martes, 12 de febrero de 2013

Piel de sapo

Dos mandarinas diferentes en tamaño, aroma y sabor
Hace unos días, en la frutería de Manuel y Fátima, en mi vecindario, tenían expuestas a la venta unas frutas que evidentemente eran mandarinas, pero con un aspecto rugoso, desproporcionado y poco apetitoso y que, sin embargo, atraían. Tomé unas pocas y le pregunté a Fátima si eso eran mandarinas. Me respondió afirmativamente y agregó que se las conoce con la apelación de "piel de sapo", por el aspecto de la piel. Sin dudarlo un instante las compré, al igual que las otras pequeñas, de color intenso y piel lisa. Había que catarlas y percibir las diferencias.
Una vez en casa procedí a degustarlas y a comparar sabores y texturas. Por su piel gruesa son más difíciles de pelar que las otras mandarinas. Tienen un gusto más delicado y un perfume más suave. Me imagino que la planta es menos productiva y que no es negocio su siembra con fines comerciales. 
Gracias a estos buenos fruteros que se ocupan de su negocio, he tenido oportunidad de degustar frutas y vegetales poco frecuentes. Por eso los visito con frecuencia.

Las mandarinas de ambas clases. Nótese la diferencia de tamaño de la fruta y textura de la piel.

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