LXXI
Perfume de Leucotea
Los Aromas
Invoco a la Cadmeida Leucotea, Demonio venerable y poderoso, nodriza de Dionisos el de las hermosas coronas. ¡Óyeme, oh diosa, que mandas en el seno profundo del mar, que te regocijas con las aguas, magna protectora de los mortales! En ti es en quien confían las naves durante la tormenta de las olas, y vienes en ayuda de los marinos, y tú sola apartas lejos de ellos el destino lamentable. ¡Oh, diosa poderosa! sé nuestra salvación, sé propicia en el peligro a las naves sólidas, y otorga un viento favorable a las que llevan a tus sacrificadores por el mar.
Fuente: Hesíodo. Himnos órficos (Editorial Porrúa, México, 1976)
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