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Muerte de Píramo y Tisbe, por Pierre-Claude Gautherot (1799) |
Los mitos griegos no se limitaban, ya lo hemos visto, a sucesos de la Hélade. Fuera de los viajes de Odiseo, Jasón y Perseo, que nos pasean por el mundo conocido, existen pequeñas grandes tragedias inmortalizadas por la mitología griega que han llegado hasta nosotros. Tal es el caso de los jóvenes babilonios Piramo y Tisbe, que vemos en la ilustración que encabeza este artículo. De esta historia de amor hay dos versiones, siendo la más famosa la que nos presenta Ovidio en sus Metamorfosis. Para la primera, sigamos la narración que presenta
El gran libro de la mitología griega (La Esfera de los Libros, Madrid, 2008) de Robin Hard:
La historia menos conocida los asocia con un río y un manantial, el río Píramo, que llega al mar en Cilicia, en la esquina sudoriental de Asia Menor, y el manantial Tisbe, que brota en el mar cerca de allí (o quizá en la propia desembocadura del río). Hace mucho tiempo, así se decía, había dos amantes llamados Píramo y Tisbe cuya pasión terminó en tragedia ya que Tisbe se suicidó tras quedar embarazada y Píramo la sucedió tras conocer su suerte. Sin embargo, los dioses se compadecieron de ellos y los transformaron en el río y el manantial antes mencionados, lo cual les permitió asociarse íntimamente en su nueva forma, mezclando sus aguas...
Un poco de geografía nos ayudará a buscar a esta pareja metamorfoseada en recursos hídricos. Cilicia es la tierra natal de San Pablo Apóstol (Pablo de Tarso). Si vemos en los mapas de la zona, un poco más al este nos encontramos con el Golfo de Alexandretta, donde desemboca el río Pyramis (en latín Pyramus), conocido también como Ceyham, que desembocaba al Mediterráneo en Mallus, a unas tres millas de su actual desembocadura. Como vemos, ya la pareja no está unida y tal vez el manantial de Tisbe no exista. Cilicia y el río Píramo están relacionados con el rapto de Europa, princesa tiria raptada por Zeus transformado en toro. Veamos lo que nos dice Apolodoro en su
Biblioteca mitológica (III, 1):
... Zeus de enamoró de ella y, convirtiéndose en un toro manso, la condujo cargándola sobre su lomo a través del mar hasta Creta. (...) Desaparecida Europa, su padre Agénor envió en su busca a sus hijos, diciéndoles que no regresaran hasta haber encontrado a Europa. En su búsqueda los acompañaron su madre Telefasa y Taso, el hijo de Posidón, o de Cílix, según Ferécides. Pero, cuando a pesar de buscar por todos los medios fueron incapaces de encontrar a Europa, desecharon el regreso a casa y se instaló cada uno en un lugar, Fénix en Fenicia, Cílix cerca de Fenicia, y llamó Cilicia a todo el territorio bajo su mando, inmediato al río Píramo; igualmernte en Tracia se instaló Taso, fundando allí la ciudad de Tasos.
La otra historia de Píramo y Tisbe es más emocionante y ha inspirado a muchos autores, entre ellos a William Shakespeare (
Romeo y Julieta y
Sueño de una noche de verano). Los hechos se ubican un poco más al sudeste, en Babilonia, a orillas del río Eufrates, frente a la tumba de Nino (fundador de Nínive). Se popularizó por la versión que nos presenta Ovidio en su Metamorfosis (IV, 55-166):
Era Píramo el joven más apuesto y Tisbe la más bella de
las chicas de Oriente. Vivían en casas contiguas, allí donde se dice que Semíramis ciñó de muros
de tierra cocida su elevada ciudad. Su proximidad les hizo conocerse y empezar
a quererse. Con el tiempo creció el amor.
Hubieran acabado casándose, pero se opusieron los padres.
Aunque no les dejaban verse, lograban comunicarse por señas y por gestos; no
pudieron los padres impedir que cada vez estuvieran más enamorados: y cuanto
más ocultan el fuego, más se enardece el fuego oculto.
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Tisbe, por John William Waterhouse (1909) |
La pared medianera de las dos casas tenía una pequeña
grieta casi imperceptible que se había producido antaño, durante su construcción, pero ellos la
descubrieron y la hicieron conducto de su voz. A través de ella pasaban sus
palabras de ternura, a veces también su desesperación. Muchas veces, cuando de
una parte estaba Tisbe y de la otra Píramo, y habían ellos percibido mutuamente
la respiración de sus bocas, decían:” Pared envidiosa, ¿por qué te alzas como
obstáculo entre dos amantes? ¿Qué te costaba permitirnos unir por entero
nuestros cuerpos, o, si eso es demasiado, ofrecer al menos una abertura para nuestros
besos? Pero no somos ingratos; confesamos que te debemos el que se haya dado a
nuestras palabras paso hasta los oídos amigos”.
