lunes, 17 de septiembre de 2012

La luz del Tirano Aguirre

El Tirano Lope de Aguirre
Los caraqueños de antaño, muy dados a creer cosas inverosímiles, tenían una leyenda que involucraba al alma en pena de Lope de Aguirre, conocido en Venezuela como El Tirano y también, según quien escriba, como Traidor, Peregrino o Príncipe de Libertad. Don Lope nunca estuvo en Caracas pues murió en Barquisimeto seis años antes de que Diego de Lozada llegara a las riberas del Guaire.  Dejemos que Carmen Clemente Travieso nos cuente esta vieja leyenda, que tomo de Anécdotas y leyendas de la vieja Caracas (Concejo Municipal del Distrito Federal, Caracas, 1971), pero antes debo advertir que la historia está "agarrada por los pelos" y llena de inexactitudes, pero la copio textual para conservar el sabor que quiso darle doña Carmen, al fin y al cabo es sólo una leyenda, y una excusa para poner algunas fotos que tomé en el Paseo El Calvario:
En todo el país fueron conocidos y comentados los crímenes del Tirano Aguirre, el audaz aventurero nacido en la Villa de Oñate, en Vizcaya. Durante muchos años "el tirano" vivió en el Perú domando potros y tomando parte en los levantamientos que allí se sucedían. El historiador (Rafael María) Baralt dice que "por sus alborotos continuos le habían desterrado continuamente de todas las ciudades del Perú, y en el Cuzco estuvo a punto de ser ahorcado".
Arco de la Federación recién restaurado.
Presenta figuras mutiladas por años de vandalismo
(...) A su llegada a Borburata quemó sus tres embarcaciones, junto con las demás que se hallaban allí ancladas. En Valencia y Barquismeto cometió toda clase de crímenes. Sus secuaces lo abandonaron con excepción de Juan Llamoso, quien le permaneció fiel. Entonces viéndose ya casi perdido, resuelve matar a su propia hija para que mañana no fuera llamada "la hija de un traidor" Esta hija había sido amada al extremo por él, y la había llevado desde el Perú con solícito cuidado, según rezan las crónicas. Sus propios compañeros, impresionados por este parricidio, pidieron a Paredes que les permitiera arcabucearle, lo que fue ejecutado al instante. Uno de ellos le cercenó la cabeza.
Espera un momento, Carmen... ¿parricidio? ¿la adolescente mató al padre? Será filicidio. Sus compañeros no estaban impresionados por la muerte de la niña, sino que buscaban los perdones reales y así mostraban su celo. Al matar a su hija, lo que quería don Lope era que, a su muerte, no se convirtiera en "colchón de soldadesca", que ese era el destino que él esperaba, y así lo comprendieron tanto Diego García de Paredes (el tal "Paredes"), como los marañones, ahora "fieles" a su Católica Majestad.
Fue así -nos dice doña Carmen-, como Lope de Aguirre murió el 27 de octubre de 1561, dejando trágicos recuerdos entre sus gentes. Sus crímenes fueron inspiración para muchos proverbios populares.
Gazebo victoriano estilo gingerbread, está ubicado en la parte
más alta del parque, muy cerca de la antigua caja de agua. 
Los ánimos de los habitantes de Caracas se habían quedado fuertemente impresionados por estos horrendos hechos; y fue así que nació la Leyenda de que en la colina de El Calvario aparecía "el alma en pena del tirano Aguirre", en una lucecilla vaporosa y tenue que se miraba brillar en las noches oscuras: la luz subía y bajaba, aumentaba de brillo para luego desaparecer en algún punto y aparecer en otro más lejos. Sí, era el alma del tirano Aguirre que venía a la tierra a implorar misericordia de los vivos. Y también para asustar a los malvados. Y a los que no lo eran, pues la ciudad entera, hasta los niños salían a la calle cuando oían la voz de algún vecino que decía:
- ¡Mírenla! Allá va la lucecita del alma en pena del tirano Aguirre...
Los viejos señalaban a los niños con voz trémula de miedo la fatídica lucecilla; las mujeres rezaban una oración, y los muchachos espantados con los relatos del tirano Aguirre, corrían a esconderse bajo los fustanes de la madre.
Refiere la crónica que "las almas piadosas tuvieron ocasión de aplicar sus oraciones por aquella ánima que sufría en el purgatorio".
La explicación de estas "visiones", o sea la luz del tirano Aguirre, la explica así el cronista:

