Rufino Blanco-Fombona (1874-1944) |
LA VIDA
I
Leo en mi libro. Es ya la medianoche.
Las trenzas de mi amada
son un chorro de libras esterlinas.
Y surge su cabeza de las blancas
coberturas del lecho
como el dibujo de un pintor de hadas.
Me dicen: "es un perro"; o bien: "te adora".
Hoy nos hemos reído a carcajadas.
Los amigos me envidian
mi casita, mi ocio, la muchacha
mi juventud y la sonrisa eterna...
Mi sonrisa es mi fuerza y es mi máscara.
Soy muy feliz. ¡Y bien! Esto es horrible.
Suspiro por mis noches angustiadas,
por mi cruel desolación de huérfano,
por mis horas de lágrimas.
¿A qué vencí? ¿Por qué librar las rudas,
las tremendas batallas,
por la vida y el éxito y el nombre?
¿Para qué la ascensión de las montañas?
La hermosa abre los ojos. Me sonríe.
-Ven, me dicen su voz y sus miradas;
y luego, pobrecita, me pregunta:
-¿En qué piensas?
- En nada.
II
Sentado en mi balcón miro las nubes
errantes. Caravanas
de sueños y ambiciones
por mi cerebro pasan.
Mi querida se acerca, y dulcemente
apóyase en mi espalda.
Su cabellera se impregnó en el baño
de un olor de campiña. Me dan ganas
de beber leche, de domar un potro,
de atravesar un río... Nuestra charla
se inicia con un beso. Ella confía
en mis puños. Hablamos del mañana.
¡Cómo es hermoso el gesto del que lucha!
Y el lauro del que triunfa, ¡cómo ata!
Si esta noche, de súbito,
a mí viniera un hada
y me dijese:
-Escúchame, poeta;
traigo para tus sienes esta rama
de florido laurel; traigo esta púrpura
para ceñir de púrpura tu espada;
para tu bolsa un vellocino de oro
y esta rubia gentil para tu cama;
al hada bienhechora
le daría las gracias,
y a trueque de esos dones
le pediría:
-Hada,
ponme en los brazos músculos,
y ambición en el alma.
Rufino Blaco-Fombona
Fuente: Antología de la poesía hispanoamericana - Venezuela
Biblioteca Nueva, Madrid, 1958
Del poeta dicen los compiladores de la antología:
Su obra literaria, abundantísima, tiene páginas de crítica e historia, novelas, cuentos, libros de viajes, panfletos y poesías. Trabajador infatigable, escribió mucho sobre los más distintos temas y su producción está tomada, en gran parte, por su temperamento instintivo, colérico y desordenado. Su obra poética se inicia muy rubenianamente con versos galantes y sometidos, despues rehuye estos sentimientos y aparece el poeta de producción más personal, vehemente, vital, descoyuntada, a veces casi salvaje. Rompe los moldes atildados del modernismo para entregar su personalidad violenta y avasalladora...
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