jueves, 22 de mayo de 2014

Pigmalión y Galatea

Pigmalión y Galatea, por Jean-Léon Gérome (1892)
Pigmalión, rey de Chipre, tenía más fama como escultor que como guerrero; tan amante era de su arte que no quiso casarse pues, según él, ninguna mujer viva podía ser tan bella como la figura que moldeaba con sus manos. Trabajó en una figura de marfil con tanto tiempo y amar que se convirtió en la señora de su corazón, hasta tal punto que habría dado todo lo que tenía por darle vida, además de belleza y elegancia. Todos los días trabajaba para darle toques de perfección a la forma sin sentido, todas las noches suspiraba para que fuese de carne y hueso.
Galatea era el nombre que dio a su estatua, en vano la llamaba a la vida. Inútilmente buscaba un beso enamorado y movimiento de sus proporcionadas extremidades. La cubrió de caros tisúes, adornó su cuello y brazos de piedras preciosas, coronó su fría cabeza con flores, pero todo resultó inútil. La escultura continuaba siendo una escultura, que parecía menos bella cuanto más escondía su forma blanca con oro y púrpura.
Llegaron las fiestas de Afrodita, la gran diosa de la isla. Pigmalión fue a su templo llevando ricas ofrendas y presentando una oración apasionada con el humo del incienso que se elevaba desde el altar.
"¡Reina del amor, apiádate de alguien que ha desdeñado tanto tu poder! ¡Dame por mujer el trabajo de mis propias manos o, si no puedes, una doncella de la tierra tan hermosa como Galatea!"
Como si fuese una respuesta favorable, tres veces la llama del altar se alzó en el aire, haciendo que el corazón de Pigmalión latiera deprisa y esperanzado. Se acercó a su casa permaneciendo de pie ante la estatua, que cientos de veces le había casi engañado con la creencia de que estuviese viva.
"¡Galatea!" gritó por milésima vez extendiendo sus brazos; entonces casi retrocedió por temor a lo que tanto tiempo había deseado.
Estando admirándola, la forma de mármol vino en sí. Su pecho palpitaba; por sus venas corría sangre; sus ojos ya no miraban como piedras. No era mentira. Él cogió la mano suave que se iba calentando con la suya. Podía sentir los pulsos palpitantes con su roce. Él sonrió y la cara le devolvió la sonrisa. Habló y los labios de Galatea contestaron: "¡Afrodita ha hecho el milagro!"
Esta versión del mito de Pigmalión y Galatea por el coronel británico Robert Hope Moncrieff (1826-1887) concluye con un fragmento de un poema de W. Morris:
"Sin hablar permanecía él, pero ella respiraba
simple y dulce como ella quería ser,
y en seguida otra vez su voz de clara plata sonaba
llenando el alma de él de gran felicidad.
Y así ella habló: 'Tú no vendrás a mí
¡oh querido compañero de mi nueva vida!
Yo soy llamada a ser tu amante y tu esposa.'"

Pigmalión y Galatea, por Ernest Normand (18886)


El texto está tomado de Mitología Clásica (M. E. Editores, Madrid, 1995) por Robert Hope Moncrieff Aitken, con una infame y pobre traducción a cargo de Pilar Serrano. Vemos, por ejemplo en este caso, que Pigmalión hace a Galatea de marfil y ésta termina siendo de mármol; pero hay cosas peores como gentilicios incorrectos, o el uso de la palabra maíz, cuando este cereal americano no era conocido en el mundo clásico (trigo, espelta y cebada sería lo correcto). Para traducir no sólo se deben conocer las palabras sino también estar enterado del contexto de lo que se traduce.

4 comentarios:

  1. Siempre me ha gustado ese mito, pero lo recuerdo en un texto distinto. Y no logro ubicarlo. En cuanto a la traducción, parece fue hecha con el traductor de Google y no se molestaron en hacer las necesarias sustituciones de palabras o reacomodo de frases conpletas.

    Me fijè en el hecho de que Galatea empieza siendo de marfil y termina como un mármol. Tengo la idea que un escultor puede trabajar con distintos tipos de piedras. Pero la talla del marfil requiere técnicas muy distintas y sospecho que Pigmalion no hubiera podido efectuar la talla de una estatua en un colmillo de mamut, supongo, si es que debía tener al menos 1.50 m. de estatura.

    Pero no encuentro la referencia al maìz. Y reconozco que me encanta pescar esos gazapos, mas bien cazar, en novelas històricas, artículos de prensa y demás. Maíz y tomates son los mas frecuentes, seguidos por los frijoles. Pero a la inversa tambien se dan, como la receta azteca a base de rosas en "Como agua para chocolate".

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    1. Es una versión del gusto victoriano. Nadsa mala para ser escrita por un coronel activo en India. No había Google para cuando se hizo la infausta traducción, pero sospecho que se hizo con un diccionario por delante, que es casi lo mismo. La traducción es un arte y se requiere cultura.

      Fidias hizo dos piezas usando marfil, ambas de tamaño gigantes. Una de ellas es la de Palas Atenea que estaba en el Partenón. Luego, al tener problemas judiciales con los atenienses, fue llamado por Olimpia, cuidad para elaboró una estatua de Zeus, que era una de las siete maravillas del mundo. Se las llamaba crisoelefantinas por haber sido construidas, no esculpidas, en oro y marfil, todo ello sobre una estructura de madera. Para trabajar el marfil, Fidias lo cortaba en láminas muy delgadas que luego moldeaba.Se dice que la estatua de Zeus era tan grande que de pie no cabría en el templo. La de Atenea era del alto del Partenón.

      Lo del maíz lo vi en el mito del rapto de Perséfone y en algún otro. Lo más probable es que el autor haya escrito "corn" y esta gallega tradujo por maíz. En inglés "corn" se refiere al grano en general y se le ha debido traducir como "cereales". Maíz en inglés correcto se escribe "maize". Enos buenos gazapos tiene Eco en el Nombre de la Rosa.

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    2. Recordaba que la estatua de Atenea era de marfil, pero también recuerdo que se nos enseñò que no había sido esculpida en un solo bloque, como suele suceder con las estatuas de marmol. De ahí el colmillo de mamut. Como milagro parece menos trabajoso transformar el mármol a todas las complejidades del cuerpo humano que empezar soldando pedacitos de marfil para que fuese un solo bloque y pasar de allí a el revoltijo que somos nosotros. Aunque debo reconocer que por lo menos el marfil es orgánico.

      No es curioso que ilustres botánicos, novelistas y demás plumíferos hayan hecho crecer el maíz en Asia y a ninguno se le haya ocurrido que igual el trigo hubiese podido encontrarse en Amèrica?

      totalmente fuera de tema. Vi la palabra "zulianidad" en la columna de la derecha y me ocurrió enlazar apellidos. Por casualidad tu padre o abuelo paterno estaba emparentado con el Dr. Joaquin Quintero Quintero? Conozco a esa familia desde que todos eramos adolescentes

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    3. Al parecer, al marfil lo pasaban por una máquina que sacaba algo así como una afeita de un sacapuntas y luego, aplicando calor, le daban forma. Muy complicado.

      En este caso quien puso el maíz en el Mediterráneo fue una traductora ignorantona. He leído algo de maíz en Asia y de la cocaína en las momias, pero nada de eso tiene validez científica.

      El Dr. Joaquín Quintero Quintero, creo que fue médico de mi abuela materna, Dolores Morán, en los años 50-60. No era pariente de mi familia paterna, pero en Maracaibo todos parientes ¿Quién sabe?

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