lunes, 16 de junio de 2014

Vivir hoy con Sócrates, Epicuro, Séneca y todos los demás


Tenía unos meses en la biblioteca el libro de Roger-Paul Doit titulado Vivir hoy con Sócrastes, Epicuro, Séneca y todos los demás  (Paidós, Barceloca, 2012), un texto que nos lleva de la mano de los autores clásicos para sacar lecciones de vida, en una coyuntura histórica cuando el saber humanístico es desdeñado y evitado. Como estaba mal ubicado en los anaqueles, no lo había abierto desde su adquisición; aproveché el fin de semana para leer algo de su contenido.

La contraportada profundiza:
Este libro es un paseo por la Antigüedad siguiendo un itinerario personal y libre de cualquier atadura. El objetivo de este paseo es buscar en los maestros antiguos una reglas de vida y pensamiento de las que carecemos hoy en día.
No se trata de preguntarle a Sócrates de qué lado debemos dormir, ni a Epicuro qué es lo qué hay que comer por la mañana, ni a Séneca cómo gestionar nuestros ahorros. Se trata más bien de abordar de otra forma algunas experiencias de vida y de pensamiento, centrales para los griegos y los romanos, en las que todos podamos inspirarnos.
En un momento en que los cambios que estamos viviendo tienden a hacer olvidar las humanidades, los encuentros con la sabiduría antigua deben multiplicarse ya que estos periplos por el pasado condicionan, en gran parte, nuestro porvenir.
El libro de lectura fácil y amena, es un tesoro de datos y filosofía de vida en temas tales como nuestra relación con la muerte; la verdad; la desgracia (tragedia) o reírse de sí mismo (comedia); el precio del tiempo, y, en fin leer con otros ojos a Sócrates, Diógenes, Plató o Aristóteles. A tal fin, está dividido en cinco partes: vivir, pensar, emocionarse, gobernar y morir en paz.

Cada uno de los artículos sobre los diversos autores va acompañado de lecturas recomendadas. Creo que para leerlo correctamente deberé hacerlo con calma, buscando a la vez los textos que me permitan una mayor comprensión y deleitarme un su lectura.

El libro, como toda obra humana, tiene un defecto: una encuadernación deficiente. A medida que se va leyendo, las hojas se desprenden confiriéndole el mal aspecto del descuido.


Roger-Pol Droit

6 comentarios:

  1. No, gracias. Sucede que pertenezco al sexo femenino, y esa mitad de la población la pasaba muy mal en esa época. Y no es que la hayamos pasado mejor bajo la ègida de San Pablo.

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    1. No habla de mujeres sino de forma de vida y de pensar, que es lo que hoy hace falta.

      En esa época "todo el mundo la pasaba mal", o por lo menos eso diríamos hoy juzgando el pasado con los parámetros actuales. ¡Imagínate, no tenían IPhone!

      Tampoco hay que generalizar. Las mujeres espartanas tenían libertades impensadas en otras Polis y eso que era una sociedad militarista y aristocrática. La cuestión era que sólo ellas parían guerreros como los laconios.

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  2. Y yo por aquí, de la tierra que vio nacer estos hombres con clamor grito diciendo cuanta falta hacen hoy en día con todo lo que vivimos.
    Debe ser muy interesante este libro, amigo Abraham, puede ser que se desprenden sus hojas pero se quedan las ideas!
    Buena noches desde Atenas!

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    1. Hacen falta, y mucho, Stratos. Era una raza especial de hombres que difícilmente se repita. Cuando un extranjero como yo visita la Acrópolis de Atenas y llega al propileos, el polvo, el aire y los olores le recuerdan las grandezas de ese pueblo.

      El libro muy bueno y hay que leerlo con los documentos sugeridos. Entre los personajes está el gimnosofista que acompañó a Alejandro hasta Babilonia y se incineró en una pira. Para este caso recomienda leer a Plutarco. Me auguro larga y placentera lectura.

      Un abrazo de la seca y ardiente Caracas.

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  3. ¡Imagínate, no tenían IPhone!

    Yo tampoco. Pero al menos puedo entrar, salir, ir adonde quiera (mientras no sea en una manifestación rumbo a sabes donde), viajar, leer.......sin pedir permiso a nadie y sin necesidad de ser una hetaira puedo tener cierto grado de cultura. Y tampoco me veo obligada a vivir en un gineceo y no salir a la calle salvo en compañía de ni esposo.

    ESA HUBIESE SIDO MI FORMA DE VIDA. en cuanto a la de pensar, la que mi señor y dueño me hubiese ordenado. Para el 99.99% de las mujeres, nada de Heràclito, Zenón, Diógenes, Sócrates, Platòn o Aristóteles. ESo era para los hombres. A mi me tocaba ser Aspasia o ser Xantipa

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    1. Eso es lo que decía Medea, que era bárbara, cuando Jasón la estaba desechando. Las espartanas no vivían en un gineceo, sino en un gimnasio, eran kiludas y llevaban pelo corto. Seguro que una ateniense o una tespia preferían estar haciendo labores femeninas en sus casas, o con amigas, que andar como las locas espartanas.

      Todo depende de la cultura y del momento histórico. No se puede juzgar la historia con parámetros actuales porque no da resultado.

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