viernes, 28 de febrero de 2014

Orfeo

Orfeo. Mosaico romano, colección del Museo Regional de Palermo
El mosaico que encabeza este artículo representa a Orfeo, el citarista, encantando a las bestias con su suave música.  Vemos allí animales europeos, africanos y asiáticos, pero eso es lo de menos si conocemos su historia que incluye un viaje al Hades para rescatar a su amada, la ninfa Eurídice, y otro a la Cólquide como uno de los argonautas que acompañaron a Jasón en la búsqueda del vellocino de oro. Que nos narre su historia Apolodoro en su Biblioteca mitológica (Alianza Editorial, Madrid, 2004):
De Calíope y Eagro, o de Apolo, según otra versión, proceden Lino, a quien dio muerte Heracles, y Orfeo, cultivador del canto al son de la cítara, con que conmovía a las rocas y a los árboles. Cuandom murió su esposa Eurídice, víctima de la modedura de una serpiente, descendió al Hades con la intención de hacerla volver, y logró persuadir a Plutón de que la enviara arriba. Éste se comprometió a hacerlo a condición de que Orfeo durante el camino no volviera la cabeza hasta que estuviera en su casa. Pero él, por desconfianza, se volvió y contempló a su esposa que de nuevo tuvo que volver abajo. También fundó Orfeo los misterios de Dioniso y está enterrado en Pieria, tras haber sido descuartizado por las Ménades. (Libro I, 2)
El mito de Orfeo ha sido objeto de la ópera desde el período Manierista. Una de las versiones más bellas es la de Christoph Willibald Gluck (1714-1787). Escuchemos el Aria Che faró senza Euridice, en la voz de Marilyn Horne. Orfeo llora desconsolado por la pérdida y sin saber que hará sin ella



LETRA


Che farò senza Euridice? 
Dove andrò senza il mio ben? 
Euridice, o Dio, rispondi! 
Io son pure il tuo fedele.

Euridice! Ah, non m´avanza 
più soccorso, più speranza 
ne dal mondo, ne dal ciel.



Orfeo y Eurídice a las orillas de la Estigia, por John Roddam Spencer Stanhope (1878)


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