|
Catedral de Barcelona |
Francisco Depons, emisario francés que estuvo en Venezuela en 1800, dice que Nueva Barcelona:
...Tiene catorce mil habitantes, una iglesia parroquial y un hospicio para los franciscanos encargados de las misiones de esta región. Su construcción no es hermosa ni grata. Sus calles, faltas de pavimento, son barrizales en invierno, y en verano se cubren de polvo que vuela al menor viento. Los muchos cerdos que allí se crían, mantienen en la ciudad cloacas infectas que corrompen el aire y engendran frecuentes enfermedades. El Cabildo, a cuyo cargo corre principalmente velar por la salubridad del público, lo deja expuesto a aquellos mismas pestilentes y comparte con él sus peligros.
Alejandro de Humboldt, que visitó la ciudad en la misma época que Depons, se expresa mejor:
|
Santa Eulalia y San Cristóbal , patronos de la ciudad. Estuvieron en el retablo mayor de la Iglesia Parroquial, hoy Catedral. Colección Museo de Anzoátegui |
Esta pequeña ciudad que tenía en 1799 apenas 10.000 habitantes, en 1800 más de 16.000 fue fundada por un conquistador catalán, Juan Urpín, en 1637. Se ensayó entonces, pero inútilmente, dar a la provincia entera el nombre de Nueva Cataluña. Como sobre nuestros mapas se indican a menudo dos ciudades -Barcelona y Cumanagoto- en vez de una, o se miran estos nombres como sinónimos, será útil aclarar la causa de este error. Había antiguamente en la desembocadura del río Neverí, una villa india, construida en 1588 por Lucas Faxardo, con el nombre de San Cristóbal de los Cumanagotos. Esta villa no estaba habitada por indígenas llegados de las salinas de Apaicuare. En 1637, Urpín fundó, dos leguas hacia el interior, con algunos habitantes de Cumanagoto y muchos catalanes, la villa española de Nueva Barcelona. Durante treinta y cuatro años, las dos poblaciones vecinas se crearon querellas que renacían sin cesar hasta que, en 1671, el gobernador Angulo logró persuadirlas de que debían reunirse en un tercer lugar, que es el que hoy ocupa la ciudad de Barcelona...
La disputas, lo sabemos por otra fuente, fue por el uso de los ejidos. Al fusionar a Santa Eulalia de Nueva Barcelona con San Cristóbal de los Cumanagotos, cesaron los motivos de la querella. Allí comienza a consolidarse esta población cuya prosperidad relativa se debió a la ganadería y la exportación de reses y cueros a las Antillas. Cuando Humboldt visitó la zona, ya había comenzado el bandolerismo que asoló Venezuela en los años que precedieron la independencia.Este aspecto lo mencionan tanto el sabio alemán, como el agente francés. Nos dice Depons:
|
Interior de la Catedral de Barcelona. El retablo mayor es el único que sobrevive de la decoración
original del templo. |
Los excelentes pastos que cubren las llanuras dependientes de Barcelona, animaron a los habitantes a dedicarse a la cría, la cual no defraudó las esperanzas que en ella pusieron. Además para el ganado de consumo local y del que se exportaba, se sacrificaban infinidad de reses, cuya carne salada se vendía siempre en La habana e islas vecinas, con un ciento por ciento de beneficio (...) Hoy se encuentran muy disminuidos tales recursos. Los cuatreros que desde 1801 vienen asolando los hatos, han dejado estas provincias en tal escasez de ganado, que a duras penas obtiene el necesario para sus mataderos.
Recordemos al bandido Guardajumo y su encuentro con dos jóvenes y aguerridos comerciantes: José Tomás Boves y Jacinto Lara
(aquí).
