LA REINA INDIA
Algún día tocará la belleza a mi puerta.
Cuando esto pienso,
soy una rítmica vibración de armonías.
La presiento
pendiente sobre mi vida.
Yo la diré: mi reina.
Mi reina india.
Tendrá la piel oscura.
Tendrá los ojos negros.
Tendrá el cabello negro.
Tendrá los senos duros.
Tendrá las manos largas.
Y yo la llamaré
mi Reina India.
Entonces,
floreceré en ofrendas.
En la siesta implacable,
salado de sudor,
yo lanzaré mi lanza vibradora,
mi lanza aérea y larga.
Es fiero el tigre
de hermosa piel.
Y pondré la piel ante sus pies pequeños.
Otra vez,
asaltaré la guarida del artífice,
se crisparán mis dedos en su garganta seca.
Él tendrá cerámicas,
y vasos,
y joyas labradas,
y yo las pondré ante sus pies pequeños.
Encontraré:
las piedras sagradas
de colores jaspeados,
que hay más allá de las montañas.
Las cosas raras. Las cosas bellas.
Las cosas que atraen a las mujeres.
Las cosas bellas. Las cosas raras.
¡Cómo traeré miel de las colmenas altas !
¡Cómo traeré flores de los cardos bravos!
¡Cómo traeré plumas de las garzas leves!
Y sobre todo,
¡cómo floreceré yo en canto,
vibrante de rica armonía,
sentado ante sus pies pequeños!
Ella en cambio,
me dará todo su amor.
Su amor, terso y suave,
como el vientre de una paloma herida.
Suave y dulce,
como una palabra de consuelo.
Dulce y sensual,
como el sol del trópico.
Sensual y bello,
como una frente blanca.
Ella, en cambio,
me dará todo su amor.
Y yo la llamaré
mi Reina India.
Es fiero el tigre
de hermosa piel.
Y pondré la piel ante sus pies pequeños...
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Reina India pertenece al poemario Áspero, publicado en 1924 por el escritor venezolano Antonio Arráiz. Digo "escritor" porque Arráiz no sólo fue poeta, sino cuentista, novelista, ensayista, autor de textos didácticos y periodista. Perteneció a aquella camada de venezolanos que surgieron en todos los campos en 1928, comprometidos con Venezuela y su sociedad. Leí un buen artículo sobre este autor y su obra en Letranova, que se puede leer por aquí.
Conocí a don Antonio a través de su novela Puros hombres. Tendría yo unos 15 años y me pareció interesante leer algo sustancioso. El profesor de Castellano (Severino era su nombre), preguntaba a sus alumnos qué estaban leyendo. Cuando llegó mi turno, sin dudar un ápice, le dije: "¡Puros Hombres, de Arráiz!". El buen profesor, impresionado de que un alumno tímido, buena conducta y no muy aplicado devorara ese bocado mayor, me preguntó: "¿No te parece un poco fuerte?". No me quedó sino admitir que sí lo era. 45 años después conseguí en el mercadillo de libros usados un ejemplar de la primera edición (1938) y, a pesar de que estaba un poco maltratado y le faltaban unas pocas páginas, lo compré por el recuerdo de la anécdota con Severino.
Como ya casi nadie lee en Venezuela, su nombre dice poco al común de las nuevas generaciones venezolanas. Una verdadera lástima porque nos anuncia un futuro muy torpe. Se pierden mucho, sin duda.... por ejemplo: los Cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo (1945), o sus Cinco Sinfonías. Mucho de telúrico tiene su obra, con olor a tierra nuestra y sabor criollo. Por eso coloco hoy el poema Reina India, como un incentivo a explorar la obra de Antonio Arráiz. La copié del Repertorio Poético de Luis Edgardo Ramírez (Panapo, Caracas, 2006), donde encontré algunos gazapos fáciles de corregir.
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