Rara vez uno consigue un libro tan grato como Inquisiciones peruanas (Páginas de Espuma, Madrid, 2007) colección de cuentos del escritor peruano Fernando Iwasaki, basados en hechos reales extraídos de los archivos de la Inquisición en Lima, en el Archivo del Museo Histórico Nacional de Madrid, y del Archivo General de Indias. El libro, que no tiene desperdicio, está prologado por Mario Vargas Llosa.
Esta colección de historias de beatas, frailes, iluminados y penitenciados me recuerdan a Ricardo Palma y sus Tradiciones peruanas, pero son más sabrosas y sensuales por lo irreverentes. En la contraportada leemos:
Hablar de la Inquisición supone trasladarnos a una época de torturas, represión y oscurantismo que nadie asociaría jamás al humor y la ridiculez. Sin embargo, después de seleccionar unos casos tan reales como inverosímiles, Fernando Iwasaki consigue hacernos reír conjurando a una rocambolesca cofradía de beatas voladoras, confesores pecaminosos, monjas endemoniadas, obispos sodomitas y otras devotas especies que florecieron en el virreinato peruano. Páginas de Espuma se complace en presentar la edición definitiva de Inquisiciones Peruanas, con la esperanza de que su autor sea prohibido p -por lo menos- excomulgado.Es un libro escrito con donaire y lisura, que deja una sonrisa en el corazón. Lo único lamentable es que el lector se queda con las ganas de conocer más casos... pero de lo bueno poco.
Fernando Iwasaki nació en Lima en 1961. Es escritor, ensayista, historiador y autor de más de una docena de títulos de diversos géneros |
" En forma breve de los negocios artes y donosuras el demonio inficciona mientes de incautos y mamacallos"
ResponderEliminarO como diríamos en lenguaje moderno
En forma sutil, el demonio se mete en la mente de la gente sencilla
Si Dios no tuviera misericordia nadie se salvaría. Quien no peca contra el sexto y "nono" peca contra el primero o el cuarto o el décimo mandamiento. O contra todos los mandamientos juntos
No se, pero a mi me parece que el tema de la intolerancia religiosa como que no se presta mucho para el humorismo. No he leído a este caballero pero si los Anales de la Inquisición en Lima, de Ricardo Palma, dentro de sus conocidas Tradiciones
La investigación de Palma creo que da una idea bastante aproximada de lo que fué aquella época. En la última etapa de la Inquisición limeña ( hacia 1770 a 1812) hay como una cierta ironía en el tratamiento del tema, como queriendo decir que ya está pasando el peligro de que nos quemen, ya la cosa está mas suave.
Por cierto que la Inquisición aún existe. Uno de los sancionados fue un obispo africano de apellido algo así como Tilingo y mas atrás el teólogo Hans Kung y un teólogo brasileño de apellido Boff
Por lo menos, ni en su etapa mas severa la Inquisición llegó a la bajeza de sembrar pruebas a alguien, como libros prohibidos, artículos satánicos y o de brujería y quien sabe mas
En el siglo xxi en algunos lugares hay "justicias" peores que la Inquisición
El diablo siempre está pendiente para hacernos caer. Una de sus victorias es hacer creer que no existe.Debemos estar alertas ante el "enemigo malo".
EliminarLo casos que entresacó el autor tienen mucho de picaresca. Hay también abusos de sacramento y algo de histeria y mentes calenturientas. El libro no tiene nada de intolerancia religiosa (muy común para la época) sino que se limita a los casos, utilizando para sus comentarios un lenguaje dieciochesco que lo hace más grato. Aquí, en Venezuela también hubo Inquisición, bajo jurisdicción de Cartagena de Indias. La mayoría de los casos investigados y juzgados involucraban curas que abusaban de los sacramentos (en especial la confesión).
La Inquisición dejó hace mucho tiempo de llamarse así. Luego llevó el nombre de Santo Oficio y ahora Congregación para la Doctrina dela Fe. Cuando yo trabajaba en Roma me confesaba con un monseñor maracucho en el Palacio del Santo Oficio. Las mejores confesiones de mi vida, pues tenían profundidad teológica. Te refieres a Milingo, Obispo de Lusaka (Zambia), que era díscolo y andaba con la secta Moon. Lo de Hans Kung y otros teólogos es por desviación de la doctrina. Hay un caso de un jesuita que llegó a negar la divinidad de Jesús. ¿Qué tal?
En efecto, no sembraban pruebas. Su fin no era condenar, sino salvar las almas.
Feliz fin de semana.