jueves, 21 de marzo de 2013

Libro de los fragmentos

Libro de los fragmentos
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La semana pasada hice un blitzkrieg bajo el puente de la Av. Fuerzas Armadas en Caracas. No tenía mucho efectivo en la billetera, pero sí suficiente para alguna compra nerviosa y tomar un taxi de regreso a casa. La exploración fue fructífera y económica. Terminé comprando Libro de los fragmentos (Argos Vergara, Barcelona, 1983), obra de Guillermo Morón repleta de referencias al mundo antiguo y al que no lo es tanto. En sus páginas surgen, casi como hallazgos arqueológicos, personajes que tienen su valor en la cultura occidental y de quienes se puede extraer enseñanzas; para algo son clásicos.

Nos dicen los editores:
Las páginas de El libro de los fragmentos son, según su  autor, secretas. No hay en ellas moda alguna. Ningún escándalo sobre corrupciones o críticas contra dirigente político alguno. El Tercer Mundo, tan a la page en el pensamiento europeo contemporáneo, no figura en este libro fragmentado conscientemente. No hay tampoco pensamiento dirigido o filosofía partidista. El libro de los fragmentos, como si hubiera sido escrito en tiempos de los griegos clásicos, navega por mares más profundos que los que marca la agobiante actualidad y la urgencia del periodismo. Se trata, pues, de reflexionar sobre la Palabra creadora, sobre el pensamiento creativo. Una frase no es aquí ocurrencia o boutade. Es siempre un criterio definido y claro. Cada fragmento es un principio de reflexión  sobre lo divino y lo humano; sobre las maneras literarias del escritor y sobre los modos que existen para aislarse y seguir reflexionando...
Con esta colección de breves y a la vez profundos textos permiten pasearse por un mundo antiguo que aun está vigente. Es también una muestra más de la versatilidad de don Guillermo como intelectual, pensador e historiador actual.
Guillermo Morón
autor
Como todo libro viejo, este ejemplar contiene un trozo de su propia historia. En su primera página, en blanco, hay una dedicatoria en tinta roja:
A ...(me reservo el nombre)
...Por las cosas hermosas que me haz dado, que aunque las añoro, hoy las miro en el cofre de mis recuerdos más queridos.
Con mucha ternura para ti de ..XX
25/02/84
Con error ortográfico y todo, me pregunto si el regalo fue apreciado (el libro no parece haber sido leído), si esta pareja eran amigos muy queridos, o si eran novios en el que uno amaba más que el otro. ¿Habrán vuelto? Tal vez la muchacha cuidó el libro mientras lo leía porque ella también tenía su "cofre de recuerdos más queridos".

2 comentarios:

  1. Que bonito. Así son los libros sorpresas propias y secretos de quienes los poseyeron

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    1. Así es. Lo mejor de los libros viejos son los rastros que dejan sus antiguos propietarios.

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