miércoles, 5 de septiembre de 2012

La Virgen del Valle I



Desde hace tiempo no amplío el tema de la extensión del culto mariano en Venezuela. Este mes septiembre, con motivo de la festividad de la Natividad de María, vuelvo a él comenzando con la Virgen del Valle, patrona del Oriente del país y de la Armada nacional.

Nueva Cádiz en su momento de esplendor
La imagen de Nuestra Señora del Valle es quizá la más antigua destinada al culto existente en el país. Su llegada a Venezuela no se debe a ningún hecho portentoso, sino que formó parte de la dotación de la Iglesia de Santiago Apóstol de Nueva Cádiz, en Cubagua, a partir de 1530. De allí fue trasladada, hacia 1541, a Margarita, luego del agotamiento de los placeres de perlas a causa de la pesca descontrolada, y posterior despoblamiento y destrucción de la ciudad por un terremoto, un maremoto y un huracán.  Debió ser terrible, pero merecido castigo.

Juan de Castellanos, testigo presencial, en la Elegía XIII, Canto Tercero (Ediciones Mar Caribe, La Asunción, 1957) nos describe los últimos días de esta Babilonia del Nuevo Mundo:

Oíamos murmurios y bullicios,
No con falaces cantos de serenas;
Aquí y allí caian edificios,
Las altas azoteas, las almenas,
La casa de los santos sacrificios,
Moradas que yo vi ricas y buenas:
Aquí sonaban voces y allí gritos,
Aquellos con temor, estos aflitos.

Lo mejor y lo más fortalecido
Con la gran tempestad viene cayendo,
La trabazón del techo más asido
Con fuerza del temblor se va rompiendo:
Causaba gran temor aquel rüido,
Asombraba la furia del estruendo
De aquellas derrumbadas canterías
Y quiebras de vigas y alfagías.

Nuestra Señora del Valle
Si esta imagen pudiera hablar, nos contaría toda la historia de Venezuela, empezando por la esclavitud de los indios; su explotación en la pesca de perlas; la llegada de Lope de Aguirre y sus marañones; el largo letargo del período colonial, con los ocasionales ataques de piratas, y las salidas de guaiqueríes y criollos para ejercer de corsarios contra los enemigos del Rey. Y luego la independencia y las esforzada lucha de los margariteños por obtenerla. Es mucho lo que se puede contar, pero hoy nos limitaremos a comentar los sucesos ocurridos durante la ocupación de Pablo Morillo a Margarita que involucraron a la gloriosa Virgen del Valle.  En otra ocasión trataremos sobre esta devoción, su historia y sobre la Basílica dedicada a Ella en el Valle del Espíritu Santo, Margarita.

En esta oportunidad recurriremos a Alfredo Armas Alfonso (Venezuela y el cielo de sus santos Armitano, Caracas, 1977), quien nos cuenta con gusto las tradiciones insulares sobre los hechos:
La San Juan Nepomuceno, de 70 cañones;
la San Pedro Alcántara era de diseño similar.
Entre los milagros que la tradición reserva, se cuenta el patriotismo de la Virgen del Valle durante la Guerra de Independencia. La voladura del buque insignia de la Expedición Pacificadora de Pablo morillo fue acción que los insulares le acreditaron a su Patrona. Las fuerzas del Pacificador desembarcan en Pampatar en abril de aquel año de 1815 y el propio General Morillo ordena el embargo de cuanta joya y prenda de valor, exvotos de agradecidos favores, poseyese la Virgen. El producto del saqueo se embarcó en el "San Pedro Alcántara". El castigo del sacrilegio se produjo ante la isla de Coche hacia las seis de la tarde del 25 de abril, cuando el navío de 74 cañones vuela por la acción de una misteriosa explosión. Al fondo del mar se fueron "un magnífico tren de artillería y de plaza, 8.000 fusiles e igual número de monturas, espadas y pistolas, 8.000 vestuarios completos de paño, infinidad de útiles de ingenieros, gran cantidad de balas, bombas, granadas y todos los equipajes de los jefes y oficiales." Se perdieron además 100.000 pesos del Ejército. Toda la oficialidad y tripulación murió.
El Pacificador Pablo Morillo
Fue una total falta de criterio de los comandantes españoles colocar todo el parque en una sola nave, cuando perfectamente hubiera podido ser distribuido entre varias embarcaciones. No parecen cosas de Morillo que, a pesar de todo, no era un mal militar. Salvador de Madariaga en su obra Bolívar, comenta sobre el particular y nos dice: "fue un golpe abrumador para la expedición y que pudo haberse evitado distribuyendo entre varias naves cargamentos tan valiosos". La expedición comenzó con mal pie. El robo sacrílego del buen don Pablo marcó el inicio. Jean-Joseph Dauxion Lavaysse (1774-1829), agente francés que estuvo en Margarita, describe entre los tesoros de la Virgen del Valle, una corona de 365 perlas de fino oriente. El texto de M. Dauxion Lavaysse no está falto de gracia.

No se quedaron allí los desmanes del Pacificador y su caterva. Volvamos a Armas Alfonzo:
Luisa Cáceres de Arismendi

Otras memorias de la tradición oral invocan la proeza de Luisa Carrasco, maestra de escuela que logró sustraer del poder de los realistas la corona de oro de la Virgen, y huyó a Pedregales en compañía de Luisa Cáceres, la mujer del general Arismendi. Llevaba atada al cuerpo la joya. Los realistas las sometieron a requisa, "pero no pudieron dar con la corona". Luisa Cáceres fue hecha prisionera.
El manto de la Virgen se le hallaría en una caballeriza, intacto, a pesar de haber permanecido durante mucho tiempo a la intemperie, y sin señal alguna de humedad a pesar de la lluvia.
Castillo de San Carlos Borromeo, Pampatar
A Luisa Carrasco se le debe asimismo la salvación de la misma reliquia (se refiere a la imagen). Al amanecer del 9 de marzo de 1816, fuerzas patriotas de la isla atacaron el fuerte de Pampatar, ocasionando mucha bajas entre los defensores realistas. El 10, un comando mandado por Joaquín Somosa, en represalia asalta al Valle del Espíritu Santo, buscando dar una sorpresa a un destacamento patriota que había pernoctado en la población. Somosa ordena el saqueo y el incendio y se encarniza en la indefensa población, sin importar que fuesen mujeres y niños. En su furia vesánica, el oficial entra a la iglesia para apoderarse de la Virgen. No está en sus altares. La maestra Luisa Carrasco la había ocultado.
Después de la acción de Somosa, Francisco Esteban Gómez, el sacristán de la iglesia de Santa Ana del Norte y héroe de la batalla de Matasiete, trasladó la Virgen al templo que él servía. Tomás Subero y Julián Salgado cumplieron la comisión. No sería sino hasta la evacuación de la isla por las tropas de Morillo que volvería la Patrona a su altar del Espíritu Santo.
General Juan Bautista Arismendi

La tradición vincula la devoción mariana insular a las proezas del General Juan Bautista Arismendi, libertador de Margarita y de Oriente. se cuenta, por ejemplo, que durante el bloqueo a que Morillo sometió a la isla, Arismendi ordenó una pública rogativa a la Virgen para que pudieran entrar a puerto tres botes provenientes de las Antillas cargados de armas y pertrechos. El favor de la Patrona se evidenció en el hecho milagroso de que las embarcaciones alcanzasen la costa sin ser advertidos por la vigilancia enemiga. En otra ocasión, en plena batalla, una bala realista pega en el pecho de Arismendi, pero un obstáculo salva al jefe patriota de la herida mortal; el plomo choca con una medalla de la Virgen de la que no se desampara Arismendi y cae al suelo. La bala, engastada en oro, le es ofrendada a la Patrona.
General Francisco Esteban Gómez,
héroe de Matasiete. Fue el sacristán que
resguardó la imagen en Santa Ana del Norte
Pero es en la batalla del cerro de Matasiete, gesta ocurrida el 31 de julio de 1817, donde se hace más patente la protección y ayuda de la Virgen del Valle. en los tantos asaltos de los patriotas, una mujer ataviada de manto azul alienta a los soldados, restaña sus heridas, reparte el agua al sediento, carga el fusil de la libertad. Ganada la altura y en fuga el enemigo, la extraña mujer ha desaparecido, pero nadie duda en identificarla con la Virgen del Valle. El Teniente José Manuel Narváez fue testigo de aquella batalla perdida para Morillo en Matasiete. Narváez tuvo la mujer a su lado, cargando contra las fuerzas españolas, como solamente podía hacerlo la Virgen del Valle. Así se lo contó él mismo a su pariente Don Napoleón Narváez, y así se complació en relatarlo Don Napoleón, ya viejecito de 83 años.
Estas tradiciones neoespartanas son el reflejo de fe y amor mariano. Además de estos hechos que podríamos llamar portentosos, nuestra madre celestial ampara y ayuda a sus fieles y les procura una buena muerte; les concede favores grandes y pequeños y lo más importante, los hace permanecer firmes en la en la fe. Volveremos a la Virgen del Valle, que este celebra  el aniversario 101 de su coronación canónica.


