miércoles, 16 de abril de 2014

Jorge Luis Borges y Gilgamesh



Hace unos días aproveché que estaba en el centro de Caracas para saludar a los libreros del puente de la Av. Fuerzas Armadas y ver lo que tenían. Siempre consigo algo de interés y esta vez no fue una excepción. En uno de mis puestos favoritos estaba un volumen de la colección Biblioteca Personal de Jorge Luis Borges (Tomo 6, Ediciones Orbis, Barcelona,  1986). El libro contiene el Poema de Gilgamesh y el Bhagavad-Gita, con un breve prólogo de la pluma de Jorge Luis Borges. Lo compré de inmediato para explorar algo de esta literatura.

Veamos qué nos dice Borges sobre Gilgamesh:
Jorge Luis Borges
(1899-1986)
La otra pieza de este volumen es la epopeya de Gilgamesh. Tal vez no sólo cronológicamente es la primera de las epopeyas del mundo. Fue redactada o compilada hace cuatro mil años. En la famosa biblioteca de Asurbanipal doce tablas de arcilla contenían el texto. La cifra no es casual; corresponde al orden astrológico de la obra. Dos son los héroes del poema: el rey Gilgamesh y Enkidu, un hombre primitivo y sencillo, que vaga entre las gacelas de la pradera. Ha sido creado por la diosa Aruru para destruir a Gilgamesh, pero los dos se hacen amigos y em,prenden aventuras que prefiguran los doce trabajos de Hércules. También se prefiguran en la epopeya el descenso a la Casa de Hades en la Odisea, el descenso de Eneas y la Sibila y la casi de ayer Comedia dantesca. La muerte del gigante Khumbaba, que guarda la foresta de cedros y cuyo cuerpo está revestido  de ásperas escamas, es una de las muchas maravillas de este multiforme poema. La triste condición de los muertos y la búsqueda de la inmortalidad personal son temas esenciales. Diríase que todo ya está en este libro babilónico. Sus páginas inspiran el horror de lo que es muy antiguo y nos obligan a sentir el incalculable peso del Tiempo.
Ya con estas palabras del gran Borges uno puede leer de otra manera la epopeya de Gilgamesh y verla en el contexto de la búsqueda permanente del hombre por la inmortalidad y las cosas trascendentes de la vida, y no como un resto arqueológico incompleto.

2 comentarios:

  1. No he leído el poema, pero si una novela que lleva ese texto a un lenguaje mas moderno. Cuatro mil años de haber sido puesta por escrito, quien sabe cuantos de tradición oral.

    Y el poema también debió haber viajado bastante. Hasta el Líbano lo sabemos, porque hay una referencia a los famosos cedros que allì crecían. Modificándose y adaptándose a las costumbres locales de los sitios donde iba a ser narrado.

    Y asi llegò hasta Grecia, adonde un alguien a quien ahora llamamos Homero, modificò nuevamente, sustituyendo los nombres de los dioses por los de los dioses griegos, haciendo a èstos partìcipes de la acción para, en definitiva, cantar la historia de una guerra entre dos países por el mas antiguo de los motivos. No la posesión de una mujer si no la del dinero que otorga el comercio y la de un territorio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un poco difícil de leer, pues está muy mutilado. Sin embargo, se le puede seguir. En un documental que vi una vez comentaban, refiriéndose al diluvio de Gilgamesh y al de Noé, que ya debió ser vieja la historia cuando llegó a ser escrita. Se pierde en el tiempo. El diluvio de Deucalión y Pirra se parecen más al mito de Amalivaca, sin conexión alguna con la mitología griega.

      Tuve un libro que, tonterías mías, regalé en medio de una mudanza. Se llama Black Athena y se refiere al aporte africano y asiático en la formación de la cultura griega clásica, por Martin Bernal. El libro es controvertido, pero tiene su sustancia. Se consigue en pdf.
      Hay una cantata del siglo XX, creo que de Stravinsky (pero no me hagas caso), que está basada en este poema.

      Eliminar