lunes, 13 de agosto de 2012

On the road.

En el camino
Los personajes de la foto son Kerouac
y Neal Cassady
Acabo de concluir la lectura de En el camino (Anagrama, Barcelona, 2011), novela del escritor estadounidense Jack Kerouac. Es este otro clásico del siglo XX que tuvo gran influencia en una generación y en el cine norteamericano. Fue mi primer encuentro con la narrativa Beat y debo confesar que me impresionó.

El ambiente de transhumancia y desorden en que viven los personajes; la velocidad en que andan por las carreteras; su vida y tiempo "perdidos"; todo se confabula para atraer al lector a este mundo sórdido de drogas, sexo y velocidad, que me recuerda a los versos del Allen Ginsberg en Aullido, poeta que, por cierto, es uno de los personajes que surgen en esta novela (Carlo Marx). Es una novela interesante, de pluma ágil y que se lee bien. Es también una invitación a leer otros autores de esa generación que marcó una época.

La contraportada nos apunta:
Con el paso del tiempo, En el camino, un libro que fue la biblia y el manifiesto de la generación beat, se ha convertido en una "novela de culto" y en un clásico  de la literatura norteamericana.
Ruta de On the road
Con un inconfundible estilo bop, que consiguió  para Kerouac el título de "heredero de Charlie Parker", en esta novela se narran los viajes enloquecidos, a bordo de Cadillacs prestados y Dodges desvencijados, de Dean Moriarty -El mítico hipster, el héroe de todos los beatniks, "un demente, un ángel, un pordiosero"- y el narrador Sal Paradise, recorriendo el continente, de Nueva York a Nueva Orleans, Ciudad de México, San Francisco, Chicago y regreso a Nueva York. Alcohol, orgías, marihuana, éxtasis, angustia y desolación, el retrato de una América subterránea, auténtica, desinhibida, ajena a todo stablishment. Una crónica cuyos protagonistas, en la vida real y en el libro fueron Jack Kerouac (Sal Paradise), Neal Cassady (Dean Moriarty), Allen Ginsberg y William S. Burroughs.
Lo malo del libro, como en el caso de casi todas las traducciones de Anagrama, es que las traducciones de los diálogos son demasiado españolas (en especial en los diálogos) y recuerdan más a los arrabales y el bajo mundo español que a unos beatniks estadounidenses de mediados del siglo XX. En estas condiciones, la imagen que el lector se hace de los personajes pierde frescura y se produce un shock al ver a unos gringos hablando como gallegos y soltando expresiones tales como: tío, hostias, cagoendiós, gilipollas, etc... No es fácil verter el habla popular en otro idioma, pero tampoco se puede ser tan localista, en particular si se piensa exportar la novela al mercado latinoamericano.

Para profundizar en el tema, he adquirido Kerouac en la carretera, sobre el rollo mecanografiado original y la generación Beat, de H. Cunnel, P. Vlagopoulos, G. Mouritidis y J. Kupets (Anagrama 2010), y Otra vez en la carretera (Zeta, Barcelona, 2008) de Cesare Fiumi.


Jack Kerouac
1922-1969
autor

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