Vicente Gerbasi a los 10 años Foto tomada de www.vicentegerbasi.net |
TE AMO, INFANCIA
Te amo, infancia, te amo
porque aún me guardas un césped con cabras,
tardes con cielos de cometas
y racimos de frutas
en los pesados ramajes.
Te amo, infancia, te amo
porque me regalaste lluvia
que hace crecer los riachuelos de mi aldea,
porque le diste a mis ojos un arcoiris sobre las colinas.
¿Aún existen los naranjos
que plató mi padre en el patio de la casa,
el horno donde mi madre hacía pan
y doradas roscas con azúcar y canela?
¿Recuerdas nuestro perro que jugando
me mordía las piernas y las manos?
Nacían puntos de sangre, un pequeño dolor,
pero todo pasaba pronto con el sabor de las guayabas.
Te amo, infancia, te amo
porque eras pobre como un juguete campesino,
porque traías los Reyes Magos por la ventana.
Un día llevaste a la puerta de mi casa
un hombre de barba que hacía bailar un oso a golpes de tambor,
y otro día le dijiste a mi padre que me regalara un asno negro.
¿Recuerdas que tú y yo lo bañábamos en el río?
¿Recuerdas que había una penumbra de bambú y helecho?
Te amo, infancia, te amo
porque me ponías triste cuando estaba enfermo,
cuando mi madre me hablaba de su tierra lejana.
¿Recuerdas? Una vez me mostraste un eclipse a las diez de la mañana
y las aves volvieron a dormir.
¿Existe aún aquel niño sin parientes
que un día bajó de la montaña
y me pidió el pan que yo comía en la plaza de la aldea?
Te amo, infancia, te amo
poque me dabas panales de miel en la casa de la escuela,
porque me llevabas al sitio donde vivían las vacas.
Te amo, infancia, te amo
porque me regalaste mi aldea con su torre,
y sus días de fiesta con toros y jinetes y cintas
y globos de papel y guitarras campesinas
que encendían las primeras estrellas más allá de los árboles.
Te amo, infancia, te amo
porque te recuerdo a cada instante,
en el comienzo del día y en la caída de la noche,
en el sabor del pan,
en el juego de mis hijos,
en las horas duras de mis pasos,
en la lejanía de mi madre
que está hecha a tu imagen y semejanza
en la proximidad de mis huesos.
Los espacios cálidos (1952)
Vicente Gerbasi
Rafael Arraiz Lucca, en su Antología de la poesía venezolana (Panapo, Caracas, 1997), incluye varios poemas de Vicente Gerbasi: Mi padre, el inmigrante, XXV (fragmento); Nacimiento de la melancolía; Te amo, infancia; En el fondo forestal del día; Viaje a Italia, y Oración. Al leer esta breve selección, surgió el dilema de cual transcribir. Gerbasi llevó hasta la tumba la imagen de su pueblo natal, Canoabo, y de los recuerdos de una infancia sin duda feliz.
Casa natal del poeta. Canoabo, estado Carabobo Foto de www.vicentegerbasi.net |
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