(...) El clima de Barcelona es menos cálido que el de Cumaná, pero más húmedo y un poco malsano en la época de las lluvias....-agrega Humboldt.
|
Capillas laterales de la Catedral de Barcelona. La más cercana es la de San Celestino |
....Permanecimos cerca de un mes en Barcelona gozando de todos los cuidados de la amistad más provisora. Encontramos de nuevo allí al excelente religioso fray Juan González quien había recorrido el Alto Orinoco antes que nosotros. Se lamentaba y con razón del poco tiempo que habíamos empleado en visitar este país desconocido....
|
Casa natal de Pedro María Freites |
La primera impresión que se tiene al pasear con las calles de Barcelona, es de decadencia y abandono. Vienen a la mente, no las expresiones gratas de Humboldt, sino las de Depons. Muchas casas antiguas están convertidas en locales comerciales o simplemente clausuradas y las calles lucen sucias y abandonadas. Esta es la capital de un estado petrolero con buenos niveles de vida, pero esto no se refleja en el aspecto de la ciudad. Tiene, sin embargo, algo que recuerda a Humboldt: la hospitalidad y amabilidad de sus pobladores. A mi juicio, no todo está perdido, pero se requiere la decisión y voluntad política para su rescate. Quedan restos del antiguo esplendor.
|
Casa antigua frente a la Plaza Boyacá, dañada en un incendio.
La foto fue tomada hace 2 años ¿la habrán restaurado? |
Bien vale la pena tomarse una mañana para pasearse por las calles llenas de historia y de casas antiguas. Quedan restos de su antiguo esplendor y, en particular del progreso que experimentó durante el siglo XIX, ya consolidada la independencia. La ciudad tiene mucho que ver y apreciar. Citemos en primer lugar la Catedral que tiene un historia interesante, aunque no lo parezca. Allí está el cuerpo incorrupto de San Celestino, mártir, y la imagen de Nuestra Señora del Socorro, conocida también como la Virgen del Totumo. Fue lugar de peregrinación hasta bien entrado el siglo XX. Ya hablaremos, en otro artículo, sobre la Catedral y la milagrosa imagen.
Toda visita a una ciudad venezolana debe comenzar por la Plaza Bolívar, ubicada generalmente en el sitio de la Plaza Mayor o de Armas, alrededor de la cual, de acuerdo a las Leyes de Indias, crecería la ciudad. En la Plaza Mayor de Barcelona, en cambio, está la Plaza Boyacá en la que destaca una estatua pedestre del héroe epónimo del estado, General José Antonio Anzoáteguí. La Plaza Bolívar queda a dos cuadras de allí, frente a la Gobernación del estado (un edificio anodino de los años 30) y del principal monumento de la ciudad: las ruinas Casa Fuerte de Barcelona, lugar de peregrinaje cívico. La estatua ecuestre del Libertador fue erigida en ese lugar en 1930, en ocasión del centenario de su fallecimiento. Tiene cierto valor artístico. Recientemente le cambiaron el escudo nacional y la placa conmemorativa por otros de calidad inferior a la original, que se aprecia en el escudo del estado Anzoátegui, que sigue siendo el original.
|
Estatua ecuestre de Simón Bolívar, frente a la Casa Fuerte, Barcelona |
Ya hemos visitado las ruinas de la Casa Fuerte
(aquí). En 1746 se inicia la construcción del Convento de San Francisco, que serviría además de hospicio y hospital a los misioneros franciscanos observantes. Allí se alojó el fraile amigo de Humboldt, quien luego murió en un naufragio con parte de las colecciones del sabio alemán. Este convento fue la base para la evangelización y asentamento de la población de los llanos de Barcelona. No pasaría de ser una edificación religiosa cualquiera si no hubiera sido porque en 1817, ante la amenaza de las fuerzas realistas, Simón Bolívar ordena la fortificación del convento para ser usado como Casa Fuerte, capaz de resistir el ataque, alojar los pertrechos de la República y, en caso de emergencia, dar cobijo a la población civil.
|
Patio del Museo de Anzoátegui. |
Si volvemos nuestros pasos hacia la Catedral y la Playa Boyacá nos vamos a encontrar con buenas muestras de arquitectura colonial barcelonesa, con sus dinteles lobulados y sus patios rodeados de columnas. La mejor conservada y de fácil acceso al público es la del Museo de Anzoátegui, pero también en la misma calle están las casas donde nacieron Pedro María Freites y Juan Bautista Urbaneja. Si seguimos descendiendo por esa calle en dirección al río Neverí veremos la Ermita del Carmen, construida a finales del siglo XIX por el General Nicolás Rolando sobre las bases de una iglesia colonial inconclusa. Es una joya europea en el trópico. Mejor visitarla de tarde.
|
Ermita del Carmen, Barcelona. Toda pintada a pincel con trompe l'oeil y faux marbre.
