuperar el precioso madero, el emperador quiso cargar una cruz, como había hecho Cristo a través de la ciudad, pero tan pronto puso el madero al hombro e intentó entrar a un recinto sagrado, no pudo hacerlo y quedó paralizado. El patriarca Zacarías que iba a su lado le indicó que todo aquel esplendor imperial iba en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo cuando iba cargando la cruz por las calles de Jerusalén. Entonces el emperador se despojó de su atuendo imperial, y con simples vestiduras, avanzó sin dificultad seguido por todo el pueblo hasta dejar la cruz en el sitio donde antes era venerada. Los fragmentos de la santa Cruz se encontraban en el cofre de plata dentro del cual se los habían llevado los persas, y cuando el patriarca y los clérigos abrieron el cofre, todos los fieles veneraron las reliquias con mucho fervor, incluso, su produjeron muchos milagros.

De cualquier manera, lo que celebran los campesinos venezolanos no es otra cosa que las exploraciones arqueológicas de Elena, madre de Constantino y viuda de Constancio Cloro, en Jerusalem entre los años 325 y 327, luego del Concilio de Nicea, cuando se buscaba el lugar de la sepultura de Jesús. Consiguió muchas cosas bajo el templo de Venus que mandó a derruir. Ese templo venéreo había sido construido por órdenes de Adriano luego de haberle cambiado a la ciudad santa su nombre por Elia Capitolina. Para saber más sobre el tema, ingresar al artículo Lignum Crucis.

En la segunda y última parte de este artículo describiremos cómo celebramos la Cruz de Mayo. Para continuar, entrar por aquí.

miércoles, 25 de abril de 2012

Mundo, demonio y carne

Mundo, demonio y carne,
Novela de Michaelle Ascencio.
Portada
Desvelado una madrugada, leí MUNDO, DEMONIO Y CARNE, novela de Michaelle Ascencio (Alfadil, Caracas, 2005). Me sorprendió gratamente por su lenguaje exquisito y ágil, además del excelente tratamiento del tema.

Es una novela histórica que se desarrolla el Septenio guzmancista (1870-1877) y aún así no pierde actualidad por cuando describe la actitud de la sociedad en momentos de crisis.
Es también una novela femenina y feminista (aunque no militante). En sus páginas aparecen los diversos tipos de mujeres venezolanas que dan la cara y son firmes, frente a actitud del hombre venezolano de no comprometerse y esquivar la responsabilidad. La recomiendo ampliamente.
Como un bono extra para los amantes de las cosas antiguas, la autora incluyó el plano del convento de las monjas carmelitas descalzas de Caracas y un grabado de Ramón Bolet del convento convertido en Ministerio de Hacienda.

De la contraportada, cito:
María Manuela es la imagen de la huérfana joven, casi adolescente, enamorada perdida y eternamente que, arrastrada por el destino, termina encerrada en un convento.
Michaelle Ascencio, a través de un brillante ardid narrativo, nos descubre en aquellos años de la historia venezolana, las presiones de una sociedad cerrada, la violencia psicológica y espiritual a la que someten a este muy dulce personaje, más fuerte y duroque el acero templado.
El lector no se confunda, esta  una anécdota clásica del siglo XIX narrada con la sensibilidad y perspectiva de hoy.Una narración decididamente romántica, pero sin sensiblerías. Este es un romanticismo real, duro, crudo, trascendente.
 
Mundo demonio y carne es un delicioso camino lleno de trampas y alusiones históricas que al abrirse nos conduce a nuevas trampas. Aquí la suavidad del relato, la serenidad y el silencio solo sirven para hacer más evidentes las tensiones entre mujeres encerradas en un convento, entre la religión y la sociedad, las presiones políticas y los prejuicios propios de ese siglo.


Michaelle Ascencio
Autora
Imagen tomada de Prodavinci.com
Michaelle Ascencio nació en Puerto Príncipe, Haití. Es licenciada en Letras (UCV, 1969) y en Etnología (Université d'État d'Haïti, 1975). Se ha desempeñado como docente e investigadora en las Escuelas de Antropología, de Letras y de Historia de la Universidad Central de Venezuela. Directora de la Escuela de Letras (1987-1990) y fundadora de la opción de Estudios Afroamericanos de la Escuela de Antropología en el área del Caribe.Es profesora en el Doctorado de Historia y en la Maestría de Literatura Comparada, de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCV; también es profesora en la Maestría de Estudios de la Mujer en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la misma Universidad.

martes, 24 de abril de 2012

Un plato aborigen


Mapa británico sobre la disputa entre Venezuela
y el Imperio Británico (1896)
Tomado de Wikipedia
Cuando escribí el artículo sobre la yuca amarga o venenosa, prometí  la receta del pepperpot del Esequibo, plato que sería venezolano si no fuera por la Pérfida Albión. Estaba en deuda y hoy cumplo.

Primero unas palabras sobre esta preparación, que es considerada por los guyaneses como uno de sus platos nacionales. Como indiqué en el artículo en referencia, su origen es amerindio, concretamente de las zonas aledañas a las bocas del Orinoco entre el río Pomerún  (o Pomerón) y Morajuana hasta la línea del Tratado de París. Se prepara con el cassareep, que es un melado que se hace hirviendo por muchas horas el yare de la yuca amarga hasta que toma un aspecto de melaza muy oscura. En una página web describían el proceso, pero no tiene sentido, porque en ningún hogar guyanés se hace, sino que se compra uno de buena calidad procedente del Territorio Esequibo.

Generalmente viene en botellas plásticas de refrescos o frascos de vidrio con una etiqueta escrita a mano que indica su procedencia (Pomeroon cassareep o North West cassareep) y, en el caso de Georgetown, en Demerara, se consigue en Stabroek Market, a orillas del río, cerca de donde atracan las lanchas y ferrys que hacen la ruta de la capital al Esequibo.

A pesar de ser un plato amerindio, las poblaciones criollas, boviander, douglah y otros grupos mestizos, lo consumen con gusto acompañado de un pan de trenza semidulce hecho en casa, que ayuda a absorber la abundante salsa que produce. Lo sirven en ocasiones especiales o en Navidad. En los restaurantes generalmente lo acompañan con arroz blanco, que no es la mejor guarnición. Las poblaciones amerindias le dan una presentación diferente, al acompañarlo de yuca, batata, ocumo y/o ñame, hervidos.

Originalmente se preparaba (y aún se hace) con carnes de cacería, tales como el báquiro (o pecarí), la danta (o tapir) y hasta el jaguar. Las propiedades del cassareep para ablandar y preservar carnes es notoria y los guyaneses aseguran que es capaz de ablandar cualquier cosa. Fue famoso en todo el Imperio Británico el pepperpot del Georgetown Club que se mantuvo por muchos años sin refrigeración, llevándolo a un hervor todos los días y agregando carnes frescas y cassareep para mantener la cantidad. El secreto principal para su conservación indefinida está, además del hervor diario, en la absoluta limpieza de la cuchara con la que se ha de servir. Una molécula de fécula lo daña irremediablemente.

En las ciudades, si bien se puede hacer con cacería de pelo, también lo consumen usando cortes duros de carne de res, como la receta que daré a continuación, como me la esbozó mi amiga Enid Cheong:

Pepperpot con arroz blanco

PEPPERPOT

Ingredientes

  • 1 rabo de res cortado en trozos
  • 1 manita de cochino
  • 1 rabo salado de cochino (en trozos)
  • 1 Kg. de carne para guisar (yo uso costilla)
  • 1 ½ taza de cassareep
  • 2 ajíes picantes (ellos usan chirel)
  • 1 raja de canela
  • 4 clavos de especia
  • 1 trozo de piel de naranja (en todas las cocinas caribeñas se ven las pieles de naranja secándose. Le presta un rico aroma a todas las preparaciones)
  • 1 trozo de jengibre fresco pelado y cortado en trozos (como 2 cm en total)
  • Tomillo y orégano al gusto
  • Azúcar moreno, sal y pimienta al gusto
  • 4 cucharadas de aceite
Preparación:

  1. Se remojan en agua temperatura ambiente la cola de res y la patica de cochino por aproximadamente 30 minutos.
  2. Se lava y hierve el rabo de cochino por unos minutos para desalarlo.
  3. En un bowl amplio, se colocan las carnes escurridas, a excepción del rabo de cochino, y se sazona con sal, pimienta, hierbas, especias y azúcar moreno. Se deja reposar al menos por una hora.
  4. En una paila amplia se calienta el aceite  y se sellan las carnes. Esto se puede hacer por partes para que resulte más fácil. Cuando éstas tomen algún color, se agrega el cassareep y se continúa revolviendo todo para que la carne se impregne bien con el melado.  Se tapa y se cocina por 5 minutos a fuego alto.
  5. Se destapa y se agrega agua que lo cubra. Se lleva a un hervor. Se tapa y se cocina a fuego suave por unas 4 horas, hasta que las carnes estén muy tiernas y el hueso se desprenda con facilidad.
  6. Una hora antes de terminar la cocción, agregamos los trozos de rabo de cochino, ya desalado, y seguimos cocinando hasta que todo esté muy tierno.

Se preguntarán ¿Dónde consigo el famoso cassareep? Tal vez, digo, en el estado Delta Amacuro (en Tucupita o Curiapo) o en Bolívar, en San Félix, San Martín de Turumbán o El Dorado. El Chef Federico Tischler me ha indicado que en el estado Amazonas se prepara un melado similar llamado Kumache o Qumachi, que usan para preparar carnes y pescados a la parrilla. Creo que con el Qumachi  se puede ensayar la preparación del pepperpot.

Por cierto que Federico tiene un blog muy interesante. Los invito a visitarlo.

lunes, 23 de abril de 2012

Un poema de amor a Caracas


Á CARÁCAS

Entre cerros escondida,
Bajo fúljidos celajes,
Con los rayos de la aurora
Que de Oriente alegre sale,

Te contemplo, ciudad bella,
Grato asilo de mis padres,
Sin rival encantadora,
Como no te soñó nadie.

Tú te muestras á mis ojos
Cual trasunto de un paisaje
De esos ricos que se forman
Con las nubes en los aires;

Que te esmaltan con sus perlas
De tus ríos los cristales,
Transparentes cual tu cielo,
Cual tus auras, murmurantes;

Y te ceden un tesoro
Los tupidos cafetales
De sus ramos, cuyos frutos
Rojos son como granates.

Ceñidores de esmeralda
Te dan lánguidos los sáuces
Fresca sombra y pomas de oro,
Tus naranjos y bucares;

Te dan sones las corrientes,
Te dan música las aves
Y las flores sus perfumes
Con la luz del sol que nace.

¡Oh ciudad! cuyos hechizos
Prestan son á mis cantares,
Cuna egrejia de varones,
Timbre y prez de las edades,



No hai en tí suntuosos templos,
No hai en tí torres gigantes,
Ni esas obras estupendas,
Maravillas de las artes;

Mas en tí brillan ocultos
Ciencia y genio, cual diamantes
Que en recónditos asilos
Rayos límpidos esparcen;

Y hai un pueblo laborioso
Que en sus ímprobos afanes,
Con el pobre desvalidos
Parte el pan de sus hogares,

Pueblo altivo en las contiendas,
En la paz modesto y grave,
De la fe de sus mayores
Centinela vijilante;

Y por colmo de delicia,
De ventura inenarrable,
Tus mujeres son tesoros
De belleza y de donaire,

Que a la ingénita ternura
Unen siempre sus beldades,
Tez trigueña y ojos negros,
Rojos labios de corales.

Dios te dé, tierra querida,
Dios te dé tanto realce,
que ciudad de los portentos
las centurias te proclamen;

Y de amargas disensiones,
Sin sangrientas tempestades,
Con sus alas diamantinas
De la paz te cubra el ángel!



Don Domingo Ramón Hernández (1829-1893), autor del poema Á Carácas, transcrito arriba, no reconocería la ciudad que tanto amó; ya los ríos de Caracas no la "esmaltan con sus perlas", ni le "ceden sus tesoros los tupidos cafetales", ni quedan muchos sauces, naranjos o bucares. La Caracas gentil y amable ha casi desaparecido y pocos la aman de corazón, ni tratan de verla con ojos de poeta.

He respetado la ortografía y signos de puntuación de don Domingo, tal y como aparecen en el libro Biblioteca de escritores venezolanos contemporáneos, editada en 1875 por Rojas Hermanos (mi ejemplar es una edición fascimilar publicada por el Concejo Municipal del Distrito Federal en 1975). Cuando se habla de Caracas la gentil o del Ávila empinado, no queda sino ilustrar con cuadros de Manuel Cabré, el pintor del Ávila.

Me uno a los deseos de don Domingo:

Dios te dé, tierra querida,
Dios te dé tanto realce,
que ciudad de los portentos
las centurias te proclamen;

Y de amargas disensiones,
Sin sangrientas tempestades,
Con sus alas diamantinas
De la paz te cubra el ángel!

domingo, 22 de abril de 2012

El libro y el abrecartas

Un retrato en la geografía
Novela de Arturo Uslar Pietri
Edit. Losada, Buenos Aires, 1962
Los libros de segunda mano tienen su encanto. A veces parecen piezas arqueológicas que muestran las diversas intervenciones de sus propietarios anteriores; algunos de ellos acuciosos, otros que dejan alguna tarjeta o un recibo como para que, en un futuro, lo encuentre otro lector. Hay también libros poco leídos, casi nuevos, a no ser por el papel que envejece solo. También los hay que nunca han sido abiertos y permanecen virginales como una "niña-vieja".... Triste destino, digo yo.

Tengo en mis manos un ejemplar de la novela de Arturo Uslar Pietri titulada  UN RETRATO EN LA GEOGRAFÍA, laberinto de fortuna  (Losada S. A., Buenos Aires, 1962), cuya situación corresponde a la última categoría: Libro-Niña-Vieja. En cincuenta años nadie había intentado siquiera leer las primeras páginas. No tenía sellos de biblioteca alguna, ni el nombre del feliz propietario. En la parte inferior de su lomo quedan escasos restos de una etiqueta de papel que lo más probable indicara la cota para ubicarlo en una biblioteca, que presumo nunca estuvo destinada a la lectura. Ni siquiera el nombre de don Arturo Uslar Pietri incitó a tomar un abrecartas y empezar a leerlo para poder decidir si valía la pena conservarlo o no, o qué quería decirnos el autor. Hay libros que pierden la oportunidad. Por suerte éste no es uno de ellos.