Después de hablar así en vano y separados como estaban,
al llegar la noche se dijeron adiós, y dio cada uno a su parte besos que no
llegaron al otro lado.
Pero al día siguiente se reunieron en el lugar de
costumbre, y después de muchos lamentos murmurando en voz baja, toman una decisión. Acuerdan
escaparse por la noche, burlando la vigilancia, y reunirse fuera de la ciudad.
Se encontrarían junto al sepulcro de Nino, al amparo de un moral (árbol) que
allí había. Un árbol había allí cuajado de brutos blancos como la nieve, un
erguido moral, situado en las proximidades de un frío manantial.
Este plan adoptan; ese día se les hizo eterno. Al fin
llega la noche. Tisbe, embozada, logra salir de casa sin que se den cuenta y
llega la primera a la tumba y se sienta bajo el árbol convenido: el amor la
hacía audaz.
En esto se acerca a beber a la fuente una leona, con sus
fauces aún ensangrentadas de una presa reciente, con la intención de apagar su
sed en las aguas de la vecina fuente. Al percibirla de lejos a la luz de la
luna, Tisbe escapa asustada y se refugia en el fondo de una cueva. En su huida
se le cayó el velo con que cubría su cabeza. Cuando la leona hubo aplacado su
sed en la fuente, encontró el velo y lo destrozó con sus garras y sus dientes.
Algo más tarde llegó por fin Píramo. Distinguió en el
suelo las huellas de la leona y su corazón se encogió; pero cuando vio el velo
de Tisbe ensangrentado y destrozado, ya no pudo reprimirse: "Una misma noche
- dijo - acabará con los dos enamorados. Ella era, con mucho, más digna de una
larga vida; yo he sido el culpable. Yo te he matado, infeliz; yo, que te hice
venir a un lugar peligroso y no llegué el primero. ¡Destrozadme mi cuerpo,
leones, que habitáis estos parajes, y devorad a fieros mordiscos esas vísceras criminales!
Pero es de cobardes limitarse a decir que se desea la muerte".
Levanta del suelo los restos del velo de Tisbe y acude
con él a la sombra del árbol de la cita. Riega el velo con sus lágrimas, lo
cubre de besos y dice: "Recibe también la bebida de mi sangre". El
puñal que llevaba al cinto se lo hundió en las entrañas y se lo arrancó de la
herida moribundo mientras caía tendido boca arriba. Su sangre salpicó hacia lo
alto, como cuando en un tubo de plomo deteriorado se abre una hendidura, que
por el estrecho agujero lanza chorros de agua, y manchó de oscuro la blancura
de las moras. Las raíces de la morera, absorbiendo la sangre derramada por
Píramo, acabaron de teñir de color púrpura los frutos que cuelgan.
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Muerte de Píramo y Tisbe, por Niklaus Manuel (1520) |
Aún no repuesta del susto, vuelve la joven al lugar de la
cita, deseando encontrarse con su amado y contarle el enorme peligro del que se
ha librado. Reconoce el lugar, pero la hace dudar el color de los frutos del
árbol, se queda perpleja sobre si será el mismo árbol. Mientras vacila
distingue un cuerpo palpitante en el suelo ensangrentado; retrocedió, y con el semblante
pálido un estremecimiento de horror recorrió todo su cuerpo. Cuando reconoció
que era Píramo, se da golpes, se tira de los pelos y se abraza al cuerpo de su amado,
mezclando sus lágrimas con la sangre. Al besar su rostro, ya frío, gritaba:
"Píramo, ¿qué desgracia te aparta de mí? Responde, Píramo, escúchame y
levanta tu cabeza abatida, te llama tu querida Tisbe". Al nombre de Tisbe,
entreabrió Píramo sus ojos moribundos, que, tras verla a ella, se volvieron a
cerrar. Cuando ella reconoció su velo destrozado y vio vacía la vaina del
puñal, exclamó: "Infeliz, te han matado tu propia mano y tu amor. Al menos para esto tengo yo
también manos y amor suficientes para herirme: te seguiré en tu final. Cuando
se hable de nosotros, se dirá que de tu muerte he sido yo la causa y la compañera.
De ti sólo la muerte podía separarme, pero ni la muerte podrá separarme de ti.
