lunes, 4 de agosto de 2014

La muerte de Honorio

Miguel Otero Silva
En estos días he estado releyendo La muerte de Honorio (Seix Barral, Barcelona, 1975) novela de Miguel Otero Silva ambientada en las cárceles de la Venezuela de los años 50, con la presencia ubicua de los famosos esbirros de la dictadura.

Esta novela es ya un clásico de la narrativa venezolana, que se hizo popular desde su primera edición en 1968. La contraportada nos indica algo de su contenido:
La muerte de Honorio es el relato de las torturas padecidas por cinco hombres -el Médico, el Barbero, el Periodista, el Tenedor de Libros y el Capitán - que representan, en la ficción, a muchos otros luchadores de Venezuela de los años inmediatamente anteriores a 1958, que padecieron igual suerte siniestra, como el propio autor señalas. La primera parte del libro o primer cuaderno -"Cinco que no hablaron"- narra, juntamente con los maltratos, los diversos puntos de vista ideológicos y humanos de los protagonistas, su pasado y su presente, su familia y sus historias amorosas, en un montaje casi cinematográfico, de gran agilidad y extraordinaria eficacia. El segundo cuaderno, en forma de diario, es la expresión a nivel humano y literario, de una solidaridad emocionante entre los cinco presos, en torno a la figura ausente de un niño, Honorio, que llega a convertirse en el hijo mítico de todos ellos.
Las turbas enardecidas toman la sede de la Seguridad Nacional.
23 de enero de 1958
La novela tiene el lenguaje característico, rico y sentido de Otero Silva, lo que hace de su lectura un deleite. Como indican los editores, esos personajes simbólicos representan a hechos y personas de la vida real, o como lo pone MOS: Los personajes y el argumento de este libro son imaginarios. En cuanto a los maltratos que en él se narran son auténticos y fueron padecidos por venezolanos de carne y hueso en los años inmediatamente anteriores a 1958.

En efecto, cada uno de ellos representa una ideología y una parcialidad política, siendo el Tenedor de Libros un militante y activista de Acción Democrática; el Periodista es también militante y activista, pero de Unión Republicana Democrática, cuya victoria electoral de 1952 fue escamoteada por los militares y sus dirigentes perseguidos y expulsados; el Médico es comunista y se le sometió a torturas para que revelara el escondite de Santos Yorme (nombre de guerra de Pompeyo Márquez); el Militar era un militar pundonoroso asqueado por la corrupción del régimen, y, por último, el Barbero desconocía la causa de su tortura y encierro, simplemente que los esbirros le tendieron un peine y querían que confesara algo que él, inocentemente ignoraba. El Barbero es el padre de Honorio. La torturas al Tenedor de Libros recuerdan a las que fue sometido Salonm Meza Espinoza, luchador socialista quien, luego de varios días de tortura, salió con el cabello completamente cano. Los esbirros son fácilmente reconocidos, pues sus apodos son los mismos de los personajes de la vida real.

Marcos Përez Jiménez (a) Tarugo
Mucha gente justifica y añora la dictadura festiva y pachanguera de Tarugo, olvidándose de su feo récord de violaciones a los derechos humanos. Muchos dice: ¡¡la Dictadura hacía y sólo perseguían a los políticos!! Pues bien, la persecución de políticos no es sólo un acto vil, sino que también agrede a la ciudadanos de a pie que los siguen y creen en ellos. Esta novela es, pues, algo que todos los ciudadanos deben leer. La última edición que conozco es la de Libros de El Nacional, publicada en la colección Biblioteca de Miguel Otero Silva. Vale la pena buscarla y leerla.

Carátula de la edición de La muerte de Honorio por Libros de El Nacional.


9 comentarios:

  1. Pienso que debo decir tres cosas:

    Yo pasé de la niñez a la adolescencia y de ahí, mas tarde, me convertí en adulta, teniendo a P.J. como presidente. Hizo todo aquello de lo cual lo acusa Otero Silva, cierto. Pero tanto Betancourt como Leoni hicieron otro tanto en la lucha contra la guerrilla. P.J. nunca nos disparó (a los estudiantes), Rómulo si que lo hizo y no eran disparos al aire. Yo misma recogí y llevé (llevamos) al Clínico Universitario a un chico con una herida rasante de bala en la cabeza. Evidente que no le tocaba morir ese dia. Fue bastante impresionante marchar directo hacia los fusiles que nos estaban apuntando desde Plaza Venezuela.