En mis manos casi corre con la misma mala suerte. Lo compré en el mercadillo de libros usados que queda bajo el puente de la Av. Fuerzas Armadas, entre Ña Romualda y Plaza España, cerca del Callejón de Manduca (Caracas), a un precio muy módico, junto con otros. Al fin y al cabo, es un libro viejo, en rústica, pero en buen estado para su edad. Al llegar a casa lo puse en la fila de PENDIENTES, hasta que, en una organización de la biblioteca, lo metí en la sección de Autores Venezolanos. Allí quedó, durmiendo y esperando pacientemente su turno. Los libros tienen vida propia y saben esperar. A este le llegó su oportunidad esta semana. Estaba buscando un libro que creí tener (pero no lo tengo) cuando salta a mis manos como diciéndome: Ahora sí ¿no? Leí la solapa... "En Un retrato en la geografía, su última novela, reconstrucción histórica de un tipo libre, encontrarán los lectores elementos de poderoso interés, pues se trata de una apasionante evocación de la dramática vida política venezolana de los últimos años." Una verdadera invitación a la lectura.

Libro abierto, con calma, página por página

Esa misma noche me senté cómodamente con mi abrecartas sudafricano (casi una escultura), frente al escritorio y comencé a leer y a abrir páginas... lentamente, una por una... con calma. Es una forma distinta de leer. Lo que el autor quiso decirnos, lo dice así, con parsimonia. La prisa por abrir un folio podría dañar el libro, por lo que la hoja de la cuchilla debe deslizarse horizontalmente con una suave presión hacia afuera. Una vez abierto, se pasa la página... y así sucesivamente hasta haber concluido. Me ha dado largas horas de placer, del que se privaron quienes no se atrevieron a abrirlo.

Otro día hablaremos de Arturo Uslar y de su obra.


viernes, 20 de abril de 2012

El sillón endiablado

Santiago Key-Ayala
1874-1959
Entre mis libros cuento con un ejemplar de Obras Selectas (Edime, Madrid Caracas, 1954) de Santiago Key-Ayala. Bello libro, exquisitamente presentado en papel de biblia con filo de oro y tapas de cuero. Verdadero premio para el amante de los libros de segunda mano, en especial si se toma en cuenta la calidad del contenido de esa "selección", que debió se difícil de elegir por cuanto don Santiago era muy prolífico. He pasado muchos ratos de solaz ojeando y hojeando el libro; leyendo un poco aquí, otro poco por allá. Volveremos a Key-Ayala y su obra en otra oportunidad. Compartiremos ahora una interesante historia sobre un personaje del siglo XIX venezolano. Respeté la acentuación de la época.


EL SILLÓN ENDIABLADO

Don Antonio Leocadio Guzmán, llamado "el viejo" para distinguirlo de su hijo "el Ilustre", si no fué hombre legendario, a lo menos fué  de leyendas. Las urdió él con desenfado en sus trabajos de historia y de política. Las urdieron en provecho suyo, amigos y aduladores. Y las urdieron en su contra, adversarios y malquerientes. La historia comienza apenas a iluminar la verdadera naturaleza del personaje, quien, de seguro, no resultará ni tanto ni tan poco.

A la hora misma de su muerte nació y corrió por Caracas una nueva conseja, la locura súbita del sacerdote que oyó su última y quizá primera confesión; tantos y tan graves, un verdadero Orinoco de pecados, fueron los que desembocó en el corazón del sacerdote, don Antonio Leocadio.


Antonio Leocadio Guzmán
Secretos de confesión, difíciles parecen de penetrar. Pero más difíciles de averiguar son los de ultratumba, y sin embargo, la musa vengadora y zumbona de Caracas no se desanimó por tan poco, ni dejó de la mano al viejo Guzmán aun más allá del lindero vital.

Poco después de la muerte de Antonio Leocadio Guzmán, moría a su vez uno de sus contendores políticos, uno de aquellos feroces "oligarcas" o "godos" sobre los cuales vació el pre-muerto don Antonio la retumbante ametralladora de sus iras retóricas. Bien despachado y sacramentado, el oligarca partió. Olor de santidad. Vía libre. Línea recta al cielo. Cuarta velocidad. La vanguardia no existía entonces, ni el auto-bólido. Y, sin embargo, así tuvo que ser.

Pero el bueno de don Godo no tenía prisa. Por algo se es conservador en Venezuela. Seguro el cielo, ¿por qué no echar siquiera un vistazo al infierno? Antes de la renuncia definitiva a las cosas de esta bajo mundo, don Godo quiso aprovechar aquella ocasión única. Don Godo afecto en la tierra a los buenos platos, quiso antes de sentarse a la mesa de los bienaventurados, saborear un estupendo aperitivo. Quería ver por sus propios ojos a don Antonio Leocadio a la crema, es decir, don Antonio a la parrilla, en la más tremebunda paila del terrorífico infierno. Porque de eso no toleraba la mínima duda.

Recorrió salas y más salas. Hornos y más hornos. Pailas y más pailas. Era interminable. Cansado, aburrido, aunque sin renunciar a su deseo, preguntaba a los diablillos. Estos, muy atareados, pero siempre corteses, respondían. Las respuestas eran casi idénticas.

- ¿Don Antonio Leocadio Guzmán? No lo conocemos. ¿Qué quiere usted? ¡Viene tanta gente! Cada día esto se extiende. No podemos conocer a todos los clientes... Pregunte usted al señor Lucifer!

