Nix |
II
PERFUME DE NIX
Celebraré con mis cantos a Nix, generadora de los dioses y de los hombres, manantial de todas las cosas, aquella que llamamos Cipris.
Óyeme, diosa bienaventurada, que tienes un negro esplendor, brillante de los astros; que te alegras del reposo y del profundo sueño, jocunda, encantadora; que gustas de las largas vigilias, madre de los sueños, olvido de las penas, propicia; que descansas de los trabajos, inspiradora de himnos, amiga de todos, arrastrada por caballos; que luces en la oscuridad, conseguida a medias, terrestre y uránica alternativamente; deslizándote por los efluvios del aire; que empujas la luz hacia Edes o vuelves hacia él, donde la abrumadora necesidad vence a todas las cosas.
¡Ahora, bienaventurada Nix, riquísima y deseable para todos, está presente y oye la voz suplicante de los que te ruegan! Ven, llena de benevolencia, y disipa los terrores luciendo en las tinieblas.
Nyx |
Tomado del libro Teogonía (Editorial Porrúa, Ciudad de México, 1976)
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