Los pisos son de mármol de Carrara, como los de la Casa Blanca en Washington. |
|
Aspecto de las ruinas de San Felipe Neri. Se aprecia el abandono y la suciedad |
Si seguimos bajando y cruzamos el puente sobre el Neverí nos vamos a encontrar con las ruinas del templo de San Felipe Neri. Estaba en construcción cuando estalla la guerra de independencia y nunca fue concluido. Presenta un feo estado de abandono y tiene mal aspecto. Regresemos a la Ermita del Carmen. Diagonal, frente a la plaza, está el Teatro Cagigal, pequeña joya del siglo XIX. Está recién restaurado. Entré a ver las obras y me gustó el espacio interno; sobrio e íntimo. Mejor aventurarse (con cuidado y cautela) por las viejas calles y descubrir rincones. Si nos toca la hora del almuerzo, luego del ajetreo, el calor y la humedad, podremos refrescarnos a la sombra de los árboles de la Plaza Boyacá y luego acercarnos al mercado cerca de la Aduana Vieja, para comer y degustar la sazón criolla oriental.
Debería volver. Tengo bueno amigos por allá y el lugar es agradable.
|
Teatro Cagigal en restauración |
|
Trabajos de restauración en el interior del Teatro Cagigal |
|
Fachada de la Ermita del Carmen, Barcelona |
|
Claro, si no nos gustan las cosas antiguas, podremos quedarnos tomando sol en Puerto La Cruz |
Calurosa y muy interesante la ciudad que conocí en los años 70 recordando sobretodo enormes casas coloniales y las sobrecogedoras ruinas de La Csa Fuerte en medio de aquel parque de grandes árboles y altos chaguaramos.
ResponderEliminarGuardo además de los recuerdos las fotos en blanco y negro que tomé que eran más económicas que en color.
Años despues tuve un antojo fotográfico de rodar desde Caracas hasta San Carlos, el día que fallecía Rómulo Betancourt en New York, numerosas casas coloniales de portadas polibuladas, increible pero en su mayoría desmejoradas por el comercio, como ocurrió en Caracas con nuestras señoriales construcciones que ofrecían más espacio para tales fines. Hoy a más de 30 años no puedo sino "vivir recordando".
Pronto viajaré a Barcelona del Neverí con una buena cámara. De ese viaje saldrá un artículo sobre la Catedral.
EliminarGracias Abraham, me encantará ver algo más de la Sultana del Neverí casi 40 años despues. Buen y provechoso viaje tengas.
ResponderEliminarVenezuela tiene tanto que mostrar, nunca salgo de la ciudad, sin carro es limitante, en autobus un peligro y en avión no se disfrutaría. Que más, apelo a los libros, a los recuerdos y a las páginas como la suya.
Saludos.
Tampoco tengo carro. Generalmente viajo en avión y me ahorro tiempo. Tengo fotos que tomé en Barcelona, pero ahora quiero hacerlo con la máquina Canon. El paseo está ligado a una charla que daré en el propedéutico del seminario de Barcelona.
Eliminarquerido amigo, es pilar gispert
ResponderEliminarveo la página y me asalta la emoción de una ciudadhermosa.... con el anhelo de convertir espacios dignos , llenos de la historia que ya existe y la memoria fotografiada y ampliada por su presencia, Hoy, me pongo a la orden para seguir considerando la gran necesidad de convertirla en un punto de referencia en el paisaje veneZolano, para manifestarse en lo que deseamos LA GRAN BARCELONA.
Los Invito a visitar nuestro espacio "Barcelona su Historia y su Gente" en facebook, allí encontraran historia, crónicas y gráficas importantes sobre nuestra Patria Chica
ResponderEliminarLos Invito a visitar nuestro espacio "Barcelona su Historia y su Gente" en facebook, allí encontraran historia, crónicas y gráficas importantes sobre nuestra Patria Chica
ResponderEliminar