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Plato de mondongo de un restaurant caraqueño
Foto de la amiga Mary Heras |
Nadie duda de que
al venezolano le gusta una buena sopa. A
pesar de lo tórrido del clima, desde la costa hasta Guayana, pasando por los
Llanos, una sopa caliente completa el menú diario, mientras más caliente, mejor... Pareciera que damos más importancia a la sopa
que al plato principal, que en algunas regiones
llaman “el seco”. Muchos consideran incompleto un almuerzo sin tener una
sopa o crema que lo reconforte a pesar de la canícula tropical. Cada familia tiene
su propio repertorio que no se limita al hervido y al mondongo. Mi abuela materna, ya muy vieja, murió con el deseo de tomarse un sancocho de rabadilla de carnero, plato típico de la península Goajira.
Recuerdo que
en casa mamá tenía sus favoritas, como por ejemplo: la crema de remolacha
introducida en el menú familiar por una peruana casada con un primo mi abuela;
la de apio o arracacha, que por su color llamábamos “de oro”; la de papas con espinaca; la
de pan (no me gustaba mucho, pero hoy la aprecio); la de ajo porro (puerros) con papas,
que si está bien preparada y la pasamos por una licuadora, agregándole crema de leche se convierte Vichyssoise.
Estas sopas nos sacaban de la monotonía que
podría representar una sopa de pollo con fideos. Nunca se usaron enlatados o sopas instantáneas (de sobre),
todo era fresco.
Hoy propongo tres recetas regionales que
pueden fácilmente prepararse en casa: pisca andina, a la manera de Bailadores,
estado Mérida; una fuerte sopa del repertorio zuliano, y otra central, que es una variante de la sopa
de apio.
PISCA ANDINA
La Pisca es
una sopa ligera que generalmente se sirve en los estados andinos de Táchira y
Mérida para el desayuno. Hay tantas versiones como hogares familias existen en
la región, algunas de ellas llevan caldo de res o de pollo. Desde que la probé
por primera vez quedé prendado de su sabor y sencillez campesina. Tomé esta
receta del libro "A Degustar con
Yiya, Recetario de oriunda cocina andina", de María Auxiliadora Morales,
natural de Bailadores.
INGREDIENTES
(para 4 porciones)
1 manojo de cilantro
4 cebollines
1 ají dulce
3 ramas de perejil
1 ajo porro
1 rama de celery o apio España
4 dientes de ajo machacados.
1
Kg de papas
1 taza de queso blanco blando (o fresco)
4 huevos
1 taza de leche
Primero
preparamos un caldo base ligero. En una olla amplia, con 4 tazas de agua, se
hierven suavemente la mitad del cilantro, cebollín, ají dulce, perejil, ajo
porro, ajo y apio España. Se cocina tapado por 30 minutos.
Mientras se hace el caldo, se preparan los otros
ingredientes de la sopa. Las papas se lavan, pelan y cortan en cubitos. Cortamos
el queso en dados.
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Pisca andina para el desayuno |
Cuando
el caldo está listo, colamos y desechamos las hierbas aromáticas. Se ponen a
cocinar las papas en este caldo, tapado, hasta que estén blandas, pero enteras.
Entonces se procede a terminar la sopa.
Se
ajusta la sazón y se agrega la leche y se lleva a punto de ebullición. Luego agregamos los huevos, uno a uno, con la ayuda
de una taza para que no se deshagan. Se apaga el fuego y se tapa. Esto
permitirá que se cocinen los huevos hasta que estén cocidos, pero no duros.
Para
servir, se pone en el fondo de cada plato un poco de queso picado. Se sirve la
sopa sobre el queso y se le da una lluvia de cilantro picadito.
La tomamos al desayuno, acompañada de arepitas andinas (de trigo),
queso blanco y aguacate.
SOPA DE COCO
Esta
sopa es típica de la región zuliana, concretamente de Maracaibo. Ha desaparecido de muchas mesas, lamentablemente. Mi abuela preparó este plato cuando un
mallorquín fue a pedir la mano de mi tía Beatriz. Tal vez esta sopa decidió a Juan
a casarse con mi tía, quien más de 50 años después me explicó la receta. No doy
proporciones porque se hace al gusto, como todas las recetas caseras. Se puede
hacer con caldo de res, gallina o pollo. Esta versión es con caldo vegetal.