No era malo el consejo y don Godo se decidió a seguirlo. Pensarlo y tener a Lucifer en frente, fue cosa de un instante.

El Diablo lo miró un momento con cierto aire de timidez o de duda. ¿Querría burlarse de él, seguro como estaba del cielo, aquel tremebundo don Godo? Pero acostumbrado a leer en las conciencias, se tranquilizó. El hombre se lo creía con la fe mejor del mundo. Satisfecho ya Lucifer de que no había intensión de desacato, con sonrisa auténticamente diabólica le respondió:

- ¿Don Antonio Leocadio Guzmán? ¡Qué había de encontrarlo! Y dejando estallar por fin la famosa carcajada infernal: - ¡Váyase usted al cielo y no busque más. Don Antonio Leocadio Guzmán, don Antonio Leocadio Guzmán... era... yo!.

Hay fundamentos para creer que el cuentecillo no es original, aunque no basta ser académico de la Historia para comprobarlo. ¿Qué importa? Caracas se rió un poco de los godos, de don Antonio, del infierno y del diablo.


Sala de la Academia Venezolana de la Lengua
Foto tomada de la página web de la AVL, Caracas
Pero hubo quien se tomase la cosa en serio. Una grave y docta Corporación, la Academia Venezolana correspondiente de la Real Española. Aterrada por haber tenido en su seno a Lucifer en persona, la Academia tembló. Para mayor apuro, los más timoratos recordaban que don Antonio había tenido un altercado en la propia Academia y que ese altercado bien pudo acelerar su muerte. Las potestades de la tierra y del infierno estarían coaligadas para perder las almas de los académicos. La Academia se recordó entonces a muy buen tiempo la promesa de Cristo a su Iglesia. Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Contra los encendidos rayos rojos del infierno, son de eficacia probada los suaves tonos violetas del hábito prelaticio. Y en el sillón de don Antonio sentó sin demora al Obispo Rodríguez. Murió el buen Obispo y lo reemplazó con el padre Vizcaya, cura de Catedral, y que si no fué Obispo parecía en camino de serlo. Murió el padre Vizcaya y lo reemplazó con el padre Castro, de encendido celo y futuro Arzobispo de Caracas. Murió Monseñor, y se apresuró a nombrar para el endiablado sillón al padre Lobera. Que sea por muchos años.

El padre Lobera tiene hoy a su cargo mantener agobiado al enemigo malo, y todos esperamos y creemos que lo mantendrá humillado por más tiempo del que dure la Academia. Por ahí podemos estar tranquilos. Lo grave es que hay otros sillones olientes a azufre. Por ejemplo el del ilustre padre de la Academia y Director Perpetuo, don Antonio Guzmán Blanco.

Cuentan que el Ilustre, con debilidad paternal, dejaba a las puertas de la Academia el tono olímpico y hablaba en humilde con acento que partía el alma. La hija, ingrata, guardó el más académico silencio en el centenario de su Ilustre fundador. Así se pudren las glorias de este mundo. Y todo, de seguro, por el malhadado cuentecillo de don Godo. Esperemos que la Academia  Venezolana, curada por completo de sus antiguas componendas con el enemigo malo, se convierta pronto en Cofradía Venezolana Correspondiente de la Real Academia Española. A. M. D. G.


En vista de esta historia curiosa de don Santiago, me puse a averiguar cuál era el sillón asignado a don Antonio Leocadio y quienes lo habían ocupado en sucesión. Visité la página de la Academia Venezolana de la Lengua y allí estaba:

El Sillón de Antonio Leocadio Guzmán es el marcado con la letra B y, en efecto, estuvo ocupado por prelados por casi un siglo. Sucedieron al viejo Guzmán: Mons. Manuel Felipe Rodríguez, Obispo de Santo Tomé de Guayana; P. Daniel Vizcaya, párroco de la Catedral de Caracas; Mons. Juan Bautista Castro,  Arzobispo de Caracas; P. Pedro Pablo Barnola SJ, y ahora lo ocupa Mario Torrealba Lossi (un laico). Por ningún lado en las listas de la Academia aparece el padre Lobera. Sin embargo, se sabe que el Siervo de Dios Juan Bautista Castro, Arzobispo de Caracas murió en olor de santidad en 1915, cuando el padre Barnola tenía sólo 7 años de edad.... ¡Vaya niño prodigio! El padre Barnola se incorporó como individuo número por la Academia Venezolana de la Lengua en 1952. Le escribí a la Academia y espero la respuesta para compartirla. Ojalá respondan y aprovechen para actualizar la página. Tal vez lo hagan "cuando la rana eche pelo".

