lunes, 11 de marzo de 2013

Por un plato de lentejas

Esaú y Jacob, negocian la primogenitura por un plato de lentejas

La humanidad viene comiendo lentejas desde tiempos inmemoriales; es quizá la leguminosa de consumo más antiguo. Los pueblos de Mesopotamia, Creciente fértil, Egipto y el valle del Indo las cultivaron y aprendieron a cocinarlas.  Las lentejas más preciadas son las de Puy (Francia), Casteluccio di Norcia (Italia) y Urad dahl (India). Todas son sabrosas. En todo el mundo hay recetas de potajes de lenteja.

La Biblia la cita en una de las más interesantes negociaciones de la historia que dio origen al nombre de Israel. En el libro del Génesis (Gen. 25, 19-24) se narra cómo los hermanos gemelos Esaú y Jacob, hijos de Isaac, llegaron a la transacción.

Ambos nacieron en el mismo parto, Esaú primero y, agarrado al talón de éste, Jacob. Esaú, el preferido de su padre, llegó a ser  hombre de campo y diestro cazador y la caza estaba entre los platos favoritos de éste, mientras que el menor era un hombre de su casa y el preferido de Rebeca, su madre. Un día llega Esaú del campo muy cansado y encuentra que Jacob había preparado un potaje de lentejas (dice la Biblia que eran lentejas rojas, las que aquí llamamos árabes). Allí se produce el diálogo:

- Déjame comer, te ruego, eso rojo; estoy muy cansado.
- Véndeme ahora mismo tu primogenitura
- Estoy que me muero -responde Esaú-, ¿de qué me sirve la primogenitura?
- Júramelo antes -de dice Jacob.
"Él lo juró y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces le dio Jacob pan y el potaje de lentejas; él comió y bebió, se levantó y se fue. Así menospreció su primogenitura."

Después (Gen. 27, 1-46), vendrá la bendición de Isaac a su primogénito, que fue Jacob disfrazado de Esaú, quien no le lleva a su padre un plato le lentejas sino cabrito guisado:
Isaac bendice a Jacob
por Govert Flink
"Oh, el olor de mi hijo es como el olor de un campo fértil, que Yavé ha bendecido. Dios te dé el rocío del cielo y la fertilidad de la tierra y abundancia de trigo y mosto. Sírvante los pueblos y las naciones se inclinen ante ti. Sé señor de tus hermanos e inclínense ante ti los hijos de tu madre. Sea maldito el que te maldijere y sea bendito el que te bendijere."
...y el reclamo de Esaú a su padre, a quien ya no le queda una bendición para su favorito y le dice:
"Sin fertilidad será tu residencia, sin la rociada que cae del cielo. Vivirás de tu espada y servirás a tu hermano; mas cuando te sublevares sacudirás su yugo de tu cerviz." 
Surgió a partir de ese momento. ¿Se merecía Esaú una bendición amplia como la Jacob? No lo creo. Una persona capaz de cambiar su patrimonio por un plato de lentejas no tendría el carácter necesario para ser jefe de familia, que de eso se trataba. No me lo quiero imaginar en una crisis con las tribus vecinas

Rebeca, la madre que no quería perder a sus dos hijos, envía entonces a su favorito Jacob a casa de su hermano Labán. Ella esperaba que los ánimos caldeados se aplacaran. Luego lo envió a Padán Aram,  para que no se casara con una jetea. Allí, obedeciendo a sus padres, va donde su tío Labán, en cuyo hogar se casará. Otra vez lo bendice Isaac (Gen. 28, 1-5): "...que Él te dé la bendición de Abraham, a ti, y a tus descendientes contigo para que poseas la tierra de tus peregrinaciones, la que dio Dios a Abraham."
Jacob lucha con el ángel
Gustave Doré

Pasan los años y Jacob regresa rico a la tierra de Palestina con su familia (sus dos esposas Raquel y Lía, y los hijos habidos con ellas). En el camino (Gen. 32, 23-33), se produce una misteriosa lucha entre Jacob y un ángel hasta el amanecer. El ángel a ver que no podía en vencerle, le descoyuntó el tendón del muslo y se produce un diálogo curioso:
- Suéltame, que raya ya el alba.
- No te soltaré si antes no me bendices
-¿Cuál es tu nombre?
- Jacob.
-No será ya Jacob tu nombre sino Israel, porque has peleado contra Dios y contra los hombres y has vencido
-Dime, te ruego, tu nombre.
-¿Por qué quieres saber cómo me llamo?
Y allí mismo le bendijo.