Vista del valle de Caracas desde El Calvario
Hacía muchos años, existía en Caracas un famoso ladrón que era el azote de las familias y de las autoridades que nunca podían dar con él. Había sido perseguido a muerte por la policía, pero siempre escapaba de sus garras. Viéndose en apuros, pues se veía cercado, resolvió un día dispersar su cuadrilla de forajidos y esconderse. Muchos de ellos habían caído ya en manos de la policía y la verdad es que no quería correr la misma suerte. Así que aquel día los reunió por última vez y les dijo: "traten de esconderse ustedes que yo haré lo mismo". Y diciendo y haciendo buscó refugio bien lejos del sitio de sus fechorías.
... en la colina de El Calvario, en los espesos matorrales que existían en la meseta superior. No obstante, ni aquí se sintió seguro, por lo que ideó cavar una cueva que le serviría al mismo tiempo de habitación contra las lluvias, de sitio donde esconder su tesoro. Y armado de pico y pala abrió una cueva en el sitio más elevado del centro. En aquel escondrijo se puso a cubierto de las persecuciones de que era objeto por parte de la policía.
Estatua pedestre de Simón Bolívar ubicada en el punto más
alto del parque, donde estuvo la gigantesca
estatua de El Manganzón
Pero el ladrón -cuyo nombre no cita el cronista-, no tenía confianza en nadie y así resolvió encerrarse en su escondrijo con el cuantioso tesoro que había logrado reunir, producto de sus robos. Una especie de cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones, pero en pequeño.
La excavación era profunda y la realizó de manera que no se podía distinguir por la parte de afuera. Pero el ladrón no estaba solo, sino que lo atendía, llevándole el alimento y la ropa, una mujer que compartía su suerte con él.
Nuestro ladrón se sepultó en su cueva que le servía de segura habitación y su compañera le llevaba diariamente las provisiones que necesitaba para su alimentación. Así, apenas oscurecía, la pobre mujer se encaminaba hasta el escondite, dando muchas vueltas y rodeos para no llamar la atención de los vecinos ni de la patrulla que por allí rondaba. Llevaba en una mano un farol cuya llama oscilaba a los impulsos de la brisa...
Y ésta era la lucecita que miraban brillar y desaparecer los asustadizos y que, de acuerdo con su miedo - inspirado en las aventuras del tirano Aguirre-, le atribuyeron a su alma en pena.
Pero una noche, la mujer no pudo dirigirse temprano al lugar donde el ladrón se hallaba, debido a sus ocupaciones. Y eso bastó para que la patrulla que rondaba, vieran la lucecita que ésta portaba, la siguieron y dieron con el escondite del famoso ladrón. Antes tuvieron que dar muchas vueltas y revueltas por los matorrales, porque la luz parecía apagarse de repente. Hasta que la siguieron, ya seguros de dar con el escondrijo, Allí en su cueva, dieron con él y le hicieron prisionero. Su vida terminó en el patíbulo, "de acuerdo a las leyes de aquellos tiempos".
Caja de Agua del antiguo acueducto de Caracas,
colina El Calvario
Y fue éste el fin de "la luz del tirano Aguirre". Como vemos todo fue producto de la imaginación de los caraqueños. Pero he aquí lo increíble: este descubrimiento y el hecho de haberse apagado la lucecita nocturna de la colina, no bastó para que muchos empecinados siguieran creyendo ver en cada luz que atravesaba la colina , "el alma en pena del tirano Aguirre". Y no fue sino cuando desapareció totalmente la colina y los matorrales, en la transformación del Paseo Independencia, cuando los caraqueños dejaron de creer en la "luz del tirano Aguirre".
Me parece exagerada la expresión de Carmen Clemente cuando dice que "desapareció totalmente la colina y los matorrales". La colina no desapareció, sino que fue convertida en un bello paseo de gusto europeo, con caminerías, jardines y esculturas, que se designó primero con el nombre del ilustre ególatra Antonio Guzmán Blanco, luego Paseo Independencia, y desde hace pocos años, en un arranque de montonerismo decimonónico, Parque Ezequiel Zamora. Junto con el cambio de nombre, se realizaron trabajos de recuperación y rescate; no se puede hablar de "restauración" porque la idea, loable por cierto, era abrir un espacio para la recreación ciudadana. Ojalá se mantenga en el tiempo y se preserve lo que se ha podido rescatar.

Aspecto de la primera zona desarrollada del Paseo Independencia
Allí se encuentra ahora un cafetín con música en vivo; unos vecinos
cantan mejor que otros. Al fondo, la Capilla de Lourdes, recién rescatada.
Si la leyenda de la luz del tirano Aguirre se hubiera desarrollado entre la segunda mitad del siglo XX y la primera década del XXI, podríamos atribuirla a los fogonazos de los fumadores de piedra (crack) o marihuana... o tal vez a los ajustes de cuentas entre bandas rivales. El ladrón excavador de la leyenda era un niño de pecho comparado con los hampones del presente. Yo le daría un premio por su ingenio, sobre todo porque cavar ese cerro para hacerse una cueva de Alí Babá es muy difícil, en especial si sólo se tiene un pico una pala. La colina es de piedra, como lo pude observar en las bases de la Capilla de Lourdes.

Capilla de Lourdes, asentada sobre roca firme

Recuerdo que mi primera visita a El Calvario fue una noche de 1972 con mis amigos Carlos Coll y Manuel Paolillo y llegamos en carro hasta la estatua de Colón, que se elevaba al final de las escalinatas, donde hoy está un Ezequiel Zamora hierático y sin gracia. Para entonces, como ahora, había seguridad en la zona. Luego vino un período de abandono y el lugar se convirtió en guarida de maleantes y mal vivientes. Hubo una operación rescate en los años 90 y lo volví a visitar con unos compañeros del Ministerio de Relaciones Exteriores; subimos por las escalinatas bajo la canícula del mediodía y llegamos hasta el Jardín Parnasiano y luego regresamos por la misma vía hasta Carmelitas.

