miércoles, 12 de septiembre de 2012

El día que la estatua de Páez habló

Tarjeta postal de principios del siglo XX
Aparece la Plaza Paéz en El Paraíso,  ... au milieu d'un inmense jardin public.
Tomada de Viejas Fotos Actuales

Hay una leyenda caraqueña, poco conocida, que involucra a la estatua del General José Antonio Páez en El Paraíso. La escultura es obra de Eloy Palacios, el mejor escultor venezolano del siglo XIX, quien también es autor del Monumento a la Batalla de Carabobo, mejor conocido como La India de El Paraíso, ambas realizadas por comisión del Gobierno Nacional presidido entonces por el General Cipriano Castro. La Plaza Páez, como se la conoce, fue inaugurada  el 23 de mayo de 1905, acompañado de su gabinete ministerial, el autor de la obra, curiosos y el grupo de gente arrocera que gusta agolparse en todas las inauguraciones. El discurso de orden estuvo a cargo del insigne escritor don Eduardo Blanco, quien en su juventud fuera secretario de Páez. Encontré esta leyenda en el libro Santiago de León de Caracas en sus leyendas históricas, de Luis Beltrán Reyes.

Ramón Tello Mendoza y Eduardo Blanco
Antes de entrar en la leyenda, es útil ubicarse en el contexto histórico. Estamos en los primeros años de la hegemonía andina. Desde que Cipiarno Castro tomó el poder, ha debido enfrentarse a revoluciones como la Libertadora y al bloque de las costas de Venezuela por las potencias europeas. Sólo dos años antes el Vicepresidente, Juan Vicente Gómez, había ganado la batalla de ciudad Bolívar y pacificado definitivamente el país. El recuerdo de "la planta insolente del extranjero" había hecho renacer el fervor patriota y el entusiasmo por los hechos heroicos del pasado. Es también la época de "los doctores de Valencia", que encabezados por don Ramón Tello Mendoza, rodeaban al caudillo acaparando cuotas de poder y relegando a los sectores andinos. Cipriano Castro se creía casi la reencarnación de Simón Bolívar.

Naturalmente, entre los ardorosos y apasionados cantores de la nacionalidad se encontraban personajes que, como siempre ha sucedido, buscaban medrar del poder, enriquecerse en él y obtener prebendas. Eso es ya tradicional; se llama "cuadrarse" con el que está al mando, o "jugar a ganador".

En este contexto es cuando se inaugura la obra y se rumoró en Caracas los detalles. Según la especie, "algunos de los personajes asistentes a la inauguración de la estatua" jamás habían escucha a una estatua hablar como si tuviera movimiento y vida. Veamos qué nos dice Luis Beltrán Reyes:
Cipriano Castro, El Cabito, El Siempre Invicto,
...Cierto o no lo que se aseguraba al respecto, se sabe con seguridad, y propalado por otra leyenda en esos mismos días, que Páez se le había presentado al Presidente Castro con un mensaje aterrador, traído desde su tumba, (...) que nada halagüeño tenía. Ahora era la estatua del inmortal llanero, que una vez que don Eduardo Blanco terminó su discurso en tan solemne inauguración, tan artística y bella estatua empezó a hablar agradeciendo en nombre del mismo representado cuánto de él se había expresado el orador.
Dice nuestra fuente que sólo uno de los ministros asistentes al evento contó algo de lo sucedido. Se trata del General Alejandro Ibarra, quien dijo haber escuchado a la estatua del Centauro de los Llanos hablar como cualquier humano. Nos dice Luis Beltrán Reyes:
¿Cuánto le dijo, y por qué a él sólo? No lo sabemos exactamente pero sí sus últimas palabras que copiamos fielmente y en las que le dijo: "General, parte de esta gloria que será extensiva en los venideros tiempos, será manchada y traicionada por hombres venales y sin dignidad, que no vacilarán en pasarse a enemigos de la libertad y la justicia...."
Sin duda, Cipriano Castro fue un personaje que por su pintoresquismo y sus actitudes histriónicas se presta a las leyendas y comentarios, muchos de ellos falsos o exagerados. Pudo haber hecho un buen gobierno, porque  las tenía todas consigo, pero, en su vanidad, se creyó los halagos de los áulicos que fueron su perdición.

La otra obra comisionada por Cipriano Castro a Eloy Palacios, el Monumento a la Batalla de Carabobo, conocido también como la India de El Paraíso, fue inaugurada por Juan Vicente Gómez en 1911. En esa oportunidad la India prefirió callar. Es una bella obra que representa a Venezuela libre (la india), que surge de un chaguaramo con una palma de olivo y una antorcha. Eloy Palacios es también autor del Monumento a Ribas en La Victoria y de la escultura del Dr. José María Vargas, en el Hospital que lleva su nombre en Caracas.

Monumento a la Batalla de Carabobo,
obra de Eloy Palacios.
Tomada de Viejas Fotos Actuales

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