jueves, 2 de agosto de 2012

El tirano y el poeta

Buscando una fábula de Fedro, me encontré con ésta, cuyos protagonistas no son fieras del monte, ni toscos campesinos sino dos personajes de la era helenística. Me llamó la atención por la acotación que hizo el compilador, José Repollés, sobre un posible error histórico del fabulista latino, con respecto a la identidad de uno de los caracteres. Me parece torpe y fuera de lugar pretender buscar exactitudes históricas en una fábula que lo que persigue es la enseñanza ética. Bien ha podido poner, si tanto lo inquietaba, una erudita cita, o pie de página, para ilustrarnos. La copié tal cual, con bastardillas nuestras, del libro Las mejores fábulas (Bruguera, Barcelona, 1974).

El tirano Demetrio y Menandro el poeta
Demetrio, llamado el de Falera (Fedro parece incurrir aquí en un error histórico: el Demetrio tirano de Atenas fue Demetrio Poliorceta), apoderándose de Atenas, estableciendo un gobierno tiránico...
Atenienses haciendo filas para el besamanos
El pueblo, siguiendo su costumbre, le aclama a porfía con sus vítores. Los ciudadanos notables besan la mano  que les oprime, aunque en secreto gimen por el triste cambio de su suerte. Incluso los ajenos a la política y los ociosos, para que su ausencia no les perjudique, acuden los últimos a rendir pleitesía al tirano. Entre éstos va Menandro, célebre por sus comedias, que Demetrio, sin conocer al autor personalmente, había leído, admirando el talento del poeta.
Menandro
342 a.C. circa – 291 a.C. circa
Ungido de perfumes, vestido flotante, avanzaba el poeta con paso delicado y perezoso. Al verle en el extremo final de la fila, preguntó el tirano:
- ¿Quién es aquel afeminado que se atreve en mi presencia a buscar fortuna?
-El escritor Menandro - respondieron los que le rodeaban.
A lo que Demetrio, cambiando de tono repentinamente, replicó:
- El hombre no pudo ser hecho más hermoso...  
(V, 1.)
El color cambia según con que cristal se mira.


Claro, no es lo mismo un catamita buscando chance en una corte, que un dramaturgo homosexual, como era el caso de Menandro. La historia ha podido llamarse el águila y el pato, o el pavo real y el león, que el resultado habría sido el mismo; lo que pasa es que hay gente que cree saberlo todo.

Ahora, revisemos los personajes de la fábula y tratemos de aclarar cuál de los Demetrios fue quien tuvo en encuentro con Menandro y se le quite la preocupación al buen señor Repollés:
No hay mucho inconveniente con Menandro, famoso comediante del nuevo teatro griego en los años que sucedieron a Alejandro Magno. Fue favorecido por Demetrio de Falero (317-307 a. C.), cae en desgracia con Demetrio Poliorcetes  y Lácares. Vive apartado con Glícera, la hetera (o hetaira), en el Pireo. Sus comedias fueron premiadas ocho veces (tres en las Leneas, cinco en las Dionisias), pero fue pospuesto, quizá por motivos políticos, al más antiguo Filemón, treinta años mayor, en el favor público. Declinó la invitación de Ptolomeo I Sóter de instalarse en Alejandría.
Menandro ha debido aceptar la invitación de Ptolomeo Sóter, quien estaba buscando gente talentosa para fundar su famosa biblioteca. Allí estaba su amigo Demetrio de Falero (o de Falera), según Wikipedia:

Demetrio de Falero,
tirano de Atenas y bibliotecario
de Alejandría
Demetrio de Falero (350 a. C – 282 a. C) político y filósofo ateniense, perteneciente a la escuela peripatética. Nacido en el puerto de Falero, se educó en el Liceo de Aristóteles con Teofrasto y fue amigo de Menandro, el comediógrafo. A causa de la muerte de Foción, tuvo que ausentarse de Atenas hasta que las cosas se calmaron. Gobernó Atenas durante el periodo (317 a. C. – 307 a. C.), hasta que lo expulsaron cuando vino la escuadra de Demetrio Poliorcetes, refugiándose primero en Tebas y luego al lado de Casandro, para al fin terminar en Egipto, en la corte de Ptolomeo I, quien lo designó como primer bibliotecario de la gran biblioteca de Alejandría (circa 297 aC). Se atribuye a Demetrio falereo el haber aconsejado a Ptolomeo I la traducción de la Biblia hebrea al griego, la llamada traducción de los Setenta o Septuaginta. Vuelve a caer en desgracia con el rey Ptolomeo II y murió en el exilio al ser picado por una serpiente después del 283 a. C. Tuvo un aporte importante en el establecimiento de la Biblioteca de Alejandría al crear una biblioteconomía basada en la fusión de las tradiciones bibliotecarias de oriente (aspectos formales) y occidente (organización y tareas).

Entonces vemos que Fedro no estaba tan equivocado. El Demetrio que admiraba a Menandro fue el de Falero (o Falera) que, a pesar de su origen extremadamente humilde, era un señor culto e intelectual. ¿Quién era el otro Demetrio?

Demetrio Poliorcertes
Demetrio Poliorcetes (expugnador de ciudades) era hijo de Antígono Monoftalmos (el de un solo ojo), uno de los generales diádocos, que a la muerte de Alejandro se hizo con el mando de casi todo el imperio macedónico. Padre e hijo fueron, según observan los historiadores, los principales instigadores y participantes en las guerras y peleas que hubo a raíz de la muerte de Alejandro. Fue quien él fracasó en el asedio de Rodas en 305 a. C. en  conmemoración de lo cual los rodios elevaron el famoso Coloso.

Se inició en las armas a muy temprana edad, actuando al servicio de su padre en la campaña contra Eumenes de Cardia (317-316 a. C.). A la edad de veintidós años, Antigono lo puso por primera vez al mando de un ejército, para defender Siria contra Ptolomeo I Sóeter de Egipto, siendo completamente derrotado en la Batalla de Gaza. A pesar de ello, Demetrio demostró ser un eficiente general, el mejor instrumento de la política de Antígono y pronto obtuvo una victoria en los alrededores de Miunte. En la primavera de 310 a. C. fue derrotado cuando trataba de expulsar de Babilonia a Seleuco I Nicator; en otoño sería también derrotado su padre. Como resultado de esta guerra de Babilonia, Antígono perdió casi dos terceras partes de su imperio: todas las satrapías del este pasaron a poder de Seleuco.

Después de varias campañas contra Ptolomeo en las costas de Cilicia y Chipre, Demetrio partió con una flota de 250 naves contra Atenas, liberando la ciudad en 307 a.C de la tiranía de Casandro de Macedonia, expulsando a la guarnición que estaba destinada allí al mando de Demetrio de Falero, y sitiando y tomando Muniquia. Después de estas victorias, tanto él como su padre fueron adorados por los atenienses como divinidades tutelares bajo el título de Sóter ("salvador" o "benefactor por encima de otros benefactores"), como theoi soteres.
Difícilmente una persona con este perfil guerrerista tendría la sensibilidad de reconocer a un escritor como Menandro y diferenciarlo de un catamita del Pireo. Me pregunto si alguna vez se habrá producido un encuentro en Menandro y Demetrio Poliorcetes.

Los amigos de verdad son los que vienen a compartir nuestra felicidad cuando se les ruega, y nuestra desgracia sin ser llamados.
Demetrio de Falera





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