José María España 1761-1799 |
La aristocracia criolla, que pocos años después declararía la independencia de Venezuela, cerró filas por la causa del Rey, condenan la sedición y ofrecen al gobierno provincial sus personas y bienes para defenderlo de la revolución. Repetirán esta acción cuando Francisco de Miranda intente el desembarco en Ocumare y Coro. Se castigó con severidad a los implicados y se premió generosamente a los delatores.
El 8 de mayo de 1799 fue la fecha establecida por la real Audiencia para ajusticiar a don José María España. De la sentencia cito:
... mandamos que precedidas sin la menor dilación, las diligencias conducentes a su alma, sea sacado de la cárcel arrastrado de la cola de una bestia de albarda y conducido a la horca, publicándose por voz de pregonero sus delitos: que muerto naturalmente en ella por la mano del verdugo le sea cortada la cabeza y descuartizado: que la cabeza se lleve en una jaula de hierro al puerto de La Guaira, y se ponga en el extremo alto de una viga de treinta pies, que se fijará en el suelo a la entrada de aquel pueblo por la puerta de Caracas; que se ponga en otro igual palo uno de los cuartos a la entrada del pueblo de Macuto, en donde ocultó otros gravísimos reos de Estado...(sigue la lista de lo que se hará con los otros cuartos): que se le confisquen todos los bienes que resulten suyos, y se ejecute; digno castigo de quien tramó contra el orden público...
Bandera de Gual y España 1797 |
El párroco de la Catedral de Caracas, Dr. Vicente Echeverría, se acerca al píe del cadalso para ayudarlo a ascender. España se mantiene firme y recto en su hora menguada. El padre Echeverría lo abraza conmovido. "No ha desandado los peldaños el clérigo cuando ya su compañero desde la infancia pende, demudado y cárdeno, del lazo", dice el cronista. Vicente Echeverría no se contiene:
Dejad, cristianos, que para desahogar mi corazón, me despida un momento del amigo de mis tiernos años, del compañero de mi juventud, del que recogió las efusiones primeras de mi amistad. Dejadme llorar como David al nuevo Absalón, que ha perecido colgado de ese árbol funesto. ¡Absalón fili mi...! Satisfecha la vindicta de la majestad terrena, yo no debo acordarme sino del amigo; está ya en las manos clementes de la justicia divina, que lo ha de recibir en sus brazos al salir de los míos. ¿Qué importa la manera con que murió al que está en el cielo? Quizás, aún a los ojos del mundo, en estos malos días en que la sangre de los reyes mancha las manos del verdugo, el patíbulo venga a ser un título de gloria... ¿Qué te diré yo, amigo mío, que dé paz sobre los caminos públicos a tus huesos áridos, y lleve un consuelo a tu inconsolable esposa? Que la mano del hombre no es la mano de Dios; que su balanza no es la de los poderes de la tierra, y que mientras éstos hieren, aquel corona... Yo debo detenerme aquí en medio de la turbación que domina mi espíritu. Mi fe es de mi rey, dejadme mis lágrimas para mis amigos.
Bandera adoptada por las Provincias Unidas de Venezuela 1811 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario