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| Armando Reverón 1889-1954 |
La modernidad de Reverón
No me interesa la modernidad de Reverón. Tampoco la de nadie. Razono: Lo que más veo de la obra de Reverón son los procesos, la forma en que trabajaba, su relación con el entorno y con la naturaleza, su pathos de artista, su manera de llevar máscara, de hacer música del silencio, y de la obra juego incesante. Su apuesta permanente, su sentido del espectáculo. Observo lo que tienen en común sus procesos con mi propia forma de ver las cosas. Y esta relación es suficiente para interesarme profundamente por lo que encuentro de más original en su mundo respecto a las condiciones del quehacer artístico general de hoy. Que haya estado consciente de su gran descubrimiento (la luz substancial en tanto que materia que ilumina) sólo podría tener consecuencias para él. Me parece gran cosa que no se haya propuesto ser moderno, pues de lo contrario no hubiera llegado a hacer lo que hizo. ¿Por qué empecinarse en encasillarlo?
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| Amanecer en el Pozo Ramírez Armando Reverón 1938 |
Todo el litoral en comodato
Reverón buscaba seguridad en sus propias fuerzas para marcar distancia respecto al mundo urbano que había abandonado, y al mismo tiempo ensayaba reencontrarse en la naturaleza hasta un punto tal en que, sin tener que depender de ella, pudiera bastarse a sí mismo, de espaldas a su pasado y a la tradición técnica que también rechazaba con decisión de abandonar la civilización.
En esta perspectiva, El Castillete vino a llenar una doble función: simboliza la independencia del artista y le proporcionaba a éste un sitio confortable donde podía trabajar su obra sin ser molestado, un sitio en el cual podía entregarse a un proceso de creación de tal intensidad que poco a poco fue adquiriendo los visos fantásticos que conducían a la locura.
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| La Cueva Armando Reverón 1919 Colección privada |
Fuente: Juan Calzadilla. Libro de las Poéticas (Fondo Editorial Fundarte, Caracas, 2010)
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