La Virgen del Valle en exposición
Para la segunda parte ingresar por aquí.




13 comentarios:

  1. Morillo, de lo poco que he podido estudiar de sus acciones, no era para nada mal militar. De lo que sí adolecía era de una visión estratégica superior, que le permitiera ir un paso adelante de Bolívar.

    Por tal razón, la mayor parte del tiempo, luego de reconquistada la Nueva Granada, era Bolívar el que llevaba la iniciativa, lo que en algún momento lo tomaría de sorpresa, tal como ocurrió.

    Viéndolo desde una perspectiva militar, Bolívar, como diríamos ahora, le tuvo que bailar pegado a Morillo. Muchas campañas iniciadas por Simón José Antonio se estrellaron contra una pared por la sagacidad del zamorano, que supo verle las costuras a tiempo y tomarle la delantera.

    En fin, un muy buen táctico, pero no tan buen estratega.

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    1. No, no era mal militar. De hecho era un destacado héroe de la guerra de independencia de España. Quién sabe a qué tarado se le ocurrió poner to el parque junto. Tal vez al cubano que comandaba la flota.

      Tuvo que enfrentar Morillo muchos problemas, entre ellos las enfermedades tropicales que afectaron a las tropas peninsulares.

      Te olvidas de Páez. Años después, ya en España, a morillo no se le podía mencionar a Paéz porque se descomponía.

      Hay una leyenda caraqueña de Morillo y el tesoro de la Virgen del Valle, que involucra los terrenos donde está Miraflores.

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    2. Para nada, Páez era excelente operacionalmente. Su bravura, vivacidad e inteligencia eran inigualables. Un hombre que si hubiera recibido primeras letras tempranamente se hubiera comido al mundo él solo, sin hipérbole.

      Solo que ya a esos niveles de decisión no sé si su aportación era tan importante, a mí me parece que no. Me suena es que esas decisiones las tomaban más arriba y él posiblemente opinaba.

      Por ejemplo, la Campaña de Apure. El objetivo estratégico era llevar a una celada a las tropas de Morillo en el Apure, desgastarlo frente al medio y a los constantes combates, de tal forma que cuando estuvieran lo suficientemente desgastado darle el zarpazo final. En el contexto de esta campaña se dieron Las Mucuritas y Queseras del Medio, acciones brillantes de Páez, donde literalmente aplastó a las tropas realistas. Sin embargo, la Campaña de Apure fue un fracaso, ya que Morillo intuyó su objetivo y se retiró a tiempo. Se ganaron muchas batallas pero se perdió la campaña.

      Para ganar una guerra se requiere mucho más que saber pelear. De allí la genialidad de Bolívar, al saber que tenía que tener a Páez a su lado, él era su complemento.

      Por cierto, me das pie a preguntarte algo que no he tenido forma de contestar. Tal ves tengas los materiales necesarios para ello.

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    3. Revisando la entrada de Queseras del Medio en Wikipedia, encontré que un revisor peruano negaba de plano la posibilidad histórica de que la batalla se diera tal como generalmente se describe.

      El hombre, avezado en temas militares, cuestionaba que una acción de tal envergadura no la harían ni las mejores tropas de caballería de Europa. Para reforzar su punto, me citaba a dos autores, un militar venezolano de comienzos del siglo XX y un español realista cercano a los tiempos de la Independencia que, según pude averiguar, era el comentarista oficial de la Corona, con lo que ello significa. Ambos negaban que Queseras del Medio fuera una victoria patriota y que no era tal como la describimos.

