LEDA
El cisne en la sombra parece de nieve;
su pico es de ámbar, del alba al trasluz,
el suave crepúsculo que pasa tan breve,
las cándidas alas sonrosa de luz.
Y luego, en las ondas del lago azulado,
después que la aurora perdió su arrebol,
las alas tendidas y el cuello enarcado,
el cisne es de plata, bañado de sol.
Tal es, cuando esponja las plumas de seda,
olímpico pájaro herido de amor,
y viola en las linfas sonoras a Leda,
buscando su pico los labios en flor.
Suspira la bella desnuda y vencida,
y en tanto que al aire sus quejas se van,
del fondo verdoso de fronda tupida
chispean turbados los ojos de Pan.
Fuente: Rubén Darío. Poesía Erótica (Hiperión, Madrid, 2006)
No hay comentarios:
Publicar un comentario