    En cuanto a los presos políticos, las torturas y demás, este poema de Job Pim podría haber sucedido en la década de los 50 u hoy día, ¿no lo crees? O entre el 45 y el 48, ¿o nunca oiste hablar del Trocadero después de que Papillón se fue?

    SE ESTA MURIENDO MI VECINO
    Oyendo agonizar a D. Pedro Manuel Ruiz.

    Se está muriendo mi vecino,
    desde aquí escucho su estertor,
    será otra cruz en el camino
    de este larguísimo dolor.

    Un terrible mal le asesina;
    úlceras tiene a discreción;
    no le han dado una medicina
    ni una vedija de algodón.

    Quizás no llegue a la mañana
    ni oiga la música marcial
    a las cinco cuando la diana
    sacuda el sueño del penal.

    Y cuando el "ronda" se presente
    "¿Cómo amaneció por aquí?"
    obtendrá un silencio elocuente
    que equivale a "No amanecí".

    Pasará después la requisa,
    sabrá el jefe la novedad;
    luego sin darse mucha prisa,
    procederá en conformidad.

    Vendrá el cabo con el martillo,
    golpeará muy fuerte, y después
    de la gruesa barra del grillo
    desuncirá los yertos piés.

    En la cobija sucia y vieja
    lo coserán; luego entre dos
    lo cargarán hasta la reja
    y desde allí... ¡Sábelo Dios!

    (Ni ha de ser muy arduo tampoco
    trasportar el cuerpo hasta allá:
    los muertos de aquí pesan poco
    es cosa comprobada ya).

    Y se acabó... Hasta el mes que viene,
    que otro saldrá de modo igual,
    veremos qué nombre contiene
    la próxima rifa mensual.

    El corazón se me amilana,
    me invade súbito terror;
    es muy probable que mañana
    oigan los otros mi estertor...

    Y tengo treinta años apenas,
    ¡cómo no he de desesperar
    si en la vida hay cosas tan buenas
    tánto que ver, tánto que amar!

    Nó, que la muerte no te aflija,
    bello es también morir así;
    para nosotros la cobija
    es de brocado carmesí...

    ¿Qué más da morir en lo oscuro
    o perecer a plena luz?
    La muerte nuestra, de seguro
    siempre ha de ser muerte de cruz.

    Y si el martirio nos reclama
    digno a la empresa será el fin:
    Don Quijote murió en su cama
    porque ya no era paladín.

    Y me resigno a mi destino
    sin cobardía y sin dolor..
    Se está muriendo mi vecino,
    ya no se escucha su estertor...

    La Rotunda, 1921.

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    1. A los chavistas les gusta decir: "pero a AD y a COPEI les perdonaban todas". Siempre la tortura es mala.

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  2. Y continúo (era muy largo)

    Cierto. P.J. mandó a torturar y a matar, pero nos dio seguridad. Robó y permitió que otros robaran, pero hizo. Y cumplia sus promesas presidenciales de construir autopistas y carreterras, una ciudad universitaria y un clínico univeritario, una represa del Guarico, urbanizaciones obreras, liceos, mercados, puestos de sosorro periféricos y suma y sigue. Y cuando se le cayó el elevado de Pagüita y el encofrado de la Av. Fuerzas Armadas a la altura de la iglesia de San Agustín, ingenieros y capataces fueron presos hasta que no se aclararon las causas de ambos desastres

    Por supuesto, la protestona adolescente que era, no perdia ocasión de meterse en líos. De hecho, a todas las alumnas de 5º año de letras no expulsaron del Andres Bello por desfilar de cuatro en fondo por los pasillos con las blusas negras en lugar de rojas, para mostrar solidaridad con el Fermín Toro que había sido cerrado. Y luego me vi involucrada en los sucesos del 21 de noviembre del 57

    Me gustó ver la foto de la SN, pero no dicen ni he encontrado en parte alguna que se diga que, al despuntar el sol el dia 23 de enero, justo en el lugar de la foto, cayeron heridos o muertos no menos de 15 personas. Fuimos a ver salir los presos y no se nos pasó por la cabeza que ahí estaban metidos unos cuantos S.N. que al ver el gentío empezaron a disparar. No supe que pasó después porque al llegar a mi casa toda llena de sangre, no me dejaron volver a salir

    Alguna vez analiza la obra de los presidentes de Venezuela en el siglo XX, contrapon bueno y malo y luego pésalos como en el juicio de los muertos egipcio. Te vas a sorprender

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    1. La tortura y la persecución política siempre es mala, haga quien la haga. Por eso una vez te dije que en doscientos años ha habido pocos presidentes que pasan mi examen (sólo tres): J. M.Vargas, Manuel Felipe Tovar e Isaías Medina Angarita. Recuerdo que me respondiste que casiu todos pasaban tu examen.

      Las obras de construcción (las hacen todas las dictaduras) no sonn nada si se conculcan los derechos civiles de las ciudadanos. Se por obras de construcción vamos a juzgar bien o mal un gobierno, pues no ha habido hasta ahora nadie mejor que Hitler, que sólo 6 años sacó a Alemania del güeco en que la metieron los Tratados de Versalles... pero si sólo persiguió a judíos, comunistas, socialistas, opositores, gitanos, homosexuales, testigos de Jehová, Los alemanes estaban felices ¿Era bueno? no. ¿Construyó? sí y mucho. pero seguía siendo un mal gobierno.

      Tiranía es tiranía, haga lo que haga.

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  3. El difunto fue democráticamente electo, pero desde José Francisco Cañas y Merino no había habido en Venezuela un gobernante tan estúpidamente catastrófico. Lo de "estúpidamente" es porque el problema de clases sociales y económicas, que tal vez hubiese justificado el que se implantara una economía comunista -que creo solo funciona bien en los conventos, donde todo el mundo lo acepta voluntariamente- por allá a finales del siglo XIX o principios del XX, no tenía razón de ser en el 2.000, siendo el Estado el dueño de todo el patrimonio minero y el gran rentista, con medios para resolver eficientemente la casi totalidad de los problemas de educación, salud, seguridad y demás. Y mira lo que ha hecho..

    No fue solo la construcción. Por ejemplo, ¿recuerdas quien era presidente cuando se dio un gran impulso a la música venezolana, y no solo al contrapunteo? Torrealba se benefició con ello. Simón Díaz, también. O el indio Figueredo. Quien creo el canal 5 de TV? Quien hizo la Concha Acústica? O los Estadios? No era solo construír, era resolver problemas. Como administrador, fue eficiente.

    Y, francamente, comparar a P.J. con Hitler es comparar a un chihuahua con un San Bernardo: lo único que les es común es que son perros.

    Me alegra ver que te acordaste de los gitanos. El que siempre se hable de los otros grupos perseguidos y aniquilados por Hitler y a ellos no solo los dejan fuera si no que ahora, nuevamente los persiguen.

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    1. Sí los ha habido. Sólo por mencionarte uno: Julián Castro, que por sus malas artes acabó con Venezuela en sólo dos años. Era campeón de salto de talanqueras y creía que podía engañar a todo el mundo. Ese fue su fin. Se armó la sampablera y, a pesar del ser presidente, lo metieron preso. De allí viene la expresión: "tiene razón, pero va preso". Hace poco más de un año publiqué algo sobre Julián Castro en este blog.

      El renacimiento de la cultura popular estaba de moda en toda América Latina. De hecho, quien la inició fue Rómulo Gallegos en su toma de posesión, cuando prepararon un festival con artistas genuinos venidos de toda la República. Mucho del folclor de Tarugo olía a México y Centroamérica. ¿Buen administrador? Claro... Si sabían robar sin matar a la gallina de los huevos de oro. Lo que hizo fue tripearse los reales obtenidos en la II Guerra Mundial y al final dejó a la Nación muy cercana a la quiebra, Larrazábal terminó de quebrarnos con su plan de emergencia.

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  4. Me recuerda una conversación que tuve con un amigo hace un buen tiempo en la que le comparaba a Hitler con lo que hizo el Che Guevara en la Cabaña... me decía que "no los podía comparar" porque pensaban distinto y eran momentos diferentes... Jamás pudo explicarme bien...

    Supongo que en el mundo se mide la importancia y las comparaciones por las "cantidades de muertos que dejan a su paso"... Como Hitler metió mas goles gana al Chancho Guevara...

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    1. Siempre se buscará la forma de justificar atrocidades. La cabeza de los tiranos tiene un solo lugar: en la cesta con la peluca, Felipe Igualdad dixit.

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