En nombre de los dos una sola cosa os pido, padre mío y padre de este
infortunado, que a los que compartieron su amor y su última hora no les pongáis
reparos a que descansen en una misma tumba. Y tú, árbol que acoges el cadáver de
uno y pronto el de los dos, conserva para siempre el color oscuro de tus frutos
en recuerdo y luto de la sangre de ambos". Dijo y, colocando bajo su pecho
la punta del arma, que aún estaba templada por la sangre de su amado, se arrojó
sobre el hierro.
Sus plegarias conmovieron a los dioses y conmovieron a
sus padres, pues las moras desde entonces son de color oscuro cuando maduran y
los restos de ambos descansan en una misma urna
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Reinos de Lidia, Cilicia y Babilonia hacia el 600 aC |
Estos Griegos tenian imaginación y sabiduría... Los Neohellenos se quedaron atras... Que lástima!
ResponderEliminarMis saludos, Abraham, desde las tierras lejanas de la Héllade!
Esos helenos se las sabían todas y agotaron el repertorio para las futuras generaciones. a acada quien le corresponde su momento de gloria.
EliminarUn abrazote
Lo curioso es que los griegos no valoraron en lo mas mínimo sus antiguedades hasta 1900 mas o menos. Entonces la posición de los helenos de la edad media y la moderna ante las ruinas de la antiguedad debía ser como la de los caraqueños de los años 70 ante el Helicoide de la época, que veían la cosa pasivamente. Menos mal que en los siglos anteriores, por desidia o lo que fuera no demolieron los restos del pasado. Porque aquí, en Caracas, que ya podríamos ufanarnos de 400 y pico de años ¿450? no han dejado nada o casi nada de aquellas edificaciones de adobe y tapia de siglos atrás. Por eso no hay que ofenderse demasiado si un extranjero ignorantón creyese que ésta ciudad fue fundada a raíz del descubrimiento del petróleo
ResponderEliminarLo que quise decir en la nota anterior es que si bien el petróleo del Mediterráneo Oriental sería un segundo aire para países como Grecia, también esas explotaciones submarinas generan contaminación por derrames y la visión de plataformas de extracción y perforación es mucho mas "nightmare" que los monstruos marinos, que por lo demas existen, como el calamar gigante y la ballena azul. Los otros seres hoy imaginarios tal vez se basen en fósiles encontrados, como dices. Ya en el siglo XVII se creía (acertadamente) que los famosos "trilobytes" y muchos otros fósiles eran animalitos antediluvianos. Quizás en las civilizaciones pre.helénicas de hace 5000 años existieran ciertas aves y mamíferos hoy extintos y su memoria pasó de generación en generación, deformada por los siglos, tal vez un bicho del porte de un corocoro se fué transformando a fuer de tiempo e imaginación en un ave mas grande que un avestruz etc etc. Pero mi énfasis no son esos animalitos sino el peligro de contaminación por hidrocarburos de una zona histórica que tu conoces bien. Ojalá no toquen el continente Artártico que parece tener riquezas de la magnitud de América del Sur
Y gracias a Dios que los recursos de minerales en el fondo marino (nódulos polimetálicos) no son ni remotamente tan enormes como se estimaba en los 70 porque de lo contrario iban a dejar los oceanos como empozamiento del rio Guaire
Y con ésto termina nuestra casi involuntaria despoetización del tema y con la esperanza que en los siglos por venir se conserve la mitología, el arte, la poesía y por supuesto, la Naturaleza, en fin, la vida
Feliz día
Luego de la gueera del Peloponeso y el posterior dominio macedónico, la suerte de las ciudades estados griegas no fue la misma. Atenas quedó en el suelo. Luego vinieron los romanos. Pero los griegos no fueron los únicos en vivir entre ruinas y no apreciarlas hasta relativamente hace poco. El Partenón sirvió primero de iglesia y luego mezquita hasta que los venecianos lo volaron en una guerra contra los turcos en pleno renacimiento. Las ruinas gloriosas de Roma y de otras ciudades antiguas se reciclaron y mucho mármol fue convertido en cal. Esa es la condición humana.
EliminarEso es Europa y la UE sabrá hacer las cosas con el menor daño posible.
Feliz día.
El Partenón sigue, desgasiadamente herido porque muchos de sus marmoles fueron robados por los ingleses exactamente por el conde de Elgin en 1816 y ahora pertenecen al museo británico.
EliminarGrecia reclama los marmoles para llevarlos a su nuevo y majestuoso museo donde convivirían con las mas de cuatro mil piezas arqueológicas que allí se exhiben.
El museo exhibe réplicas de las piezas ausentes. Asì es la cosa…
Jajajaja muy bien
ResponderEliminarMe la pela
ResponderEliminarHijoeputa
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