jueves, 19 de abril de 2012

Los días de Cipriano Castro


Mariano Picón Salas
Autor
1901-1965
Acaba de salir al mercado, diciembre de 2011, una nueva edición de LOS DIAS DE CIPRIANO CASTRO, obra del humanista venezolano Mariano Picón-Salas. Esta vez estuvo a cargo de la BID & CO. EDITOR, Colección Histórica, y la UCAB.  Ya esta casa nos ha acostumbrado a sus ediciones en rústica, pero de buena calidad y bello arte. En esta ocasión, la ventanilla de la carátula tiene una foto del Presidente Cipriano Castro por Antonio Pietro Daudet (La Revue Americaine). Una de las últimas ediciones fue la de Monte Ávila, que ya no se consigue.
Es un libro sumamente interesante y de fácil lectura que se devora casi como una novela. Además de ser una biografía de uno de los personajes más complejos y polémicos de la historia de Venezuela, la obra nos muestra el deterioro rápido y brutal de los principios de la Revolución Restauradora y su degeneración en un sórdido festín rocambolesco, negociados, intrigas y traiciones, que luego nos llevaron a la larga tiranía del compadre Gómez. Lamentablemente, no es fantasía del autor y debería llamarnos a la reflexión sobre la actitud política del venezolano en momentos de crisis. Muy recomendable.
Don Mariano, en nota previa al texto, nos indica:
Cipriano Castro
1858-1924
La figura violenta, contradictoria, alternativamente libertina y heroica de Cipriano Castro contribuye a darle bizarro color y casi epiléptico impulso a la historia venezolana de los primeros años del 900, su personalidad marca, más bien, una hora de crisis de Venezuela; pero con todos sus defectos, victimario y víctima de una sociedad a la que la pobreza y aventura informe del país en aquellos años debió tornar demasiado cínica, don Cipriano habrá de chocar, trágicamente, con todas las nuevas fuerzas del capitalismo e imperialismo foráneo que pronto aprende a cultivar su cauteloso compadre Juan Vicente Gómez; sufría como muchos venezolanos la sugestión casi embriagante de las hazañas de Bolívar y pensó con romántica ingenuidad que estaba predestinado a volver a juntar los pueblos de América, es con su euforia y sus depresiones, con su bullicioso desvivir, con su terrible aleación de coraje, mesianismo y ridiculez, gran protagonista novelesco dentro de la enorme novela quimérica de la Venezuela de aquellos años. Como muchas historias que se escriban sobre nuestro pasado, ésta encierra un largo caudal de energía perdida, de frustraciones y derrotas; pero si este cuadro de la nación dista mucho de ser edificante, acaso ofrezca el efecto catártico de todas las tragedias. También se escribe historia con la utopía de mejorar los tiempos y liberarse, a la vez, de muchos materiales y formas muertas que arrastra el pasado.

Ahora un cuento vulgar del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela para ambientarnos en la época. Don Cipriano tenía un insaciable apetito de sátiro, que fue propiciado por el círculos de "doctores de Valencia" (y de otras partes, digo yo) y convirtió a Venezuela en una especie de harem particular. Si nos leemos EL CABITO, de Pío Gil, nos podremos dar una idea de cómo actuaba en sus asedios carnales. El Mono Lúbrico, lo llamaba Teddy Roosevelt.... Ahora a nuestro cuento:

Pues bien, El Restaurador, "Cipriano, siempre invicto, jamás vencido", no se conformaba con las muchachas del país, que al fin y al cabo eran sólo una guarichas inocentonas, y a veces, en procura de alguna emoción más intensa importaba mujeres más despiertas. En una ocasión encargaron al Cónsul en Willemstad, Curazao, que contratara, discretamente por supuesto, unas muchachas que vinieran a animar al caudillo. El Cónsul cumple con su deber de turiferario y, al despachar la mercancía, envía un cable escueto a Caracas:


¡BÁCULO!

Una vez que la "trabajadora sexual" antillana llega a Caracas, desde Miraflores envían otro cabe avisando recibo de la mercancía:

¡BINÓCULO!


Así todos quedaron satisfechos y la gestión quedó concluida.
¿Será verdad?

miércoles, 18 de abril de 2012

Caracas siempre en primavera

Araguaney
Foto de Marcos Fehrman
Hay un grupo en Facebook, Caracas en Flor, que por cariño a Caracas y su naturaleza, se dedica a compartir fotos de árboles, plantas y flores que abundan en la ciudad. Su creadora es la amiga Rossella Consolini, quien al enunciar los propósitos del grupo nos dice:

Jabillo
Foto de Go Hk

Este grupo fue creado con la finalidad de llevar un registro de las floraciones que aparecen en nuestras calles, jardines, plazas, parques…
Agrega tus fotos indicando en lo posible el lugar y la fecha de la toma y si lo sabes, colócale también el nombre de la especie

Maremare
Foto de Rosella Consolini

 Te aseguro que una vez que tus ojos se conviertan en observadores florales, te sorprenderás de cuántas flores hay en los caminos caraqueños.
También es válida la publicación de raíces, troncos, ramas, hojas y fructificaciones vistosas

Cayena con visitante
Foto de Marianella Ferrer de Ferri

 CONOZCAMOS nuestra flora para CUIDARLA y QUERERLA

"Burundanga"
Foto de Mirco Ferri

Me he "robado" varias fotos al azar, como un pequeño homenaje a este grupo de buenos ciudadanos;
gente conservacionista y amante de la ciudad. Espero que no se molesten. La selección de las fotos no implica juicio alguno sobre la calidad fotográfica o preferencias personales, sino que fueron las que vi en primer plano a la hora de captura.