Al final los hermanos se reconcilian, pero se mantienen separados, cada cual por su lado con su familia. Esaú será el patriarca de los edomitas, por el color rojo del potaje de lentejas (Edom) y Jacob, ahora Israel,  lo será de los israelitas.

Hay que ser prudentes con lo que uno decida en la vida. Cuánta gente como Esaú desperdicia las oportunidades por una simpleza, o por no ver más allá. También hay que tener cuidado con la expresiones ociosas y las maldiciones. Mi madre solía decir: maldición de gallinazo, no llega al espinazo y que las maldiciones se revierten contra el que las pronuncia. Nada de maldecir, y mucho menos a Israel... recordemos lo que dijo el patriarca Isaac:  Sea maldito el que te maldijere y sea bendito el que te bendijere. Siempre es mejor bendecir, incluso a nuestros enemigos

La receta de la semana es una sopa de lentejas como la preparan las comunidades sefardíes de Macedonia. Es muy sabrosa, económica y fácil de hacer. El toque picante y las hojas de espinaca ligeramente cocidas reavivan este potaje. Puede ser plato único, acompañado sólo por pan, como aquel almuerzo entre los dos hermanos, o tal vez precedido de una ensalada fresca y aceitunas.

Sopa de lentejas y espinacas
SOPA DE SPINACA Y LENTIJAS
6 a 8 porciones

Ingredientes:
  • 4 cucharadas de aceite
  • 1 cebolla mediana, pelada y picada
  • 1 diente de ajo pelado y picado (1/2 cucharada)
  • 1/2 cucharadita de pimentón picante (o pimienta de cayena, yo usé peperoncino)
  • 6 tazas de caldo vegetal
  • 2 tomates grandes, pelados, sin pepitas y troceados, o una lata de 250 gr. de tomate triturado, en su jugo
  • 250 gr de lentejas
  • 1/2 kg de espinacas frescas
  • sal y pimienta negra recién molida

Procedimiento:
  1. Calentar el aceite en una olla a fuego medio-alto. Sofreír la cebolla hasta que quede blanda y transparente (5 - 7 minutos).
  2. Bajar el fuego y añadir el ajo y el pimentón. Dejar 2 minutos, removiendo constantemente y regulando la temperatura para que no se quemen.
  3. Agregar el caldo y los tomates y subir el fuego a medio-alto. Llevar a ebullición y añadir las lentejas. Bajar el fuego al mínimo, tapar parcialmente la olla y cocer durante 1 hora.
  4. Mientras se hacen las lentejas, lavar las espinacas y una vez se han cocido las lentejas (1 hora), incorporarlas a la sopa. Las espinacas cocidas deben mantener su color verde. Salpimentar y servir.


4 comentarios:

  1. MI ESPOSA PREGUNTA? ESAS RECETAS SERAN FORMULADAS POR CLARA?. ACLARAMELO.

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    1. No, las recetas salen de mis libros de cocina. Jajaja!

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  2. ¡Què significativas son las lentejas!,,,Por cierto hermano ¿Recuerdas lo que Dios le dijo a Abrahan, a Isaac y por ùltimo al protagonista de esta entrada Jacob luego llamado Israel? Te lo voy a refrescar: "Bendecirè al que te bendijere y al que te maldijere, maldecirè".

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    1. Como verás, eso lo puse. Eso forma parte de la alianza. Luego, cuando pasan las cosas, empiezan a preguntarse el por qué.

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