domingo, 19 de agosto de 2012

Aullido

Aullido
Por recomendación de uno de mis libreros favoritos, compré un ejemplar de Aullido (Sextopiso, Madrid, 2011) poema del beatnik estadounidense Allen Ginsberg, profusamente ilustrado por Eric Drooker, en traducción de Rodrigo Olavarría. Debo confesar que en un primer impulso lo que me atrajo fueron las ilustraciones. Como desconocía al autor, pregunté a Jesús El Librero sobre la obra y si el texto se asemejaba a las ilustraciones... su opinión es calificada; para eso están los libreros.

Decidí comprarlo y fue el primer libro que leí del lote que adquirí ese día. No es una lectura ligera, sino más bien en el espíritu de la Generación Beat. Este poema me abrió las puertas para explorar  las obras de Kerouac, Burroughs y compañía. El tema es sórdido y está excelentemente tratado. Me gustó tanto que estoy buscando más poemas de Ginsberg, pero en su lengua original (inglés). Creo que se pierde mucho con las traducciones, en especial con la poesía.

El libro es también un trabajo de colaboración entre el poeta y el ilustrador (Illuminated poems). Las ilustraciones corresponden a la animación diseñada para la película Howl (Aullido), lo que lo hace particularmente atractivo. Que sea Allen Ginsberg quien nos de sus impresiones de esta colaboración:
Moloch
Cuando se publicó Aullido, tenía la curiosidad de legar a las siguientes generaciones una bomba de tiempo emocional que seguiría explotando en la consciencia americana, en el caso de que nuestro complejo militar-industrial-nacionalista se solidificara hasta convertirse en una burocracia policial represiva.
También tenía curiosidad de ver cómo interpretaría mi obra Eric Drooker. Pensé que con el menor lapso de atención contemporáneo debido a la televisión, esto significaría una especie de puesta al día de la presentación de mi obra... Para mi, los paisajes de la megalópolis son los más interesantes, esa visión de rascacielos gigantes. En verdad capturó el sentido de Moloch que yo buscaba en la segunda parte de Aullido: "Moloch ¡cuyos edificios son un juicio!".
Allen Ginsberg mecanografiando
... Lo que me estremeció de los carteles esgrafiados de Drooker fue su ilustración gráfica de crisis económicas similares a las depresiones de Weimar y Estados Unidos de la década de 1930.... Drooker ilustró el estrés infraestructural de la ciudad, el deterioro de las casas, la mendicidad, el hambre satisfecha en basureros y el amargo sufrimiento de las familias marginadas, de los negros y la juventud, con un detalle tan vívido que el horror de la realidad autoritaria de nuestra despiadada guerra de clases tecnoeconómica malthusiana se volvió visible de inmediato... Conforme seguí su trabajo a lo largo de una década, me sentí halagado de que un artista tan radical de generaciones posteriores considerara que el cuerpo de mi poesía aún era relevante, incluso inspirador. Nuestros senderos se cruzaron a menudo...

Bueno, quedé con ganas de más de Ginsberg y, de ser posible, su representación gráfica por Drooker. El libro me impactó. Ahora me toca releerlo con calma y disfrutarlo de nuevo. Mi agradecimiento a Jesús y su siempre oportuna orientación literaria.


Allen Ginsberg
1926-1997
autor

No hay comentarios:

Publicar un comentario