Primero preparamos los vegetales o "recado de
olla", como se les llama en Maracaibo: auyama (calabaza caribeña), yuca, apio, ñame, plátano
verde, jojoto (mazorca de maíz) y zanahoria. No lleva ocumo ni mapuey, que no se consume en Maracaibo.. Los lavamos, pelamos y
cortamos en trozos como para un hervido.
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Sopa de coco, para un contundente almuerzo marabino |
Para
el caldo, se prepara un ramillete con cilantro, perejil, apio España, yerbabuena y cebollín; también se picarán ajíes dulces o "misteriosos" (en
términos marabinos), ajo porro, ajo, cebolla y pimentón verde. Se pone todo
esto dentro de una olla con abundante agua.
Se lleva a un
hervor y se baja el fuego. Se continúa cocinando suavemente, tapado para que los
aromas perfumen el caldo. Se le sacan los vegetales, ya inútiles, y se desechan.
Se regresa el caldo a un hervor y se le agregan primero las zanahorias, mazorcas y
plátano verde. Cuando estos tres primeros ingredientes han comenzado a
cocinarse, se agregan a la olla la batata y la yuca. Luego de unos 5 minutos, le tocará el turno al apio y al ñame. Al final se
le adiciona
la auyama. Se hace cocinar todo a fuego
suave, para que no se deshagan.
Cuando
el sancocho está casi listo, se agrega leche de coco, al gusto, en una
proporción de 1/3 de taza por ración,
aproximadamente. Se cocina a fuego muy suave, sin llegar a hervir, sino sólo llegar
al punto de ebullición. Es el momento de salar y pimentar.
Con
la ayuda de una taza o plato, se agregan uno o dos huevos crudos por comensal.
Con cuidado para que la clara y la yema se mantengan juntas. De
inmediato se apaga el fuego y se tapa. Los huevos se cocinarán con el calor de
la sopa. Es el momento de estar vigilantes y decidir cuánto tiempo se va a
esperar. Depende de cómo se deseen los huevos. Me gusta dejarlos 3 o 4 minutos.
Se sirve y se pone a la disposición de los comensales un ajicero de leche.
SOPA DE APIO CON GALLINA
Esta
es mi versión de la sopa de apio (arracacha) con gallina que ofrece, u ofrecía, un
restaurant de comida criolla en Sabana Grande, Caracas. Ya el restaurant ha decaído en cocina, servicio y clientela, luego de haber sido por muchos años LA referencia gastronómica criolla.Tampoco doy proporciones y las
dejo al gusto de quien la cocine.
Se comienza con la gallina, que despresamos, despellejada,
limpia y lavada muy bien con limón. Se trata de eliminar lo máximo de grasa. Luego
se pone a hervir la gallina a hervir en abundante agua, que la cubra.
Mientras
llega a un hervor, se preparan los vegetales aromáticos para el caldo: pimentón
(sólo lo verde), cebolla, ajo porro, cebollín, zanahoria, ají dulce y ajo, en
trozos grandes porque no deseamos un caldo turbio (va a sobrar para otras
preparaciones).
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Sopa de apio y gallina |
Se
espuma el agua donde hierve la gallina. Eso ayuda a que el caldo no se amargue
y sea claro. Luego de espumar bien, se agregan los vegetales y dos hojas de
laurel. Tapamos y
dejamos cocinar a fuego suave hasta que la gallina esté tierna. Eso toma
tiempo, dependiendo de la edad del ave. Si se desea abreviar, se puede usar una
olla de presión, pero no es lo mismo.
Poco antes de
bajar el caldo del fuego, se le agrega un ramillete de "compuesto" criollo:
perejil, cilantro, yerbabuena, cebollín y apio España. Se deja cocinando unos
10 o 15 minutos para que el caldo se perfume.
Se eliminan los
vegetales y las hierbas. Se reservan las presas de gallina. Se
cuela el caldo a través de una muselina humedecida, lo que dará un caldo limpio
y con poca grasa.
Para hacer la sopa, se limpia y corta el apio en dados el
apio. Se desmenuza o corta en trozos no muy grandes la carne de la gallina.
En una olla limpia
se pone el apio con suficiente caldo como para que lo cubra. Se lleva a un
hervor y se cocina tapado hasta que ablande.
Cuando se ha
ablandado, se saca el apio del caldo y se majamos con un tenedor, o con un pasaverduras.
No me gusta usar licuadora en esto.