Jardín Parnasiano
El Paseo está limpio, bastante bien tenido y, lo más importante, hay seguridad. Creo que es una buena opción de un paseo por el centro de Caracas. Le ha sido entregado a los Consejos Comunales de los vecindarios colindantes, quienes cuidan de él , lo mantienen y lo disfrutan.

Busto de Agustín Codazzi
Lamentablemente, será muy difícil que el Parque recobre su antiguo esplendor . Es grande el daño causado por el vandalismo, la desidia y el abandono. Da lástima ver las estatua mutiladas, o los elementos decorativos maltratados y sólo queda viajar la imaginación a ese momento en que las élites políticas venezolanas maquillaban a la capital para que se pareciera a Europa, pero a una Europa de pastillaje.

La luz del mediodía no es la mejor para fotografiar este elemento decorativo


Busto de Miguel de Cervantes y Saavedra


Al pie de esta estatuilla de hierro colado se lee en francés:
Flor de los Alpes


Banca de azulejos (o lo que queda de ellos)


Caminería, cerca de la Capilla de Lourdes

Fuente en una redoma cerca del parque infantil.
Vista hacia la Basílica de Santa Teresa y el
Teatro Municipal, ambas obras de Guzmán Blanco

Vista hacia el sur

8 comentarios:

  1. Toda luz vagante en medio de la noche en sitios solos, en especial si es recurrente en el tiempo y no tiene (a la luz del día) explicación, es atribuía en Venezuela al alma en pena de Aguirre. Los llaneros no tanto, prefieren atribuir esos fuegos fatuos a Espantos de la Sabana... pero en las ciudades castellanas fundadas por los antiguos españoles del Tocuyo, tales como Barquisimeto, Carora, Trujillo, Valencia y Caracas (y en el mismo Tocuyo), la advocación y culpa es del Tirano. En su plaza mayor se conservó por muchas décadas colgada del mismo palo donde se ahorcó a Carvajal una jaula de hierro con la cabeza de Aguirre...

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    1. Eso es correcto. En particular si tomamos en cuenta que los primeros pobladores fueron quienen enfrentaron a Lope de Aguirre. También en el samán de Güere, según alguna creencia, se presentaba la famosa luz de Aguirre.

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  2. Qué hermoso paseo por El Calvario; lástima que no se nos ocurrió ir a visitarlo cuando estuve el año pasado! Tendré que volver!
    Gracias por este regalo...
    Marga

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    1. Bueno, prima; será para la próxima. Mucho sol y calor. Menos mal que hay un cafetín.

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  3. Gracias por el paseo fotográfico de hace año y medio pues hace más tiempo que no voy por allí, lo visité por primera ver con mucho temor pues hablaban mucho de lo peligroso en 1974 y tal vez la última vez hará unos cinco años.
    La vista de Caracas es espectacular, si siempre lo fue desde que se tomaron las primeras vistas de la ciudad en la segunda mitad del siglo 19 ver la ciudad de hoy es realmente impresionante.
    Este Paseo desde las escalinatas hasta el Gran Tanque reformado y ampliado en tiempos del Benemérito (1921) debería seguirse llamando como fue inaugurado en los 1870 tas: Paseo Guzmán Blanco.

    Cuando en 1974 subí la primera vez, existía el Museo Ornitológico donde creo hoy funcionará el cafetín y al frente estaba bien completico y a la intemperie desde 1897 el último de los doce -creo- relojes citadinos que nos venían de la época de Joaquín Crespo. Hoy los celadores sabrán el estado de sus partes despues de unos cuantos actos vandálicos producto de dementes y tira piedras hace relativamente poco tiempo.

    Gracias nuevamente.

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    1. Aprovecha que aún está visitable, limpio y seguro. Si deseas te doy los datos del grupo que organiza los paseos.

      Saludos.

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  4. Gracias Abraham, he escuchado solo que no soy muy de visitar en grupos aunque turista por la ciudad a menos de que ese tour me lleve por otros sitios más extraviados, fuera de mi itinerario.
    Lo mismo había escuchado de grupos por el centro de la ciudad pero acaso el que tal vez me hubiese interesado aún más, unos que organizaban para visitar ciertas tumbas del Cementerio General del Sur donde hay que ser bien conocedor, "baquiano" y arriesgado, pero con que ganas me gustaría tomar ese riesgo.

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    1. Tampoco me gusta el turismo en grupo. Tomé ese porque me pareció más seguro. Luego de la visita me di cuenta que se puede subir solo y no pasa nada.

      Para ir al Cementerio General del Sur hay que ir preparado psicológicamente para ver su destrucción. la última vez fue hace unos 20 años para desenterrar a todos los muertos de la familia y meterlos en osarios. Me dio dolor ver una tumba cercana toda profanada y convertida en un muladar (era de granito rojo, con una bella escultura de un búho y versos de Omar Kayham). Se me quitaron las ganas de volver.

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