      El problema surgió cuando intenté buscar documentación al respecto. En Internet solo aparecen dos fuentes, Venezuela Heroica y la Carta del Libertador felicitando a Páez y compañía. La primera tiene sus bemoles por sus formas y la segunda causa suspicacias por el estilo grandilocuente del emisor y su evidente interés propagandístico.

      ¿Tenemos otras fuentes confiables para validar Queseras del Medio? ¿Cómo sabemos que el relato que tenemos es el apropiado para lo que pasó?

      A la final contesté por vía analógica, ya que Queseras no fue ni la primera ni la última batalla donde Páez simula derrota y contraataca. Era uno de sus estilos. Lo que cambia es la magnitud de los números, no el formato.

      ¿Qué te parece?

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    4. Te gusta escribir lar... Jajaja

      Seré suscinto: 1) Cero creerle a Venezuela Heroica, que es simplemente una obra literaria del romanticismo criollo. Se creó para darnos ánimo en una república fallida, pobre y asolada por las guerras.

      2) No le creo mucho a Wiki, porque cada quien pone lo que le da la gana, muchas veces sin base documental. Le he encontrado sus cosas. Habría que ver si ese militar peruano era bolivarista o sanmartinista.

      3) Si el realista escribió durante la guerra, puede perder credibilidad. Si lo escribió ya de regreso a España, ya es otro cantar. (creo que Madariaga tomó de esa cuando escribió sobre el tema en su Bolívar)

      4) La carta de Blívar tiene su valor, aunque puede ser también propaganda de guerra.

      Otra fuente que no citas es al mismo Páez. Déjame chequear su Autobiografía, y luego te cuento. Páez era muy hábil en ese tipo de operaciones: riesgo y sorpresa... El creía en la guerra de guerrillas y así lo anota en sus memorias. Debe haber puesto algo.

      Feliz día.

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    5. Bueno, hombre, ¿qué le iba a hacer? Hay veces que no se puede... jejejejejejejejeje

      El historiador venezolano se llamó Tomás Pérez Tenreiro y el españolete Mariano Torrente.

      Cuando conoces de temas militares, las dudas que presentó el peruano son totalmente razonables.

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    6. Nunca se sabrá la verdad. ese período está placado de propaganda e información parcializada. Jajaja

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    7. Me puse a revisar la autobiografía de Páez. Los capítulos X y XI tocan el tema. En el Capítulo XI sale la descripción de la batalla. Te transcribo lo que dice de Torrente:
      El hecho sucedió en el lugar llamado las Quesseras del Medio. Morillo lo llama en su parte el Herradero; y el historiador realista Torrente, para hacer parecer menos vergonzosa la derrota, dice que los nuestros eran quinientos llaneros de figura gigantesca y de hercúlea musculatura. Bolívar hizo contar los muertos que había tenido el enemigo, y ascendieron a cerca de quinientos; de los nuestros salieron heridos del combate, entre otros, el teniente coronel Manuel Arráiz, y los capitanes Francisco Antonio Salazar y Juan santiago Torres; muertos solamente dos, Isidoro Mujica y el cabo 1° Manuel Martínez; pero la anchura de sus heridas y tenerlas en la espalda nos demostraban que habían sido abiertas por lanzas de los nuestros, que en la confusión y oscuridad habían tomado por enemigos a aquellos compañeros suyos.

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    8. ¡Guao! Pues sí, Páez conocía la obra, porque esas son las palabras exactas de Torrente cuando describe a los llaneros y ciertamente llama del Herradero a la batalla.

      Como se diría modernamente, murieron por el fuego amigo...

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    9. Jajaja ...Friendly fire. Da gusto leer a Páez y los símiles que usa. Él dice que no tuvo sino una educación muy elemental, pero no lo demuestra en su pluma.

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  2. Y echa el cuento ese del tesoro de la Virgen, Morillo y los terrenos de Miraflores... suena interesante... jejejejejeje

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    1. Déjame recordar en qué libro costumbrista leí lo del tesoro y Miraflores. Tengo una idea más o menos de donde está. No me pase como lo de Dauxion Lavaysse, que sé que lo tengo, pero no en qué libro.

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    2. Sigo bucando este caso. Aparecen varias leyendas, todas mentirosas sobre el pobre Morillo. El ladrón era el maricón de Moxó. Voy a recogerlas todas para ponerlas juntas y hacerme unas preguntas.

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