Se regresa el
puré de apio al caldo y agregamos los trozos de gallina. Se cocina a fuego
suave, destapado, hasta que espese. Es importante revolver de vez en cuando
para que no se pegue al fondo de la olla y se arrebate.
Para
servirlo, se decora con hierbas (perejil, cilantro y yerbabuena) picaditas, o
bien un sofrito caraqueño (tomate, cebolla, ajo, ají dulce, perejil, cebollín,
ketchup y salsa inglesa).
Sr. Abraham disfruto mucho la visión de lo sano y la comida "anterior a la nuestra o actual", pero le tengo que hacer una acotación. En general cuando las "cremas" o sopas están hechas técnicamente correctas no le hace falta la añaduría de crema de leche. A la Vycchisoise no le hace falta, hay muchas versiones como por ejemplo una que hace Helena Ibarra que la termina con infusión de malojillo. Mi manera de hacerlas en general es partiendo de un sofrito de cebolla y poco ajo más los elementos deseados (auyama, ajoporro y papa, apio, etc.) luego se le agrega el líquido querido para saborizar (agua, caldo, vino, etc.) y al ablandarse se licuará muy bien, pero siempre en tandas de pocas cantidades para que se homogenice y resulte terso. Un truco es agregarle dos cucharadas frías de mantequilla que le dará brillo y un rico sabor de frutos secos.
ResponderEliminarIgual le reitero el disfrute por las recetas que muestra.
P.D. me encantaría contactarlo a un correo para hacrele unas preguntas históricas sobre una investigación que llevo a cabo.
Saludos.
Gracias, Federico. Me recordarte a mi vieja y a su manera de hacer sopas. Ella daba brillo a la crema de remolacha usando mantequilla. Si licuaba alguna sopa para hacer crema (como la de plátano verde), lo hacía en tandas pequeñas. Pocas sopas preparo, prefiriendo las tradicionales. Coincido contigo con respecto a la crema de leche, creo que desvirtúa en algo el sabor de las cosas. Aquí tienes mi correo electrónico: aequinterop@gmail.com. Saludos. Estamos en contacto.
EliminarPD. De tus comentarios se aprende
Entiendo que en las recetas tradicionales de lo que llegó a llamarse Vichyssoise, la crema es optativa (cf, http://www.starchefs.com/cook/recipe/julia-child/vichyssoise-chilled-leek-potato-soup). A mí sí me gusta con crema pero probaré con la pura mantequilla. (Me encanta con berros pero no la llamaría Vichyssoise; supongo que tu tampoco, Fede?)
ResponderEliminarExcelente que los dos estén en contacto pero no dejen de informar a los demás :)
Eva, la de los quesos
Déjame decirte que tu blog es excelente, y pródigo; puede uno pasar horas entretenidas y de aprendizaje. Deseaba comentarte una inquietud como es la que puede representar el ají dulce "como esencia de la cocina venezolana". El entrecomillado viene porque siempre entendí, verbigracia, que la cocina caraqueña, esa que la gente suele asimilar a lo mantuano no lo integra como esencialidad. Incluso, a mis 66 años y después de hacer mercado desde chiquito por Quinta Crespo, Guaicaipuro y luego, Coche, te puedo asegurar el ají dulce no era fácil de conseguir, como lo es ahora, omnipresente. Todo lo contrario ocurría en Oriente, donde uno se encantaba con aquellos tendales multicolores y perfumados. Disculpa la extensión y te reitero mi felicitación por el blog.
ResponderEliminarRonald Nava G.
Con respecto al ají dulce, coincido contigo. Recuerdo que en mi infancia su uso era esporádico y se asociaba con la cocina oriental. Muchas gracias, Ronald, por tus palabras. Ahora ando más en una vena "literaria" porque la gastronómica hace engordar. Estamos en contacto
EliminarSr. Abraham, su articulo esta muy ameno e interesante, escrito a la manera del que gusta meterse en nuestra cocina : ). La sopa de coco no la he probado, pero se me hace agua a la boca, asi que ya la experimentare. Si he tomado sopas tailandesas con base de leche de coco, que llevan ademas algo de limon, pescado, y bastante de su picante tradional, muy ricas pero muy fuertes. Voy a recomendar la lectura del articulo en mi pagina facebook.
ResponderEliminarUn saludo cordial desde La Casita de Maribri!
Es una sopa fuerte y que nos deja a noqueados. Es sabrosa. Un abrazo.
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