Figura masculina de poder de la etnia Songye, con su "medicina", ojos de conchas cauri, clavos y un cuerno. |
Esta "figura de poder" procedente de la República Democrática del Congo, es un Nkisi nkondi elaborado en el seno de la etnia Songye. Tiene algunas similitudes con el que presentamos hace un par de días (por aquí). De hecho, el término Nkisi (Mankisi, en plural) se encuentra disperso por una amplia área del África central entre las diversas etnias de la cuenca del Congo: en Zambia los Mbunda lo utilizan para designar sus máscaras, mientras que los Kongo lo usan como un término genérico para una amplia gana de figuras mágicas, sustancias y actividades, lo que presta cierta confusión a la hora de traducir. Sin embargo, este término profundamente arraigado en los pueblos del grupo lingüístico Bantú, "sirve para comprender un conjunto de objetos y entidades cuya eficacia y capacidad de influir en los asuntos de los vivos, depende de algún agente externo, generalmente identificado con espíritus o ancestros".
La pieza que vemos conserva aún sus "medicinas" en una oquedad en el vientre, un atado en el pecho, un cuerno animal sobre la cabeza y ojos de conchas cauri (por largo tiempo utilizadas en África como moneda). Está desprovista de otros adornos, por lo que puede decirse que cumplió su misión y luego fue desechada. Me llamó la atención esa cara con una expresión entre rictus de amargura y risa burlona, y el cacho de animal que la corona. Por su tamaño, es evidentemente una pieza para su uso individual. Veamos que nos dice el libro Africa, The Art of a Continent:
Paquetes de "medicina" en el vientre y pecho de la figura |
Entre los Songye sólo se identifica como Mankisi a las figuras mágicas (...) Hay dos clases de Nkisi. Una, más pequeña en tamaño (y la más numerosa), es personal en su aplicación y propiedad; restringida a individuos o, como mucho a los miembros de un hogar. Los ejemplos ilustrados aquí -se refiere a las imágenes exhibidas en la exposición-, sin embargo, son mucho más grandes y, en un intento deliberado de expresar fuerza y poder, más formidables en su concepción.; funcionan a nombre de comunidades enteras, y ocasionalmente -donde sus poderes si son elogiados- pueden servir a un área más extensa.
La eficacia de los Mankisi tiene diversas fuentes. Lo más importante son los muchos tipos de sustancias y parafernalia aplicada a las figuras. Muchas de ellas se consideran intrínsecamemente poderosas y agresivas- sustancias tales como partes de león, leopardos, serpientes, abejas y aves de presa; órganos sexuales de cocodrilos y tierra de senderos de elefante; elementos humanos tomados de categorías excepcionales de personas, tales como suicidas, brujos, epilépticos o gemelos. Diversas insignias que recuerden los atributos típicos del vestuario de jefes o del cazador pueden adornar la figura. Éstas son siempre masculinas y tienen una combinación de características que constituyen una referencia generalizada a los ancestros.
(...) Se cree que las sustancias eficaces mencionadas más arriba fueron concebidas al principio de la creación y estaban contenidas en cuernos y calabazas; las figuras mostradas aquí tienen tales contenedores agregados al objeto. En general, sin embargo, la cabeza y el vientre abultado de la figura mantienen la mezcla que les confiere poder, las cuales -como en las ideas de los Kongo sobre sus figuras mágicas- pueden considerarse como en una forma de contenedores, vehículos de fuerzas místicas.
No hay una fórmula prescrita o una selección de elementos inequívocamente unidos a la creación de un figura mágica: cada una obtiene su poder de una variedad de tales sustancias, ensambladas en combinaciones variables de acuerdo con la experiencia y preferencia del especialista del ritual, el nganga, quien "crea" el objeto. Es significativo que las propiedades de la talla en si son consideradas secundarias. Es incuestionable que las sustancias aplicadas subsecuentemente son el elemento crítico; ciertamente el nganga a quien se acredita la creación del objeto puede ser o no escultor.
Como resultado del tratamiento individual que el objeto recibe, cada figura se ve como imbuida de su propia identidad y su nombre propio, generalmente el de un jefe renombrado. Esto, con el paso del tiempo, se le embellece además con su biografía de logros y causas efectivamente resueltas. También se le trata y atiende como un individuo: se le alimenta, unta y recibe sacrificios en su honor. También se le individualiza en el sentido que tiene su propio ciclo de vida. Al final, sufrirá decadencia física (...) Igualmente, si el nganga responsable de su existencia llega a morir, se considerará que sus propios poderes se verán comparablemente reducidos y puede que se necesite un remplazo.
Perfil de la cabeza del fetiche con su cuerno. |
muy buena info!!!!muchas gracias!!!
ResponderEliminarGracias. Me alegro que te haya gustado. Dentro de unos días pondré otros fetiches.
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