jueves, 14 de junio de 2012

Del alma adolorida de Cruz Salmerón

AZUL


Azul de aquella cumbre tan lejana
Hacia la cual mi pensamiento vuela,
Bajo la paz azul de la mañana,
¡Color que tantas cosas me revela!

Azul que del azul del cielo emana,
Y azul de este gran mar que me consuela,
Mientras diviso en él la ilusión vana

De la visión del ala de una vela.

Azul de los paisajes abrileños,
Triste azul de los líricos ensueños,
Que no calman los íntimos hastíos.

Sólo me angustias cuando sufro antojos
De besar el azul de aquellos ojos

Que nunca más contemplarán los míos.


Costa de Cumaná vista desde Manicuare
CIELO Y MAR

En este panorama que diseño,
Para tormento de mis horas malas,
El cielo dice de ilusión y galas,
El mar discurre de esperanza y sueño.

La libélula errante de mi ensueño
Abre la transparencia de sus alas,
Con el beso de miel que me regalas
A la caricia de tu amor risueño.

Al extinguirse el último celaje,
Copio en mi alma el alma del paisaje
Azul de ensueño y verde de añoranza;

Y pienso con oscuro pesimismo 
Que mi ilusión está sobre un abismo
Y cerca de otro abismo mi esperanza.


Cielo y mar
ADVENIMIENTO

Vierte entre las florestas silenciosas
Un resplandor su aparición estrella,
Y acariciando va todas las cosas
Su mirada que la hace ser más bella.

A su paso deshójanse las rosas,
La luz del sol baja a besar su huella
Y hasta las rosas menos olorosas
Quedan por algún tiempo oliendo a ella.

Yo la miro perderse entre las flores,
Y con la voz de todos los amores
Voy a llamarla, pero me da miedo

Verla venir hacia la angustia mía
Porque yo la adoro todavía
Quiero amarla como antes y no puedo.



Cruz Salmerón Acosta
1892-1929

En su obra Poetas sucrenses, el padre Barnola nos dice del poeta:
Cardo florecido junto al mar, diríamos que fue Cruz Salmerón Acosta (1892-1929). Con admirada emoción escribimos el nombre de este bien recordado poeta, símbolo del infortunio resignado. "Poeta del dolor" le ha llamado uno de sus biógrafos, a causa del mal incurable de su tiempo, que luego de azotarlo por muchos años, agotó la existencia de quien apenas contaba 37 años de edad. Bajo el azul cielo de Manicuare, su cuna y su tumba, floreció entre espinas de dolor aquel delicado poemario que su autor tituló Fuente de amargura.

Nos agrega Rafael Arráiz Lucca, en su Antología de la poesía venezolana (Panapo, Caracas, 1997), en las notas correspondientes a Cruz Salmerón:
El pueblo de Manicuare en la península de Araya, frente a Cumaná, lo tiene como un santo. Padeció de lepra y su vida no pudo ser otra que un calvario. Murió a los treinta y ocho años después de agotar sus días circunscrito a su pueblo y preguntándole a Dios por la infelicidad de su destino. Su obra es brevísima y, prácticamente, le bastó un soneto para inmortalizarse: Azul se titula y aquí puede leerse. Con motivo del centenario de su nacimiento, Osvaldo Larrazábal Henríquez publicó un estudio sobre su vida y su obra. Quien vaya a la casa de sus padecimientos podrá ver la cima de la cumbre que desde su lecho cantara el poeta.
Casa natal de Cruz Salmerón Acosta en Manicuare
Cruz era una joven promesa venezolana. Me gusta imaginar cómo habría sido la obra de su madurez, si la atormentada muestra juvenil es tan buena. Cuando leo y releo sus poemas "se me agua el guarapo", consciente como estoy de su sufrimiento del mal de Hansen. La lepra le fue diagnosticada, a los 20 años de edad, por el Dr. Felipe Guevara Rojas, Rector de la Universidad Central de Venezuela, quien le recomendó recluirse antes de que su condición fuera del conocimiento del Estado; quería evitarle caer en un denigrante leprocomio. Llevó su cruz con dignidad y murió apreciado por la comunidad de Manicuare, en el Municipio que hoy lleva su nombre. Es fama que para la fecha de su deceso fuerte sequía asolaba la región y que el día del entierro, el 30 de julio de 1929, llovió torrencialmente, como si quisiera dar un regalo de despedida.

El amigo Luis Barragán publicó en su blog un interesante artículo que se puede leer aquí, donde se identifica la destinataria de tan hermosos poemas. El amor entre ambos, a pesar de la tragedia y la distancia, fue correspondido. Después de conocer la historia, se leen con otros ojos.

Su casa se conserva y es lugar de peregrinación para los amantes de la buena literatura. De hecho un viaje a Cumaná puede extenderse hasta Manicuare y visitar el sitio -sólo hay que cruzar el golfo. No sería mala idea aprovechar la ocasión para también adquirir alfarería en el pueblo, que es de las más interesantes de Venezuela, y visitar la zona de manos del Barón de Humboldt, que estuvo por allí en 1799. 

2 comentarios:

  1. Tan solo una pregunta. ¿Es la letra de la canción "Escúchame" obra de Cruz Salmerón Acosta? Siempre había creído que era así, pero me han entrado dudas. Olmar

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    1. Déjame averiguar y luego te cuento. Primero buscaré la canción y luego chequeo la antología.

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