Tulipán africano
Foto de Yolanda Carolina Rodríguez

A pesar de las agresiones, el descuido y el desamor, Caracas sigue siendo una ciudad arbolada, en la que plantas nativas y exóticas prestan sus colores a una eterna primavera tropical.

Castaño
Foto de Rossella Consolini
Aunque el clima en el Valle del Guaire no es el mismo que en el siglo XVIII, vale la pena citar a José de Oviedo y Baños, quien describió a Caracas con los ojos del amor:


Caobo
Foto de Valentina Alvarez Fabro

...Tiene su situación la ciudad de Caracas en un clima tan del cielo que sin competencia es el mejor de cuantos tiene la América, pues además de ser saludable parece que lo escogió la primavera para su habitación continua, pues en igual templanza todo el año ni el frío molesta, ni el calor enfada, ni los bochornos del estío fatigan, ni los rigores del invierno afligen....
Araguaney
Foto de Rossella Consolini

Carne con chocolate

Hace unos meses escribí en este blog un sobre el chocolate que consumían nuestros ancestros que titulé Alimento de los dioses. Me refería a cómo preparar chocolate usando las bolas de cacao que aún se consiguen en los mercados de provincia. Pero ese no es el único uso del cacao de bola. También se puede usar para aderezar carnes.

Tulio Febres Cordero
1860-1938

Debemos al intelectual merideño Tulio Febres Cordero, no sólo el rescate de las tradiciones e historias de Santiago de los Caballeros de Mérida, sino también la elaboración de un recetario que ha preservado para la posteridad buena parte del repertorio de la cocina venezolana del siglo XIX (contiene unas 200 recetas). Se trata de Cocina criolla o Guía del ama de casa, que vio la luz en 1899 y ha gozado de varias ediciones, la última en 2006 por cuenta de la Universidad de los Andes (ULA), donde el Dr. Febres Cordero fue catedrático.

Don Tulio nos da, entre otras, una receta de Carne con Chocolate, que se reproduce en el libro El pan nuestro de cada día, del profesor Rafael Cartay (Funación Bigott, Caracas, 2003):





Se cuece la carne hasta que quede bien blanda, se desmenuza, se fríe en manteca con sal, cebolla, y perejil picados y un poquito de pimienta.
Cuando se esté friendo, se le agregan unas dos bolas de cacao molidas y un poquito de azúcar o papelón raspado.

Es una receta típica del siglo XIX venezolano; muy parca y no nos da las proporciones, pero me pareció tan interesante que desarrollé mi propia versión. Que la falta de cacao en bola no impida degustar este platillo. Se puede hacer usando chocolate amargo en barra:

Carne con chocolate
CARNE CON CHOCOLATE

Ingredientes:

  • 750 gr. de pulpa negra de res (o falda, si se prefiere)
  • 2 bolas de cacao, ralladas
  • 1 cebolla grande cortada en cubitos
  • 2 cucharadas de aceite de maíz (o manteca de cochino si se desea ser más auténtico)
  • 1 ramito de perejil, picado menudo
  • 1 cucharada de papelón raspado
  • 1 o 2 dientes de ajo, picaditos (opcional, no lo menciona Febres Cordero)
  • Especias, pimienta y sal al gusto
  • Agua o caldo para hervir la carne

Preparación:

  1. En una olla de presión se ablanda la carne; esto permite ahorrar tiempo y energía; en 40 minutos la pulpa negra estará blanda. Se desmecha como si fuéramos a hacer carne mechada.
  2. Calentamos el aceite (o manteca) y sofreímos la cebolla y el ajo, hasta que marchiten. Le agregamos perejil, pimienta (previamente molida en un mortero) y sal. Luego la carne, que rehogaremos en el aceite encebollado, cuidando que no se pegue al fondo. Hay que trabajar rápido. Le adicionamos un poco del caldo de cocción. Se le hace reducir a fuego medio alto, revolviendo con frecuencia.
  3. Cuando ya está casi seco, se le agrega el papelón y si es necesario, especias (canela, clavo de olor, malagueta). Poco a poco, se le agrega el cacao y se sigue trabajando. Se continúa agregando cacao y revolviendo para que las hebras de carne queden bien impregnadas. Hay que raspar bien el fondo de la olla para impedir que el cacao se queme y trabajar rápido. La carne debe quedar en hebras sequitas, como si fuera un pisillo. 
  4. El gusto es excepcional. Lo serví acompañado de un puré de batata y ensalada verde.


martes, 17 de abril de 2012

¿Quién las resiste?

Ciruelas de huesito (Spondias purpurea)
Apenas salen las primicias de la primavera venezolana, surge, como reina y señora, la ciruela de huesito (Spondias purpurea). La rodea una corte de mangos de diverso tipo y es anuncio de la cornucopia de frutas criollas que disfrutaremos a lo largo del año.

¿Quién se resiste a dar el primer mordisco a esta fruta rica, ácida, dulce y perfumada? El huesito o semilla es tan grande que casi no tiene carne... Son puro jugo, tiernas, amables...

Es una fruta para muchachos, pero en los adultos despierta sentimientos entrañables. Al sólo verlas se agolpan en nuestro cerebro los más gratos recuerdos de la infancia, como los que hoy rememoré con el frutero ambulante a quien le compré estas ciruelas.



El mango (Mangifera indica) le hace la corte a la ciruela...

Manguito de hilacha,
manguito 'e bocao;
le quitas la concha
y lo comes pelao.

lunes, 16 de abril de 2012

Caracas la gentil

Caracas en 1834, desde El Calvario.

Á CARÁCAS[i]


En la falda de un monte[ii] que engalana
Feraz verdura de perpétuo Abril,
Tendida está cual virgen musulmana[iii],
Carácas la gentil.

Y la corona de flotantes brumas
Que le cierne en la cima secular,
Parece un velo de nevadas plumas
Que Dios la quiso echar.

Reina feliz de tan hermoso suelo,
Patria de más de un célebre varón[iv],-
¿Por qué al llegar bajo tu limpio cielo
Se oprime el corazón?

¡Ai triste! – miro de la patria historia
Mustias hoi la belleza y majestad[v] ¡
¿Será que olvidas tu pasada gloria,
Tu antigua libertad ?

¡No! – Que aquí, en derredor, el alma mia
Vé, rebosando en brío y altivez,
La generosa juventud que un día
Será tu orgullo y prez[vi].

Noble plantel de heróicos ciudadanos
Que promete á tu gloria el porvenir, -
¡Sin mancha el corazón, puras las manos
Guardad hasta morir!

Casi extranjero en el solar nativo[vii],
Peregrino y oscuro trovador,
Arde en mi corazón, empero, vivo.
El puro, patrio amor!

Él inspira mi voz en tal momento,
Presta á mi alma brio sin rival: -
¿Sordos seréis al dolido acento
Del seno maternal [viii]?

¡No lo seréis, por Dios! – Los ojos fijos,
Escrito leo allá en lo porvenir: -
¡Madre que tiene tan heróicos hijos
No puede sucumbir !

Despreciando esta vida transitoria
¡Por la justicia y por la lei pugnad!
¡Feliz quien lega perennal memoria
A la futura edad !

Yo, en la madre común, la heróica España,
Daré á cada virtud una canción,
Y el recuerdo será de cada hazaña
Altar mi corazón.


Caracas hoy, bajo el sol de los venados.
La mejor luz se da entre las 5 pm y el ocaso.

Oro y amatistas te enguirnaldan, bella Caracas.
Imagen "robada" al amigo Arno Sinram


José Heriberto García de Quevedo
1819-1871
Autor
José Heriberto García de Quevedo nació en Coro en 1819. Hijo de Tomás García de Quevedo y Cos, descendiente directo de Francisco de Quevedo y Villegas, y de Josefa María Drouin de la Bourbonnaire y Fernández de Peralta; familia realista que, luego de la batalla de Carabobo, se traslada a Puerto Rico. Escritor, periodista y diplomático, con una esmerada educación humanística, dominaba varias lenguas. Desde la dirección del periódico El Siglo XIX,  fundado por Rafael María Baralt, apoya a Isabel II, a quien defiende, literalmente, a capa y espada. La reina, en agradecimiento a su actitud, lo nombra Encargado de Negocios en Caracas. Permanece 3 años en Venezuela (1857-1860), donde contrae nupcias con una joven de conocida familia caraqueña. Posteriormente ejerce cargos diplomáticos en Ecuador, Perú, China y Suiza. Muere de septicemia en París, durante la Comuna.



[i] He respetado los signos de acentuación y ortografía del autor; le presta encanto a esta antigüedad.

[ii] El Ávila.

[iii] El primer poeta de comparó a Caracas con una odalisca fue García de Quevedo, mas quien inmortalizó la imagen fue J. A. Pérez Bonalde.

[iv] Caracas fue cuna de numerosos próceres: Francisco de Miranda, ´Simón Rodríguez, Andrés Bello, Simón Bolívar, y tantos otros…Caracas dio lo mejor de sí entre 1750 y 1830.

[v] García de Quevedo, nacido en Coro, Venezuela era Ministro y Cónsul General de España en Caracas cuando escribió este poema. Había una dualidad en su amor a dos Patrias: Venezuela, que le vió nacer, y España, a la que mostró fidelidad hasta la muerte.

[vi] Preocupaba al, poeta la terrible situación política de Venezuela al momento. Le correspondió ser testigo de primera línea de la Guerra Federal que eliminó a un tercio de la población venezolana luego de 30 años de paz.

[vii] Aquí el poeta muestra su doble amor.

[viii] Llamado al amor patrio. Ya percibía García de Quevedo  el oportunismo político de los venezolanos.